Señor, dame
a entender que el amor es la esencia del cristianismo, que éste debe ser mi
distintivo como cristiano, no dejes que olvide la necesidad urgente de vivir a
fondo el espíritu de caridad. Tú, que eres todo Amor, infunde en mi corazón, en
esta oración bíblica, tu divino amor. Amén.
2°. LECTURA DEL EVANGELIO:
2°. LECTURA DEL EVANGELIO:
Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Juan. 15, 9-17
Durante la
última Cena, Jesús dijo a sus discípulos: “Como el Padre me amó, también yo los
he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos,
permanecerán en mi amor, como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y
permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y
ese gozo sea perfecto. Éste es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros,
como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos.
Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo
servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo
amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre. No son ustedes
los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné
para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al
Padre en mi Nombre, él se lo concederá. Lo que yo les mando es que se amen los
unos a los otros”.
A. COMENTARIO
DE INTRODUCCIÓN
- San Juan, en este sexto domingo de Pascua, presenta el toque distintivo de la vivencia de la fe cristiana: el amor.
- Para san Juan, el amor cristiano es cosa de Dios y no nuestra, la iniciativa es suya.
- Dios es amor, origen y motor del amor.
- El signo más claro de ese amor, es Jesús. Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su propio Hijo.
- Jesús razona y actúa a partir del amor que le ha tenido el Padre.
- Para Juan, este amor que nace en el Padre y pasa por Jesús, termina necesariamente en los hermanos.
- El amor pleno lleva a la comunicación de todo lo que se tiene y se es, y Dios es la vida total en la que no tiene cabida ningún tipo de muerte.
- “Esto les mando: que se amen”. Con estas precisas palabras termina el evangelio de este domingo. Con esas mismas palabras se despidió Jesús de sus discípulos durante la última cena, momentos antes de subir a la cruz para resucitar.
- El amor cristiano tiene dos polos: quien no ama al hermano no conoce a Dios. Sin amor a Dios y a los hermanos, no hay fe cristiana. Y un amor que tiene que concretarse en frutos.
- Jesús es la medida del amor de Dios y el ejemplo a seguir.
- Jesús es el amor de Dios volcado los hombres.
- “Como yo los he amado”.
- El amor que Jesús nos encomienda, no es una simple empatía. No se trata sólo ni precisamente de mirar a todos con una sonrisa, o derramando palabras optimistas o aduladoras a diestra y siniestra.
- Se trata de amor afectivo y de amistad, de compañerismo fraternal, pero sobre todo de un amor también efectivo y operativo.
- Es el amor que arraiga en el corazón y produce sentimientos de ternura y compasión, de aceptación, respeto y estima traducido en frutos de justicia, de solidaridad y de fraternidad entre todos los hombres.
- Porque lo que Jesús nos propone es que nos amemos los unos a los otros como Él nos ha amado.
- El amor que Jesús no depende del valor del otro, de la satisfacción que el otro produce o de lo que el otro ha hecho o dejado de hacer.
- El amor no está en dependencia de respuesta o de éxito.
- El amor no es impositivo porque respeta la libertad. Y no espera nada a cambio, porque no pretende ganar algo o retener al otro.
- No es un amor sentimental; quiere sencillamente lo que para el otro es bueno y recto.
- Por eso tiene libertad, riqueza y amplitud hasta el punto de abarcar al enemigo.
- “Nadie tiene mayor amor que el que da la vida”. Ese es el límite del amor cristiano, a él debemos tender y aspirar, no podemos conformarnos con un amor menor, no seríamos buenos seguidores de Jesús.
- La alegría prometida por Jesús para aquellos que vivan este mandamiento es inconmensurable, porque no puede existir para el hombre mayor gozo que el de saberse amado así.
- El cristiano no tiene otra posibilidad de amor que el AMOR de Jesús, no puede amar de otra manera que como ama y amó Jesús.
- Cristiano, esencialmente, es alguien que sabe que es amado.
- Comenzamos a ser cristianos cuando vamos descubriendo en la historia de nuestra vida, el amor personal de Dios.
- Somos amados y elegidos. No vivimos por casualidad, no somos un número más arrojado al universo.
- Jesús llama “amigos” a sus discípulos porque el amor no somete ni crea “siervos”: hace iguales.
- El amor no es un mandamiento, sino una necesidad. «El que no ama está muerto», y el que no es amado enferma de muerte.
- Un amor concreto y liberador, un amor que puede unificar y dar sentido al resto de nuestras ocupaciones diarias: trabajar o estudiar, comer, pasear, dormir, divertirse, luchar por algún ideal.
- El amor es el que hará posible el deseo de eternizar lo que estamos haciendo.
- El amor es energía creadora y difusiva.
- Dios pone en nosotros esa energía para que se desarrolle.
- Valen los sentimientos, pero no bastan. Hay que amar también con el servicio y la entrega.
- Hay que abrir el corazón al otro, pero hay que tenderle también la mano que sostiene y ayuda.
- Hoy, nuestro mundo está urgentemente necesitado de más y más testigos veraces del amor, testigos que sean, en última instancia, reflejo del amor de Dios, mensajeros y reveladores de ese amor.
- A nosotros, a la comunidad de seguidores de Jesús, a la Iglesia, se nos ha encomendado especialmente esta tarea.
"Quien
ama da su vida como un don; el egoísta por el contrario cuida su vida, crece en
este egoísmo y se convierte en un traidor, pero siempre solo. En cambio quien
da su vida por amor, nunca está solo: siempre está en comunidad, está en
familia. Quien aísla su conciencia en el egoísmo, al final la pierde.
Jesús ama
por siempre y siempre se dona. Y este don suyo del amor nos mueve a amar para
dar fruto. Y el fruto permanece.
En estos
días de espera para la fiesta del Espíritu Santo, pedimos: ¡Ven, Espíritu
Santo, ven y dame de este corazón abierto, este corazón que sea capaz de amar
con humildad, con mansedumbre, pero siempre este corazón abierto que sea capaz
de amar. Y pidámosle esta gracia, al Espíritu Santo. Y que nos libere siempre
del otro camino, del camino del egoísmo, que a la larga termina mal. Pidamos
esta gracia". (Cf Homilía de Papa Francisco, 14 de mayo de 2013, en
Santa Marta).
El cristianismo es una llamada al
verdadero amor, por eso estoy llamado a ser un auténtico testigo del amor. La
caridad nunca debe limitarse a evitar el mal sino que debe concentrarse en
hacer a todos el bien, brindándoles apoyo en todo lo que es posible y dando de
lo propio con generosidad. Jesús, no dejes que me olvide que el sí amoroso a mi
vocación cristiana debe también llevarme un sí a las demás personas,
especialmente a las más cercanas. Amén
Date cuenta
de la energía creadora
que hay en tu corazón,
capaz de renovar la vida.
Date cuenta
Date cuenta
de que eres dichoso en la medida
en que quieras serlo:
Basta sonreír, compartir, vivir.
Date cuenta
que el sol jamás se cansa de
calentar
ni el agua de dar vida
ni la tierra de germinar.
Date cuenta
que mañana puede ser mejor:
puede haber más paz, más
fraternidad,
más contento, más deseos de vivir.
Date cuenta
que todo es posible para el que cree
en las alondras, en los niños,
en los hombres, en uno mismo,
en Dios.
Amén
6°.
CONSOLACIÓN: Es sentir íntimamente el "gusto" de la Palabra de Dios.
¿Qué testimonio está hoy esperando
mi realidad cotidiana familiar, laboral, comunitaria?
¿Qué experiencia tengo de alegría?
¿Qué tiene que ver con la que Jesús me regala?
8°.
COMPARTIR: Comparto la Palabra.
9°.
DELIBERACIÓN: Tomo una decisión concreta iluminado por la Palabra.
Buscaré de
ser un auténtico testigo del amor de Dios al hacer hoy, en su Nombre, una obra
buena, aunque sea difícil.
-San
Juan de Avila, apóstol de Andalucía, patrono del clero secular español,
escritor insigne que ha dejado hermosísimos tratados de ascética en su Audi
filia y su Epistolario, s. XVI.
-Santos
Gordiano y Epimaco, mártires, Roma, 362.
-San Job,
profeta en Hus de la Caldea, dechado de paciencia.
-San
Calepod¡o, mártir, Roma, 222.
-Santos
Cuarto y Quinto, mártires, Roma.
-San
Adelfo, F¡ladelfo y C¡r¡no, mártires, Lentin¡ (Sicilia), 260.
-San
Dioscórides, mártir, Esmirna.
-Beato
Nicolás Albergat¡, cardenal, Florenc¡a.
-San
Cantaldo, obispo de Tarento, s. I.
-Invención
de los Santos Nazar¡o y Celso, mártires, Milán.
-San
Maturino, Mantchaude (Suiza).
-San
Silvestre, obispo de Besançón (Francia), 396.
-San Amaro,
peregrino francés, que después de haber v¡s¡tado el sepulcro de Santiago, se
quedó a servir a los enfermos en el hospital de Burgos. En esta ciudad se le
tiene todavía mucha devoción, s. XIII.
-San Congal, abad irlandés, fundador del monasterio de Bancor, de donde salió un gran número de santos y misioneros, entre los cuales descuella San Columbano, 601.
-San Congal, abad irlandés, fundador del monasterio de Bancor, de donde salió un gran número de santos y misioneros, entre los cuales descuella San Columbano, 601.