UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





jueves, 20 de octubre de 2016

Lectio Divina: Domingo, 23 de octubre, 2016: Evangelio según san Lucas 18, 9-14. (30° Domingo del Tiempo durante el Año - Ciclo C -)


Lectio Divina: 
  Domingo, 23 Octubre, 2016
La parábola del fariseo y del publicano

¿Dónde pongo la base de mi seguridad?


1. Oración inicial

Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.

2. Lectura
a) Clave de lectura:
EL Evangelio de este domingo nos coloca delante la parábola del fariseo y del publicano (Lc 18, 9-14). Nosotros le hemos añadido la parábola de la viuda y del juez (Lc 18,1-8), puesto que ambas forman una pequeña unidad, cuyo objetivo es el de ayudarnos a descubrir cómo debe ser nuestro comportamiento orante ante Dios. Las dos parábolas nos demuestran que Jesús tenía una forma diferente de ver las cosas de la vida y de la oración. Conseguía ver una revelación de Dios allí donde otros veían sólo una ruina. Ve algo positivo en el publicano, de quien todos decían: “¡No sabe rezar!” y en la pobre viuda, de la que la sociedad murmuraba: “Molesta e importuna hasta al juez!”. Jesús vivía de tal modo unido al Padre por medio de la oración, que para Él todo se convertía en una expresión de oración.
Hoy las personas sencillas del pueblo que dicen que no saben rezar, saben hablar con Jesús, expresando su devoción y oración.
Durante la lectura intentemos poner atención a las dos siguientes cuestiones: ¿Cuál es el objetivo y cuáles son los destinatarios de las dos parábolas? ¿Cuáles son las conductas de las personas que aparecen en las parábolas?
b) Una división del texto para ayudarnos en su lectura:
Lucas 18,1: El objetivo de la primera parábola
Lucas 18,2: Descripción de la conducta del juez
Lucas 18,3: Conducta de la viuda ante el juez
Lucas 18,4-5: Reacción del juez ante la viuda
Lucas 18,6-8: Jesús aplica la parábola
Lucas 18,9: Los destinatarios de la segunda parábola
Lucas 18,10: Introducción al tema de la parábola
Lucas 18,11-12: Describe cómo reza el fariseo
Lucas 18,13: Describe cómo reza el publicano
Lucas 18,14: Jesús da su opinión sobre los dos
c) Texto: Evangelio según san Lucas 18,1-14.
1 Les propuso una parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer: 2 «Había en una ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. 3 Había en aquella misma ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo: `¡Hazme justicia contra mi adversario!' 4 Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí mismo: `Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, 5 como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que deje de una vez de importunarme.'» 6 Dijo, pues, el Señor: «Oíd lo que dice el juez injusto; 7 pues, ¿no hará Dios justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche? ¿Les hará esperar?8 Os digo que les hará justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?»
9 A algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás les dijo esta parábola: 10 «Dos hombres subieron al templo a orar; uno fariseo, otro publicano. 11 El fariseo, de pie, oraba en su interior de esta manera: `¡Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los demás hombres, rapaces, injustos, adúlteros, ni tampoco como este publicano. 12 Ayuno dos veces por semana, doy el diezmo de todas mis ganancias.' 13 En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se atrevía ni a alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: `¡Oh Dios! ¡Ten compasión de mí, que soy pecador!' 14 Os digo que éste bajó a su casa justificado y aquél no. Porque todo el que se ensalce será humillado; y el que se humille será ensalzado.»
Palabra del Señor

3. Un momento de silencio orante
para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.

  Continúa

Lectio Divina: Jueves, 20 de octubre, 2016: Evangelio según san Lucas 12,49-53. (- 29ª Semana del Tiempo durante el Año - Ciclo C -)


Lectio Divina: 
  Jueves, 20 Octubre, 2016
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Dios todopoderoso y eterno, te pedimos entregarnos a ti con fidelidad y servirte con sincero corazón. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según Lucas 12,49-53
«He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya hubiera prendido! Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla! «¿Creéis que estoy aquí para poner paz en la tierra? No, os lo aseguro, sino división. Porque desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.»
Palabra del Señor
3) Reflexión
• El evangelio de hoy nos presenta algunas frases sueltas de Jesús. La primera sobre el fuego sobre la tierra la tiene sólo Lucas. Las otras tienen frases más o menos paralelas en Mateo. Esto nos remite al problema del origen de la composición de estos dos evangelios que hizo correr ya mucha tinta a lo largo de los últimos dos siglos y se resolverá plenamente sólo cuando podamos conversar con Mateo y Lucas, después de nuestra resurrección.
• Lucas 12,49-50: Jesús, vino a traer fuego sobre la tierra.     "He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya hubiera prendido! Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla!” La imagen del fuego vuelve muchas veces en la Biblia y no tiene un sentido único. Puede ser imagen de la devastación y del castigo y puede también ser la imagen de la purificación y de la iluminación (Is 1,25; Zc 13,9). Puede evocar hasta protección como vemos en Isaías: Si pasas en medio de las llamas, no te quemarás” (Is 43,2). Juan Bautista bautizaba con agua, pero después de él, Jesús habría de bautizar por medio del fuego (Lc 3,16). Aquí, la imagen del fuego es asociada a la acción del Espíritu Santo que descendió el día de Pentecostés bajo la imagen de lenguas de fuego (He 2,2-4). Las imágenes y los símbolos no tienen nunca un sentido obligatorio, totalmente definido, que no permita divergencia. En este caso ya no sería ni una imagen, ni un símbolo. Es típico de la naturaleza del símbolo el provocar la imaginación de los oyentes y de los espectadores. Dejando la libertad a los oyentes, la imagen del fuego combinado con la imagen del bautismo indica la dirección en la que Jesús quiere que la gente dirija su imaginación. El bautismo es asociado con el agua y es siempre expresión de un compromiso de Jesús con su pasión:. ¿Podéis ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?» . (Mc 10,38-39).
• Lucas 12,51-53: Jesús vino a traer la división. Jesús habla siempre de paz (Mt 5,9; Mc 9,50; Lc 1,79; 10,5; 19,38; 24,36; Jo 14,27; 16,33; 20,21.26). Entonces ¿cómo entender la frase del evangelio de hoy que parece decir lo contrario: “¿Creéis que estoy aquí para poner paz en la tierra? No, os lo aseguro, sino división.”. Esta afirmación no significa que Jesús estuviera a favor de la división. ¡No! Jesús no quiere la división. El anuncio de la verdad que él, Jesús de Nazaret, era el Mesías se volvió motivo de mucha división entre los judíos. Dentro de la misma familia o de la comunidad, unos estaban a favor y otros radicalmente en contra. En este sentido la Buena Noticia de Jesús era realmente una fuente de división, una “señal de contradicción” (Lc 2,34) o como decía Jesús: “Estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.” Era lo que estaba ocurriendo, de hecho en las familias y en las comunidades: muchas divisiones, mucha discusión, como consecuencia del anuncio de la Buena Noticia entre los judíos de aquella época, unos aceptando, otros negando. Lo mismo vale para el anuncio de la fraternidad como valor supremo de la convivencia humana. No todos concordaban con este anuncio, pues preferían mantener sus privilegios. Por esto, no tenían miedo de perseguir lo que anunciaban la fraternidad y el compartir. Esta es la división que surgía y que está en el origen de la pasión y de la muerte de Jesús. Era lo que estaba aconteciendo. Lo que pensaba la gente. Jesús quiere la unión de todos en la verdad (cf. Jn 17,17-23). Hasta hoy es así. Muchas veces, allí donde la Iglesia se renueva, el llamado de la Buena Noticia se vuelve una “señal de contradicción” y de división. Personas que durante años vivieron acomodadas en la rutina de su vida cristiana, y que ya no quieren ser incomodadas por las “innovaciones” del Vaticano II. Incomodadas por los cambios, usan toda su inteligencia para encontrar argumentos en defensa de sus opiniones y para condenar los cambios como contrarios a lo que ellas piensan ser la verdadera fe.
4) Para la reflexión personal
• Buscando la unión, Jesús era causa de división. ¿Te ocurrió lo mismo alguna vez?
• Ante los cambios en la Iglesia, ¿cómo me sitúo?
5) Oración final
¡Aclamad con júbilo, justos, a Yahvé,
que la alabanza es propia de hombres rectos!
¡Dad gracias a Yahvé con la cítara,
tocad con el arpa de diez cuerdas; (Sal 33,1-2)

martes, 18 de octubre de 2016

Papa Francisco: "Porqué confesarse con un sacerdote"

Lectio Divina: Miércoles, 19 de octubre, 2016: Evangelio según san Lucas 12,39-48. (- 29ª Semana del Tiempo durante el Año - Ciclo C -)



Lectio Divina: 
  Miércoles, 19 Octubre, 2016
Tiempo Ordinario
  
1) Oración inicial
Dios todopoderoso y eterno, te pedimos entregarnos a ti con fidelidad y servirte con sincero corazón. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según Lucas 12,39-48
Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le horadasen su casa. Estad también vosotros preparados, porque cuando menos lo penséis, vendrá el Hijo del hombre.» Dijo Pedro: «Señor, ¿dices esta parábola para nosotros o para todos?» Respondió el Señor: «¿Quién es, pues, el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para darles a su tiempo su ración conveniente? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. De verdad os digo que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si aquel siervo se dice en su corazón: `Mi señor tarda en venir', y se pone a golpear a los criados y a las criadas, a comer y a beber y a emborracharse, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le castigará severamente y le señalará su suerte entre los infieles. «Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; el que no la conoce y hace cosas que merecen azotes, recibirá pocos; a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más.
Palabra del Señor
3) Reflexión
• El evangelio de hoy nos lanza de nueva una exhortación a la vigilancia con otras dos parábolas. Ayer la parábola era sobre el dueño y el empleado (Lc 12,36-38). Hoy, la primera parábola es sobre el dueño de la casa y el ladrón (Lc 12,39-40) y la otra habla del propietario y del administrador (Lc 12,41-47).
• Lucas 12,39-40: La parábola del dueño de la casa y del ladrón. “Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le horadasen su casa. Estad también vosotros preparados, porque cuando menos lo penséis, vendrá el Hijo del hombre.” Así que como el dueño de la casa no sabe a qué hora llega el ladrón, así nadie sabe la hora de llegada del hijo del Hombre. Jesús lo deja bien claro: " Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre!" (Mc 13,32). Hoy, muchas gente vive preocupada con el fin del mundo. Por las calles de las ciudades, a veces se ve escrito sobre los muros: ¡Jesús volverá! Hubo gente que, angustiada por la proximidad del fin del mundo, llegó a cometer suicidio. Pero el tiempo pasa y ¡el fin no llega! Muchas veces la afirmación “¡Jesús volverá!” es usada para meter miedo en las personas y obligarlas a atender una determinada iglesia. De tanto esperar y especular alrededor de la venida de Jesús, mucha gente deja de percibir su presencia en medio de nosotros, en las cosas más comunes de la vida, en los hechos de la vida diaria. Pues lo que importa no es saber la hora del fin del mundo, sino tener una mirada capaz de percibir la venida de Jesús ya presente en medio de nosotros en la persona del pobre (cf Mt 25,40) y en tantos otros modos y acontecimientos de la vida de cada día.
• Lucas 12,41: La pregunta de Pedro. “Señor, ¿dices esta parábola para nosotros o para todos?" No se ve bien el porqué de esta pregunta de Pedro. El evoca otro episodio, en el cual Jesús responde a una pregunta similar, diciendo: “A vosotros os he dado conocer el misterio del Reino de Dios, pero a los otros todo les es dado a conocer en parábolas” (Mt 13,10-11; Lc 8,9-10).
• Lucas 12,42-48ª: La parábola del dueño y del administrador. En la respuesta de Pedro Jesús formula otra pregunta en forma de parábola: “¿Quién es, pues, el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para darles a su tiempo su ración conveniente?” Inmediatamente después, Jesús mismo en la parábola da la respuesta: el buen administrador es aquel que cumple su misión de siervo, que nunca usa los bienes recibidos para su propio provecho, y que está siempre vigilante y atento. Es posible que sea una respuesta indirecta a la pregunta de Pedro, como si dijera: “Pedro, ¡la parábola es realmente para ti! A ti te incumbe saber administrar bien la misión que Dios te da como coordinador de las comunidades. En este sentido, la respuesta vale también para cada uno de nosotros. Y allí toma mucho sentido la advertencia final: “a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más.”.
• La llegada del Hijo del Hombre y el fin del mundo. La misma problemática había en las comunidades cristianas de los primeros siglos. Mucha gente de las comunidades decían que el fin del mundo estaba cerca y que Jesús volvería después. Algunas comunidades de Tesalónica en Grecia, apoyando la predicación de Pablo, decían: “¡Jesús volverá!” (1 Tes 4,13-18; 2 Tes 2,2). Por esto, había personas que habían dejado de trabajar, porque pensaban que la venida fuera cosa de pocos días o semanas. Trabajar ¿para qué, si Jesús iba a volver? (cf 2Ts 3,11). Pablo responde que no era tan simple como se lo imaginaban. Y a los que no trabajaban decía. “Quien no trabaja, ¡no tiene derecho a comer!” Otros se quedaban mirando al cielo, aguardando el retorno de Jesús sobre las nubes (cf He 1,11). Otros se quejaban de la demora (2Pd 3,4-9). En general, los cristianos vivían en la expectativa de la venida inminente de Jesús. Jesús venía a realizar el Juicio Final para terminar con la historia injusta de este mundo de aquí abajo e inaugurar la nueva fase de la historia, la fase definitiva del Nuevo Cielo y de la Nueva Tierra. Pensaban que esto acontecería dentro de una o de dos generaciones. Mucha gente seguiría con vida cuando Jesús iba a aparecer glorioso en el cielo (1Ts 4,16-17; Mc 9,1). Otros, cansados de esperar, decían: “¡No volverá nunca!” (2 Pd 3,4). Hasta hoy, la venida final de Jesús no ha ocurrido. ¿Cómo entender esta tardanza? Supone que ya no percibimos que Jesús volvió, que está en medio de nosotros: “Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo." (Mt 28,20). El ya está con nosotros, a nuestro lado, en la lucha por la justicia, por la paz y por la vida. La plenitud no ha llegado todavía, pero una muestra o garantía del Reino ya está en medio de nosotros. Por esto, aguardamos con firme esperanza la plena liberación de la humanidad y de la naturaleza (Rm 8,22-25). Y en cuanto esperamos y luchamos, decimos con certeza: “¡El ya está en medio de nosotros!” (Mt 25,40).
4) Para la reflexión personal
• La respuesta de Jesús a Pedro sirve también para nosotros, para mí. ¿Soy un buen administrador/a de la misión que recibí?
• ¿Cómo hago para estar vigilante siempre?
5) Oración final
¡De la salida del sol hasta su ocaso,
sea alabado el nombre de Yahvé!
¡Excelso sobre los pueblos Yahvé,
más alta que los cielos su gloria! (Sal 113,3-4)

Lectio Divina: Martes, 18 de octubre, 2016: Evangelio según san Lucas 10,1-9. (- 29ª Semana del Tiempo durante el Año - Ciclo C -)


Lectio Divina: 
  Martes, 18 Octubre, 2016
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Te pedimos, Señor, que tu gracia continuamente nos preceda y acompañe, de manera que estemos dispuestos a obrar siempre el bien. Por nuestro Señor.

2) Lectura
Del Evangelio según Lucas 10,1-9
Convocando a los Doce, les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades; y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar. Y les dijo: «No toméis nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni plata; ni tengáis dos túnicas cada uno. Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta que os marchéis de allí. Y si algunos no os reciben, salid de aquella ciudad y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos.» Partieron, pues, y recorrieron los pueblos, anunciando la Buena Nueva y curando por todas partes.
Se enteró el tetrarca Herodes de todo lo que pasaba y estaba perplejo, porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; otros, que Elías se había aparecido, y otros, que uno de los antiguos profetas había resucitado. Herodes dijo: «A Juan, le decapité yo.¿Quién es, pues, éste de quien oigo tales cosas?» Y buscaba verle.
Palabra del Señor

3) Reflexión
● Hoy es la fiesta de San Lucas, y el evangelio nos habla del envío de los setenta y dos discípulos que deben anunciar la Buena Noticia de Dios en los poblados, en las aldeas y en las ciudades de Galilea. Los setenta y dos somos todos y todas nosotros que vivimos después de los Doce. Mediante la misión de los discípulos y de las discípulas, Jesús trata de rescatar los valores de la tradición de la gente que estaban siendo encubiertos por el doble cautiverio del dominio romano y de la religión oficial. Jesús trata de renovar y de reorganizar las comunidades para que sean de nuevo una expresión de la Alianza, una muestra del Reino de Dios. Por esto, insiste en la hospitalidad, en el compartir, en la acogida a los excluidos. Esta insistencia de Jesús se percibe en los consejos que daba a los discípulos y discípulas cuando los enviaba en misión. En el tiempo de Jesús había diversos otros movimientos que, al igual que Jesús, trataban de presentar una nueva manera de vivir y convivir, por ejemplo Juan Bautista, los fariseos y otros. Ellos también formaban comunidades de discípulos (Jn 1,35; Lc 11,1; He 19,3) y tenían a sus misioneros (Mt 23,15). Pero como veremos había una gran diferencia.

● Lucas 10,1-3: La Misión. Jesús envía a los discípulos a los lugares donde el mismo tiene que ir. El discípulo es el portavoz de Jesús. No es el dueño de la Buena Noticia. El los envía de dos en dos. Esto favorece la ayuda mutua, pues la misión no es individual, sino comunitaria. Dos personas representan mejor la comunidad.

● Lucas 10,2-3: La Corresponsabilidad. La primera tarea es rezar para que Dios envíe obreros. Todo discípulo y discípula debe sentirse responsable de la misión. Por esto tiene que rezar al Padre para que haya continuidad en la misión. Jesús envía a sus discípulos como corderos en medio de lobos. La misión es tarea difícil y peligrosa. Pues el sistema en que los discípulos vivían y en el que seguimos viviendo era y sigue siendo contrario a la reorganización de la gente en comunidades vivas.

● Lucas 10,4-6: La Hospitalidad. Al contrario de los otros misioneros, los discípulos y las discípulas no pueden llevarse nada, ni bolsa, ni sandalias. Pero deben llevar la paz. Esto significa que deben confiar en la hospitalidad de la gente. Pues el discípulo que va sin nada, llevando apenas la paz, muestra que confía en la gente. Piensa que va a ser recibido, y la gente se siente respetada y confirmada. Por medio de esta práctica el discípulo critica las leyes de exclusión y rescata los valores de la convivencia comunitaria. No saludéis a nadie por el caminosignifica que no se debe perder tiempo en cosas que no pertenecen a la misión.

● Lucas 10,7: El compartir. Los discípulos no deben andar de casa en casa, pero sí permanecer en la misma casa. Esto es, deben convivir de forma estable, participar en la vida y en el trabajo de la gente y vivir de lo que reciben en cambio, pues el obrero merece su salario. Esto significa que deben confiar en el compartir. Así, por medio de esta nueva práctica, rescatan una antigua tradición de la gente, critican la cultura de acumulación que marcaba la política del Imperio Romano y anuncian un nuevo modelo de convivencia.

● Lucas 10,8: La Comunión de mesa. Los fariseos, cuando iban en misión, iban prevenidos. Pensaban que no podían confiar en la comida que no siempre era ritualmente “pura”. Por esto llevaban alforja y dinero para poder cuidar de su propia comida. Así, en vez de ayudar a superar las divisiones, las observancias de la Ley de pureza, enflaquecían mucho más la vivencia de los valores comunitarios. Los discípulos de Jesús deben comer lo que la gente les ofrece. No pueden vivir separados, comiendo de su propia comida. Esto significa que deben aceptar compartir la mesa. En el contacto con la gente, no pueden tener miedo a perder la pureza legal. Actuando así, critican las leyes de la pureza en vigor y anuncian un nuevo acceso a la pureza, esto es a la intimidad con Dios.
● Lucas 10,9aLa acogida a los excluidos. Los discípulos debencurar enfermedades, curar a los leprosos y expulsar los demonios (Mt 10,8). Esto significa que deben acoger dentro de la comunidad a los que fueron excluidos. Esta práctica solidaria critica a la sociedad que excluye y apunta hacia salidas concretas. Es lo que hoy hace la pastoral de los excluidos, migrantes y marginados.
● Lucas 10,9bLa llegada del Reino. Si cumplen con todas estas exigencias, los discípulos pueden y deben gritar a los cuatro vientos: ¡El Reino ha llegado! Anunciar el Reino no es en primer lugar enseñar verdades y doctrinas, sino llevar a una nueva manera de vivir y de convivir como hermanos y hermanas desde la Buena Noticia que Jesús nos trae: que Dios es Padre y Madre de todos nosotros.

4) Para la reflexión personal
● Hospitalidad, compartir, comunión alrededor de la mesa, acogida a los excluidos: son los pilares que sostienen la vida comunitaria. ¿Cómo se realiza esto en mi comunidad?

● ¿Qué es para mí ser cristiano, ser cristiana? En una entrevista en televisión, alguien respondió al reportero: “Soy cristiano, trato de vivir el evangelio, pero no participo en la comunidad de la Iglesia”. El reportero comentó: “¡Así que usted se considera como un buen jugador de football, pero no forma parte de ningún equipo!” ¿Es mi caso?

5) Oración final
Alábente, Yahvé, tus creaturas,
bendígante tus fieles;
cuenten la gloria de tu reinado,
narren tus proezas, (Sal 145,10-11)

domingo, 16 de octubre de 2016

Lectio Divina: Lunes, 17 de octubre, 2016: Evangelio según san Lucas 12,13-21. (- 29ª Semana del Tiempo durante el Año - Ciclo C -)


Lectio Divina: 
  Lunes, 17 Octubre, 2016

1) Oración inicial
Dios todopoderoso y eterno, te pedimos entregarnos a ti con fidelidad y servirte con sincero corazón. Por nuestro Señor.

2) Lectura
Del Evangelio según Lucas 12,13-21
Uno de la gente le dijo: «Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo.» Él le respondió: «¡Hombre! ¿Quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros?» Y les dijo: «Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aunque alguien posea abundantes riquezas, éstas no le garantizan la vida.» Les dijo una parábola: «Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto; y pensaba entre sí, diciendo: `¿Qué haré, pues no tengo dónde almacenar mi cosecha?' Y dijo: `Voy a hacer esto: Voy a demoler mis graneros, edificaré otros más grandes, reuniré allí todo mi trigo y mis bienes y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea.' Pero Dios le dijo: `¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán?' Así es el que atesora riquezas para sí y no se enriquece en orden a Dios.»
Palabra del Señor

3) Reflexión
● El relato del evangelio de hoy se encuentra sólo en el Evangelio de Lucas y no tiene paralelo en otros evangelios. Forma parte de la descripción del camino de Jesús, desde Galilea hasta Jerusalén (Lc 9,51 a 19,28), en el que Lucas coloca la mayor parte de las informaciones que consigue recoger respecto de Jesús y que no se encuentran en los otros tres evangelios (cf. Lc 1,2-3). El evangelio de hoy nos trae la respuesta de Jesús a la persona que le pidió que mediara en el reparto de una herencia.
● Lucas 12,13: Un pedido para repartir la herencia. “Uno de la gente le dijo: «Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo.” Hasta hoy, la distribución de la herencia entre los familiares es siempre una cuestión delicada y, muchas veces, ocasiona infinitas discusiones y tensiones. En aquel tiempo, la herencia tenía que ver también con la identidad de las personas (1Re 21,1-3) y con su supervivencia (Núm 27,1-11; 36,1-12). El mayor problema era la distribución de las tierras entre los hijos del fallecido padre. Siendo una familia grande, se corría el peligro de que la herencia se desmenuzara en pequeños pedazos de tierra que no podrían garantizar la supervivencia de todos. Por esto, para evitar la desintegración o pulverización de la herencia y mantener vivo el nombre de familia, el mayor de los hijos recibía el doble de la herencia (Dt 21,17. cf. 2Re 2,11).
● Lucas 12,14-15: Respuesta de Jesús: cuidado con la ganancia. “Jesús respondió: "¿Hombre, ¿Quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros?” En la respuesta de Jesús se ve la conciencia que tenía de su misión. Jesús no se siente enviado por Dios para atender el pedido de arbitrar entre los parientes que se pelean entre sí por el reparto de la herencia. Pero el pedido despierta en él la misión de orientar a las personas, pues: “Les dijo: Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aunque alguien posea abundantes riquezas, éstas no le garantizan la vida.”Formaba parte de su misión el esclarecer a las personas respecto del sentido de la vida. El valor de una vida no consiste en tenermuchas cosas, sino en ser rico para Dios (Lc 12,21). Pues, cuando la ganancia ocupa el corazón, no se llega a repartir la herencia con equidad y con paz.
● Lucas 12,16-19: La parábola que hace pensar en el sentido de la vida. Inmediatamente después Jesús cuenta una parábola para ayudar a las personas a reflexionar sobre el sentido de la vida:"Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto; y pensaba entre sí, diciendo: ¿Qué haré, pues no tengo dónde almacenar mi cosecha” El hombre rico está totalmente encerrado en la preocupación de sus bienes que aumentarán de repente por causa de una cosecha abundante. Piensa sólo en acumular para garantizarse una vida despreocupada. Dice: Y dijo: Voy a hacer esto: Voy a demoler mis graneros, edificaré otros más grandes, reuniré allí todo mi trigo y mis bienes y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea.'● Lucas 12,20: Primera conclusión de la parábola. “Pero Dios le dijo: ¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán?' La muerte es una llave importante para redescubrir el sentido verdadero de la vida. Relativiza todo, pues muestra lo que perece y lo que permanece. Quien sólo busca tener y olvida el ser pierde todo en la hora de la muerte. Aquí se evidencia un pensamiento muy frecuente en los libros sapienciales: para qué acumular bienes en esta vida, si no sabes dónde poner los bienes que acumulas, ni sabes lo que el heredero va a hacer con aquello que tu le dejas (Ecl 2,12.18-19.21).
● Lucas 12,21: Segunda conclusión de la parábola. “Así es el que atesora riquezas para sí y no se enriquece en orden a Dios.”.¿Cómo volverse rico para Dios? Jesús dio diversas sugerencias y consejos: quien quiere ser el primero, que sea el último (Mt 20,27; Mc 9,35; 10,44); es mejor dar que recibir (At 20,35); el mayor es el menor (Mt 18,4; 23,11; Lc 9,48) guarda su vida aquel que la pierde (Mt 10,39; 16,25; Mc 8,35; Lc 9,24).

4) Para la reflexión personal
● El hombre pide a Jesús que le ayude en el reparto de la herencia. Y tú ¿qué pides a Dios en tus oraciones?
● El consumismo crea necesidades y despierta en nosotros el deseo de acumular. ¿Qué haces tú para no ser víctima de la sociedad de consumo?

5) Oración final
¡Aclama a Yahvé, tierra entera,
servid a Yahvé con alegría,
llegaos a él con júbilo! (Sal 100,1-2)

Oración Al Cura Brochero - Lucho Arrieta

sábado, 15 de octubre de 2016

Vida de José Gabriel del Rosario Brochero conocido como el “cura Brochero” o “cura gaucho”, el primer Santo Argentino.

Domingo 16 de octubre: Argentina festejará finalmente la canonización de José Gabriel del Rosario Brochero conocido como el “cura Brochero” o “cura gaucho”, el primer Santo Argentino

Lectio Divina: Domingo, 16 de octubre, 2016: Evangelio según san Lucas 18, 1-8. (29° Domingo del Tiempo durante el Año - Ciclo C -)


Lectio Divina: 
Domingo, 16 Octubre, 2016
Una verdadera oración: el ejemplo de la viuda

1. Oración inicial
Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.

Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.

2. Lectura
a) Clave de lectura:
La liturgia de este domingo nos pone delante un texto del Evangelio de Lucas que habla de oración, un tema muy querido para Lucas. Es la segunda vez que este evangelista trae palabras de Jesús para enseñarnos a orar. La primera vez (Lc 11,1-13), introduce el texto del Padre Nuestro y mediante comparaciones y parábolas, nos enseña que debemos orar siempre, sin desfallecer. Ahora, esta segunda vez, (Lc 18,1-4), Lucas recurre de nuevo a parábolas extraídas de la vida de cada día para dar instrucciones sobre la oración: la parábola de la viuda y del juez (18,1-8), del fariseo y del publicano (Lc 18,9-14). Lucas presenta las parábolas de un modo didáctico. Para cada una de ellas, prepara una breve introducción que sirve de clave de lectura. Después viene la parábola, y, finalmente, Jesús mismo aplica la parábola a la vida. El texto de este domingo se limita a la primera parábola de la viuda y del juez (Lc 18,1-9). En el curso de la lectura es bueno prestar atención a cuanto sigue: “¿Cuáles son las actitudes de las personas que aparecen en esta parábola?”
b) Una división del texto para ayudar a leerlo:
Lucas 18,1: Una clave que Jesús ofrece para entender la parábola
Lucas 18,2-3: El contraste entre el Juez y la Viuda
Lucas 18 4-5: El cambio del juez y el porqué de tal cambio
Lucas 18, 6-8a: Jesús aplica la Parábola
Lucas 18,8b: Una frase final para provocar
c) El texto: Evangelio según san Lucas 18, 1-8.
1 Les propuso una parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer: 2 «Había en una ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. 3 Había en aquella misma ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo: `¡Hazme justicia contra mi adversario!' 4 Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí mismo: `Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, 5 como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que deje de una vez de importunarme.'»
6 Dijo, pues, el Señor: «Oíd lo que dice el juez injusto; 7 pues, ¿no hará Dios justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche? ¿Les hará esperar? 8 Os digo que les hará justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?»
Palabra del Señor

3. Un momento de silencio orante
para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.

Continúa...

domingo, 9 de octubre de 2016

Oración de sanación para desprenderte de todo miedo, temor y pánico.


Señor, sé luz en mi mente, paz en mi corazón, sabiduría en mis decisiones, amor en mis relaciones. Te necesito, sólo Tú eres capaz de calmar mis penas. Sólo en Ti tengo depositada mi esperanza, sólo en Ti podré encontrar un lugar donde protegerme y así no darle lugar al miedo y a las distintas formas del mal.

Muchos miedos son los que me atacan a diario. Por eso, hoy, reconozco ante Ti que estoy plagado de miserias, y acudo a Ti como mi amigo y mi hermano, para que me llenes de tu alegría y tu gozo, para que renueves esa fuerza esperanzadora que levanta del suelo a todos quienes confiados a Ti buscan ayuda

Señor mío, Tú conoces que todos los vacíos de mi ser, ellos sólo pueden ser llenados por tu gracia y tu presencia. Mis miedos, mis preocupaciones, mis dolores, mis confusiones, sólo pueden encontrar soluciones y sanación en Ti. Sé que con tu ayuda podré superar todos esos miedos que no me dejan avanzar.

Muéveme con tu Santo Espíritu. Tú me acompañas y me das valor para enfrentar esas circunstancias que ponen a temblar mis rodillas. Me mantengo fiel a Ti, porque estoy seguro que no me vas a fallar. Toma mi vida Señor, toma mi mente y mi corazón y hazme un fiel discípulo de tu amor.

Tú me das la certeza de una esperanza tranquila y llena de gozo cuando, en muchas ocasiones en tu Evangelio, dices "No teman". Quien cree en Ti jamás quedará defraudado y no habrá temor alguno que haga tambalear su fe.

Quiero dejar que te acerques siempre a mí, vivir en comunión contigo toda mi vida, que mis faltas jamás me separen de tu amor porque siempre busco tu perdón. Todo miedo que hay dentro de mí se desvanece cuando te acepto y mi boca dice confiado: "Creo en Ti, Señor mío".

Toca mi corazón, sánalo, libéralo del miedo y de las situaciones adversas que lo hacen poner inquieto. Eres mi fortaleza y estoy seguro de que tu amor y tu misericordia no se apartan de mi espíritu.

Confío en tu promesa fiel, confío en tu Palabra que me conforta. Quiero que también a mí me digas esas palabras de esperanzas que le pronunciaste a Josué "No tengas miedo ni te acobartes, porque Yo, tu Señor y Dios, estaré contigo dondequiera que vayas." (v 1,9)

Sopla Señor mío, sopla fuerte, sopla las bendiciones sobre mí que traen consigo tu Espíritu Santo para que me ayudes a creer y a dar un verdadero testimonio de tu amor al mundo, sin temores, sin miedos.

Muéveme, Jesús mío, con tu Santo Espíritu, que me acompañe siempre en todos mis retos y en aquellos momentos de desolación y de flaquezas que a veces siento que me tumban al piso y me hacen incapaz de continuar la lucha por ser cada día mejor.

Dame la fuerza y tu poder para vencer los miedos y estar libre de angustias. Guía mi corazón y mi mente con el Espíritu Santo, esa presencia poderosa contenida en tus tres divinas personas que ilumina nuestras vidas y nos hace ser personas decididas y valientes en la fe.

Te amo Jesús, y confío en que en este momento, Tú estás rompiendo con todas esas cadenas que me tienen atado a la desesperanza, y aunque camine por sendas oscuras, ya no vacilare ni temeré, porque tu fuerza y tu poder están conmigo y me infundes confianza.

Amén



¡Confía en el Señor tu Dios! Ya deja atrás esos miedos y atrévete con valentía a luchar contra esos sentimientos que quieren abatirte y hacerte sentir que no vales nada. ¡No te dejes! ¡ERES UN HIJA DE DIOS! Todos los esfuerzos que hagas en el poderoso Nombre de Jesús tendrán sus frutos de un momento a otro. Tu Dios es poderoso, grande y lleno de amor. Él puede hacer de lo imposible algo posible. Pídele a Dios en este instante que actúe en tu vida y en tu familia. Pídele que cambie tus amarguras y dificultades en alegrías y oportunidades.
Oración que repetirás el día de hoy:

“Señor, cuando estoy cargado de preocupaciones, tus consuelos me llenan de alegría (Salmo 94,19) Yo puedo vencer todos los miedos y angustias del camino, porque Contigo voy, Contigo soy y Contigo vivo. Amén”

El Señor te bendiga y te libere de los miedos y angustias y se lleve todo dolor emocional de tu alma.

En el nombre poderoso de Jesús.


Amén

sábado, 8 de octubre de 2016

En el Nombre de Dios - Dios está cerca (Película con valores)

D'Fe - Tócame - Video Oficial HD - Música Católica

Lectio Divina: Domingo, 9 de octubre, 2016: Evangelio según san Lucas 17, 11-19. (28° Domingo del Tiempo durante el Año - Ciclo C -)



Lectio Divina: 
 
Domingo, 9 Octubre, 2016
 
Los diez leprosos: 
El reconocimiento por el don gratuito de la salvación


Oración inicial
Señor, mientras sigues caminando y atravesando nuestras tierras, hoy te has detenido y has entrado en mi aldea, en mi casa, en mi vida. No has tenido miedo, no has desdeñado la profunda enfermedad de mi pecado, más aún, Tu me has amado. Me detengo a distancia, o Maestro, junto con mis hermanos y hermanas, que andan conmigo por este mundo. Levanto mi voz y te llamo; te muestro la herida de mi alma. Te ruego, sáname con el ungüento de tu Palabra, nada más puede sanarme, solamente Tú que eres el Amor…

1. Leo la Palabra
a) Texto: 
Evangelio según san Lucas Lucas 17, 11-19. 
11 De camino a Jerusalén, pasó por los confines entre Samaría y Galilea. 12 Al entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a distancia 13 y, levantando la voz, dijeron: «¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!» 14 Al verlos, les dijo: «Id y presentaos a los sacerdotes.» Y sucedió que, mientras iban, quedaron limpios. 15 Uno de ellos, viéndose curado, se volvió glorificando a Dios en alta voz, 16 y, postrándose rostro en tierra a los pies de Jesús, le daba gracias; y éste era un samaritano. 17 Tomó la palabra Jesús y dijo: «¿No quedaron limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? 18 ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios sino este extranjero?» 19 Y le dijo: «Levántate y vete; tu fe te ha salvado.»
Palabra del Señor

b) El contexto:
Este pasaje coloca nuestros pasos en la tercera etapa del camino de Jesús hacia Jerusalén. La meta está cerca y el maestro llama con más intensidad aún a sus discípulos, es decir a nosotros, a que le sigamos hasta entrar con El en la ciudad santa, en el misterio de la salvación, del amor. El paso se da sólo mediante la fe, alimentada por una intensa, incesante, insistente y confiada oración. Lo vemos recorriendo los capítulos que preceden y siguen este relato (17, 6; 17, 19; 18, 7-8; 18, 42). Estas palabras nos invitan a identificarnos con los leprosos, que se hacen niños (cf. Lc 18, 15-17) y con el rico que se convierte y acoge la salvación en su casa (Lc 18, 18 ss.); si las acogemos verdaderamente y las guardamos para ponerlas en práctica, podremos por fin llegar nosotros también a Jericó (19, 1) y desde allí empezar a subir con Jesús (19, 28), hasta el abrazo gozoso con el Padre.
  Continúa