UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





lunes, 29 de junio de 2009

Finalización del Año Paulino

Santos Pedro y Pablo, Apóstoles

domingo, 28 de junio de 2009









Lectio Divina : Domingo XIII del T. O. :28 de Junio 2009
"Curación de
una mujer y resurrección de la hija de Jairo"







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domingo, 21 de junio de 2009







Lectio Divina : Domingo XII del T. O. :
21 de Junio 2009
"LA TEMPESTAD CALMADA"

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sábado, 20 de junio de 2009

FIESTA DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA





viernes, 19 de junio de 2009

El Papa dejó formalmente inaugurado el Año Sacerdotal

EN LA BASÍLICA DE SAN PEDRO

El Papa dejó formalmente inaugurado el Año Sacerdotal

"Nada hace sufrir tanto a la Iglesia, como los pecados de sus pastores", admitió Benedicto XVI. Criticó a los sacerdotes inducen a los fieles al "pecado y muerte" o los desvían con "doctrinas privadas". Los llamó a la conversión y a la santidad.


Benedicto XVI abrió este viernes el Año Sacerdotal en una solemne ceremonia celebrada en la basílica de San Pedro del Vaticano, durante la que dijo que "nada hace sufrir más" a la Iglesiacomo los pecados de sus pastores, sobre todo los de aquellos que dañan a las personas que deben cuidar.

"Nada hace sufrir tanto a
la Iglesia, Cuerpo de Cristo, como los pecados de sus pastores, sobre todo los de aquellos que se transforman en 'ladrones de ovejas; o los de las que la desvían con sus doctrinas privadas o la ciñen con lazos de pecado y de muerte", dijo el Papa ante varios miles de sacerdotes y fieles presentes en el templo.

El Obispo de Roma no precisó más con esas fuertes palabras, pero según los observadores vaticanos, con la frase "ladrones de ovejas", del Evangelio de Juan, el Pontífice se refirió a los falsos pastores y a los curas pederastas y con "doctrinas privadas" condenó las herejías contra la fe católica.

El Papa Ratzinger manifestó que la misión del sacerdote es indispensable para
la Iglesia y el mundo y que la Iglesia necesita "sacerdotes santos, ministros que ayuden a los fieles a experimentar el amor misericordioso de Dios y sean sus testigos convencidos.

El Pontífice exhortó a los sacerdotes a entregarse con generosidad y dedicación a los fieles y les advirtió del "terrible riesgo" de que "puedan dañar, por negligencia o culpa, a aquellos cuyas almas les han sido confiadas, Dios no lo quiera".

El Papa teólogo subrayó que este Año sacerdotal, en ocasión del 150 aniversario de la muerte de San Juan María Vianney, el cura de Ars, es la ocasión para crecer en intimidad con Jesús, "que cuenta con nosotros, sus ministros, para difundir y consolidar su Reino".

El Obispo de Roma exhortó a los sacerdotes a "dejarse conquistar" plenamente por Cristo y subrayó que para ser ministros al servicio del Evangelio es necesaria una cuidadosa y permanente formación pastoral.

La ceremonia comenzó con una procesión por la basílica con la reliquia de San Juan María Vianney, considerado por
la Iglesia como el prototipo de lo que tiene que ser un sacerdote, que fue trasladada desde la Capilla de la Piedad, al Altar de
la Confesión.

C
on motivo de este Año Sacerdotal, Benedicto XVI ha escrito una carta a todos los sacerdotes en la que afirmó que la "infidelidad" de los sacerdotes "jamás es suficientemente deplorable" y en la que también resaltó la "valiente fidelidad" de tantos otros que entre dificultades e incomprensiones siguen siendo fieles a su vocación.

En la misiva, el Pontífice aseguró que el celibato sacerdotal se puede vivir en plenitud y afirma que los sacerdotes jamás deberán resignarse a ver desiertos los confesionarios ni a limitarse a constatar el desapego de los fieles hacia el sacramento de
la Reconciliación.

El Año
Sacerdotal concluirá el 19 de junio de 2010 y con el mismo, según el Papa, se pretende contribuir a una renovación interior de todos los sacerdotes y reconocer su labor no sólo en la Iglesia sino para toda la humanidad.



HOMILIA COMPLETA :


http://www.zenit.org/article-31625?l=spanish

CARTA DEL PAPA A LOS SACERDOTES CON MOTIVO DEL AÑO SACERDOTAL



CARTA DEL PAPA A LOS SACERDOTES CON MOTIVO DEL AÑO SACERDOTAL


Una nueva primavera para la Iglesia


CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 18 junio 2009 (ZENIT.org).- Publicamos la carta que ha enviado Benedicto XVI a los sacerdotes al comenzar el Año Sacerdotal, que ha proclamado con motivo del 150° aniversario de la muerte (el dies natalis) de san Juan María Vianney, conocido como el cura de Ars.

http://www.zenit.org/article-31600?l=spanish



FIESTA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS








domingo, 14 de junio de 2009

FIESTA DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO



Lectio Divina : Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo:14 de Junio 2009



http://www.homiletica.org/carmelomorraCICLOB.htm


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martes, 9 de junio de 2009



Queridísimos Sacerdotes:

Dentro de unas dos semanas – viernes 19 de junio, Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús – podremos vivir un intenso momento de fe, muy unidos al Santo Padre y entre nosotros, cuando en la Basílica Papal de San Pedro en el Vaticano celebraremos las Vísperas e comenzaremos el Año Sacerdotal.

Estamos ciertamente llamados a la conversión en cada día, pero en este Año lo somos en una manera muy particular, juntamente a cuantos han recibido el don de la Ordenación sacerdotal. ¿A qué debemos convertirnos? Conversión para ser siempre más auténticamente aquello que somos, conversión hacia nuestra identidad eclesial para un ministerio que sea absolutamente consecuente con dicha identidad, con el fin de que una renovada y alegre conciencia del nuestro “ser” determine nuestro “hacer”, o mejor, ofrezca el espacio a Cristo, Buen Pastor, para que El pueda vivir dentro de nosotros y actuar a través de nosotros.

Nuestra espiritualidad no puede ser otra que la de Cristo, único y Sumo Sacerdote del Nuevo Testamento.

En este Año, que el Sumo Pontífice ha providencialmente proclamado, buscaremos todos juntos la referencia a la identidad de Cristo, Hijo de Dios, en comunión con el Padre y el Espíritu Santo, hecho Hombre en las entrañas virginales de María; a su misión de revelar al Padre y a su admirable diseño de salvación. Esta misión de Cristo comporta también la construcción de la Iglesia: El Buen Pastor (cfr. Ju. 19, 1-21), que da su vida por la Iglesia (cfr. Ef. 5, 25).

Convertirse sí cada día para que el estilo de vida de Cristo sea cada vez más el estilo de cada uno de nosotros.

Debemos ser para los hombres, debemos comprometernos a vivir en comunión con el santo y divino amor con la gente; una amor que da la vida (he aquí incisa la riqueza del sagrado celibato), que obliga a la solidariedad auténtica con los que sufren y con los pobres de toda pobreza.

Debemos ser obreros para la construcción de la única Iglesia de Cristo por lo cual debemos vivir fielmente la comunión de amor con el Papa, con los Obispos, con los hermanos sacerdotes y con los fieles. Debemos vivir la comunión con camino jamás interrumpido de la Iglesia en el interior del Cuerpo místico.

Debemos poder correr espiritualmente en este Año “dilatato corde” correspondiendo a nuestra vocación para así poder mejor decir con verdad: “no soy yo quien vive, es Cristo que vive en mi” (Gal. 2, 20).

La santidad de los sacerdotes esparce todo un beneficio al Cuerpo eclesial y es por eso que los fieles ordenados – como también los seminaristas, religiosos, religiosas y fieles laicos – todos juntos podremos encontrarnos en la Basílica Vaticana en ocasión de la Vísperas presididas por el Santo Padre, después de haber acogido la reliquia del corazón de aquel luminoso modelo, que es San Juan María Vianney.

Todos aquellos que no tendrán ocasión de estar presentes podrán unirse espiritualmente en sus propios lugares.

Entrada a la basílica a las 16,00.
Llegada de la Reliquia a las 17,30. Seguirá la celebración de las Vísperas.
Los billetes para la entrada se deberán pedir por medio de fax (+39 0669885863) a la Prefectura de la Casa Pontificia y se entregarán un día antes en el “Portone di Bronzo”, debajo de la columnata, al lado de la Basílica.

Los Sacerdotes vestirán el hábito propio; los Religiosos el del Instituto al que pertenecen.

El Año Sacerdotal terminara con una Reunión Internacional en Roma, los días 9-10-11 de junio de 2010. Se dará amplia información sobre el tema durante este mes de junio.

Todos cuantos tengan interés en participar y para cualquier asunto pueden ponerse en contacto con la “Opera Romana Pellegrinaggi”, Via della Pigna 13/a, I-00186 Roma – tel. (0039)06-698961.


 Mauro Piacenza
Arzob. Tit. de Vittoriana
Secretario





EL AÑO SACERDOTAL

Queridos Sacerdotes:

El Año Sacerdotal, promulgado por nuestro amado Papa Benedicto XVI, para celebrar el 150 aniversario de la muerte de San Juan María Bautista Vianney, el Santo Cura de Ars, está a punto de comenzar. Lo abrirá el Santo Padre el día 19 del próximo mes de junio, fiesta del Sagrado Corazón de Jesús y de la Jornada Mundial de Oración para la santificación de los Sacerdotes. El anuncio de este año especial ha tenido una repercusión mundial eminentemente positiva, en especial entre los mismos Sacerdotes. Todos queremos empeñarnos, con determinación, profundidad y fervor, a fin de que sea un año ampliamente celebrado en todo el mundo, en las diócesis, en las parroquias y en las comunidades locales con toda su grandeza y con la calurosa participación de nuestro pueblo católico, que sin duda ama a sus Sacerdotes y los quiere ver felices, santos y llenos de alegría en su diario quehacer apostólico.

Deberá ser un año positivo y propositivo en el que la Iglesia quiere decir, sobre todo a los Sacerdotes, pero también a todos los cristianos, a la sociedad mundial, mediante los mass media globales, que está orgullosa de sus Sacerdotes, que los ama y que los venera, que los admira y que reconoce con gratitud su trabajo pastoral y su testimonio de vida. Verdaderamente los Sacerdotes son importantes no sólo por cuanto hacen sino, sobre todo, por aquello que son. Al mismo tiempo, es verdad que a algunos se les ha visto implicados en graves problemas y situaciones delictivas. Obviamente es necesario continuar la investigación, juzgarles debidamente e infligirles la pena merecida. Sin embargo, estos casos son un porcentaje muy pequeño en comparación con el número total del clero. La inmensa mayoría de Sacerdotes son personas dignísimas, dedicadas al ministerio, hombres de oración y de caridad pastoral, que consuman su total existencia en actuar la propia vocación y misión y, en tantas ocasiones, con grandes sacrificios personales, pero siempre con un amor auténtico a Jesucristo, a la Iglesia y al pueblo; solidarios con los pobres y con quienes sufren. Es por eso que la Iglesia se muestra orgullosa de sus sacerdotes esparcidos por el mundo.

Este Año debe ser una ocasión para un periodo de intensa profundización de la identidad sacerdotal, de la teología sobre el sacerdocio católico y del sentido extraordinario de la vocación y de la misión de los Sacerdotes en la Iglesia y en la sociedad. Para todo eso será necesario organizar encuentros de estudio, jornadas de reflexión, ejercicios espirituales específicos, conferencias y semanas teológicas en nuestras facultades eclesiásticas, además de estudios científicos y sus respectivas publicaciones.

El Santo Padre, en su discurso de promulgación durante la Asamblea Plenaria de la Congregación para el Clero, el 16 de marzo pasado, dijo que con este año especial se quiere “favorecer esta tensión de los Sacerdotes hacia la perfección espiritual de la cual depende, sobre todo, la eficacia del ministerio”. Especialmente por eso, debe ser una año de oración de los Sacerdotes, con los Sacerdotes y por los Sacerdotes; un año de renovación de la espiritualidad del presbiterio y de cada uno de los presbíteros. En el referido contexto, la Eucaristía se presenta como el centro de la espiritualidad sacerdotal. La adoración eucarística para la santificación de los Sacerdotes y la maternidad espiritual de las religiosas, de las mujeres consagradas y de las mujeres laicas hacia cada uno de los presbíteros, como propuesto ya desde hace algún tiempo por la Congregación para el Clero, podría desarrollarse con mejores frutos de santificación.

Sea también un año en el que se examinen las condiciones concretas y el sustento material en el que viven nuestros Sacerdotes, en algunos casos obligados a subsistir en situaciones de dura pobreza.

Sea, al mismo tiempo, un año de celebraciones religiosas y públicas que conduzcan al pueblo, a las comunidades católicas locales, a rezar, a meditar, a festejar y a presentar el justo homenaje a sus Sacerdotes. La fiesta de la comunidad eclesial es una expresión muy cordial, que exprime y alimenta la alegría cristiana, que brota de la certeza de que Dios nos ama y que hace fiesta con nosotros. Será una oportunidad para acentuar la comunión y la amistad de los Sacerdotes con las comunidades a su cargo.

Otros muchos aspectos e iniciativas podrían enumerarse con el fin de enriquecer el Año Sacerdotal. Al respecto, deberá intervenir la justa creatividad de las Iglesias locales. Es por eso que en cada Conferencia Episcopal, en cada Diócesis o parroquia o en cada comunidad eclesial se establezca lo más pronto posible un verdadero y propio programa para este año especial. Obviamente será muy importante comenzar este año con una celebración significativa. En el mismo día de apertura del Año Sacerdotal, el día 19 de junio, con el Santo Padre en Roma, se invita a las Iglesias locales a participar, en el modo más conveniente, a dicha inauguración con un acto litúrgico específico y festivo. Serán bien recibidos todos aquellos que, en ocasión de la apertura, podrán estar presentes, con el fin de manifestar la propia participación a esta feliz iniciativa del Papa. Sin duda, Dios bendecirá este esfuerzo con grande amor. Y la Virgen María, Reina del Clero, intercederá por todos vosotros, queridos Sacerdotes.

Cardenal Claudio Hummes
Arzobispo Emérito de San Pablo
Prefecto de la Congregación para el Clero

domingo, 7 de junio de 2009

LECTIO DIVINA : SANTISIMA TRINIDAD




"Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos,
bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo... ".


Lectio Divina : Pentecostés : 31 de Mayo 2009




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miércoles, 3 de junio de 2009

Antropología Bíblica