UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





viernes, 19 de junio de 2009

El Papa dejó formalmente inaugurado el Año Sacerdotal

EN LA BASÍLICA DE SAN PEDRO

El Papa dejó formalmente inaugurado el Año Sacerdotal

"Nada hace sufrir tanto a la Iglesia, como los pecados de sus pastores", admitió Benedicto XVI. Criticó a los sacerdotes inducen a los fieles al "pecado y muerte" o los desvían con "doctrinas privadas". Los llamó a la conversión y a la santidad.


Benedicto XVI abrió este viernes el Año Sacerdotal en una solemne ceremonia celebrada en la basílica de San Pedro del Vaticano, durante la que dijo que "nada hace sufrir más" a la Iglesiacomo los pecados de sus pastores, sobre todo los de aquellos que dañan a las personas que deben cuidar.

"Nada hace sufrir tanto a
la Iglesia, Cuerpo de Cristo, como los pecados de sus pastores, sobre todo los de aquellos que se transforman en 'ladrones de ovejas; o los de las que la desvían con sus doctrinas privadas o la ciñen con lazos de pecado y de muerte", dijo el Papa ante varios miles de sacerdotes y fieles presentes en el templo.

El Obispo de Roma no precisó más con esas fuertes palabras, pero según los observadores vaticanos, con la frase "ladrones de ovejas", del Evangelio de Juan, el Pontífice se refirió a los falsos pastores y a los curas pederastas y con "doctrinas privadas" condenó las herejías contra la fe católica.

El Papa Ratzinger manifestó que la misión del sacerdote es indispensable para
la Iglesia y el mundo y que la Iglesia necesita "sacerdotes santos, ministros que ayuden a los fieles a experimentar el amor misericordioso de Dios y sean sus testigos convencidos.

El Pontífice exhortó a los sacerdotes a entregarse con generosidad y dedicación a los fieles y les advirtió del "terrible riesgo" de que "puedan dañar, por negligencia o culpa, a aquellos cuyas almas les han sido confiadas, Dios no lo quiera".

El Papa teólogo subrayó que este Año sacerdotal, en ocasión del 150 aniversario de la muerte de San Juan María Vianney, el cura de Ars, es la ocasión para crecer en intimidad con Jesús, "que cuenta con nosotros, sus ministros, para difundir y consolidar su Reino".

El Obispo de Roma exhortó a los sacerdotes a "dejarse conquistar" plenamente por Cristo y subrayó que para ser ministros al servicio del Evangelio es necesaria una cuidadosa y permanente formación pastoral.

La ceremonia comenzó con una procesión por la basílica con la reliquia de San Juan María Vianney, considerado por
la Iglesia como el prototipo de lo que tiene que ser un sacerdote, que fue trasladada desde la Capilla de la Piedad, al Altar de
la Confesión.

C
on motivo de este Año Sacerdotal, Benedicto XVI ha escrito una carta a todos los sacerdotes en la que afirmó que la "infidelidad" de los sacerdotes "jamás es suficientemente deplorable" y en la que también resaltó la "valiente fidelidad" de tantos otros que entre dificultades e incomprensiones siguen siendo fieles a su vocación.

En la misiva, el Pontífice aseguró que el celibato sacerdotal se puede vivir en plenitud y afirma que los sacerdotes jamás deberán resignarse a ver desiertos los confesionarios ni a limitarse a constatar el desapego de los fieles hacia el sacramento de
la Reconciliación.

El Año
Sacerdotal concluirá el 19 de junio de 2010 y con el mismo, según el Papa, se pretende contribuir a una renovación interior de todos los sacerdotes y reconocer su labor no sólo en la Iglesia sino para toda la humanidad.



HOMILIA COMPLETA :


http://www.zenit.org/article-31625?l=spanish