UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





lunes, 27 de marzo de 2017

Lectio Divina: Martes, 28 de marzo, 2017: Evangelio según san Juan 5,1-16. (4ª semana del Tiempo de Cuaresma - Ciclo A-)



Lectio Divina: 
  Martes, 28 Marzo, 2017
Tiempo de Cuaresma
1) Oración inicial
Te pedimos, Señor, que las prácticas santas de esta Cuaresma dispongan el corazón de tus fieles para celebrar dignamente el misterio pascual y anunciar a todos los hombres la grandeza de tu salvación. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según Juan 5,1-16
Después de esto, hubo una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén una piscina Probática que se llama en hebreo Betzatá, que tiene cinco pórticos. En ellos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos, paralíticos, esperando la agitación del agua. Porque el ángel del Señor se lavaba de tiempo en tiempo en la piscina y agitaba el agua; y el primero que se metía después de la agitación del agua, recobraba la salud de cualquier mal que tuviera. Había allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, viéndole tendido y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo, le dice: «¿Quieres recobrar la salud?» Le respondió el enfermo: «Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua; y mientras yo voy, otro baja antes que yo.» Jesús le dice: «Levántate, toma tu camilla y anda.» Y al instante el hombre recobró la salud, tomó su camilla y se puso a andar.
Pero era sábado aquel día. Por eso los judíos decían al que había sido curado: «Es sábado y no te está permitido llevar la camilla.» Él les respondió: «El que me ha devuelto la salud me ha dicho: Toma tu camilla y anda.» Ellos le preguntaron: «¿Quién es el hombre que te ha dicho: Tómala y anda?» Pero el curado no sabía quién era, pues Jesús había desaparecido porque había mucha gente en aquel lugar. Más tarde Jesús lo encuentra en el Templo y le dice: «Mira, has recobrado la salud; no peques más, para que no te suceda algo peor.» El hombre se fue a decir a los judíos que era Jesús el que le había devuelto la salud. Por eso los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado.
Palabra del Señor
3) Reflexión
• El Evangelio de hoy describe como Jesús cura a un paralítico que se quedó esperando 38 años para que alguien le ayudara a llegar al agua de la piscina para curarse. ¡Treinta y ocho años! Ante esta ausencia total de solidaridad, Jesús, ¿qué hace? No respeta la ley del sábado curando al paralítico. Hoy, al faltar gente que atiende a las personas enfermas en los países pobres, mucha gente experimenta esa misma falta de solidaridad. Viven en abandono total, sin ayuda, sin solidaridad de parte de nadie. 
• Juan 5,1-2: Jesús va a Jerusalén. En ocasión de una fiesta de los judíos, Jesús va a Jerusalén. Había allí, cerca del Templo, una piscina con cinco pórticos o pasillos. En aquel tiempo, el culto en el Templo exigía el uso de mucha agua para los numerosos animales que se sacrificaban, sobre todo en las grandes fiestas. Por esto, al lado del Templo, había diversas cisternas con más de un millar de litros de agua. Y allí cerca, gracias a la abundancia de agua, había un balneario público, donde los enfermos se aglomeraban a la espera de ayuda o de curación. La arqueología informa que, en aquel mismo lugar del Templo, había otro donde los escribas enseñaban la ley a los estudiantes. Por un lado, la enseñanza de la Ley de Dios. Por otro, el abandono de los pobres. Y el agua purificaba el Templo, pero no purificaba a la gente. 
• Juan 5,3-4: La situación de los enfermos. Esos enfermos se sentían atraídos por las aguas del balneario. Decían que un ángel removía las aguas y el primero que bajara después del movimiento del ángel quedaría curado. Dicho con otras palabras, los enfermos se sentían atraídos por falsas esperanzas. Pues la curación era sólo para una sola persona. ¡Como las loterías de hoy! ¡Sólo una persona gana un premio! La mayoría solamente paga y no gana nada. Y en esta situación de total abandono, allí en el balneario popular, Jesús encuentra a los enfermos. 
• Juan 5,5-9: Jesús cura en el día de sábado. Bien cerca del lugar donde se enseñaba la observancia de la Ley de Dios, un paralítico se quedó por 38 años a la espera de alguien que le ayudara a bajar al agua para que se curara. Este hecho revela la absoluta falta de solidaridad y de acogida a los excluidos. El número 38 indicaba la duración de una generación (Dt 2,14). Es toda una generación que no llega a experimentar ni solidaridad, ni misericordia. La religión de la época no era capaz de revelar el rostro acogedor y misericordioso de Dios. Ante esta situación dramática, Jesús no observa la ley del sábado y se ocupa del paralítico diciendo: "¡Toma tu camilla y anda!" El hombre agarra su camilla y se va, y Jesús desaparece en medio de la multitud.
• Juan 5,10-13: Discusión del hombre curado con los judíos. Llegan inmediatamente algunos judíos y critican al hombre por cargar con su camilla en el día de sábado. El hombre no sabe responder a la pregunta de quién le ha curado. No conocía a Jesús. Esto significa que Jesús, al pasar por ese lugar de pobres y enfermos, vio a aquel hombre, percibió la situación dramática en la que se encontraba y, sin más, lo cura. No lo cura para que el hombre se convierta, ni para que crea en Dios. Lo hace, para ayudarle. Quería que el hombre pudiera experimentar un poco de amor y de solidaridad mediante su ayuda y su afecto. 
• Juan 5,14-16: El reencuentro con Jesús. Al ir al Templo en medio de la multitud, Jesús encuentra a la misma persona y le dice: "¡Mira, has recobrado la salud! ¡No peques más para que no te suceda algo peor!" En aquel tiempo, la gente decía: "¡La enfermedad es el castigo de Dios! Si tiene parálisis, es señal de que Dios no está a bien contigo." Jesús no concordaba con este modo de pensar. Al curar al hombre, estaba diciendo lo contrario: “Tu enfermedad no es un castigo de Dios. Dios está contigo." Una vez curado, el hombre debe tratar de no pecar más, para que no le suceda algo peor. Pero ingenuamente, el hombre va a decir a los judíos que Jesús era quien le había curado. Los judíos empiezan a perseguir a Jesús porque hace cosas en el día de sábado. En el Evangelio de mañana veremos cómo sigue.
4) Para la reflexión personal
• ¿Has tenido una experiencia semejante a la del paralítico, quedándote un tiempo sin ayuda? ¿Cómo es la situación de asistencia a los enfermos en el lugar donde tú vives? ¿Hay señales de solidaridad?
• ¿Qué nos enseña esto a nosotros?
5) Oración final
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra,
y los montes se desplomen en el mar. (Sal 45)

La primera visita del Papa Francisco como pontífice a la ciudad italiana de Milán

Lectio Divina: Lunes, 27 de marzo, 2017: Evangelio según san Juan 4,43-54. (4ª semana del Tiempo de Cuaresma - Ciclo A-)



Lectio Divina: 
  Lunes, 27 Marzo, 2017
Tiempo de Cuaresma

1) ORACIÓN INICIAL

¡Oh Dios!, que renuevas el mundo por medio de sacramentos divinos: concede a tu Iglesia la ayuda de estos auxilios del cielo sin que le falten los necesarios de la tierra. Por nuestro Señor.

2) LECTURA DEL EVANGELIO

Del Evangelio según Juan 4,43-54
Pasados los dos días, partió de allí para Galilea. Pues Jesús mismo había afirmado que un profeta no goza de estima en su patria. Cuando llegó, pues, a Galilea, los galileos le hicieron un buen recibimiento, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta.
Volvió, pues, a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real, cuyo hijo estaba enfermo en Cafarnaún. Cuando se enteró de que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue a él y le rogaba que bajase a curar a su hijo, porque estaba a punto de morir. Entonces Jesús le dijo: «Si no veis signos y prodigios, no creéis.» Le dice el funcionario: «Señor, baja antes que se muera mi hijo.» Jesús le dice: «Vete, que tu hijo vive.» Creyó el hombre en la palabra que Jesús le había dicho y se puso en camino. Cuando bajaba, le salieron al encuentro sus siervos, y le dijeron que su hijo vivía. Él les preguntó entonces la hora en que se había sentido mejor. Ellos le dijeron: «Ayer a la hora séptima le dejó la fiebre.» El padre comprobó que era la misma hora en que le había dicho Jesús: «Tu hijo vive», y creyó él y toda su familia. Tal fue, de nuevo, el segundo signo que hizo Jesús cuando volvió de Judea a Galilea.
Palabra del Señor

3) REFLEXIÓN

• Jesús salió de Galilea y pasó por la región de Judea, hasta Jerusalén en ocasión de la fiesta (Jn 4,45) y luego, por Samaría, volvió a Galilea (Jn 4,3-4). Los judíos observantes tenían prohibido pasar por Samaría, y no tenían costumbre de conversar con los samaritanos (Jn 4,9). A Jesús no le importan estas normas que impiden la amistad y el diálogo. Se queda diversos días en Samaría y mucha gente se convierte (Jn 4,40). Después de esto determina volver a Galilea.
• Juan 4,43-46ª: La vuelta a Galilea. Sabiendo que la gente de Galilea le miraba con una cierta reserva, Jesús quiso volver a su tierra. Probablemente, Juan se refiere a la fea acogida que Jesús recibió en Nazaret de Galilea. Jesús mismo había dicho: “Un profeta no es acogido en su patria” (Lc 4,24). Pero ahora, ante la evidencia de las señales de Jesús en Jerusalén, los galileos cambiaron de opinión y le brindaron una buena acogida. Jesús volvió a Caná, donde había hecho la primera “señal” (Jn 2,11).
• Juan 4,46b-47: La petición de un funcionario del rey. Se trata de un pagano. Poco antes, en Samaría, Jesús había conversado con una samaritana, persona hereje para los judíos, a quien Jesús revela su condición de mesías (Jn 4,26). Y ahora, en Galilea, recibe a un pagano, funcionario del Rey, quien buscaba ayuda para su hijo enfermo. Jesús no se encierra en su raza, ni en su religión. Es ecuménico y acoge a todos.
• Juan 4,48: La respuesta de Jesús al funcionario. El funcionario quería que Jesús fuera con él hasta la casa para curar al hijo. Jesús contesta: “Si no veis signos y prodigios, no creéis”. Respuesta dura y extraña. ¿Por qué Jesús contesta de este modo? ¿Qué error comete el funcionario a la hora de presentar su petición? ¿Qué quiere enseñar Jesús con esta respuesta? Quiere enseñar como debe ser la fe. El funcionario del rey creería sólo si Jesús fuera con él, a su casa. El quiere ver a Jesús que cura. En el fondo, es la actitud normal de todos nosotros. No nos damos cuenta de que nos falta fe.
• Juan 4,49-50: El funcionario vuelve a pedir de nuevo y Jesús repite la respuesta. A pesar de la respuesta dura de Jesús, el hombre no se rinde y repite lo mismo. “Baja antes que se muera mi hijo”. Jesús sigue firme en su propósito. No responde a la petición y no va con el hombre hasta su casa; repite la misma respuesta, pero formulada de otra forma: “Vete, que tu hijo vive.” Tanto en la primera como en la segunda respuesta, Jesús pide fe, mucha fe. Es posible que el funcionario crea que su hijo está curado ya. ¡Y el verdadero milagro se cumple! Sin ver ninguna señal, sin ver ningún prodigio, el hombre cree en la palabra de Jesús y vuelve a casa. No debe haber sido fácil. Este es el verdadero milagro de la fe: creer sin otra garantía que no sea la Palabra de Jesús. El ideal es creer en la Palabra de Jesús, aún sin ver (Cf. Jn 20,29).
• Juan 4,51-53: El resultado de la fe en la palabra de Jesús. Cuando el hombre se iba hacia su casa, los empleados fueron a su encuentro para decirle que el hijo estaba curado. El pregunta la hora y descubre que aconteció exactamente en la hora en que Jesús había dicho: “Tu hijo vive.” Así que tuvo la confirmación de su fe.
• Juan 4,54: Un resumen de parte de Juan, el evangelista. Juan termina diciendo: “Tal fue el segundo signo que hizo Jesús”. Juan prefiere hablar de signo y no de milagro. La palabra señal evoca algo que yo veo con mis ojos, pero cuyo sentido profundo me lo hace descubrir sólo la fe. La fe es como los rayos X: hace descubrir lo que el ojo no ve.

4) PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL

• ¿Cómo vives tu fe? ¿Confías en la palabra de Jesús o solamente crees en los milagros y en las experiencias sensibles?
• Jesús acoge a herejes y forasteros. Yo, ¿cómo me relaciono con las personas?

5) ORACIÓN FINAL

Cantad para Yahvé los que lo amáis,
recordad su santidad con alabanzas.
Un instante dura su ira,
su favor toda una vida;
por la tarde visita de lágrimas,
por la mañana gritos de júbilo. (Sal 30)

sábado, 25 de marzo de 2017

Sábado 25 de marzo: Solemnidad de la Anunciación del Señor: Oración a Nuestra Señor del Sí.

Oración a Santa Maria de la Anunciación:

Santa María de la Anunciación,
Mujer del Sí.
Puerta abierta al proyecto del Padre
Enséñanos a decir que sí.
A saber que nosotros
También tenemos “anunciaciones
Y que tu nos pides que digamos “hágase”.
Que sepamos, Madre, que nuestra misión
También es única e irrepetible
Que nadie puede decir sí por mí
Que nadie puede amar, con mi corazón
Que nadie puede sonreír con mis labios
Que nadie se puede entregar por mí.
Nuestra Señora de la Anunciación
Que como Tú, también nosotros digamos
Hágase siempre lo que quiera el Padre
Para ser en esta tierra
Constructores de un mundo nuevo.

Nuestra Señora del Sí,
Ayúdanos a descubrir
A los hermanos que malviven en la miseria,
De los que viven solos y desesperanzados.
Es allí donde se nos anuncia
Que tu Hijo quiere nacer de un modo especial.
Es allí donde el Padre nos llama
A hacer realidad
Su Voluntad de amor y paz
Amén

viernes, 24 de marzo de 2017

El Papa Francisco canonizará a dos de los pastorcillos de Fátima

Papa Francisco homilía en Santa Marta: Jueves 23 Marzo 2017: No seamos católicos ateos.

Lectio Divina: Viernes, 24 de marzo, 2017: Evangelio según san Marcos 12,28b-34. (3ª semana del Tiempo de Cuaresma - Ciclo A-)



Lectio Divina: 
Viernes, 24 Marzo, 2017
Tiempo de Cuaresma

1) ORACIÓN INICIAL

Infunde, Señor, tu gracia en nuestros corazones para que sepamos dominar nuestro egoísmo y secundar las inspiraciones que nos vienen del cielo. Por nuestro Señor.

2) LECTURA

Del santo Evangelio según Marcos 12,28b-34
Se acercó uno de los escribas que les había oído y, viendo que les había respondido muy bien, le preguntó: «¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?» Jesús le contestó: «El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No existe otro mandamiento mayor que éstos.» Le dijo el escriba: «Muy bien, Maestro; tienes razón al decir que Él es único y que no hay otro fuera de Él, y amarle con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios.» Y Jesús, viendo que le había contestado con sensatez, le dijo: «No estás lejos del Reino de Dios.» Y nadie más se atrevía ya a hacerle preguntas.
Palabra del Señor

3) REFLEXIÓN

• En el Evangelio de hoy (Mc 12,28b-34), los escribas y los doctores quieren saber de Jesús cuál es el mayor mandamiento. Hoy también mucha gente quiere saber qué es lo más importante en la religión. Algunos dicen: ser bautizados. Otros: la oración. Otros dicen: ir a Misa o participar en el culto del domingo. Otros: amar al prójimo y luchar por un mundo más justo. Otros se preocupan sólo de las apariencias y de los cargos de la iglesia.
• Marco 12,28: La pregunta del doctor de la Ley. Poco antes de la pregunta del escriba, la discusión había sido con los saduceos entorno a la fe en la resurrección (Mc 12,23-27). Al doctor, que había asistido al debate, le había gustado la respuesta de Jesús, y había percibido en él una gran inteligencia. Quiso aprovechar la ocasión para plantear una pregunta y recibir una aclaración: “¿Cuál es el mayor de todos los mandamientos?” En aquel tiempo, los judíos tenían una gran cantidad de normas para reglamentar la práctica y la observancia de los Diez Mandamientos de la Ley de Dios. Algunos decían: “Todas estas normas tienen el mismo valor, pues vienen todas de Dios. No nos compite introducir distinciones en las cosas de Dios”. Otros decía: “¡Algunas leyes son más importantes que otras y, por ello, obligan más!” El doctor quiere saber la opinión de Jesús.
• Marcos 12,29-31: La respuesta de Jesús. Jesús responde citando un pasaje de la Biblia para decir que el mandamiento mayor es “¡amar a Dios con todo el corazón, con toda la mente y con toda la fuerza!” (Dt 6,4-5). En el tiempo de Jesús, los judíos piadosos recitaban esta frase tres veces al día: por la mañana, a medio día y por la noche. Era tan conocida entre ellos como entre nosotros el Padre Nuestro. Y Jesús añade, citando de nuevo la Biblia: “El segundo es éste: ‘Amarás tu prójimo como a ti mismo’ (Lev 19,18). No existe otro mandamiento mayor que estos dos”. Respuesta breve y ¡muy profunda! Es el resumen de todo lo que Jesús ha enseñado sobre Dios y sobre la vida (Mt 7,12).
• Marcos 12,32-33: La respuesta del doctor de la ley. El doctor concuerda con Jesús y concluye: “Sí, amar a Dios y amar al prójimo es mucho más importante que todos los holocaustos y todos los sacrificios”. Es decir, el mandamiento del amor es más importante que los mandamientos relacionados con el culto y los sacrificios del Templo. Esta afirmación viene de los profetas del Antiguo Testamento (Os 6,6; Sal 40,6-8; Sal 51,16-17). Hoy diríamos que la práctica del amor es más importante que las novenas, las promesas, las misas, los rezos y las procesiones.
• Marcos 12,34: El resumen del Reino Jesús confirma la conclusión del doctor y dice: “¡No estás lejos del Reino de Dios!” De hecho, el Reino de Dios consiste en unir los dos amores: amor a Dios y amor al prójimo. Pues si Dios es Padre/Madre, nosotros todos somos hermanos y hermanas, y tenemos que mostrarlo en la práctica, viviendo en comunidad. "¡De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas!" (Mt 22,40) Los discípulos y las discípulas tienen que ponerse en la memoria, en la inteligencia, en el corazón, en las manos y en los pies esta ley mayor, pues no se llega a Dios de no ser a través la entrega total al prójimo.
• Jesús había dicho al doctor de la Ley: "¡No estás lejos del Reino!" (Mc 12,34). El doctor ya estaba cerca, pero para poder entrar en el Reino tenía que dar un paso más. En el AT el criterio del amor al prójimo era: “Amar el prójimo como a sí mismo”. En el NT, Jesús ensancha el sentido del amor: “¡Este s mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado! (Jn 15,12-13). Ahora el criterio será: “¡Amar al prójimo como Jesús nos amó!”. Es el camino seguro para llegar a una convivencia más justa y más fraterna.

4) PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL

• Para ti, ¿qué es lo más importante en la religión?
• Nosotros hoy, ¿estamos más cerca o más lejos del Reino de Dios del doctor que fue elogiado por Jesús? ¿Qué piensas?

5) ORACIÓN FINAL

Señor, ningún dios como tú,
no hay obras como las tuyas;
pues eres grande y haces maravillas,
tú solo eres Dios. (Sal 86,8.10)

miércoles, 22 de marzo de 2017

Lectio Divina: Domingo, 26 de marzo, 2017: Evangelio según san Juan 9,1-41. (4° Domingo del Tiempo de Cuaresma - Ciclo A-)


Lectio Divina: 
Domingo, 26 Marzo, 2017
Un ciego encuentra la luz

Los ojos se abren conviviendo con Jesús
 

1. ORACIÓN INICIAL

Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.

2. LECTURA


a) Clave de lectura:
El texto del evangelio de este cuarto domingo de cuaresma nos invita a meditar la historia de la curación de un ciego de nacimiento. Es un texto reducido, pero muy vivo. Tenemos aquí un ejemplo concreto de cómo el Cuarto Evangelio revela el sentido profundo escondido en los hechos de la vida de Jesús. La historia de la curación del ciego nos ayuda a abrir los ojos sobre la imagen de Jesús que cada uno lleva consigo. Muchas veces, en nuestra cabeza, hay un Jesús que parece un rey glorioso, ¡distante de la vida del pueblo! En los Evangelios, Jesús aparece como un Siervo de los pobres, amigo de pecadores. La imagen del Mesías-Rey, que tenían en la mente los fariseos les impedía reconocer en Jesús el Mesías-Siervo. Durante la lectura, tratemos de prestar atención a dos cosas: (i) el modo expedito y libre con el que el ciego reacciona ante las provocaciones de las autoridades, y (ii) el modo en el que el mismo, el ciego, abre los ojos con respecto a Jesús.
b) Una división del texto para ayudarnos en la lectura:
Juan 9,1-5: La ceguera ante el mal que existe en el mundo
Juan 9,6-7: El signo del “Enviado de Dios” que provocará diversas reacciones
Juan 9,8-13: La reacción de los vecinos
Juan 9,14-17: La reacción de los fariseos
Juan 9,18-23: La reacción de los padres
Juan 9,24-34: La sentencia final de los fariseos
Juan 9,35-38: La conducta final del ciego de nacimiento
Juan 9,39-41: Una reflexión conclusiva
c) Texto: Evangelio según san Juan 9,1-41.
1 Vio, al pasar, a un hombre ciego de nacimiento. 2 Y le preguntaron sus discípulos: «Rabbí, ¿quién pecó, él o sus padres, para que haya nacido ciego?» 3 Respondió Jesús: «Ni él pecó ni sus padres; es para que se manifiesten en él las obras de Dios. 4 «Tenemos que trabajar en las obras del que me ha enviado mientras es de día; llega la noche, cuando nadie puede trabajar. 5 Mientras estoy en el mundo, soy luz del mundo.»
6 Dicho esto, escupió en tierra, hizo barro con la saliva, y untó con el barro los ojos del ciego 7 y le dijo: «Vete, lávate en la piscina de Siloé» (que quiere decir Enviado). Él fue, se lavó y volvió ya viendo.
8 Los vecinos y los que solían verle antes, pues era mendigo, decían: «¿No es éste el que se sentaba para mendigar?» 9 Unos decían: «Es él». «No, decían otros, sino que es uno que se le parece.» Pero él decía: «Soy yo.» 10 Le dijeron entonces: «¿Cómo, pues, se te han abierto los ojos?» 11 Él respondió: «Ese hombre que se llama Jesús, hizo barro, me untó los ojos y me dijo: `Vete a Siloé y lávate.' Yo fui, me lavé y vi.» 12 Ellos le dijeron: «¿Dónde está ése?» Él respondió: «No lo sé.» 13 Lo llevan a los fariseos al que antes era ciego.
14 Era sábado el día en que Jesús hizo barro y le abrió los ojos. 15Los fariseos a su vez le preguntaron cómo había recobrado la vista. Él les dijo: «Me puso barro sobre los ojos, me lavé y veo.» 16Algunos fariseos decían: «Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado.» Otros decían: «Pero, ¿cómo puede un pecador realizar semejantes signos?» Y había disensión entre ellos. 17 Entonces le dicen otra vez al ciego: «¿Y tú qué dices de él, ya que te ha abierto los ojos?» Él respondió: «Que es un profeta.»
18 No creyeron los judíos que aquel hombre hubiera sido ciego, hasta que llamaron a los padres del que había recobrado la vista 19 y les preguntaron: «¿Es éste vuestro hijo, el que decís que nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora?» 20 Sus padres respondieron: «Nosotros sabemos que este es nuestro hijo y que nació ciego. 21 Pero, cómo ve ahora, no lo sabemos; ni quién le ha abierto los ojos, eso nosotros no lo sabemos. Preguntadle; edad tiene; puede hablar de sí mismo.» 22 Sus padres decían esto por miedo a los judíos, pues los judíos se habían puesto ya de acuerdo en que, si alguno le reconocía como Cristo, quedara excluido de la sinagoga. 23 Por eso dijeron sus padres: «Edad tiene; preguntádselo a él.»
24 Llamaron por segunda vez al hombre que había sido ciego y le dijeron: «Da gloria a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es un pecador.» 25 Les respondió: «Si es un pecador, no lo sé. Sólo sé una cosa: que era ciego y ahora veo.» 26 Le dijeron entonces: «¿Qué hizo contigo? ¿Cómo te abrió los ojos?» 27 Él replicó: «Os lo he dicho ya, y no me habéis escuchado. ¿Por qué queréis oírlo otra vez? ¿Es qué queréis también vosotros haceros discípulos suyos?» 28 Ellos le llenaron de injurias y le dijeron: «Tú eres discípulo de ese hombre; nosotros somos discípulos de Moisés. 29Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios; pero ése no sabemos de dónde es.» 30 El hombre les respondió: «Eso es lo extraño: que vosotros no sepáis de dónde es y que me haya abierto a mí los ojos. 31 Sabemos que Dios no escucha a los pecadores; mas, si uno es religioso y cumple su voluntad, a ése le escucha.32 Jamás se ha oído decir que alguien haya abierto los ojos de un ciego de nacimiento. 33 Si éste no viniera de Dios, no podría hacer nada.» 34 Ellos le respondieron: «Has nacido todo entero en pecado ¿y nos das lecciones a nosotros?» Y le echaron fuera.
35 Jesús se enteró de que le habían echado fuera y, encontrándose con él, le dijo: «¿Tú crees en el Hijo del hombre?» 36 Él respondió: «¿Y quién es, Señor, para que crea en él?» 37Jesús le dijo: «Le has visto; el que está hablando contigo, ése es». 38 Él entonces dijo: «Creo, Señor.» Y se postró ante él.
39 Y dijo Jesús: «Para un juicio he venido a este mundo: para que los que no ven, vean; y los que ven, se vuelvan ciegos.» 40Algunos fariseos que estaban con él oyeron esto y le dijeron: «¿Es que también nosotros somos ciegos?» 41 Jesús les respondió: «Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; pero, como decís: `Vemos', vuestro pecado permanece.»
Palabra del Señor

3. UN MOMENTO DE SILENCIO ORANTE

para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.

Continúa...

Lectio Divina: Jueves, 23 de marzo, 2017: Evangelio según san Lucas 11,14-23. (3ª semana del Tiempo de Cuaresma - Ciclo A-)



Lectio Divina: 
  Jueves, 23 Marzo, 2017
Tiempo de Cuaresma

1) ORACIÓN INICIAL

Te pedimos humildemente, Señor, que, a medida que se acerca la fiesta de nuestra salvación, vaya creciendo en intensidad nuestra entrega para celebrar dignamente el misterio pascual. Por nuestro Señor.

2) LECTURA

Del santo Evangelio según Lucas 11,14-23
Estaba expulsando un demonio que era mudo. Apenas salió el demonio, rompió a hablar el mudo y la gente se admiró. Pero algunos de ellos dijeron: «Por Beelzebul, príncipe de los demonios, expulsa los demonios.» Otros, para ponerle a prueba, le pedían un signo del cielo. Pero él, conociendo sus intenciones, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado y una casa se desploma sobre la otra. Si, pues, también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo va a subsistir su reino?... porque decís que yo expulso los demonios por Beelzebul. Si yo expulso los demonios por Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por eso, ellos serán vuestros jueces. Pero si por el dedo de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios. Cuando uno fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están en seguro; pero si llega uno más fuerte que él y le vence, le quita las armas en las que estaba confiado y reparte sus despojos.
El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.»
Palabra del Señor

3) REFLEXIÓN

● El evangelio de hoy es de Lucas (Lc 11,14-23). El texto paralelo de Marcos (Mc 3,22-27) lo meditamos en enero.
● Lucas 11,14-16: Las diversas reacciones ante la expulsión de un demonio. Jesús había expulsado un demonio que era mudo. La expulsión provocó dos reacciones diferentes. Por un lado, la multitud se quedó admirada y maravillada. La multitud acepta Jesús y cree en él. Por otro, los que no aceptan a Jesús y no creen en él. De estos últimos algunos decían que Jesús expulsaba a los demonios en nombre de Belcebú, el príncipe de los demonios, y otros querían de él una señal del cielo. Marcos informa que se trataba de escribas venidos de Jerusalén (Mc 3,22), que no concordaban con la libertad de Jesús. Querían defender la Tradición contra las novedades de Jesús.
● Lucas 11,17-22: La respuesta de Jesús se divide en tres partes:
1ª parte: comparación del reino dividido (vv. 17-18ª) Jesús denuncia lo absurdo de la calumnia de los escribas. Decir que él expulsa los demonios con la ayuda del príncipe de los demonios es negar la evidencia. Es lo mismo que decir que el agua está seca, o que el sol es oscuridad. Los doctores de Jerusalén lo calumniaban, porque no sabían explicar los beneficios que Jesús realizaba para la gente. Tenían miedo a perder la lideranza. Se sentían amenazados en su autoridad ante el pueblo.
2ª parte: ¿Por quién los expulsan vuestros hijos? (vv.18b-20) Jesús provoca a los acusadores y pregunta: “Si yo expulso en nombre de Belcebú, ¿en nombre de quién los discípulos de ustedes expulsan los demonios? ¡Contesten y expliquen! Si yo expulso el demonio por el dedo de Dios, ¡es porque llegó el Reino de Dios!”
3ª parte: llegando el más fuerte vence al fuerte (vv.21-22) Jesús compara el demonio con un hombre fuerte. Nadie, a no ser que sea una persona más fuerte, podrá robar en la casa de un hombre fuerte. Jesús es éste más fuerte. Por esto consigue entrar en la casa y agarrar al hombre fuerte. Jesús agarra al hombre fuerte y ahora roba en la casa de éste, es decir, libera a las personas que estaban en el poder del mal. El profeta Isaías había usado la misma comparación para describir la venida del mesías (Is 49,24-25). Por esto Lucas dice que la expulsión del demonio es una señal evidente de que el Reino de Dios ha llegado.
● Lucas 11,23: Quien no está conmigo, está contra mí. Jesús termina su respuesta con esta frase: “El que no está conmigo, está contra mí. El que no recoge conmigo, desparrama”. En otra ocasión, también a propósito de una expulsión del demonio, los discípulos impidieron a un hombre el que usara el nombre de Jesús para expulsar un demonio, ya que no era de su grupo. Y Jesús respondió: “No se lo impidáis. Porque ¡l que no está contra vosotros está con vosotros!” (Lc 9,50). Parecen dos frases contradictorias, pero no lo son. La frase del evangelio de hoy está dicha contra los enemigos que tienen preconceptos contra Jesús: “Quién no está conmigo, está contra mí. Y quien no recoge conmigo, dispersa”. Preconcepto y no aceptación hacen que el diálogo se vuelva imposible y rompen la unión. La otra frase la pronuncian los discípulos que pensaban tener el monopolio de Jesús: “¡Quién no está contra vosotros está a favor vuestro!” Mucha gente que no es cristiana práctica el amor, la bondad, la justicia, muchas veces hasta mejor que los cristianos. No podemos excluirlos. Son hermanos y obreros en la construcción del Reino. Nosotros los cristianos no somos dueños de Jesús. Es lo contrario; ¡Jesús es nuestro dueño!

4) PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL

● “Quien no está conmigo, está contra mí. Y quien no recoge conmigo, desparrama” ¿Cómo ocurre esto en mi vida?
● “No se lo impidáis. ¡Quien no está contra vosotros está a favor vuestro!” ¿Cómo esto acontece en mi vida?

5) ORACIÓN FINAL

Venid, cantemos gozosos a Yahvé,
aclamemos a la Roca que nos salva;
entremos en su presencia dándole gracias,
aclamándolo con salmos. (Sal 95,1-2)

Video mensaje del Papa Francisco a los jóvenes, en preparación a la próxima JMJ 2019 en Panamá

martes, 21 de marzo de 2017

Papa en Santa Marta, martes 21 de marzo 2917: La confesión no es ni un trámite ni una tintorería para conciencias


Durante su homilía en Casa Santa Marta, el Papa habló de la confesión. Dijo que se equivoca quien ve el confesionario como una tintorería sonde se limpian las manchas de la conciencia. 

FRANCISCO
"‘Bueno, yo voy, digo mis pecados, el sacerdote me perdona, me dice que rece tres Avemarías y me voy en paz’. ¡Tú no has entendido nada! Tú sólo fuiste al confesionario a realizar una operación bancaria, a hacer un trámite de oficina. Tú no fuiste avergonzado allí por lo que hiciste. Si no tienes conciencia de que te han perdonado, jamás podrás perdonar”. 

El Papa recordó que Dios perdona sólo cuando sentimos nuestro pecado y nos avergonzamos. Cuando te arrepientes de tus pecados y te perdonan, entonces eres capaz de perdonar a otros. 

HOMILÍA DEL PAPA EN ESPAÑOL
(Radio Vaticana)

Y el "primer paso es la vergüenza de los propios pecados, una gracia que no podemos obtener solos. El pueblo de Dios triste y humillado, es capaz de probar esta gracia, tal como narra el Profeta Daniel en la Primera Lectura. Mientras el protagonista del Evangelio no logra hacerlo: se trata del siervo perdonado por su patrón a pesar de sus grandes deudas, pero que, a su vez, es incapaz de perdonar a sus deudores. No entendió el misterio del perdón.


Si yo pregunto: ‘¿Pero todos ustedes son pecadores?’.  –‘Sí, padre, todos’.  –‘¿Y para obtener el perdón de los pecados? –‘Nos confesamos’.  –‘¿Y cómo vas a confesarte?’. – ‘Bueno, yo voy, digo mis pecados, el sacerdote me perdona, me dice que rece tres Avemarías y después vuelvo en paz’. ¡Tú no has entendido nada! Tú sólo fuiste al confesionario a realizar una operación bancaria, a hacer un trámite de oficina. Tú no fuiste avergonzado allí por lo que hiciste. Viste algunas manchas en tu conciencia y te equivocaste, porque creíste que el confesionario era una tintorería para sacar las manchas. Fuiste incapaz de avergonzarte de tus pecados.


Por lo tanto, el perdón recibido de Dios, la maravilla que hizo en tu corazón debe poder entrar en la conciencia, de lo contrario, sales, encuentras a un amigo, a una amiga, y comienzas a hablar mal de otro, y sigues pecando. Sólo puedo perdonar si me siento perdonado.


Si tú no tienes conciencia de ser perdonado, jamás podrás perdonar. Jamás. Siempre está esa actitud de querer hacer las cuentas con los demás. El perdón es total. Pero sólo se puede hacer cuando yo siento mi pecado, me avergüenzo, tengo vergüenza, y pido perdón a Dios, y me siento perdonado por el Padre. Y así puedo perdonar. Si no, no se puede perdonar, somos incapaces de ello. Por esto el perdón es un misterio.


El siervo, protagonista del Evangelio del día tiene la sensación de haberse salvado, de haber sido astuto. En cambio, no entendió la generosidad del patrón. Y cuántas veces saliendo del confesionario sentimos esto, sentimos que nos salvamos. Pero esto no es recibir el perdón sino hipocresía de robar un perdón, un perdón ficticio.



Pidamos hoy al Señor la gracia de entender este ‘setenta veces siete’. Pidamos la gracia de la vergüenza ante Dios. ¡Es una gran gracia! Avergonzarse de los propios pecados y así recibir el perdón y la gracia de la generosidad de darlo a los demás, porque si el Señor me ha perdonado tanto, ¿quién soy yo para no perdonar?.

Video-Evangelio del martes 21 de Marzo de 2017

Lectio Divina: Miércoles, 22 de marzo, 2017: Evangelio según san Mateo 5,17-19. (3ª semana del Tiempo de Cuaresma - Ciclo A-)



Lectio Divina: 
Miércoles, 22 Marzo, 2017
Tiempo de Cuaresma

1) ORACIÓN INICIAL

Penetrados del sentido cristiano de la Cuaresma y alimentados con tu palabra, te pedimos, Señor, que te sirvamos fielmente con nuestras penitencias y perseveremos unidos en la plegaria. Por nuestro Señor.

2) LECTURA

Del santo Evangelio según Mateo 5,17-19
«No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Os lo aseguro: mientras duren el cielo y la tierra, no dejará de estar vigente ni una tilde de la ley sin que todo se cumpla. Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos.»
Palabra del Señor

3) REFLEXIÓN

• El Evangelio de hoy (Mt 5,17-19) enseña como observar la ley de Dios de manera que su práctica muestre en qué consiste el pleno cumplimiento de la ley (Mt 5,17-19). Mateo escribe para ayudar las comunidades de judíos convertidos a superar las críticas de los hermanos de raza que los acusaban diciendo: “Ustedes son infieles a la Ley de Moisés”. Jesús mismo había sido acusado de infidelidad a la ley de Dios. Mateo trae la respuesta esclarecedora de Jesús a los que lo acusaban. Así nos da una luz para ayudar las comunidades a resolver su problema.
• Usando imágenes de la vida cotidiana, con palabras sencillas y directas, Jesús había dicho que la misión de la comunidad, su razón de ser, es ser sal y luz. Había dado algunos consejos respecto de cada una de las imágenes. A continuación vienen los tres breves versículos del Evangelio de hoy.
• Mateo 5,17-18: Ni una tilde de la ley dejará de ser vigente. Había varias tendencias en las comunidades de los primeros cristianos. Unas pensaban que no era necesario observar las leyes del Antiguo Testamento, pues es la fe en Jesús lo que nos salva y no la observancia de la Ley (Rm 3,21-26). Otros aceptaban a Jesús como Mesías, pero no aceptaban la libertad del Espíritu con que algunas comunidades vivían la presencia de Jesús resucitado. Pensaban que ellos, siendo judíos, debían continuar observando las leyes del AT (Hec 15,1.5). Había además cristianos que vivían tan plenamente en la libertad del Espíritu, que habían dejado de mirar la vida de Jesús de Nazaret o el AT y que llegaban a decir: “¡Anatema Jesús!” (1Cor 12,3). Ante estas tensiones, Mateo procura un equilibrio más allá de los dos extremos. La comunidad ha de ser un espacio, donde este equilibrio pueda ser alcanzado y vivido. La respuesta dada por Jesús a los que lo criticaban seguía bien actual para las comunidades: “¡No he venido a abolir la ley, sino a darle pleno cumplimiento!”. Las comunidades no podían estar contra la Ley, ni podían encerrarse en la observancia de la ley. Al igual que Jesús, debían dar un paso y mostrar, en la práctica, cuál es el objetivo que la ley quiere alcanzar en la vida de las personas, a saber, en la práctica perfecta del amor.
• Mateo 5,17-18: Ni una tilde de la ley dejará de ser vigente Y a los que querían deshacerse de toda la ley, Mateo recuerda otra palabra de Jesús: “Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos”. La gran inquietud del Evangelio de Mateo es mostrar que el AT, Jesús de Nazaret y la vida en el Espíritu Santo, no pueden separarse. Los tres forman parte del mismo y único proyecto de Dios y nos comunican la certeza central de la fe: el Dios de Abrahán y Sara está presente en medio de las comunidades por la fe en Jesús de Nazaret que nos manda su Espíritu.

4) PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL

• ¿Cómo veo y vivo la ley de Dios: cómo horizonte de libertad creciente o cómo imposición que delimita mi libertad?
• Y ¿qué podemos hacer hoy para los hermanos y las hermanas que consideran toda esta discusión como superada y sin actualidad? ¿Qué podemos aprender de ellos?

5) ORACIÓN FINAL

¡Celebra a Yahvé, Jerusalén,
 alaba a tu Dios, Sión!,
que refuerza los cerrojos de tus puertas
y bendice en tu interior a tus hijos. (Sal 147,12-13)

lunes, 20 de marzo de 2017

Ciertos problemas espirituales requieren exorcista, advierte el Papa

El Papa Francisco recomendó este viernes a los sacerdotes recurrir a exorcistas cuando se enfrenten en el confesionario con profundas inquietudes espirituales.

Un buen confesor debe ser "un hombre de discernimiento", especialmente cuando se encaran "trastornos espirituales reales", aseguró el Papa argentino ante el grupo de sacerdotes que participó en un curso de la Penitenciaría Apostólica, uno de los tres tribunales del Vaticano.

Ante los sacerdotes, el pontífice argentino recordó que la mayoría de los trastornos son de corte "psicológico" y que por lo tanto deben ser curados "a través de la sana colaboración con las humanidades".

Sin embargo, reconoció que ciertos problemas espirituales pueden requerir de exorcistas por lo que el confesor "no debe dudar en consultarlos".

Los exorcistas deben "ser elegidos con mucho cuidado y precaución", dijo.

Al contrario de sus predecesores, Francisco suele hablar con más frecuencia de la presencia nociva del "diablo, del "demonio" y de "Satanás", así como de la necesidad de luchar contra esa presencia a través de diferentes medios.

El año pasado la Penitenciaría Apostólica organizó una semana de cursos de exorcismo para ayudar a los sacerdotes a expulsar al maligno.

Tras el encuentro, el Papa presidió este viernes la llamada celebración penitencial en la basílica de San Pedro, durante la cual se confesó para luego instalarse en un confesionario y escuchar los pecados de varios fieles.


Fuente: AFP

Padre Vincent Lampert, exorcista en la Arquidiócesis de Indianápolis en Estados : alertó que observa un número creciente de personas involucradas en rituales satánicos.

Hay un aumento alarmante en la actividad demoníaca que está siendo reportado por quienes trabajan en el ministerio de exorcismo, así lo indicó el padre Vincent Lampert, exorcista y párroco en la Arquidiócesis de Indianápolis en Estados Unidos.

En entrevista con National Catholic Register el exorcista alertó que observa un número creciente de personas involucradas en rituales satánicos y que se disponen al mal; y aunque se están tomando medidas para aumentar el número de exorcistas, la demanda sigue superando la oferta.

“El problema no es que el diablo haya aumentado su juego, sino que más gente está dispuesta a jugarlo”, dijo padre Lampert señalando directamente la pornografía desenfrenada, el uso de drogas ilegales y el ocultismo como algunas de los caminos por donde ingresa el demonio en la vida de las personas.

El padre Lampert asistió a Roma en octubre de 2016 a la reunión de la Asociación Internacional de Exorcistas, en la que participaron unos 400 líderes y sacerdotes católicos. Tras el evento, el presbítero aseguró que los participantes estaban de acuerdo en que hay una gran necesidad de designar más exorcistas.

Además, explicó que si bien las posesiones demoníacas reales “son raras” y que solo ha visto tres en los últimos tres años, lo que ve con más frecuencia son otros tres fenómenos: “infestación, vejación y obsesión”.

La infestación demoníaca sucede en lugares donde las cosas pueden moverse y hay ruidos fuertes. La vejación se refiere al evento en el que una persona es atacada físicamente y puede presentar marcas como moretones, mordeduras o arañazos. La obsesión demoníaca implica ataques mentales, como por ejemplo pensamientos persistentes del mal.

Cuando Lampert fue nombrado exorcista por su obispo en 2005, apenas había otros 12 en Estados Unidos. Ahora ese número es mayor y conoce a 50 sacerdotes que ejercen ese ministerio en el país.

Según el Obispo de Springfield, monseñor Thomas Paprocki, “la ley canónica requiere que un obispo dé permiso antes de que un sacerdote pueda hacer un exorcismo mayor, pero los obispos no reciben ningún entrenamiento formal en exorcismo”.

Como una respuesta directa a la necesidad de exorcistas entrenados en Estados Unidos, el Instituto León XII, fundado en 2012 en Milwaukee, se encarga de apoyar en “la formación espiritual de los sacerdotes para traer la luz de Cristo y disipar el mal”.

Monseñor John Esseff, presidente de la junta directiva del instituto y uno de los miembros fundadores, explicó que “a medida que la aceptación del pecado ha aumentado, también aumenta la actividad demoníaca”.

“Los obispos veían la necesidad de más exorcistas entrenados debido a la cantidad de casos que eran enviados de todo el país a las diócesis que contaban con exorcistas”.

Monseñor Esseff, que además ha sido exorcista en la diócesis de Scranton por más de 40 años, aseveró que “una persona debe ser atendida en su propia diócesis”.

El Instituto León XIII graduó la primera promoción de 55 exorcistas, sacerdotes y diáconos de su programa de dos años en 2015. Una segunda clase de 52 graduará este otoño.

“El único que puede vencer a Satanás es Jesús. El vencerá el reino del mal con la luz. Y cada sacerdote representa a Jesús. El diablo no ve al sacerdote, él ve a Jesús”, concluyó monseñor Esseff.


Fuente: ACI

EL PAPA DURANTE EL ÁNGELUS DEL DOMINGO 19 DE MARZO 2017: “La Cuaresma es ocasión para ver el rostro del Señor en quien sufre”

Ante la plaza de San Pedro, el Papa hizo un llamado para “ser cada día artífices de reconciliación e instrumentos de paz”. Porque, “cuando olvidamos la verdadera agua vamos a buscar pozos que no tienen aguas limpias”, advirtió. “La Cuaresma es la buena ocasión para ver el rostro del Señor en el de un hermano o de una hermana que sufre”. Un fuerte llamado a no dejarse contaminar por los prejuicios (los herejes y los cismáticos fueron los primeros en seguir el Evangelio) y al final una sorpresa por la fiesta de los papás (en Italia): “Saludemos a todos los papás con un gran aplauso”.  
 
En la época de Jesús, puntualizó Francisco, la “Samaria, entre Judea y Galilea, estaba habitada por gente que los judíos despreciaban, considerándola cismática y hereje, pero justamente esta población sería una de las primeras en sumarse a la predicación cristiana de los Apóstoles”. Durante el Ángelus del tercer domingo de Cuaresma (“tiempo para acercarnos a Jesús y encontrarlo en la oración en un diálogo de corazón a corazón”), Francisco introdujo la oración mariana, recitada con los fieles reunidos en la Plaza San Pedro, reflexionando sobre el Evangelio del día que “nos presenta el dialogo de Jesús con la Samaritana”. El encuentro, subrayó el Papa, “se da mientras Jesús atraviesa la Samaria”. Y mientras los discípulos van a la aldea a buscar qué comer, “Jesús se queda ante un pozo y le pide de beber a una mujer, que había ido allí para sacar agua, y de esa petición comienza un diálogo”. Entonces, “el agua que da la vida eterna fue inmunidad en nuestros corazones el día de nuestro Bautismo, entonces Dios nos transformó y nos llenó de Su Gracia, pero puede darse que este gran don lo hayamos olvidado o reducido a un mero dato anagráfico; y tal vez vamos en busca de pozos cuyas aguas no quitan la sed”. De las Lecturas que propone la liturgia dominical, Francisco observó: “¿cómo es posible que un judío se digne a pedirle algo a una samaritana? Jesús responde: ‘Si tú supieras quien soy yo, y el don que tengo para ti, serías tú la que pediría y yo te daría agua viva, un agua que sacia cualquier sed y se convierte en fuente inagotable en el corazón de quien la bebe’”.  
 
Claro, “ir al pozo y sacar agua es fatigoso y aburrido; sería bello tener a disposición una fuente borboteante, pero Jesús habla de un agua diversa”. Cuando la mujer se da cuenta, recordó Francisco, “de que el hombre con el que está hablando es un profeta, ‘le confía la propia vida y le plantea cuestiones religiosas’. Y explicó que “su sed de afecto y de vida plena no ha sido apagada por los cinco maridos que tuvo, es más, ha experimentado desilusiones y engaños por eso la mujer permanece golpeada por el gran respeto que Jesús tiene por ella y cuando él le habla, además de la verdadera fe, como relación con Dios padre en espíritu y en verdad, entonces intuye que aquel hombre podría ser el Mesías. Y Jesús, cosa rarísima lo confirma; ‘soy yo que hablo contigo’”. Entonces, advirtió el Papa, “¡este Evangelio es justamente para nosotros! Jesús nos habla como a la Samaritana: nosotros ya lo conocemos, pero tal vez todavía no lo hemos encontrado personalmente, y no lo hemos reconocido todavía como nuestro Salvador”. De esta manera, “podemos renovar en nosotros la gracia del Bautismo, quitarnos la sed en la fuente de la Palabra de Dios y de su Santo Espíritu”. De esta manera, recordó, también podemos “descubrir la gloria de convertimos en artífices de reconciliación e instrumentos de paz en la vida cotidiana”. Después de haber invocado justamente un don del Espíritu (‘Descubrir la alegría de convertirnos en artífices de reconciliación e instrumentos de paz en la vida cotidiana’), Francisco se dirigió a la Virgen María para que “nos ayude a acudir constantemente a la gracia que surge de la roca que es Cristo Salvador, para que podamos profesar con convicción nuestra fe, y anunciar con alegría las maravillas del amor de Dios, misericordioso y fuente de todo bien”.  
 
Después del Ángelus, el Papa aseguró su cercanía a la “querida población del Perú, duramente golpeada por devastadores aluviones”. Rezó “por las víctimas y por todos los que se han comprometido en el socorro”. Y también recordó que el sábado, en Bolzano (Italia), fue proclamado beato Josef Mayr-Nusser, “padre de familia y miembro de Acción Católica, que murió mártir porque se negó a sumarse al nazismo por fidelidad al Evangelio”. Por su gran levadura moral y espiritual, él constituye un modelo para los fieles laicos, especialmente para los papás, a quienes hoy recordamos con afecto, aunque la fiesta litúrgica de san José, su patrón, este año se celebrará el lunes”. Después el Pontífice dirigió un “cordial saludo a todos ustedes, peregrinos de Roma, de Italia y de diferentes países”. Saludó a las comunidades “neocatecumenales que vienen de Angola y de Lituania; así como a los responsables de la Comunità di Sant’Egidio de África y América Latina. Saludó a los fieles italianos de VIterbo, Bolgare, San Benedetto Po, y a los estudiantes de Torchiarolo”. Y se despidió deseándole a todos, como acostumbra, buen domingo y buen provecho, y pidiendo oraciones por él. 

domingo, 19 de marzo de 2017

Papa Francisco: Tres aspectos a tener en cuenta para ser buen confesor

(RV).-  No se convierte en buenos confesores gracias a un curso, porque aquella del confesional es una ‘larga escuela’ que dura toda la vida. Pero… ¿Quién es el buen confesor y cómo se convierte en buenos confesores? Esta fue la pregunta que el Papa presentó y a la que respondió en tres puntos, en el discurso que dirigió a los participantes en el curso promovido por la Penitenciaría Apostólica.
Tras haber saludado y agradecido a los presentes, en primer lugar, al Cardenal Penitenciario Mayor, el Pontífice hizo una confesión: “el de la Penitenciaría es el tipo de Tribunal que me gusta de verdad”, dijo, porque “es el tipo de tribunal al cual uno se dirige para obtener aquella medicina indispensable que es la Misericordia Divina”, es “un tribunal de la misericordia”.  
“Su curso sobre el fuero interno, que contribuye a la formación de buenos confesores, es muy útil, y diría incluso necesario en nuestros días. Por supuesto, no se convierte en buenos confesores gracias a un curso, no: la del confesional es una "escuela larga", que dura toda la vida. Pero, ¿quién es el "buen confesor"? ¿Cómo se convierte en un buen confesor?”
Así pues, el Papa señaló tres de los aspectos que el buen confesor debe tener:
En primer lugar el buen confesor es “un amigo verdadero de Jesús el Buen Pastor”, esto significa principalmente cultivar la oración, tanto aquella personal como aquella para el ejercicio de la tarea de confesores, y para los fieles que se acercan en busca de la misericordia de Dios. Esto porque un ministerio de la reconciliación, - tal como precisara el Papa - que esté “envuelto con la oración” será reflejo creíble de la misericordia de Dios, y evitará las dificultades y malentendidos que a veces también se podrían generar en el encuentro sacramental.
“Un confesor que reza sabe bien que es él mismo el primer pecador y el primer perdonado. No se puede perdonar en el Sacramento sin la consciencia de haber sido perdonado antes.  Así, pues, la oración es la primera garantía para evitar cualquier actitud de dureza, que inútilmente juzga al pecador y no al pecado. En la oración se debe implorar el don de un corazón herido, capaz de comprender las heridas de los demás y de sanarlas con el aceite de la misericordia, lo que el Buen Samaritano derramó sobre las heridas de aquel desventurado, de quien nadie tuvo misericordia (cf. Lc 10,34)”.
Indispensable en este punto es pedir el precioso don de la humildad, para que sea claro que el perdón es un don gratuito y sobrenatural de Dios, del cual los confesores son sólo simples - aunque necesarios- administradores, por voluntad del mismo Jesús.
Además en la oración siempre invocamos al Espíritu Santo, - añadió Francisco-  que es Espíritu de discernimiento y de compasión. “El Espíritu permite identificarnos con los sufrimientos de los hermanos y hermanas que se acercan al confesional, y acompañarlos con prudente y maduro discernimiento y con verdadera compasión de sus sufrimientos, causados por la pobreza del pecado”.  
En segundo lugar el buen confesor es “un hombre del Espíritu y del discernimiento”. Esto porque el discernimiento permite “distinguir”, es decir, permite “no poner todo en el mismo saco”,  otorgando la delicadeza de ánimo necesaria de frente a quien abre el sagrario de la propia conciencia para recibir luz, paz y misericordia. Y es hombre “del” Espíritu, porque no hace su propia voluntad ni enseña una propia doctrina, sino que está llamado a hacer siempre la voluntad de Dios en comunión plena con la Iglesia, de la cual es siervo.  
“El discernimiento es también necesario porque, aquellos que se acercan al confesionario, pueden venir de muchas situaciones diferentes; también pueden tener trastornos espirituales, cuya naturaleza debe ser sometida a un cuidadoso discernimiento, teniendo en cuenta todas las circunstancias existenciales, eclesiales, naturales y sobrenaturales. Allí donde el confesor se diera cuenta de la presencia de verdaderos trastornos espirituales - que también pueden ser en gran parte psicológicos, y por ello deben ser verificados a través de una sana colaboración con las ciencias humanas -, no dudarán en referirse a aquellos que, en la diócesis, están a cargo de este delicado y necesario ministerio, a saber, los exorcistas. Pero éstos deberán seleccionarse con gran cuidado y mucha prudencia”.
Y por último, tras aseverar que el confesionario es un verdadero y propio “lugar de evangelización”, porque “no hay evangelización más auténtica que el encuentro con el Dios de la misericordia”, el pontífice señaló que el confesionario es, en consecuencia, un lugar de formación, y por este motivo en el breve diálogo con el penitente, el confesor está llamado a discernir qué cosa sea más útil, e incluso necesaria, en el camino espiritual de aquel hermano o hermana. En definitiva, es una obra “de rápido e inteligente discernimiento que puede hacer mucho bien a los fieles”.
Para los confesores que están llamados cada día a ir a las periferias del mal y del pecado – como él mismo dijo – el Sucesor de Pedro deseó, en definitiva, que sean buenos confesores, es decir, a) inmersos en la relación con Cristo, b) capaces de discernimiento en el Espíritu Santo, y c) listos para aprovechar la oportunidad de evangelizar.
“Confesar es prioridad pastoral. Por favor, que no haya esos carteles 'Se confiesa sólo los lunes y miércoles a partir de tal hora a tal hora'. Se confiesa cada vez que te lo piden. Y si te quedas allí rezando, estás con el confesionario abierto, que es el corazón de Dios abierto”.
(Griselda Mutual – Radio Vaticano)

San José, el santo del silencio

Lectio Divina: Lunes, 20 de marzo, 2017: Evangelio según san Mateo 1,16.18-21.24a. (Solemnidad de San José - Ciclo A-)


Lectio Divina
Lunes, 20 Marzo, 2017
José, esposo de María,
la Madre de Jesús

1. LECTIO

a) Oración inicial:
Espíritu que aleteas sobre las aguas,
calma en nosotros las disonancias,
los flujos inquietos, el rumor de las palabras,
los torbellinos de vanidad
y haz surgir en el silencio
la Palabra que nos recrea.
Espíritu que en un suspiro susurras
en nuestro espíritu el nombre del Padre,
ven a reunir todos nuestros deseos,
hazlos crecer en un haz de luz
que sea la respuesta a tu luz,
la Palabra del Nuevo Día.
Espíritu de Dios, savia de amor
del árbol inmenso sobre el que nos injertamos,
que todos nuestros hermanos
nos acompañen como un don,
en el gran Cuerpo donde madura
la Palabra de comunión.
(Fr. Pierre-Yves de Taizé)
b) Lectura del Evangelio: Mateo 1,16-24
Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo. Así que el total de las generaciones son: desde Abrahán hasta David, catorce generaciones; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce generaciones; desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.
El origen de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, que era justo, pero no quería infamarla, resolvió repudiarla en privado. Así lo tenía planeado, cuando el ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.» Todo esto sucedió para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta: Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: «Dios con nosotros». Despertado José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer. Y no la conocía hasta que ella dio a luz un hijo, y le puso por nombre Jesús.
c) Un momento de silencio:
para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.

2. MEDITATIO

a) Clave de lectura:
El pasaje del evangelio de hoy se toma del primer capítulo de Mateo que forma parte de la sección referente a la concepción, nacimiento e infancia de Jesús. El centro de todo el relato es la persona de Jesús a la que se suman todos los sucesos y las personas mencionadas en la narración.. Se debe tener presente que el Evangelio revela una teología de la historia de Jesús, por eso, al acercarnos a la Palabra de Dios debemos recoger el mensaje escondido bajo los velos de la historia sin perdernos, como sabiamente nos avisa San Pablo, “en las cuestiones tontas”, guardándonos “de las genealogías, de las cuestiones y de las discusiones en torno a la ley, porque son cosas inútiles y vanas”. (Tm 3:9)
Efectivamente, este texto se conecta a la genealogía de Jesús, que Mateo compone con el intento de subrayar la sucesión dinástica de Jesús, el salvador de su pueblo (Mt 1:21). A Jesús le son otorgados todos los derechos hereditarios de la estirpe davídica, de “José, hijo de David” (Mt 1:20; Lc 2:4-5) su padre legal. Para el mundo bíblico y hebraico la paternidad legal bastaba para conferir todos los derechos de la estirpe en cuestión (cf.: la ley del levirato y de la adopción Dt 25:5 ss) Por esto, después del comienzo de la genealogía, a Jesús se le designa como “Cristo hijo de David” (Mt 1:1), esto es, el ungido del Señor hijo de David, con el cual se cumplirán todas las promesas de Dios a David su siervo (2Sam 7:1-16; 2Cr 7:18; 2 Cr 21:7; S 89:30). Por esto Mateo añade al relato de la genealogía y de la concepción de Jesús la profecía de Isaías: “Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había sido dicho por el Señor por medio del profeta: He aquí, que la virgen concebirá y parirá un hijo que será llamado Emmanuel, que significa Dios con nosotros” (Mt 1:21-23 + Is 7:14).
Deteniéndonos, por decirlo así, en la realidad espiritual de la adopción, podemos referirnos al hecho de que el pueblo elegido posee “la gloria, las alianzas, la legislación, el culto, las promesas” porque “ellos son Israelitas y poseen la adopción de hijos” (Rm 9:4). Pero también nosotros, el nuevo pueblo de Dios en Cristo, recibimos la adopción de hijos porque “cuando llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a aquéllos que estaban bajo la ley, para que recibiésemos la adopción de hijos” (Mt 1.21), porque Él es el “Dios con nosotros” (Mt 1:23) que nos hace hijos adoptivos de Dios.
Jesús nace de “María desposada con José” Mt 1:18a) que “se halló en cinta por obra del Espíritu Santo” (Mt 1:18b). Mateo no nos cuenta el relato de la anunciación como lo hace Lucas (Lc 1, 26-38), pero estructura la narración desde el punto de vista de la experiencia de José el hombre justo. La Biblia nos revela que Dios ama a sus justos. Pensamos en Noé “hombre justo e íntegro entre sus contemporáneos” (Gén 6:9). O en Joás que “hizo lo que era recto a los ojos del Señor” (2Re 12:3).
Una idea constante en la Biblia es el “sueño” como lugar privilegiado donde Dios da a conocer sus proyectos y planes, y algunas veces revela el futuro. Bien conocido son los sueños de Jacob en Betel (Gén 28: 10ss) y los de José su hijo, como también los del coopero y repostero prisioneros en Egipto con él, (Gén 37:5ss; Gén 40:5ss) y los sueños del Faraón que revelaron los futuros años de prosperidad y carestía (Gén 41:1ss).
A José se le aparece “en sueños un ángel del Señor” (Mt 1.20) para revelarle el plan de Dios. En los evangelios de la infancia aparece a menudo el ángel del Señor como mensajero celestial (Mt 1:20.24; 2:13.19; Lc 1:11; 2:9) y también en otras ocasiones esta figura aparece para tranquilizar, revelar el proyecto de Dios, curar, liberar de la esclavitud (cf.: Mt 28:2; Jn 5:4; Act 5:19; 8:26; 12: 7.23). Muchas son las referencias al ángel del Señor también en el Antiguo Testamento, donde originariamente representaba al mismo Señor que cuida y protege a su pueblo siempre acompañándolo de cerca (cf.: Gén 16:7–16; 22:12; 24:7; Éx 3:2; Tb 5:4).
b) Preguntas para orientar la meditación y actualización:
• ¿Qué cosa te ha llamado más la atención en este pasaje evangélico?
• En la clave de lectura hemos ofrecido bastante espacio para algunos términos: adopción, ángel, sueño, justo). ¿Qué sentimientos y pensamientos suscitan en tu corazón? ¿Qué importancia puede tener para tu camino de madurez espiritual?
• ¿Qué piensa que pudiera ser el mensaje central del pasaje evangélico?

3. ORATIO

a) Salmo 92
Es bueno dar gracias a Yahvé,
cantar en tu honor, Altísimo,
publicar tu amor por la mañana
y tu fidelidad por las noches,
con el arpa de diez cuerdas y la lira,
acompañadas del rasgueo de la cítara.
Pues con tus hechos, Yahvé, me alegras,
ante las obras de tus manos grito:
«¡Qué grandes son tus obras, Yahvé,
y qué hondos tus pensamientos!»
El hombre estúpido no entiende,
el insensato no lo comprende.
Aunque broten como hierba los malvados
o florezcan todos los malhechores,
acabarán destruidos para siempre;
¡pero tú eres eternamente excelso!
Mira cómo perecen tus enemigos,
se dispersan todos los malhechores.
Pero me dotas de la fuerza del búfalo,
aceite nuevo derramas sobre mí;
veré la derrota del que me acecha,
escucharé la caída de los malvados.
El justo florece como la palma,
crece como un cedro del Líbano.
Plantados en la Casa de Yahvé,
florecen en los atrios de nuestro Dios.
Todavía en la vejez producen fruto,
siguen llenos de frescura y lozanía,
para anunciar lo recto que es Yahvé:
«Roca mía, en quien no hay falsedad».
b) Momentos dedicados al silencio orante

4. CONTEMPLATIO

La contemplación cristiana del sueño de Dios, del plan que Dios realiza para la historia de la humanidad no produce alienación sino que nos tiene vigilantes y activas las conciencias y nos estimula para afrontar con valor y abnegación las responsabilidades que la vida nos depara.