UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





viernes, 29 de mayo de 2015

Homilía (texto y video) de Papa Francisco en Santa Marta del Viernes 29 de mayo 2015: 'La fe auténtica abierta al perdón obra milagros'

La fe auténtica, abierta a los otros y al perdón, obra milagros. Dios nos ayuda a no caer en una religiosidad egoísta y empresaria. Así lo ha recordado el Santo Padre Francisco durante la homilía de esta mañana en Santa Marta. El Evangelio de hoy propone “tres modos de vivir” en las imágenes de la higuera que no da frutos, en los comerciantes del templo y en el hombre de fe.
Tal y como ha explicado el Papa, la higuera representa la esterilidad, una vida estéril, incapaz de dar nada. Un vida que no da fruto, incapaz de hacer el bien. “Vive para sí, tranquilo, egoísta, no quiere problemas. Y Jesús maldice el árbol de la higuera, porque es estéril, porque no ha hecho lo suyo para dar fruto”, ha explicado el Papa. Representa a la persona --ha proseguido-- que no hace nada para ayudar, que vive siempre por sí misma, para que no le falta nada. Al final estos se convierten en neuróticos, ha advertido. Y así, el Santo Padre ha recordado que Jesús “condena la esterilidad espiritual, el egoísmo espiritual". 
La otra forma de vivir de la que hablado el Papa es la de los “explotadores, de los comerciantes en el templo. Explotan también el lugar sagrado de Dios para hacer negocios: cambian las monedas, venden los animales para el sacrificio, también entre ellos se vuelven como un sindicato para defender. Esto no solo era tolerado, sino también permitido por los sacerdotes del templo”.  Son  --ha precisado Francisco-- los que hacen de la religión un negocio. En la Biblia está la historia de los hijos de un sacerdote que “empujaban a la gente a dar ofrendas y ganaban mucho, también de los pobres”. Y Jesús dice: 'Mi casa será llamada casa de oración. Vosotros, sin embargo, la habéis convertido en una cueva de ladrones.
De este modo, el papa Francisco ha señalado que la gente que iba en peregrinación allí a pedir la bendición del Señor, a hacer un sacrificio, era explotada. “Los sacerdotes allí no enseñaban a rezar, no les daban catequesis… Era una cueva de ladrones”, ha advertido. Y ha añadido: “No sé si nos hará bien pensar si con nosotros ocurre algo parecido. No lo sé. Es utilizar las cosas de Dios por el propio beneficio”.
Finalmente ha reflexionado sobre la tercera forma de vivir la fe, como Jesús indicaba. “Tened fe en Dios. Si uno dijera a un monte ‘levántate y tírate al mar’, sin dudas en su corazón, creyendo que lo que dice sucede, eso sucederá. Todo lo que pidáis en la oración, tened fe en obtenerlo y sucederá’. Sucederá precisamente lo que pedimos con fe”.
Y esto, el Papa lo ha explicado así: “Es el estilo de vida de la fe.
-‘Padre, ¿qué debo hacer para esto?’
-‘Pues pídelo al Señor, que te ayude a hacer cosas buenas, pero con fe. Solo una condición: cuando uno se pone a rezar pidiendo esto, si tiene  algo contra alguien, lo perdone. Es la única condición, para que también vuestro Padre que está en el cielo perdone, nuestros pecados’”. Este es el tercer estilo de vida, según ha explicado el Papa. “La fe, la fe para ayudar a los otros, para acercarse a Dios. Esta fe que hace milagros”,  ha indicado.

Para concluir, el Pontífice ha invitado a pedir al Señor “que nos enseñe este estilo de vida de fe y que nos ayude a no caer nunca, a nosotros, a cada uno de nosotros, a la Iglesia, en la esterilidad y en el mundo de los negocios”.

Texto de Radio Vaticano adaptado y traducido por ZENIT