LECTIO
DIVINA DEL EVANGELIO DE LA 8ª
SEMANA DEL TIEMPO DURANTE EL AÑO: MIÉRCOLES 27 DE MAYO 2015: Memoria de San
Agustín de Cantorbery, obispo.
La
"Lectio Divina"(Lectura Orante de la Palabra de Dios) es un método
para leer, meditar, rezar, actuar y encarnar la Palabra de Dios en la vida
diaria. El método consiste en 10 pasos progresivos muy fáciles de realizar y
que permiten a cada cristiano entender y realizar la Voluntad de Dios.
1°.
PREPARACIÓN:
Espíritu Santo, ilumina mi entendimiento, para que al
leer y meditar el Evangelio de hoy, sienta la presencia de Dios Padre que se
manifiesta a través de tu Palabra.
Abre mi corazón para darme cuenta del querer de Dios y
la manera de hacerlo realidad en mis acciones de cada día. Instrúyeme en tus
sendas para que, teniendo en cuenta tu Palabra, sea signo de tu presencia en el
mundo. Amén
2°. LECTURA DEL EVANGELIO:
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
10, 32-45
Mientras iban de camino para subir a Jerusalén, Jesús
se adelantaba a sus discípulos; ellos estaban asombrados y los que lo seguían
tenían miedo. Entonces reunió nuevamente a los Doce y comenzó a decirles lo que
le iba a suceder: “Ahora subimos a Jerusalén; allí el Hijo del hombre será
entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas. Lo condenarán a muerte y lo
entregarán a los paganos: Ellos se burlarán de él, lo escupirán, lo azotarán y
lo matarán. Y tres días después, resucitará”. Santiago y Juan, los hijos de
Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: “Maestro, queremos que nos concedas
lo que te vamos a pedir”. Él les respondió: “¿Qué quieren que haga por
ustedes?”. Ellos le dijeron: “Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a
tu izquierda, cuando estés en tu gloria”. Jesús les dijo: “¡No saben lo que
piden! ¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo
recibiré?”. “Podemos”, le respondieron. Entonces Jesús agregó: “Ustedes beberán
el cáliz que yo beberé y recibirán el mismo bautismo que yo. En cuanto a
sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que
esos puestos son para quienes han sido destinados”. Los otros diez, que habían
oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra ellos. Jesús los llamó y les
dijo: “Ustedes saben que aquéllos a quienes se considera gobernantes dominan a
las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les hacen sentir su
autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser
grande que se haga servidor de ustedes, y el que quiera ser el primero que se
haga servidor de todos. Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser
servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud”.
3°.MEDITACIÓN
DEL EVANGELIO:
A. COMENTARIO
INTRODUCTORIO
- Camino a Jerusalén, ya cerca de la ciudad, Jesús «va delante» consciente de su destino. Su muerte no es un accidente fortuito en su vida. El sube voluntariamente a Jerusalén, el lugar de su Pasión.
- En Jerusalén se manifestará plenamente el poder de Dios en la absoluta debilidad.
- El final es la resurrección y en ese camino anuncia por tercera vez su pasión.
- Al anuncio de la pasión sucederá la incomprensión, para dar paso a la enseñanza.
- Con este trasfondo, la petición de “Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo” pretende tergiversar el contenido del mensaje del Reino.
- Los dos hermanos quieren sentarse a la derecha y a la izquierda, buscan lugares de poder.
- Jesús plantea la entrega de la propia vida, y ellos de forma absurda pretenden el poder de los primeros puestos.
- La petición viene muy bien presentada bajo forma de fidelidad, de adhesión y amistad, sentimientos que seguramente tendrían estos dos apóstoles, pero mezclados con su ambición personal, sus deseos de honores y poder.
- Jesús tratará de hacerles comprender que el camino para alcanzar la gloria es el suyo. Para estos usará los símbolos el cáliz como imagen de la renuncia y el sacrificio y el bautismo como imagen de la purificación por la muerte y el comienzo a una nueva existencia.
- Los “hijos del trueno” pidieron un trono de poder y Jesús les ofrece llevar adelante la causa del reino hasta la entrega de la propia vida.
- Los otros diez se llenan de indignación, no porque creyeran que la petición hubiera sido inconveniente, sino porque esos dos se les habían adelantado.
- Jesús aprovecha para anunciarles la verdad evangélica sobre la autoridad y el servicio.
- Jesús con su respuesta pone una vez más la entrega de la propia vida como base de todo seguimiento Se pone a sí mismo como el modelo porque «El Hijo del Hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por todos».
- Para Jesús, el camino de la cruz no es ante todo “sufrir” sino “servir”. Y es la regla de la nueva comunidad de los discípulos.
- El mismo Jesús con su vida, y en el acto supremo de entregarla libremente a la muerte, introduce esta novedad de la autoridad como servicio.
- Servicio que es expresión de la libertad que da el auténtico amor.
- Es libre quien sirve a Dios y a los hermanos, como Cristo, por amor.
- Los cristianos no podemos entender la autoridad como la de “los jefes de los pueblos”, porque esos, según la dura descripción de Jesús «los tiranizan y los oprimen».
- Si examinamos con honestidad y sinceridad nuestro ejercicio del poder, descubrimos que tendemos a dominar y no a servir, que en el pequeño o gran espacio en el que ejercemos nuestra autoridad nos comportamos como los que tiranizan y oprimen.
- Los discípulos tenemos que entender toda autoridad como servicio y entrega por los demás: «el que quiera ser primero, sea esclavo de todos», exige muchas veces renuncia, esfuerzo, sacrificio. Como tiene que sacrificarse, el deportista para ganar, el labrador para cosechar, el estudiante para aprobar, los padres para sacar la familia adelante.
- Si bien el mundo de hoy nos invita a huir del dolor y el sufrimiento, los que queremos seguir al Señor necesitamos aceptar su evangelio con la cruz pero....la propuesta de la cruz no se basa en la cruz misma asumida con una actitud masoquista, sino en la construcción de un mundo nuevo, que inevitablemente supone la cruz del trabajo, de la lucha, de la incomprensión y de la persecución.
- Buscar los últimos lugares para ser servidor de todos, sólo tiene sentido desde la perspectiva y el ejemplo de Jesús que dando su vida, abrió paso a una nueva realidad de vida entre los hombres.
B.
REFLEXIÓN DEL PAPA FRANCISCO.
«Juan y
Santiago, le piden sentarse, en su gloria, uno a su derecha y otro a su
izquierda, lo que provocó una discusión entre los demás sobre quién era el más
importante en la Iglesia. La tentación de los discípulos es la misma de Jesús
en el desierto, cuando el demonio se había acercado para proponerle otro
camino. […]
Una Iglesia que solo piensa en los triunfos, en los éxitos, que no sabe aquella regla de Jesús: la regla del triunfo a través del fracaso, el fracaso humano, el fracaso de la Cruz. Y esta es una tentación que todos tenemos.
Recuerdo que una vez, que estaba en un momento oscuro de mi vida espiritual y le pedía una gracia al Señor. Luego me fui a predicar los ejercicios a unas religiosas y el último día se confiesan. Y vino a confesarse una monja anciana, con más de ochenta años, pero con los ojos claros y brillantes: era una mujer de Dios. Al final vi en ella a una mujer de Dios, a la que le dije: «Hermana, como penitencia, ore por mí, porque necesito una gracia. Si usted se lo pide al Señor, me la concederá con toda seguridad». Se detuvo un momento, como si orara, y me dijo: «Claro que el Señor le dará la gracia, pero no se engañe: lo hará a su divina manera». Esto me hizo muy bien. Sentir que el Señor siempre nos da lo que pedimos, pero a su divina manera. Y la divina manera es hasta el extremo. La divina manera consiste en la cruz, pero no por masoquismo: ¡no, no! Sino por amor. Por amor hasta el extremo".
Pidamos al Señor la gracia de no ser una iglesia a mitad de camino, una Iglesia triunfalista, de grandes éxitos, sino de ser una Iglesia humilde, que camina con decisión, como Jesús. Adelante, adelante, adelante... Un corazón abierto a la voluntad del Padre, como Jesús. Pidamos esta gracia. (Cf Homilía de Papa Francisco, 29 de mayo de 2013, en Santa Marta).
Una Iglesia que solo piensa en los triunfos, en los éxitos, que no sabe aquella regla de Jesús: la regla del triunfo a través del fracaso, el fracaso humano, el fracaso de la Cruz. Y esta es una tentación que todos tenemos.
Recuerdo que una vez, que estaba en un momento oscuro de mi vida espiritual y le pedía una gracia al Señor. Luego me fui a predicar los ejercicios a unas religiosas y el último día se confiesan. Y vino a confesarse una monja anciana, con más de ochenta años, pero con los ojos claros y brillantes: era una mujer de Dios. Al final vi en ella a una mujer de Dios, a la que le dije: «Hermana, como penitencia, ore por mí, porque necesito una gracia. Si usted se lo pide al Señor, me la concederá con toda seguridad». Se detuvo un momento, como si orara, y me dijo: «Claro que el Señor le dará la gracia, pero no se engañe: lo hará a su divina manera». Esto me hizo muy bien. Sentir que el Señor siempre nos da lo que pedimos, pero a su divina manera. Y la divina manera es hasta el extremo. La divina manera consiste en la cruz, pero no por masoquismo: ¡no, no! Sino por amor. Por amor hasta el extremo".
Pidamos al Señor la gracia de no ser una iglesia a mitad de camino, una Iglesia triunfalista, de grandes éxitos, sino de ser una Iglesia humilde, que camina con decisión, como Jesús. Adelante, adelante, adelante... Un corazón abierto a la voluntad del Padre, como Jesús. Pidamos esta gracia. (Cf Homilía de Papa Francisco, 29 de mayo de 2013, en Santa Marta).
Ven, Espíritu
de Jesús!
Enséñanos a vivir unidos,
ayúdanos a zanjar diferencias,
revélanos el mejor camino
para ser fieles al Padre.
Descubre nuestros errores,
nuestras falencias,
nuestros orgullos y pecados,
conviértenos.
Haz que vivamos para servir,
sin ansías de poder,
sin “transas” con el poder.
Enséñanos a andar junto al pueblo,
arrimando nuestra levadura,
que es tu vida,
tus opciones, tus preferencias.
Enséñanos a aprender de otros
que dan su vida
para que las cosas cambien
y haya más justicia en este mundo.
Espíritu de Jesús,
Espíritu Santo de Dios,
fuerza de vida nueva,
aliéntanos,
danos esperanza,
construye
un corazón nuevo en cada uno
para que hagamos juntos
la gran fraternidad
soñada, vivida, ofrecida
por la entrega de Jesús
y confirmada por el Padre
en la Resurrección.
Ven a nosotros,
para que aprendamos
a ser comunidad,
para que cambiemos de vida,
para que sigamos a Jesús,
¡Ven, Espíritu, Ven!
Enséñanos a vivir unidos,
ayúdanos a zanjar diferencias,
revélanos el mejor camino
para ser fieles al Padre.
Descubre nuestros errores,
nuestras falencias,
nuestros orgullos y pecados,
conviértenos.
Haz que vivamos para servir,
sin ansías de poder,
sin “transas” con el poder.
Enséñanos a andar junto al pueblo,
arrimando nuestra levadura,
que es tu vida,
tus opciones, tus preferencias.
Enséñanos a aprender de otros
que dan su vida
para que las cosas cambien
y haya más justicia en este mundo.
Espíritu de Jesús,
Espíritu Santo de Dios,
fuerza de vida nueva,
aliéntanos,
danos esperanza,
construye
un corazón nuevo en cada uno
para que hagamos juntos
la gran fraternidad
soñada, vivida, ofrecida
por la entrega de Jesús
y confirmada por el Padre
en la Resurrección.
Ven a nosotros,
para que aprendamos
a ser comunidad,
para que cambiemos de vida,
para que sigamos a Jesús,
¡Ven, Espíritu, Ven!
5°.
CONTEMPLACIÓN: Silencio ante la Palabra.
6°.
CONSOLACIÓN: Es sentir íntimamente el "gusto" de la Palabra de Dios.
¿Aceptamos el evangelio de Jesús con
todo?... ¿Incluido la Cruz?
¿Seguimos el ejemplo de Jesús que
dio su vida?
¿Cómo entendemos la autoridad?
8°.
COMPARTIR: Comparto la Palabra.
9°.
DELIBERACIÓN: Tomo una decisión concreta iluminado por la Palabra.
10. ACCIÓN
CONCRETA: Propósito del día.
Hoy voy a revisar dónde guardo mi ropa para regalar
algo de lo que no uso y especialmente lo que tengo de más....
SANTOS DE
HOY - PIDAMOS LA INTERCESIÓN DE TODOS ELLOS
-Nuestra
Señora de Valdejimena - Horcajo (Salamanca)
-San Acacio, mártir
-San Agustín de Canterbury, obispo
-San Alipio, mártir
-San Atanasio Bazzekuketta, mártir
-San Boecio, mártir
-San Bruno de Würzburg, obispo
-San Cirilo, mártir
-San Clemente, monje
-San Cuadrado, mártir
-San Dídimo, mártir
-San Elías, mártir
-San Estratónico, mártir
-San Eutropio de Orange, obispo
-San Evangelio, mártir
-San Fanuro, mártir
-San Federico, obispo y mártir
-San Gausberto, abad
-San Gonzaga Gonza, mártir
-San Hildeberto, obispo
-San Juan el Ruso, confesor
-San Julio Doróstoro de Misia, Mártir
-San Luciano, mártir
-San Oliverio, confesor
-San Ranulfo de Arras, mártir
-San Restituto de Roma, mártir
-San Símaco, mártir
-San Teopépido, mártir
-San Teraponto, mártir
-San Valencio, Mártir
-San Zótico, mártir
-Santa Bárbara Kim, mártir
-Santa Bárbara Yi, mártir
-Santa María Bartolomé, virgen
-Santa Restituta de Sora, mártir
-Santa Teodora, mártir
-San Acacio, mártir
-San Agustín de Canterbury, obispo
-San Alipio, mártir
-San Atanasio Bazzekuketta, mártir
-San Boecio, mártir
-San Bruno de Würzburg, obispo
-San Cirilo, mártir
-San Clemente, monje
-San Cuadrado, mártir
-San Dídimo, mártir
-San Elías, mártir
-San Estratónico, mártir
-San Eutropio de Orange, obispo
-San Evangelio, mártir
-San Fanuro, mártir
-San Federico, obispo y mártir
-San Gausberto, abad
-San Gonzaga Gonza, mártir
-San Hildeberto, obispo
-San Juan el Ruso, confesor
-San Julio Doróstoro de Misia, Mártir
-San Luciano, mártir
-San Oliverio, confesor
-San Ranulfo de Arras, mártir
-San Restituto de Roma, mártir
-San Símaco, mártir
-San Teopépido, mártir
-San Teraponto, mártir
-San Valencio, Mártir
-San Zótico, mártir
-Santa Bárbara Kim, mártir
-Santa Bárbara Yi, mártir
-Santa María Bartolomé, virgen
-Santa Restituta de Sora, mártir
-Santa Teodora, mártir