UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





lunes, 18 de mayo de 2015

Lectio Divina (Método en 10 pasos): Martes, 19 de Mayo, 2015: Evangelio según San Juan 17, 1-11a.: (7ª Semana del Tiempo de Pascua - Ciclo B -)

LECTIO DIVINA DEL EVANGELIO DE LA 7ª SEMANA DE PASCUA: 
MARTES 19 DE MAYO 2015.

La "Lectio Divina"(Lectura Orante de la Palabra de Dios) es un método para leer, meditar, rezar, actuar y encarnar la Palabra de Dios en la vida diaria. El método consiste en 10 pasos progresivos muy fáciles de realizar y que permiten a cada cristiano entender y realizar la Voluntad de Dios.
1°. PREPARACIÓN:
Espíritu Santo, ilumina mi entendimiento, para que al leer y meditar el Evangelio de hoy, sienta la presencia de Dios Padre que se manifiesta a través de tu Palabra.
Abre mi corazón para darme cuenta del querer de Dios y la manera de hacerlo realidad en mis acciones de cada día. Instrúyeme en tus sendas para que, teniendo en cuenta tu Palabra, sea signo de tu presencia en el mundo. Amén

2°. LECTURA DEL EVANGELIO:
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan. 17, 1-11a
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús levantó los ojos al cielo, orando así: Padre, ha llegado la Hora: glorifica a tu Hijo para que el Hijo te glorifique a ti, ya que le diste autoridad sobre todos los hombres, para que él diera Vida eterna a todos los que tú les has dado. Ésta es la Vida eterna: Que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu Enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste. Ahora, Padre, glorifícame junto a ti, con la gloria que yo tenía contigo antes que el mundo existiera. Manifesté tu Nombre a los que separaste del mundo para confiármelos. Eran tuyos y me los diste, y ellos fueron fieles a tu palabra. Ahora saben que todo lo que me has dado viene de ti, porque les comuniqué las palabras que tú me diste: Ellos han reconocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me enviaste. Yo ruego por ellos: No ruego por el mundo, sino por los que me diste, porque son tuyos. Todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío, y en ellos he sido glorificado. Ya no estoy más en el mundo, pero ellos están en él; y yo vuelvo a ti.
Palabra del Señor.

3°. MEDITACIÓN:
A. COMENTARIO INTRODUCTORIO
Jesús durante toda su vida ha ido anunciando esta «hora» que ahora ha llegado y es la hora de su entrega en la cruz y de la glorificación que va a recibir del Padre, con la resurrección y la entrada en la vida definitiva.
Con el Evangelio de hoy empieza la llamada «oración sacerdotal» de Jesús.
Hasta ahora había hablado a los discípulos, ahora se va y eleva al Padre la entrañable oración por sus colaboradores en la misión, por todos los que como discípulos asumen el desafío de seguir evangelizando.
Aparecen en boca de Jesús la unidad de amor y de vida que tiene con el Padre.
La oración brota de la íntima unión entre Cristo y el Padre: “todo lo mío es tuyo y lo tuyo es mío”.
Esta oración de Jesús está impregnada de amor a su Padre, de unión íntima con Él, y a la vez de amor y preocupación por los suyos que quedan en este mundo.
Jesús sabía muy bien de las dificultades que iban a encontrar sus discípulos en el camino cristiano. Conoce muy bien todas las dificultades que vivirán los que están en el mundo pero sin pertenecerle.
Jesús no quiere abandonarnos y pide para nosotros la ayuda del Padre.
Esta vuelta de Jesús al Padre, no será para sus discípulos estar en el mundo solos y abandonados.
Jesús ratifica que somos suyos y que hemos recibido la vida eterna al conocer al único Dios verdadero y a Jesucristo su enviado.
Él mismo nos promete su presencia continua.
No se ha ido para “desentenderse de este mundo”, sino, para estar para siempre y de un modo definitivo.
Unidos a Jesús, participamos de su unión íntima con el Padre, y su gloria, se manifestará en la medida en que colaboremos en hacer efectivo su proyecto de un mundo “mejor”, más verdadero, más esperanzado, más humano, justo y solidario.
B. REFLEXIÓN DEL PAPA FRANCISCO.
«“¿Quién nos separará del amor de Cristo?” Con estas palabras, san Pablo nos habla de la gloria de nuestra fe en Jesús: no sólo resucitó de entre los muertos y ascendió al cielo, sino que nos ha unido a él y nos ha hecho partícipes de su vida eterna. Cristo ha vencido y su victoria es la nuestra.
[…] Con san Pablo, nos dicen que, en la muerte y resurrección de su Hijo, Dios nos ha concedido la victoria más grande de todas. En efecto, ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni ninguna otra criatura podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor”.
La victoria de los mártires, su testimonio del poder del amor de Dios, sigue dando frutos en la Iglesia que sigue creciendo gracias a su sacrificio.
[…] El Evangelio de hoy contiene un mensaje importante para todos nosotros. Jesús pide al Padre que nos consagre en la verdad y nos proteja del mundo.
Es significativo, ante todo, que Jesús pida al Padre que nos consagre y proteja, pero no que nos aparte del mundo. Sabemos que él envía a sus discípulos para que sean fermento de santidad y verdad en el mundo: la sal de la tierra, la luz del mundo. En esto, los mártires nos muestran el camino. (Homilía de Papa Francisco, 16 de agosto de 2014)

4°. ORACIÓN: Dialogo con el Divino Maestro

Del color del amor

Del color del amor fuiste tiñendo mi esperanza,
de un amor transparente, de hermanos, de familia.
Amor lanzado siempre, más allá de si mismo,
a la escucha del llanto, en la marcha hacia el Reino,
desbordando los muros en busca de tu pueblo.

Amor simple y callado,
de panes y de peces repartidos,
de poner en común todo en la mesa.

Amor de no poder, de no querer,
definitivamente hacer silencio,
callar todo el horror, la angustia, la sorpresa,
en frente de la muerte y de los desarraigos.

Del color del amor que prohíbe el olvido
que rompe las distancias, la quietud y el egoísmo;
que rechaza medidas, miedos
y encrucijadas.

Amor de cruz,
de estrechas puertas y caminos pedregosos.
Amor sin tregua, sin hora y sin descanso.
Amor incierto, oscuro,
siempre en vasija nueva,
deshaciendo costumbres y remiendos.

Amor libre.
Amor a manos llenas.
Amor que desconcierta.
Amor de cruz
Amén

Judith Bautista Fajardo


5°. CONTEMPLACIÓN: Silencio ante la Palabra.
6°. CONSOLACIÓN: Es sentir íntimamente el "gusto" de la Palabra de Dios.

7°. DISCERNIMIENTO: Pensar y Discernir la Palabra.
¿Experimento que todo lo que Dios ha creado y pensado es para mí?
¿Sé que la vida de Dios es un regalo querido por Dios y que la alegría de Dios está en que sepa recibirlo?
¿Descubro la mediación de Jesucristo y la experimento de una manera viva?
¿Soy agradecido por todo lo que se me ha prometido y se me ha dado?

8°. COMPARTIR: Comparto la Palabra.
9°. DELIBERACIÓN: Tomo una decisión concreta iluminado por la Palabra.

10. ACCIÓN CONCRETA: Propósito del día.
Para agradecerle a Dios su amor incondicional, aceptaré con paciencia y confianza las dificultades de este día.

SANTOS DE HOY - PIDAMOS LA INTERCESIÓN DE TODOS ELLOS
-Santa Pudenciana, virgen, Roma, s. II.
-San Pudente, senador romano, padre de Santa Pudenciana, s. II.
-Santos Calócero y Partemio, mártires, Roma, 250.
-San Filótero, mártir, Nicomedia, 311.
-Seis vírgenes y mártires de Nicomedia, 304.
-San Dunstano (21 mayo), obispo de Cantorbery (Inglaterra). 988.
-San Ivón, Bretaña Menor (Francia), 1303.
-San Hadulfo. abad, Arrás (Francia), 728.
-San Cirilo, obispo, Tréveris (Alemania), 458.
-Beato Alcuino (18 mayo), maestro de Carlomagno, gran escritor e insigne pedagogo, 804.
-San Juan de Cetina y San Pedro de Dueñas, mártires, Granada, 1307.