FIESTA DE
NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA
La
"Lectio Divina" es un método para leer, meditar, rezar, actuar y
encarnar la Palabra de Dios en la vida diaria. El método consiste en 10 pasos
progresivos muy fáciles de realizar y que permiten a cada cristiano entender y
realizar la Voluntad de Dios.
1°.
PREPARACIÓN:
Señor, creo que estás presente aquí y ahora, dispuesto
a derramar tu luz en mi oración. Tengo la confianza en que me darás la gracia
que necesito para crecer en el amor y poder así dar el testimonio que puede
acercar a otros a querer experimentar también tu presencia. Gracias por tu
amor, por tu inmensa generosidad, te ofrezco mi vida y todo mi esfuerzo. Amén
2°. LECTURA DEL EVANGELIO:
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan. 16,
12-15
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a
sus discípulos: Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las
pueden comprender ahora. Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los
introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo
que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo. Él me glorificará, porque
recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes. Todo lo que es del Padre es
mío. Por eso les digo: “Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes”.
A. COMENTARIO
INTRODUCTORIO
- Jesús se despide consciente de que no les dijo todo a sus discípulos, pero promete de que vendrá el Espíritu que llevará a plenitud su obra.
- En Dios hay siempre cosas nuevas a descubrir.
- La fe es una progresión. Es una vida que va desarrollándose.
- El Espíritu es el Maestro interior de todos los cristianos, que nos ayuda a discernir los caminos del Señor.
- Él nos llevará hasta la verdad plena.
- Nos anunciará lo que ha de venir.
- Irá interpretando la historia como un dialogo entre “el mundo” y el proyecto de Dios; así irá guiando a los discípulos en su actividad en favor del hombre.
- La difusión del mensaje, la sintonía que hace posible la mirada de Dios sobre la historia, se realiza sólo a través del amor.
- Sólo desde el amor se puede conocer el ser del hombre, reconocer su destino y su realización.
- Sólo desde el amor las palabras de Jesús se graban en nuestro interior y se transforman en criterios, valores, opciones.
- Es cuestión de ser dóciles al Espíritu Santo para que nos enseñe a leer los signos de los tiempos, a ver la mano de Dios en todos los acontecimientos de la vida y reconocer y andar los caminos misteriosos por los cuales nos quiere conducir, junto con toda la creación a la plenitud de la vida en Cristo.
B. REFLEXIÓN
DEL PAPA FRANCISCO.
Queridos
hermanos y hermanas, ¡buenos días!
".....Con
el Bautismo de Jesús no sólo se rasgan los cielos, sino que Dios habla
nuevamente haciendo resonar su voz: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me
complazco» (Mc 1, 11). La voz del Padre proclama el misterio que se oculta
en el Hombre bautizado por el Precursor.
Y luego la
venida del Espíritu Santo, en forma de paloma: esto permite al Cristo, el
Consagrado del Señor, inaugurar su misión, que es nuestra salvación. El Espíritu
Santo: el gran olvidado en nuestras oraciones. Nosotros a menudo rezamos a
Jesús; rezamos al Padre, especialmente en el «Padrenuestro»; pero no muy
frecuentemente rezamos al Espíritu Santo, ¿es verdad? Es el olvidado. Y
necesitamos pedir su ayuda, su fortaleza, su inspiración. El Espíritu Santo que
animó totalmente la vida y el ministerio de Jesús, es el mismo Espíritu que hoy
guía la vida cristiana, la existencia de un hombre y de una mujer que se dicen
y quieren ser cristianos. Poner bajo la acción del Espíritu Santo nuestra vida
de cristianos y la misión, que todos recibimos en virtud del Bautismo,
significa volver a encontrar la valentía apostólica necesaria para superar
fáciles comodidades mundanas. En cambio, un cristiano y una comunidad «sordos»
a la voz del Espíritu Santo, que impulsa a llevar el Evangelio a los extremos
confines de la tierra y de la sociedad, llegan a ser también un cristiano y una
comunidad «mudos» que no hablan y no evangelizan.
Recordad
esto: rezar con frecuencia al Espíritu Santo para que nos ayude, nos dé fuerza,
nos dé la inspiración y nos haga ir adelante.
Que María,
Madre de Dios y de la Iglesia, acompañe el camino de todos nosotros bautizados,
nos ayude a crecer en el amor a Dios y en la alegría de servir al Evangelio, para
dar así sentido pleno a nuestra vida. (Angelus de Papa Francisco, 11 de enero
de 2015).
El viento
del Espíritu en acción
Tu
Espíritu es viento
que
sopla donde quiere, libre y liberador,
vencedor
de la ley, del pecado y de la muerte.
Tu
Espíritu es viento
que
se apoderó de Jesús para enviarlo a anunciar
la
buena nueva a los pobres y la liberación de los cautivos.
Tu
Espíritu es viento que se llevó en Pentecostés
el
miedo de los apóstoles
y
abrió de par en par las puertas del cenáculo,
para
que la comunidad de los seguidores de Jesús
fuera
siempre al mundo y libre en su palabra
y
coherente en su testimonio e indecible en su esperanza.
Al
viento de su Espíritu
que
se lleva siempre nuestros miedos
y
nos abraza en Iglesia fraterna
para
que vivamos unidos en el servicio.
Tu
Espíritu es viento
que
reduce a cenizas
la
prepotencia, la hipocresía y el lucro
y
alimenta las llamas de la justicia y de la liberación
y
es el alma del Reino.
Para
que seamos viento en el viento, hermanos
Amén
6°.
CONSOLACIÓN: Es sentir íntimamente el "gusto" de la Palabra de Dios.
¿Trato de anular la Vida en el
Espíritu tratando de atarla a prácticas o normas?
¿Me dejo hablar y guiar por el
Espíritu en los acontecimientos de cada día?
¿Me esfuerzo para que la Palabra
cobre vida en la vida?
9°.
DELIBERACIÓN: Tomo una decisión concreta iluminado por la Palabra.
10. ACCIÓN
CONCRETA: Propósito del día.
Rezaré a la
Virgen de Fátima pidiendo por la Paz en mi corazón, en mi familia, en mi país y
en el mundo entero.
Breve
historia:
La Virgen de
Fátima es venerada con mucho fervor en el mundo entero.
La
emocionante historia de su aparición a los tres pastores en la aldea de Leiria,
región de Fátima, Portugal, propagó su devoción muy rápidamente por el mundo.
Primero, hubo tres apariciones de un ángel que se identificó como el Ángel de la Paz, y preparó a los niños para las grandes revelaciones de la Virgen. El 13 de Mayo de 1917, en un día claro, los tres niños, Lucia, Jacinto y Francisca, estaban pastoreando en las colinas, cuando sobre un pequeño roble, surge una luminosidad después de un relámpago, y una figura «de una Señora vestida de blanco, más brillante que el sol, reluciendo más clara e intensa que un vaso de cristal lleno de agua cristalina, atravesado por los rayos de sol más ardientes».
Las apariciones acontecieron desde el 13 de mayo hasta el 13 de octubre de 1917.
Primero, hubo tres apariciones de un ángel que se identificó como el Ángel de la Paz, y preparó a los niños para las grandes revelaciones de la Virgen. El 13 de Mayo de 1917, en un día claro, los tres niños, Lucia, Jacinto y Francisca, estaban pastoreando en las colinas, cuando sobre un pequeño roble, surge una luminosidad después de un relámpago, y una figura «de una Señora vestida de blanco, más brillante que el sol, reluciendo más clara e intensa que un vaso de cristal lleno de agua cristalina, atravesado por los rayos de sol más ardientes».
Las apariciones acontecieron desde el 13 de mayo hasta el 13 de octubre de 1917.
La Virgen
se dirige a los niños y les pide que recen el rosario todos los días por la paz
del mundo, que pidan por la conversión de los pecadores, y por el fin de la
guerra. Las apariciones continúan, y la Virgen siempre repite que se ore por la
paz y por la conversión de los pecadores y que se rece el Rosario diariamente.
Con el pasar de los días el pueblo acudió al lugar y presenció la aparición de una nube blanca sobre el roble, mientras los niños rezaban el rosario, Lucia conversaba en voz alta. La Virgen regresó muchas veces, hablo mucho, y reveló terribles acontecimientos, que podrían acontecer si el pueblo no se convirtiese y rezase el Rosario.
13 de octubre de 1917, última aparición de la Virgen a los tres pastorcitos y milagro del sol. Este milagro fue presenciado por 70.000 personas, entre ellos periodistas y los considerados "librepensadores" de la época que quedaron estupefactos ante el hecho. El periodista Avelino de Almeida, del diario liberal y anticlerical O seculo, repitió reiteradamente en su relato: "yo lo he visto... yo lo he visto".
Con el pasar de los días el pueblo acudió al lugar y presenció la aparición de una nube blanca sobre el roble, mientras los niños rezaban el rosario, Lucia conversaba en voz alta. La Virgen regresó muchas veces, hablo mucho, y reveló terribles acontecimientos, que podrían acontecer si el pueblo no se convirtiese y rezase el Rosario.
13 de octubre de 1917, última aparición de la Virgen a los tres pastorcitos y milagro del sol. Este milagro fue presenciado por 70.000 personas, entre ellos periodistas y los considerados "librepensadores" de la época que quedaron estupefactos ante el hecho. El periodista Avelino de Almeida, del diario liberal y anticlerical O seculo, repitió reiteradamente en su relato: "yo lo he visto... yo lo he visto".
Todas las
profecías reveladas por la Virgen realmente se concretizaron: la desintegración
del comunismo, las aberraciones morales de nuestra época. La última profecía,
cercada de misterio por tantos años, fue revelada por el Papa Juan Pablo II,
que se refiere al atentado que él mismo sufrió en 1980.
Hoy en día,
el nombre Fátima es sinónimo de la Virgen, en muchos lugares. Tal vez es el
lugar que tiene más peregrinaciones en el mundo, después de la Tierra Santa. En
Fátima los milagros ocurren. Y siempre con la misma intensidad del tiempo de
Lucia, Jacinto y Francisco.
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-La
Dedicación de Santa María ad Martyres (Panteón de Roma), hacia 611.
-San Mucio,
mártir, Constantinopla, 211.
-San
Glicerio, mártir, Heraclea (Tracia-Macedonia), 162.
-Muchos
mártires en Alejandría, año 372.
-San
Servacio, obispo de Tongres (Holanda).
-San Juan
el Silenciario, Palestina (454-558).
-San
Onésimo, obispo de Soissons (Francia), s. IV.
-Santas
Inés, abadesa, y Dioscola, monja, Santa Cruz de Poitiers (Francia), s. VI.
-San
Sergio. Constantinopla, s. VII.
-San Pedro
Fournet, La Puye (Francia), 1834.
-San
Alberto de Ogna, terciario dominico.