UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





martes, 5 de mayo de 2015

El logo y el lema del Año Jubilar son una buena síntesis de lo que será este año de la Misericordia.

El logo y el lema del Año Jubilar son una buena síntesis de lo que será este año de la Misericordia. Con el lema ‘Misericordiosos como el Padre’ se propone vivir la misericordia siguiendo  el ejemplo del Padre, que pide no juzgar y no condenar, sino perdonar y amar sin medida.  El  logo  –obra  del  jesuita  Marko I. Rupnik–  se  presenta  como  un  pequeño compendio teológico de la misericordia. Muestra, en efecto, al Hijo que carga sobre sus hombros  al  hombre  extraviado,  recuperando así una  imagen  muy  apreciada  en  la  Iglesia  antigua,  porque  indicaba el amor de Cristo que lleva a término el misterio de su encarnación con la redención.
El  dibujo se destaca el Buen Pastor que toca en profundidad la carne del hombre, y lo hace con un amor capaz de cambiarle la vida. El Buen Pastor con extrema misericordia carga sobre sí la humanidad, pero sus  ojos se confunden con los del hombre. La escena se coloca dentro la mandorla que es también una figura  importante en la iconografía  antigua y medieval por cuanto evoca la presencia de las dos naturaleza, divina y humana, en  Cristo. Los tres óvalos concéntricos, de color progresivamente más claro hacia el externo, sugieren  el movimiento de Cristo que saca al hombre fuera de la noche del pecado y de la muerte. Por otra  parte, la profundidad del color más oscuro sugiere también el carácter inescrutable del amor del  Padre que todo lo perdona.