En el nombre del Padre, y del Hijo + y del
Espíritu Santo.
Blas de Sebaste, venerado como san Blas, fue un médico,obispo de Sebaste (Sebastensis
armenorum) en Armenia (actual Sivas, Turquía), y mártir cristiano. Hizo vida
eremíticaen una cueva en el bosque del monte Argeus,
que convirtió en su sede episcopal. Fue torturado y ejecutado en la época del
emperador romano Licinio, durante las persecuciones a los cristianos de
principios del siglo IV.
San Blas era conocido por su don de curación milagrosa.
Una pobre mujer tenía a su hijito agonizando porque se le había atravesado una espina de pescado en la garganta.
Corrió hacia un sitio por donde debía pasar el santo. Se arrodilló y le presentó al enfermito que se ahogaba. San Blas le colocó sus manos sobre la cabeza al niño y rezó por él. Inmediatamente la espina desapareció y el niñito recobró su salud. El pueblo lo aclamó entusiasmado.
Le cortaron la cabeza (era el año 316). Y después de su muerte empezó a obtener muchos milagros de Dios en favor de los que le rezaban. Se hizo tan popular que en sólo Italia llegó a tener 35 templos dedicados a él. Su país, Armenia, se hizo cristiano pocos años después de su martirio.
En la Edad Antigua era invocado como Patrono de los cazadores, y las gentes le tenían gran fe como eficaz protector contra las enfermedades de la garganta.
El 3 de febrero se bendecían dos velas en honor de San Blas y se las colocaba en la garganta de las personas enfermas diciendo: "Por intercesión de San Blas, te libre Dios de los males de garganta".
Cuando los pequeños se enfermaban de la garganta, sus madres repetían: "San Blas bendito, que se ahoga el angelito".
Una pobre mujer tenía a su hijito agonizando porque se le había atravesado una espina de pescado en la garganta.
Corrió hacia un sitio por donde debía pasar el santo. Se arrodilló y le presentó al enfermito que se ahogaba. San Blas le colocó sus manos sobre la cabeza al niño y rezó por él. Inmediatamente la espina desapareció y el niñito recobró su salud. El pueblo lo aclamó entusiasmado.
Le cortaron la cabeza (era el año 316). Y después de su muerte empezó a obtener muchos milagros de Dios en favor de los que le rezaban. Se hizo tan popular que en sólo Italia llegó a tener 35 templos dedicados a él. Su país, Armenia, se hizo cristiano pocos años después de su martirio.
En la Edad Antigua era invocado como Patrono de los cazadores, y las gentes le tenían gran fe como eficaz protector contra las enfermedades de la garganta.
El 3 de febrero se bendecían dos velas en honor de San Blas y se las colocaba en la garganta de las personas enfermas diciendo: "Por intercesión de San Blas, te libre Dios de los males de garganta".
Cuando los pequeños se enfermaban de la garganta, sus madres repetían: "San Blas bendito, que se ahoga el angelito".
BENDICIÓN DE LAS VELAS (en el día de S. Blas - 3 de febrero)
El Señor esté con ustedes. R. Y con tu espíritu.
Dios que en todas partes manifiesta su poder y su bondad, encomienda a la Iglesia la bendición de determinados elementos, para que todos los que los usen piadosamente se sientan atraídos hacia los bienes invisibles y bendigan a Dios, que es también admirable en sus santos.
Oremos: Dios todopoderoso, que creaste la diversidad de las cosas del mundo, y quisiste que tú mismo Hijo se encarnara para la Redención. Tú que eres grande e inmenso, digno de toda alabanza, haces cosas admirables.
Para confesar su fe en ti el glorioso Obispo y mártir S. Blas, no temiendo los tormentos, consiguió felizmente la palma del martirio. Entre otras gracias tú le diste este privilegio: que por tu poder curara el mal de la garganta.
Para confesar su fe en ti el glorioso Obispo y mártir S. Blas, no temiendo los tormentos, consiguió felizmente la palma del martirio. Entre otras gracias tú le diste este privilegio: que por tu poder curara el mal de la garganta.
Te rogamos humildemente que no mires nuestras culpas, y por los ruegos y méritos de S. Blas, bendice + y santifica por tu admirable piedad estas velas infundiéndoles tu gracia, a fin de que todos aquellos a quienes les fueren aplicadas en la garganta, se vean libres de cualquier mal, y alegres y sanos te rindan en la Iglesia acciones de gracias y alaben tu glorioso nombre que es bendito por los siglos. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén
Luego las aplica (sin encenderlas) a la garganta de cada uno de los fieles mientras dice:
Por la intercesión de S. Blas, obispo y mártir, te libre de todo mal de la garganta y de cualquier otro mal. R. Amén.Luego las aplica (sin encenderlas) a la garganta de cada uno de los fieles mientras dice: