LECTIO DIVINA
DEL EVANGELIO DE LA 19ª SEMANA DEL TIEMPO DURANTE EL AÑO. LUNES
10 DE AGOSTO 2015.
FIESTA DE SAN LORENZO, MÁRTIR.
El método
de la Lectio Divina consiste en la lectura-escucha-meditación -orante de la
Palabra de Dios para encarnarla en la vida diaria.
1°.
ORACIÓN DE PREPARACIÓN:
Señor Jesús abre mis ojos y mis oídos a tu
palabra.
Que lea y escuche yo tu voz y medite tus enseñanzas,
despierta mi alma y mi inteligencia
para que tu palabra penetre en mi corazón
y pueda yo comprenderla y encarnarla en mi vida. Amén
Que lea y escuche yo tu voz y medite tus enseñanzas,
despierta mi alma y mi inteligencia
para que tu palabra penetre en mi corazón
y pueda yo comprenderla y encarnarla en mi vida. Amén
2°. LECTURA DEL EVANGELIO:
Jesús dijo a sus discípulos: “Les aseguro que si el
grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da
mucho fruto. El que ama su vida la perderá; pero el que odia su vida en este
mundo la conservará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y
donde yo esté, estará también mi servidor. El que quiera servirme será honrado
por mi Padre”.
Palabra del Señor.
3°.MEDITACIÓN DEL EVANGELIO:
A. COMENTARIO
INTRODUCTORIO
En
la metáfora del grano de trigo que muere en la tierra, la muerte, es la
condición para que se libere toda la energía vital que la semilla contiene, y
la vida allí encerrada, se manifieste plenamente.
Con
esta metáfora, Jesús afirma que el hombre no produce vida sin dar la propia.
Amar
es darse sin escatimar, hasta desaparecer, si es necesario.
Solamente
el don total libera las capacidades del hombre.
El
que ofrece su vida por los demás: ama de verdad, se olvida del propio interés y
seguridad, lucha por la vida, la dignidad y la libertad, en medio de una
sociedad donde reina la muerte.
B.
REFLEXIÓN DEL PAPA FRANCISCO
«Con él,
sólo con su gracia, con su ayuda, también nosotros podemos vencer esta
tentación de la vanidad, de la mundanidad, no sólo en las grandes ocasiones,
sino también en las circunstancias ordinarias de la vida.
En esto, nos ayuda y nos conforta el ejemplo de muchos hombres y mujeres que, en silencio y sin hacerse ver, renuncian cada día a sí mismos para servir a los demás: un familiar enfermo, un anciano solo, una persona con discapacidad, un sin techo...
Pensemos también en la humillación de los que, por mantenerse fieles al Evangelio, son discriminados y sufren las consecuencias en su propia carne. Y pensemos en nuestros hermanos y hermanas perseguidos por ser cristianos, los mártires de hoy, hay muchos. No reniegan de Jesús y soportan con dignidad insultos y ultrajes. Lo siguen por su camino.» (Homilía de Papa Francisco, 29 de marzo de 2015).
En esto, nos ayuda y nos conforta el ejemplo de muchos hombres y mujeres que, en silencio y sin hacerse ver, renuncian cada día a sí mismos para servir a los demás: un familiar enfermo, un anciano solo, una persona con discapacidad, un sin techo...
Pensemos también en la humillación de los que, por mantenerse fieles al Evangelio, son discriminados y sufren las consecuencias en su propia carne. Y pensemos en nuestros hermanos y hermanas perseguidos por ser cristianos, los mártires de hoy, hay muchos. No reniegan de Jesús y soportan con dignidad insultos y ultrajes. Lo siguen por su camino.» (Homilía de Papa Francisco, 29 de marzo de 2015).
haz de mí lo que quieras.
Hagas lo que hagas, te lo agradezco.
Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo.
Hágase tu voluntad en mí
y en todas las criaturas.
Esto es todo lo que quiero, Señor.
En tus manos, Señor, encomiendo mi alma.
Te lo agradezco con todo el amor de mi corazón
porque te quiero, Señor.
No puedo menos de ofrecerme a mí mismo,
de entregarme en tus manos,
sin reservas y con ilimitada confianza,
porque tú eres mi Padre. Amén.
Hagas lo que hagas, te lo agradezco.
Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo.
Hágase tu voluntad en mí
y en todas las criaturas.
Esto es todo lo que quiero, Señor.
En tus manos, Señor, encomiendo mi alma.
Te lo agradezco con todo el amor de mi corazón
porque te quiero, Señor.
No puedo menos de ofrecerme a mí mismo,
de entregarme en tus manos,
sin reservas y con ilimitada confianza,
porque tú eres mi Padre. Amén.
Carlos de Foucauld
5°.
CONTEMPLACIÓN: Silencio ante la Palabra.
6°.
CONSOLACIÓN: Es sentir íntimamente el "gusto" de la Palabra de Dios.
7°.
DISCERNIMIENTO: Pensar y Discernir la Palabra.
¿A qué
conversión en mi amor, en mi entrega, en mi fecundidad me invita esta palabra?
¿Qué miedos
son obstáculo para mi vida de cristiano?
8°.
COMPARTIR: Comparto la Palabra.
9°.
DELIBERACIÓN: Tomo una decisión concreta iluminado por la Palabra.
10°. ACCIÓN
CONCRETA: Propósito del día.
Adoptaré
una actitud positiva, y no quejarme tanto, ante las dificultades de este día
para seguir a Cristo en el camino de la cruz.
SANTO DE HOY: SAN LORENZO, MÁRTIR.
SANTO
PATRONO DE LA CIUDAD DE SAN LORENZO, SANTA FE.
San Lorenzo de
origen español es situado en Huesca, que “desde la lejanía de los tiempos” ha
proclamado ser la patria de tan insigne mártir.
En su viaje
por España el futuro Sixto II, todavía no era Papa, se fijó en san Lorenzo y
deseó llevárselo a Roma con él.
Al llegar a
Roma se encontraron con la muerte reciente del papa Esteban y fue elegido para
sucederle Sixto. Éste nombró arcediano a san Lorenzo cuya misión era la de la
administración de los bienes económicos, y responsable de las obras de caridad.
En el año
258, se desató una nueva persecución dirigida particularmente contra la
jerarquía eclesiástica: en esta persecución fueron martirizados, entre otros
muchos, el papa Sixto II (el 6 de agosto) y su diácono Lorenzo (10 de agosto).
Un detalle
singular, que dice mucho de san Lorenzo en cuanto a su grandeza humana y
religiosa, es que cuando fue llamado ante el emperador y urgido a que llevase
todos los tesoros de la Iglesia, san Lorenzo se presentó con los más pobres de
la ciudad de Roma diciendo: “estos son los tesoros de la Iglesia”. Esto
causaría una gran rabia en el emperador que ordenó fuese torturado cruelmente.
Según el papa Inocencio III los diez tormentos con que fue martirizado san
Lorenzo fueron: cárcel, herido con escorpiones, atado con cadenas, golpeado con
palos, quemado con láminas incandescentes, azotado con látigos emplomados,
puesto en el potro y descoyuntado, herido con piedras, comprimido con horcas y
asado en el fuego, en la vía Tiburtina, que es el que más se conoce y con el
que habitualmente se representa. Otro detalle, con palabras del poeta
Prudencio, que nos habla de su categoría humana: cuando estaba siendo quemado
vivo dijo a su verdugo: “Ya estoy asado por este lado; da la vuelta y
come”.
La fama de
san Lorenzo se extendió rápidamente. Tanto es así que pasados unos pocos años,
Constantino mandó edificar, en su honor, en el lugar del enterramiento, una
basílica martirial que se ha convertido en uno de los lugares más importantes
de Roma.
San
Cayetano Errico, ruega por nosotros