VIDA DE SAN
ROQUE
LA PESTE
NEGRA O BUBÓNICA
San Roque es uno de los grandes santos populares que ha suscitado devoción en todo el mundo. Existen levantadas muchísimas capillas y en diferentes iglesias tienen una imagen de él, gracias a los favores que a lo largo de los siglos ha concedido principalmente en épocas de enfermedades y de peste.
¿Qué es la peste bubónica?
Es una enfermedad infecciosa aguda, causada por la bacteria Yersinia Pestis. Estas bacterias se encuentran en los roedores salvajes pequeños y en sus pulgas.
¿Cómo se transmite?
La enfermedad puede transmitirse a los seres humanos mediante la mordedura de las pulgas infectadas, la mordedura directa de los roedores o a través del contacto directo con los tejidos de los animales infectados.
También puede ser transmitida mediante aerosoles, inhalación de la bacteria (bioterrorismo). Es posible la transmisión de persona a persona.
¿Cuáles son los síntomas?
Escalofríos, fiebre. inflamaciones en los ganglios - bubones (adenopatías).
Si la enfermedad fue transmitida por inhalación, se denomina peste neumónica, ya que se infecta a los pulmones; en este caso, los primeros signos de la enfermedad son fiebre, dolor de cabeza, debilidad, tos productiva.
¿Qué tan pronto aparecen los síntomas?
Si la enfermedad fue transmitida por las pulgas, los síntomas aparecen de dos a ocho días después.
Si la enfermedad fue transmitida por inhalación, los síntomas aparecen de uno a tres días después.
San Roque es uno de los grandes santos populares que ha suscitado devoción en todo el mundo. Existen levantadas muchísimas capillas y en diferentes iglesias tienen una imagen de él, gracias a los favores que a lo largo de los siglos ha concedido principalmente en épocas de enfermedades y de peste.
¿Qué es la peste bubónica?
Es una enfermedad infecciosa aguda, causada por la bacteria Yersinia Pestis. Estas bacterias se encuentran en los roedores salvajes pequeños y en sus pulgas.
¿Cómo se transmite?
La enfermedad puede transmitirse a los seres humanos mediante la mordedura de las pulgas infectadas, la mordedura directa de los roedores o a través del contacto directo con los tejidos de los animales infectados.
También puede ser transmitida mediante aerosoles, inhalación de la bacteria (bioterrorismo). Es posible la transmisión de persona a persona.
¿Cuáles son los síntomas?
Escalofríos, fiebre. inflamaciones en los ganglios - bubones (adenopatías).
Si la enfermedad fue transmitida por inhalación, se denomina peste neumónica, ya que se infecta a los pulmones; en este caso, los primeros signos de la enfermedad son fiebre, dolor de cabeza, debilidad, tos productiva.
¿Qué tan pronto aparecen los síntomas?
Si la enfermedad fue transmitida por las pulgas, los síntomas aparecen de dos a ocho días después.
Si la enfermedad fue transmitida por inhalación, los síntomas aparecen de uno a tres días después.
Hoy día son
raras las pestes en los países civilizados, porque están bien atendidos los
medios de desinfección, y porque la medicina y la higiene pública han
progresado muchísimo. Pero antiguamente la peste era frecuente. Algunos lugares
eran especialmente perjudicados por ella, por causa de las ratas, de las aguas
poco sanas o del clima riguroso. Sobre todo solía propagarse en tiempos de
guerra, o cuando ésta había acabado; efecto de la suciedad de los campamentos y
de las infecciones que contraían los soldados viviendo semanas y meses sin
poder cuidarse de la limpieza más precisa. Una de las épocas en que la peste
azotó más los países cristianos del sur de Europa, particularmente Italia, fue
la primera mitad del 1300, en el año 1347. También tenemos que atribuirlo al
gran comercio que hubo en aquellos tiempos entre estos países y los de Oriente
(Asia).
Llegaban a
los puertos del Mediterráneo muchos barcos orientales cargados de objetos
primorosos y de riquísimas especias; pero también de gente que no tenía medios
de aseo, y que difundía las semillas de muchas enfermedades y fiebres de sus
lejanas tierras. Numerosas ciudades y regiones fueron víctimas de epidemias
horribles.
Pues bien:
en aquella época vivía un santo que curó innumerables apestados con la señal de
la Cruz: San Roque.
EL
NACIMIENTO, NIÑEZ Y JUVENTUD
Nació en
Francia, en la ciudad de Montpellier, en el año 1295 o (1345), de padres ricos.
"Roc" o "Roque" era seguramente su apellido. No sabemos su
nombre de pila.
El nacimiento de Roque habría sido fruto de un voto hecho por sus padres que sufrían por no tener hijos.
El nacimiento de Roque habría sido fruto de un voto hecho por sus padres que sufrían por no tener hijos.
Las
leyendas cuentan que Roque era hijo del gobernador del rey de Mallorca en
Montpellier llamado Juan y que, en el momento del nacimiento, llevaba una cruz
roja en el pecho prefigurando su destino. Su madre se llamaba Liberia.
Lo que nos
cuentan los antiguos historiadores es que, ya desde niño, Roque se distinguió
por su corazón piadoso, de tal manera que encantaba a sus padres y a cuantos le
conocían.
A sus
veinte años quedó huérfano de padre y madre.
Encontrándose
dueño de una fortuna considerable, se acordó del consejo evangélico de
Jesucristo: "Si quieres ser perfecto, da tus bienes a los pobres y
sígueme" (San Mateo19,21). Y he aquí que al momento lo puso en práctica.
Como no
tenía hermanos, cedió una parte de la herencia a un tío paterno, juntamente con
todos los derechos que le pudiesen pertenecer desde entonces en adelante. Y
hecho esto, vendió secretamente el resto de su hacienda y distribuyó su precio
entre los necesitados.
Continúa
LA OPCION
TOTAL POR CRISTO Y SU VIAJE HACIA ROMA
Despegado
totalmente de los bienes de la tierra, con este deseo de seguir en la pobreza a
Jesús y también de enseñar la fe cristiana, se vistió de peregrino y emprendió
viaje hacia Roma.
Pidiendo
limosna y sintiéndose feliz aún cuando se la negaban groseramente, llegó a
Italia Central donde la peste estaba haciendo grandes estragos.
En la zona
de la Región Toscana, Roque se hospedó en la ciudad de Acquapendente y, en el
hospital, se puso a servir a todas aquellas personas que estaban infectadas de
la peste, logrando curaciones admirables e inexplicables.
Seguramente,
San Roque aprendió nociones de Medicina en su ciudad natal, que puso luego en
práctica durante sus peregrinaciones. Recordemos que Montpellier es una de las
ciudades más prestigiosas de Europa en temas médicos, allí está la reconocida
Universidad de Montpellier, que fue fundada en el siglo XIII. Y comenzando su
tarea, visitó uno por uno todos los lechos, haciendo la señal de la Cruz sobre
cada uno de los apestados. Todos ellos se sintieron curados al instante.
Inmediatamente salió Roque a la ciudad y curó, de la misma manera, a todos los
enfermos que había en las casas.
Se comenzó
a correr la voz de que era un Ángel enviado del Cielo, para librarlos de la
epidemia. Querían hacerle una gran demostración de homenaje. Pero él, para
evitar toda suerte de honor, huyó secretamente.
Se cuenta
que en la ciudad italiana de Cesena, antes de llegar a Roma, nuestro santo curó
a muchas personas de la peste y en particular a un cardenal, y que éste lo
presentó luego al Papa.
Una pintura
de la Catedral de Cesena recuerda el hecho milagroso.
LA LLEGADA
A ROMA
Finalmente
llegó a Roma. También encontró a la Ciudad Eterna atacada por tan horrible
azote. Fueron numerosas las curaciones que hizo allí. Asimismo seguía atendiendo
a sus hermanos enfermos en los alrededores de Roma y en otras ciudades
italianas, adonde se trasladó expresamente.
EL REGRESO
Y LA ENFERMEDAD
Cuando se
dispuso a regresar a su país, pasó por la ciudad de Rímini, hoy convertida en
una de las grandes ciudades turísticas de veraneo en Italia.
En Piacenza
tuvo un sueño en el que oyó la voz de Dios que le decía: "Siervo fiel, ya
que has tenido bastante ánimo para dedicarte al cuidado de los enfermos por mi
amor, tenlo para sufrir la prueba que te voy a enviar".
Al
despertar se sintió atacado de una fiebre abrasadora y de unos dolores
intensos, y levantó el corazón al Cielo, no para quejarse, sino para dar
gracias a Dios bondadoso, pues le daba una ocasión de sufrir por amor suyo. Lo
colocaron en el hospital entre los demás enfermos víctimas de la epidemia. Sus
dolores se agravaron más todavía, de manera que no podía evitar dar grandes
gritos.
Cuando se
dio cuenta que molestaba a los demás enfermos, se levantó de la cama y se
dispuso a salir fuera de la ciudad hacia alguna cueva o refugio en que no
molestase a nadie. Burlando la vigilancia del hospital, aunque con mucha
dificultad para caminar, llegó a un bosque vecino en donde encontró una pequeña
cabaña abandonada, que le sirvió de asilo.
Sintiéndose
devorado por la sed, alzó los ojos al Señor, diciendo: "¡Oh Dios de
misericordia!, te doy gracias porque me permites sufrir por vos; pero, ¡oh
Señor¡, no me abandones en mi tribulación".
Al instante
vio salir de una roca inmediata una fuente de agua cristalina y abundante.
Apagando su sed con aquella agua milagrosa y lavándose frecuentemente en ella,
se fue curando poco a poco. Pero....
EL PERRO Y
SAN ROQUE
Seguro que
tus padres o tus abuelos te habrán ya contado la preciosa narración del perro
de San Roque. Si te fijas en la estampa, nuestro santo va acompañado de un
simpático perrito ¿Quien fue este perro?. Pues ... fue su salvador.
Cuando
nuestro santo se trasladó al bosque para no infectar de esta manera a los
vecinos de Piacenza, recibía cada día la visita de un perro que le llevaba un
pancito. El animalito lo tomaba cada día de la mesa de su amo, un hombre bien
acomodado llamado Gottardo Pallastrelli, el cual muy pronto se dio cuenta que
uno de sus perros arrebataba cada día de la mesa un pancito y lo llevaba más
allá de los campos. Lo siguió y vio con sorpresa cómo el animal ponía el pan en
las manos de Roque. El señor pensó: "Éste debe ser un Santo, pues Dios le
sustenta de una manera tan maravillosa". Se acercó y le preguntó quién
era. Roque le respondió: "Apártese de mí, que puedo contagiarle de
peste".
Pero
Gottardo, reflexionando, se convenció de que se hallaba delante de un gran
siervo de Dios, y comenzó a hablar con Él sin temor, y enseguida se hicieron
grandes amigos, de tal manera que quiso imitarlo en su vida de pobreza y
penitencia -como lo hizo efectivamente-
Renunció
Gottardo a toda su hacienda y determinó vivir en una cueva del bosque,
completamente olvidado del mundo y entregado a la contemplación de las verdades
divinas.
Al mismo
tiempo Roque lo fue instruyendo en el camino de la perfección y no lo dejó
hasta que le vio entrenado en su nueva y santa vida.
EL REGRESO
DEFINITIVO A LA PATRIA
Mientras
tanto, Roque había oído la voz de Dios que le ordenó: "Roque, fiel siervo
mío; ya que estás curado de tu mal, vuelve a tu patria, y allí harás obras de
penitencia; y prepárate para merecer un lugar entre los bienaventurados del
Paraíso". En efecto, se sintió completamente curado y decidió obedecer el
mandato del Cielo.
La ciudad
de Montpellier estaba en guerra, y así, al llegar, lo tomaron por espía.
LA CARCEL
Lo
apresaron injustamente y después de hacerlo ir de tribunal en tribunal, lo
metieron en un calabozo sucio y oscurísimo en donde vivió cinco años,
ejercitándose en el ayuno y la oración, en la que pasaba todo el día y la mayor
parte de la noche.
Finalmente,
una luz misteriosa iluminó el calabozo, y Roque oyó que Jesucristo le decía:
"Ha llegado tu hora, y quiero llevarte a mi gloria. Si tienes alguna
gracia que pedirme, hazlo ahora mismo".
Como habían
pasado unos cuantos años y el Santo estaba muy cambiado y desfigurado por la
enfermedad y el cansancio, nadie lo reconoció y él tampoco quiso decir quién
era. Se presentó como un pobre peregrino; pero nadie le creyó.
LA MUERTE
El santo
prisionero le pidió nuevamente el perdón de sus culpas y que fuesen preservados
o librados de la peste aquellos que acudiesen a su intercesión. Poco después
murió dulcemente; era el 1327 o (1376).
LA GLORIA
Del
calabozo salían unos rayos de luz brillantísima. El cuerpo del Santo
resplandecía y a su lado se encontró una tablilla con esta inscripción:
"Todos los que imploraren la intercesión de Roque, se verán libres del
terrible azote de la peste".
La nueva de
estas maravillas se extendió rápidamente por la ciudad. La gente quería ver al
Santo.
Su tío
reconoció el cadáver por la cruz roja que tenía en el pecho, y dispuso que se
le hiciesen exequias triunfales, en las que tomó parte todo el pueblo.
El cuerpo
fue sepultado primeramente en la iglesia principal, y más tarde en una capilla
edificada expresamente en honor de San Roque. Hoy es una iglesia magnífica,
adonde acuden devotas muchedumbres para pedir su protección contra las
enfermedades contagiosas.
DEVOCION
POPULAR Y UNIVERSAL
Desde
finales del siglo XIV, se convierte en uno de los santos más populares para
pedir su intercesión ante Dios. Es el abogado por excelencia contra la peste y
todo tipo de epidemias. El Papa Gregorio XIII lo declaró santo en el siglo XVI
y en muchos pueblos y ciudades lo veneran con gran devoción después de que él
haya intercedido entre los habitantes.
Son muchas
las iglesias parroquiales en el mundo que tienen una imagen de San Roque en los
altares.
Los dos
principales templos de todo el mundo dedicados a San Roque están en Montpellier
y en Venecia.
También en
muchas poblaciones hay pequeñitas hornacinas con la imagen del santo que en
forma de capillitas están instaladas en las calles.
ONOMASTICO
Y PATRONAZGO
San Roque
es junto a San Sebastián el abogado por excelencia contra la peste y todo tipo
de epidemias.
San Antonio
Abad, patrón de los animales, y debido al "gran trabajo" que tiene en
proteger a los muchos que hay en el mundo, "da permiso" a San Roque
para que se ocupe de los perros, es por ese motivo que es el protector de todos
los perros. Se le puede pedir amparo para que no sean abandonados ni
maltratados.
También en
algunos países es el patrón de los picapedreros y marmolistas.
Su
onomástico es el 16 de agosto.