UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





sábado, 4 de julio de 2015

Lectio Divina (Método en 10 pasos): Domingo, 5 de Julio, 2015: Evangelio según San Marcos. 6, 1-6. : (14° Domingo del Tiempo Ordinario - Ciclo B -)


LECTIO DIVINA DEL EVANGELIO DEL DOMINGO DE LA 14ª SEMANA DEL TIEMPO DURANTE EL AÑO. DOMINGO 5 DE JULIO 2015. 

La Lectio Divina es la lectura-escucha-meditación -orante de la Palabra de Dios para encarnarla en vida diaria.

1°. ORACIÓN DE PREPARACIÓN:
Señor, gracias por este domingo, día en que celebramos tu Resurrección. Creo que tú siempre caminas conmigo y que hoy también quieres asombrarme con tu Palabra de hoy que es mensaje de salvación. Durante esta Lectio Divina dame la fe de María, una fe que me haga entregarme, no a unas ideas o a una doctrina, sino a tu persona amada. Una fe que me lleve a ver mucho más allá de las dificultades y que me haga perseverar en toda circunstancia. Amén

2°. LECTURA DEL EVANGELIO:
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos. 6, 1-6a
Jesús se dirigió a su pueblo, seguido de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada y decía: “¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es ésa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos? ¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?”. Y Jesús era para ellos un motivo de escándalo. Por eso les dijo: “Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa”. Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de sanar a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos. Y él se asombraba de su falta de fe.
Palabra del Señor.

A. COMENTARIO INTRODUCTORIO

  • Con este pasaje termina la presentación que Marcos va haciendo a lo largo de su evangelio de Jesús, su etapa de predicación y su obra junto con las reacciones que provoca.
  • Es el sábado en una sinagoga. La escena evangélica lo ubica en su tierra, en un medio ambiente que le era conocido. Va en compañía de sus discípulos. La situación parece reunir todas las condiciones para que Jesús pueda realizar exitosamente su misión de profeta y evangelizador. Paradojalmente termina con una escena de fracaso en Nazaret, su pueblo natal, por la incredulidad de los más cercanos: conocían demasiado a Jesús.
  • El maestro parece demasiado sencillo como para ser el enviado de Dios. No conciben cómo puede hablar Dios a través de un simple artesano, sin erudición, a quien además conocen de siempre. No es como los escribas que explican más o menos sabiamente la Ley. No puede tener nada extraordinario, ya que su familia  pertenece a la clase pobre del lugar. Parece imposible que la salvación mesiánica venga con rasgos tan cotidianos. Porque es como ellos y vive en medio de ellos; sus actitudes y sus palabras no llegan a develar que ha sido enviado para cumplir una misión. El mismo Jesús se extraña de la poca fe de los suyos, experimentando el drama de todos los profetas que le han precedido.
  • Los nazarenos se escandalizan por sus modestas raíces que les da derecho a la duda y no pudo allí hacer muchos milagros. En lugar de reconocer la grandeza de Dios, y su sabiduría que opta manifestarse por el camino de la pequeñez, la sencillez, la humildad, la humanidad, prefieren quedarse con sus propios criterios acerca de cómo Dios debe o debería hacer las cosas.
  • Pero los pensamientos de Dios no son los mismos que los de los hombres. A lo largo de la historia de la salvación, Dios se ha querido comunicar a través de instrumentos humanos, a menudo débiles e imperfectos, pero que, precisamente por eso, han sido capaces de mostrar toda la fuerza de Dios.
  • El Dios encarnado en Jesús es el Dios discreto que no humilla. El Dios humilde y cercano  que, desde las entrañas mismas de la vida ordinaria y sencilla invita al diálogo. «Dios está en el centro de nuestra vida, aún estando más allá de  ella». D. Bonhoeffer.
  • La fe cristiana del discípulo no existe al margen de la realidad cotidiana y dura, está enraizada en el camino humano, es radicalmente humana. Esto hoy también escandaliza, porque preferiríamos una fe hecha solamente de cosas “celestiales”, pero resulta que Dios no se nos reveló “celestialmente”, sino humanamente. Dios tiene “cierta tendencia” a actuar de la forma en que nosotros no esperamos. Dios quiere que la fe no se imponga por ninguna fuerza intelectual o maravillosa. Dios no tiene esquemas previos, métodos preestablecidos, cauces reglamentarios que nosotros podamos llegar a descubrir y que nos sirvan para ponernos en la pista de por dónde va a salir la próxima vez.
  • Podemos tener la certeza que, donde menos lo esperamos o menos lo imaginamos, puede surgir y hablarnos. A Dios hay que esperarlo, no intentar forzarlo para que se nos manifieste.
  • Para captar el paso salvador de Dios, se hace necesario superar constantemente la tentación de cerrar voluntariamente los oídos a su voz, aunque suene demasiado como a una voz humana. Se necesita hacer un esfuerzo de purificación del corazón para reconocer la palabra liberadora o consoladora, prescindiendo de las imperfecciones de aquel que la dice.
  • Aún más, en la debilidad de la palabra profética, se realiza el poder de Dios. En la débil voz de un cristiano cualquiera, de un seguidor de Jesús sencillo puede resplandecer la voz de Dios. No es necesario tener un cargo eclesiástico o puesto intelectual, ya que el Espíritu sopla donde quiere, como quiere y cuando quiere. Y a través de una débil palabra humana, Dios continúa viniendo.
  • Necesitamos en algún momento de nuestro crecimiento en la fe, pasar por el escándalo que nos trae reconocer que el “Mesías” e “Hijo de Dios” son algo muy distinto a lo que nosotros esperamos y deseamos. Jesús es el Mesías libertador que se ha colocado, sin engaños, al otro lado de la orilla de la historia, en el terreno de los que no cuentan. Romper con todas nuestras falsas imágenes y clichés de Dios, para poder reconocer que así como se manifiesta en los otros, también se puede manifestar en nosotros.
  • El crecimiento de la Iglesia, el Cuerpo de Cristo y su tarea profética deben ir por el mismo camino de Jesús, camino de debilidad y pobreza que son signos de la fuerza de Dios.
  • El reconocimiento de la propia fragilidad no es obstáculo, sino punto de partida para la acción de Dios. Solo el que cree bastarse a sí mismo, orgulloso de su persona, es incapaz de reconocer la fuerza de Dios que quiere, si se lo deja, conducir los hilos de la historia. Esto no significa que Dios actúa donde el hombre renuncia a su personalidad y posibilidades, sino reconocer que la acción de Dios se hace tanto más poderosa en la medida que, como discípulos nos abrimos a ella en una aceptación total de nuestra condición de criaturas e instrumentos.
  • Como Iglesia, cuando reconocemos nuestra debilidad, no estamos ocultando su realidad trascendente y salvadora, ni la fuerza del mensaje, ni renunciamos a la lucha. Por el contrario, se pone de manifiesto que su fuerza, no está en poderes humanos, ni en gestos espectaculares, sino en Dios, en la fuerza irreductible de su palabra y de su gracia salvadora.
  • Como Iglesia, si queremos ser fieles a Jesucristo debemos dar prioridad a los medios débilmente fuertes: la oración, la pobreza, la caridad, el testimonio, la solidaridad. Estas actitudes son lo más lejano a la cobardía y la evasión, y también lo más opuesto al orgullo que nos cierra a los otros y al paso Dios por nuestra vida; llamada a ser historia de salvación.
B. REFLEXIÓN DEL PAPA FRANCISCO.
Ese es signo de que un cristiano va adelante. Cuando el Señor le hace pasar la prueba del rechazo. Porque es el signo de los Profetas, los falsos profetas nunca fueron rechazados, porque les decían a los reyes o a la gente lo que querían escuchar. Así que todo “ah qué lindo”, ¿no? Y nada más. No. El rechazo, ¿no?
Ahí está el aguante. Aguantar en la vida hasta ser dejado de lado, rechazado, sin vengarse con la lengua, la calumnia, la difamación. Y después una cosa que es inevitable, no ver, un poco para… o sea vos me preguntabas cuál era mi secreto, no sé, pero a mí me ayuda no mirar las cosas desde el centro, ¿no?
Hay un solo centro. Es Jesucristo. Sino mirar las cosas desde las periferias, ¿no? Porque se ven más, más claras, ¿no?
Cuando uno se va encerrando en el pequeño mundito, el mundito del movimiento, de la parroquia, del arzobispado, o acá, el mundito de la Curia, entonces no se capta la verdad. Sí se la capta quizás en teoría, pero no se capta la realidad de la verdad en Jesús, ¿no? Entonces la verdad se capta mejor desde la periferia que desde el centro, ¿no? Eso a mí me ayuda.  (Papa Francisco, al Movimiento de Schoenstatt, 24 de octubre de 2014).

4°. ORACIÓN: Dialogo con el Divino Maestro
Bienaventuranzas del Misionero

Bienaventurado el MISIONERO que vive enamorado de Cristo, que se fía de Él como de lo más necesario y absoluto, porque no quedará desilusionado.

Bienaventurado el MISIONERO que mantiene su ideal y su ilusión por el Reino y no pierde el tiempo en cosas accidentales, porque Dios acompaña a los que siguen su ritmo.

Bienaventurado el MISIONERO que no tiene nada, y lo que es y posee lo gasta en servicio de sus hermanos, porque Cristo será toda su riqueza.

Bienaventurado el MISIONERO que se sabe necesario donde la Iglesia lo reclame, pero que en ningún lado se siente indispensable, porque experimentará el gozo del deber cumplido.

Bienaventurado el MISIONERO que sabe poner su oído en el corazón de Dios para escuchar sus deseos, porque el Espíritu lo ayudará a discernir los acontecimientos.

Bienaventurado el MISIONERO que no se enorgullece de sus éxitos y reconoce que el Espíritu hace todo en todos, porque se verá libre de ataduras.

Bienaventurado el MISIONERO que siempre tiene un tiempo para contemplar a Dios, a los hombres y al mundo, porque habrá entendido el valor de ser hijo, hermano y señor.

5°. CONTEMPLACIÓN: Silencio ante la Palabra.
6°. CONSOLACIÓN: Es sentir íntimamente el "gusto" de la Palabra de Dios.

7°. DISCERNIMIENTO: Pensar y Discernir la Palabra.
¿Confío plenamente en la fuerza del mensaje de Jesús?
¿Dónde tengo colocadas mis fuerzas?
¿Acepto la debilidad como camino de plenitud?

8°. COMPARTIR: Comparto la Palabra.
9°. DELIBERACIÓN: Tomo una decisión concreta iluminado por la Palabra.

10. ACCIÓN CONCRETA: Propósito del día.
Señor, sabes que creo en ti, que espero en ti y que te amo, pero te pido que aumentes mi fe, mi esperanza y mi caridad especialmente cuando me sienta rechazado como te rechazaron a ti con los habitantes de Nazaret.

SANTOS DE HOY - PIDAMOS LA INTERCESIÓN DE TODOS ELLOS
-Nuestra Señora de Cambray, Arras, Francia (1472)
-San Abel, Arzobispo
-San Agatón de Sicilia, Mártir 
-San Antonio María Zacarías, Sacerdote y Fundador (Memoria Litúrgica)
-San Astio de Durazzo, Obispo y compañeros Mártires
-San Atanasio del monte Athos, Abad
-San Atanasio de Jerusalén, Diácono y Mártir
-San Basilio, Mártir
-San Doctrino, Mártir
-San Domecio, Mártir
-San Domicio de Siria, Mártir
-San Domicio o Dometios, el Médico Eremita
-San Elia de Bourdeille, Obispo
-San Esiquio, con San Astio Mártir
-San Esteban de Nicea, Obispo y Mártir
-San Fulberto, Mártir
-San Germán, con San Astio Mártir
-San Guillermo de Hirschau, Abad
-San Helia de Bourdeille, Obispo
-San Hugo de San Víctor, Confesor
-San Juan de Egipto, Mártir
-San Julio, Mártir
-San Luciano, con San Astio Mártir
-San Marino, Mártir
-San Miguel de los Santos, Confesor Presbítero Trinitario
-San Numeriano, Arzobispo
-San Papio, con San Astio Mártir
-San Pedro de Luxemburgo, Confesor
-San Peregrino con San Astio Mártir
-San Pompeyo, con San Astio Mártir
-San Porciano, Abad
-San Probo, Mártir
-San Saturnino, con San Astio Mártir
-San Sédofa, Mártir
-San Sédofo, Mártir
-San Simeón de Egipto, Mártir
-San Teodoto, Mártir
-Santo Tomás de Terreto, Abad
-San Valerio, Mártir
-Santa Aroa, Mártir
-Santa Bárbara, Mártir
-Santa Ciprila o Cirila de Cirene, Mártir
-Santa Febronia de Patti, Vírgen y Mártir
-Santa Filomena de Severino, Virgen y Mártir
-Santa Gracia, Mártir
-Santa Isabel, Mártir
-Santa Lucía, Mártir
-Santa Marta de Siria, Laica
-Santa Rosa Chen Aijieh, Vírgen y Mártir
-Santa Teresa Chen Tinjieh, Vírgen y Mártir
-Santa Trifina de Sicilia, Mártir
-Santa Trófima, Mártir
-Santa Zoa o Zoé de Roma, Mártir


San Cayetano Errico, ruega por nosotros

"Oración a los Santos Arcángeles"
Amadísimo Arcángel Gabriel, mensajero de Dios, trae hasta mí el amor de Dios Padre, para que alivie mis necesidades físicas, alivie mi sentimiento de soledad, alivie mi temor, mitigue mi angustia.
Amadísimo Arcángel Miguel, invoco tu presencia y a tus legiones de ángeles para que me protejan a mí y a mis seres queridos de todo peligro y de todo mal.
Amadísimo Arcángel Rafael, tu nombre significa "medicina de Dios", envíame la medicina espiritual que necesito para mi sanación del alma y del cuerpo.  
Gracias a los tres Arcángeles y a mi Ángel de la guarda que está siempre conmigo.

Amén