VATICANO,
13 Jul. 15 / 09:01 am (ACI).-
En el vuelo de regreso a Roma (Italia), luego de su visita apostólica a
Ecuador, Bolivia y Paraguay, el Papa Francisco concedió una rueda de prensa de
64 minutos a los periodistas que viajaron con él.
El Pontífice
respondió a diversas preguntas sobre sus declaraciones en la gira, el polémico
regalo de Evo Morales, la impresionante energía que muestra a sus 78 años y
asuntos de coyuntura internacional.
A
continuación la transcripción completa de la rueda de prensa:
-Nosotros
le agradecemos de que haya elevado el santuario de Caacupé como Basílica, pero
en el Paraguay se pregunta la gente por qué Paraguay no tiene cardenal. ¿Cuál
es el pecado de Paraguay para que no tenga cardenal, o en todo caso, está lejos
todavía de que tenga un cardenal?
Bueno, no
tener un cardenal no es un pecado. La mayoría de los países del mundo no tienen cardenales. Las nacionalidades,
no recuerdo cuántas son, pero son minoría con respecto a todo el conjunto. Es
verdad Paraguay no ha tenido cardenal hasta ahora. No sabría darle la razón.
A veces
para la elección de los cardenales se
balancean, se estudian los legajos de cada uno, se ven las personas, sobre todo
el carisma del cardenal, que debería aconsejar al Papa y asistir al Papa en el
gobierno universal de la Iglesia.
El
cardenal, si bien pertenece a una Iglesia particular, es incardinado en la
Iglesia de Roma. Y tiene que tener una visión universal. Esto no quiere decir
que en Paraguay no haya obispos que no la tengan, la pueden tener. Pero como
siempre hay que elegir hasta un número, uno no puede designar más de 120 cardenales
electores, entonces, será por eso. Bolivia ha tenido dos, Uruguay ha tenido dos
y algunos países centroamericanos tampoco han tenido. Pero no es ningún pecado
y todo depende de las circunstancias, la persona, el carisma, para
incardinarse.
Y no quiere
decir eso un menosprecio o que no tenga valor. Hay obispos paraguayos geniales,
me acuerdo que lo dos Bogarin hicieron historia en Paraguay, pero no fueron
cardenales, no es un ascenso. Yo me hago otra pregunta: ¿merece Paraguay tener
un cardenal si miramos la Iglesia de Paraguay? Yo diría que se merecería tener
dos. Pero no tiene nada que ver con los méritos. Es una Iglesia viva, es una
Iglesia alegre, una Iglesia luchadora y con una historia gloriosa.
-Su
Santidad, por favor, a nosotros nos interesa saber su criterio sobre si
considera justo el anhelo de los bolivianos por tener una salida soberana al
mar, de volver a tener una salida soberana al Océano Pacífico. Y Santo Padre,
en el caso en el que Chile y Bolivia le pidieran una mediación, ¿usted aceptaría?
-
Contestando a la pregunta, lo de la mediación es una cosa muy delicada y sería
como un último paso. Argentina vivió eso con Chile y fue realmente para evitar
una guerra y una situación muy límite y muy bien llevada por aquellos a quienes
la Santa Sede encargó.
Detrás estaba siempre san Juan
Pablo IIinteresándose. Y la buena voluntad de los dos países que dijeron:
bueno, probemos esto si va.
Es curioso.
Hubo un grupo en Argentina un grupo que nunca quiso esa mediación y cuando el
presidente Alfonsín hizo el plebiscito sobre si se aceptaba la propuesta de
mediación, obviamente que la mayoría del país dijo que sí, pero hubo un grupo
que se resistió. Siempre que se hace una mediación, difícilmente todo el país
estaría de acuerdo. Pero es la última instancia.
Siempre hay
otras figuras diplomáticas que ayudan, como es el caso de los facilitadores. En
este momento tengo que ser muy respetuoso con esto, porque Bolivia hizo un
recurso a un tribunal internacional. Entonces, si yo hago ahora un comentario,
yo soy jefe de un Estado, podría ser interpretado como inmiscuirme o una
presión o algo.
Tengo que
ser muy respetuoso de la decisión que tomó el pueblo boliviano que hizo ese
recurso. También sé que hubo instancias anteriores de querer dialogar. No tengo
muy claro. El que me dijo una vez una cosa por el estilo de que se estaba muy
cerca de una solución fue en tiempos del presidente Lagos. El presidente
chileno Lagos, pero lo digo sin tener datos exactos. Fue un comentario que me
hizo el cardenal Errázuriz. No quisiera decir una macana en eso.
Pero
también hay una tercera cosa que quiero dejar clara. Yo en la catedral de
Bolivia toqué de ese tema de una manera muy delicada, teniendo en cuenta la
situación de recurso al tribunal internacional. Y recuerdo el contexto: los
hermanos tienen que dialogar, los pueblos latinoamericanos, dialogar para crear
la Patria Grande.
El diálogo
es necesario. Ahí me detuve, hice un silencio y dije: pienso en el mar. Y
continué: diálogo y diálogo. O sea, quedó claro que fue una intervención frente
a este problema pero respetando la situación como está planteada ahora. Es
cierto. Estando en un tribunal internacional no se puede hablar de mediación,
de facilitación. Hay que esperar.
- ¿Y sobre
el anhelo de los bolivianos?
- Siempre
hay una base de justicia cuando hay cambio de límites territoriales y sobre
todo después de una guerra. Entonces hay una revisión continua, una revisión de
eso. Yo diría que no es injusto plantearse una cosa de ese tipo, ese anhelo. Yo
recuerdo que en el año 61, estando en primer año de filosofía nos pasaron un
documental sobre Bolivia. Un padre que había venido de Bolivia. Se llamaba creo
que las 12 estrellas.
¿Cuántos
departamentos tiene Bolivia? Diez departamentos, entonces se llamaba las diez
estrellas y presentaba cada uno de los 9 departamentos y al final, el décimo
departamento y se veía el mar sin ninguna palabra. Se me quedó grabado.
Eso era en
el año 61 y entonces se ve que hay un anhelo. Después de una guerra de ese tipo
surgen las pérdidas y creo que es importante primero el diálogo, la sana
negociación y ahora en este momento el diálogo está detenido, obviamente, por
este recurso a La Haya.
-Ecuador
estaba convulsionado antes de su visita. Después de que usted abandonó el país
volvieron los opositores a salir a las calles. Parece ser que su presencia en
Ecuador se quiere utilizar políticamente. Sobre todo por la frase que usted
utilizó de que el pueblo de Ecuador se ha puesto de pie con dignidad. Yo le
pregunto: ¿A qué responde esa frase? ¿Simpatiza con el proyecto político del
presidente Correa? ¿Usted cree que las recomendaciones generales que ha
dado en la visita a Ecuador con miras a alcanzar el desarrollo, el
diálogo, ya se practican en Ecuador?
-Evidentemente,
sé que había problemas políticos y huelgas. Eso lo sé. No conozco los
intríngulis de la política de Ecuador. Sería necio de mi parte que diera una
opinión. Después me dijeron que hubo un paréntesis durante mi visita que
agradezco. Es un gesto de un pueblo en pie respetar la visita del Papa. Y lo
agradezco y lo valoro. Ahora si vuelven las cosas evidentemente los problemas
de las discusiones políticas siguen.
Con
respecto a la frase que usted dice, me refiero a la mayor conciencia que el
pueblo ecuatoriano ha ido tomando. Hubo una guerra limítrofe con Perú no hace
mucho, hay una mayor conciencia de la mayor riqueza étnica de Ecuador. Ecuador
no es un país de descarte. Me refería a todo el pueblo y a toda la dignidad de
ese pueblo que después de esa guerra limítrofe se ha puesto de pie, y ha tomado
conciencia de su dignidad.
No puede
atribuirse a una situación política concreta de un signo o de otra. Esa frase
fue instrumentalizada para explicar ambas situaciones: que el gobierno hizo que
se pusieran de pie, o los otros. Le agradezco la pregunta, es una manera de ser
cuidadoso. Si me permiten: es muy importante en el trabajo de ustedes la
hermenéutica de un texto. Un texto no se puede interpretar con una frase. La
hermenéutica tiene que ser en todo el contexto.
Hay frases
que son la clave de la hermenéutica. Otras que son dichas de paso. Ver todo el
contexto por la situación incluso ver la historia de ese momento. O si estamos
hablando de un momento, interpretar un hecho del pasado con la hermenéutica de
ese tiempo. Por ejemplo, las cruzadas. Interpretémosla con cómo se pensaba en
ese tiempo. Es clave interpretar un discurso con una hermenéutica totalizante.
No les juego como el maestro ciruela. Lo digo para ayudarle a ustedes.
-En el
discurso a los movimientos populares usted habló de nuevo colonialismo, de la
idolatría del dinero y de la imposición de la austeridad que aprieta el
cinturón a los pobres. En Europa está la situación de Grecia, que puede salir
de la moneda europea. ¿Qué piensa de esta situación y de lo que pasa en Europa?
-Antes de
nada, explico el porqué de mi intervención en el convenio de los movimientos
populares. Es la segunda edición, la primera fue en el Vaticano. Era una cosa
organizada por el Pontificio Consejo Justicia y Paz, pero lo seguí de cerca. Es
un fenómeno en todo el mundo. También en Oriente, en Filipinas y en Tailandia
hay movimientos que se organizan entre ellos no sólo para hacer protesta, sino
para salir adelante y poder vivir.
Son
movimientos que tienen fuerza. Esta gente son muchos. No se sienten representados
por los sindicatos, porque dicen que ahora son una corporación. Estoy
simplificando un poco: no luchan por los derechos de los más pobres.
La Iglesia
no puede ser indiferente. Tiene una doctrina social y dialoga con estos
movimientos. Y dialoga bien. Habéis visto el entusiasmo con que decían que la
Iglesia no estaba lejos de ellos: está cerca y nos ayuda a luchar. Hay un
diálogo: no es que la Iglesia haga una opción por el camino anárquico. Estas
personas trabajan. Lo primero es que son trabajadores.
Y ahora el
tema de Grecia. Tengo una gran alergia a la economía. Mi papá era contable.
Cuando no terminaba el trabajo en la fábrica se lo traía a casa y se pasaba el
sábado y el domingo trabajando. Veo a mi padre y me da alergia. No entiendo
bien. Sería simple decir que la culpa es sólo de esta parte. Los gobernantes
griegos que han llevado adelante esta situación de deuda internacional también
tienen una responsabilidad.
El nuevo
gobierno griego ha entrado en una revisión un poco justa, ¿no? Espero, porque
no lo sé bien, que encuentren un camino para resolver el problema griego y
también un camino de vigilancia para que otros países no caigan en el mismo
problema. Espero que esto nos ayude a salir adelante. El camino de los
préstamos y de la deuda no termina nunca. Lo dije hace un año.
He
escuchado que había un proyecto en Naciones Unidas por el que un país puede
declararse en bancarrota, que no es lo mismo que default. Era un proyecto. No
sé cómo ha sido, si era verdad o no. Si una empresa puede hacer una declaración
de bancarrota, ¿por qué un país no puede hacerlo? Y luego están las nuevas
colonizaciones. Evidentemente todos van sobre los valores, sobre la
colonización del consumismo. El hábito del consumismo ha sido un progreso de la
colonización, que te lleva a un hábito que no es el tuyo y te desequilibra la
personalidad, la salud física y mental, por hacer un ejemplo.
-Santidad,
uno de los mensajes más fuertes de este viaje fue que el sistema económico
global a menudo impone la mentalidad de la ganancia a toda costa, en detrimento
de los pobres. Esto es percibido por los estadounidenses como una crítica de su
sistema y modo de vivir. ¿Usted cómo responde a esta percepción y cuál es su
valoración del impacto de Estados Unidos en el mundo?
-Lo que he
dicho, esa frase, no es nueva. Lo dije en la Evangelii Gaudium: esta economía
mata. Hay un contexto. Lo dije en Laudato Si’. Esa crítica es una cosa no
nueva, se sabe. He oído que algunas críticas se hicieron en Estados Unidos,
pero no tuve tiempo de estudiarlas.
Cada
crítica debe ser recibida, estudiada y después hacer el diálogo. Usted me
preguntaba qué pienso. Si yo no dialogué con los que critican, no tengo el
derecho de hacer un pensamiento así, aislado del diálogo.
-¿Pero irá
a Estados Unidos?
-Si iré,
claro, iré.
-¿Tiene una
idea cómo será en los Estados Unidos? ¿Algún pensamiento que pueda compartir?
-No. Debo
comenzar a estudiar ahora porque hasta ahora estudié estos tres países que son
bellísimos, con una riqueza y una belleza... Ahora debo comenzar a estudiar a
Cuba, donde estaré dos días y medio, y después Estados Unidos. Las tres
ciudades del este, al oeste no puedo ir. Washington, Nueva York y Filadelfia. Y
debo comenzar a estudiar estas críticas y después estudiar un poco.
-¿Santidad,
qué sintió cuando vio esa hoz y el martillo con el Cristo encima que le ofreció
el presidente Morales? ¿Dónde está ese objeto ahora?
- Es
curioso, yo no conocía esto y no sabía que el padre Espinal era escultor y
poeta encima, lo supe en estos días. Cuando lo vi para mí fue una sorpresa.
Segundo, se puede calificar como el género del arte de protesta.
Por
ejemplo, en Buenos Aires, hace algunos años fue exhibida una muestra de un
escultor bueno, creativo, argentino que ahora está muerto. Era arte de protesta
y yo recuerdo uno que era un Cristo Crucificado sobre un bombardero que iba
bajando. Era una crítica del cristianismo aliado con el imperialismo que
bombardea. Entonces primero yo no sabía nada, segundo yo lo calificaré como
arte de protesta que, en algunos casos, puede ser ofensivo.
Y tercero:
el Padre Espinal fue asesinado en el año 80. Era un tiempo en el que la
teología de la liberación tenía muchas ramas. Una de esas ramas proponía el
análisis marxista de la realidad. Padre Espinal pertenecía a esto, eso lo sabía
porque en esos años yo era rector en la facultad de teología y se hablaba mucho
de esto. Cuáles eran las diversas ramas y quienes pertenecían a ellas.
En el mismo
año el general de la Compañía de Jesús mandó una carta a toda la Compañía sobre
el análisis marxista de la teología. Un poco frenando y diciendo: esto no va,
son cosas diversas, no es justo, no van.
Cuatro años
después, en el 84, la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó el primer
documento pequeñito, una primera declaración sobre la teología de la liberación
que critica esto. Después vino el segundo que abrió las perspectivas más
cristianas, estoy simplificando, ¿no? O sea, hagamos la hermenéutica en aquella
época. Espinal era un entusiasta de este análisis de la realidad marxista y
también de la teología usando el marxismo. De esto vino esta obra.
También las
poesías de Espinal eran de ese género de protesta pero era suvida, era su pensamiento, era un
hombre especial, con tanta genialidad humana y que luchaba. Él tenía buena fe.
Haciendo una hermenéutica como esta lo comprendo. Para mí no fue una ofensa,
pero tuve que hacer esta hermenéutica y lo digo a ustedes para que no existan
interpretaciones
-¿Dónde
quedó la cruz?
- La traigo
conmigo. El presidente Morales quiso darme dos condecoraciones, la más
importante de Bolivia y la otro es la orden del padre Espinal, un nuevo orden.
Jamás recibí una condecoración, no me viene. Él lo hizo con tanta voluntad, lo
hizo con buena voluntad y con el gusto de darme un gusto y pensé que esto viene
del pueblo de Bolivia y recé para saber qué hacer con esto.
Si me lo
llevo al Vaticano irán a parar al Museo, terminará ahí y ninguno jamás las
verá. Entonces pensé en dejárselo a la Virgen de Copacabana, la madre de
Bolivia. En cambio el Cristo lo traigo conmigo.
-Durante la misa en
Guayaquil usted dijo que el sínodo debía hacer madurar un verdadero
discernimiento para encontrar soluciones concretas para las dificultades de las
familias. Y después le pidió a la gente oraciones para lo que a nosotros nos
parece impuro, nos escandaliza o nos espanta, para que Dios lo pudiera
transformar en milagro. ¿Nos puede precisar a qué situaciones impuras o
espantosas se refería?
- También
aquí haré la hermenéutica del texto. Estaba hablando del milagro del buen vino
y dije que las tinajas, eran las de agua, estaban llenas, pero eran para la
purificación. Cada persona que entraba en esa fiesta hacía su purificación y
dejaba sus suciedades espirituales. Es un rito de purificación antes de entrar
en casa o en el templo.
Nosotros
ahora tenemos el agua bendita. Quedó eso del rito hebreo. Dije que justamente
que Jesús hace el mejor vino con el agua de la suciedad, de lo peor. La familia está en
crisis, lo sabemos todos. Basta leer el Instrumentum Laboris que ustedes
conocen bien porque ha sido presentado.
Me refería
en general a todo eso: que el Señor nos purifique de estas crisis de tantas
cosas que están descritas en el Instrumentum Laboris. Fue en general, no pensé
en ningún punto particular. Que nos haga familias más maduras, mejores. La
familia está en crisis, que el Señor nos purifique y vayamos adelante. Pero
todas las particularidades de la crisis están en el Instrumentum Laboris que
ustedes tienen.
-Santo
Padre, muchas gracias por este diálogo que nos ayuda también en nuestro
trabajo. Hemos visto que ha ido muy bien la mediación entre Estados Unidos y
Cuba. ¿Podría suceder algo similar en otras situaciones delicadas del
continente latinoamericano, como Venezuela y Colombia? Además, tengo una
curiosidad: mi padre tiene unos años menos que usted y la mitad de su energía.
¿Cuál es su secreto?
- ¡Cuál es
su droga quisiera preguntar él! ¡Esa era la pregunta! (risas). El proceso con
Estados Unidos no fue mediación, no tuvo carácter de mediación. Había un deseo
que llegó, del otro lado también un deseo y luego, digo la verdad, esto fue en
enero del año pasado. Pasaron tres meses y solo recé sobre esto. No me decidí,
pensaba qué podía hacer con estos dos que desde hace más de 50 años están así.
Después el
Señor me ha hecho pensar en un cardenal, él fue allá, habló, y después, no he
sabido nada, pasaron meses y un día el secretario de Estado, que está acá, me
dijo: “Mañana tendremos la segunda reunión entre los dos grupos”. ¿Cómo? “Sí,
los dos grupos se hablan, están haciendo...”. Sucedió solo, no hubo mediación,
fue la buena voluntad de los dos países. El mérito es de ellos, que hicieron
esto. Nosotros no hicimos casi nada, solo pequeñas cosas. Y a mediados de diciembre
fue anunciado. Esta es la historia. En serio, no hay más.
Lo que me
preocupa en este momento es que no se detenga el proceso de paz en Colombia,
esto debo decirlo. Auguro que este proceso de paz siga adelante. En este
sentido, nosotros estamos siempre dispuestos ayudar, hay muchas formas de
ayuda, pero sería una cosa fea que no pueda ir adelante.
En
Venezuela, la conferencia episcopal trabaja para hacer un poco de paz ahí
también, pero no hay ninguna mediación. Lo de Estados Unidos fue el Señor, dos
cosas por casualidad y después fue solo. Después, sobre Colombia: espero, rezo
y debemos rezar para que no se detenga este proceso, es un proceso de más de 50
años ahí. Y cuántos muertos, oí que fueron millones. Y sobre Venezuela no sé
nada más.
- ¿Su secreto?
-¿La droga?
Bueno, el mate me ayuda. Pero no probé coca, eso está claro ¿no?
- Santo
Padre. En este viaje hemos escuchado tantos mensajes fuertes para los pobres.
También tantos mensajes fuertes, a veces severos para los ricos y poderosos.
Pero algo que hemos escuchado poquísimo son los mensajes sobre la clase media:
gente que trabaja y gente que paga impuestos. La gente normal. Mi pregunta es:
¿por qué en el magisterio del Santo Padre existen tan pocos mensajes sobre la
clase media? Y si quisiera dar un mensaje, ¿cuál sería?
- Muchas
gracias. Es una buena corrección. Usted tiene razón. Es una equivocación por mi
parte (no) pensar en esto. Haré algún comentario, pero no para justificarme.
Pero usted tiene razón. Tengo que pensarlo. El mundo está polarizado. La clase
media es más pequeña: la polarización entre ricos y pobres es grande, esto es
verdad.
Quizá esto
me ha llevado a no darme cuenta de esto. En el mundo algunos países van muy
bien, pero en general en el mundo la polarización se ve. El número de pobres es
grande. Y después: ¿por qué habló de los pobres? Porque es el corazón del
Evangelio. Siempre hablo del Evangelio, de la pobreza, no es que sea
sociológica.
Luego sobre
las clases medias, hay algunas palabras que he dicho un poco en el pasado, pero
la gente común, la gente sencilla, el obrero tiene un gran valor. Pero creo que
usted me dice algo que debo hacer. Debo profundizar más en este magisterio. Se
lo agradezco, le agradezco por la ayuda.
- Usted, en
estos días ha insistido en la necesidad de recorridos de integración, de
inclusión social, contra la mentalidad del descarte, ha apoyado también
proyectos que van en esta dirección del vivir bien. Aunque ya nos ha dicho que
debe pensar específicamente al viaje de Estados Unidos. ¿Tocará, piensa, estos
temas en la ONU y en la Casa blanca? ¿Pensaba también en ese viaje cuando habló
de estos problemas?
-No, no.
Sólo pensaba en este viaje concreto. Y en el mundo en general. Esto es verdad,
¿no? La deuda de los países en el mundo es terrible. Todos los países tienen
deudas. Hay uno o dos países que han comprado las deudas. Grandes países. Es un
problema mundial, ¿no? Pero no he pensado particularmente en el viaje de
Estados Unidos.
-Hemos
hablado un poco de Cuba. El trabajo que usted ha hecho para acercar a dos
enemigos. ¿Qué papel internacional cree que debe tener Cuba? ¿Debe mejorar su
respeto de los derechos humanos y del respeto a la libertad religiosa? ¿Usted
cree que Cuba corre el riesgo de perder algo en su relación?
-Los
derechos humanos son para todos. No se respetan los derechos humanos sólo en
uno o dos países. Yo diré que en muchos países del mundo no se respetan los
derechos humanos, en tantos países del mundo. ¿Qué pierde Cuba? ¿Qué pierde
Estados Unidos? Los dos ganarán algo y perderán algo. En una negociación es
así.
Lo que
ganarán seguro es la paz, el encuentro, la amistad y la colaboración. Lo que
perderán no soy capaz de pensar qué cosas concretas son. Pero siempre en una
negociación se gana y se pierde. Volviendo a los derechos humanos, hay que
pensar que en el mundo hay países, incluso alguno europeo, que no te deja
una señal religiosa por diversos motivos. En otros continentes lo mismo. La
libertad religiosa no es una cosa en todo el mundo. Hay tantos países donde no
se da.
-Usted se
pone como nuevo líder mundial de las políticas alternativas. ¿Por qué incide
muchos sobre los movimientos populares y menos sobre el mundo de la empresa?
¿Piensa que la Iglesia lo seguirá en su mano tendida hacia los movimientos
populares, que son muy laicos?
-El mundo
de los movimientos populares es una realidad muy muy grande. Lo que yo he hecho
es darles a ellos la doctrina social de la Iglesia, lo mismo que hago con el
mundo de la empresa. Si lee lo que he dicho a los movimientos populares, un
discurso bastante grande, es un resumen de la doctrina social de la Iglesia,
pero aplicada a su situación.
Todo lo que
he dicho es doctrina social de la Iglesia. Cuando hablo al mundo de la empresa
digo lo mismo. Por ejemplo, en (la encíclica) Laudato si' hay una parte sobre
el bien común y la deuda social de la propiedad privada que va en ese sentido.
Es aplicar la doctrina social de la Iglesia.
-¿Piensa
que la Iglesia la seguirá en esa mano tendida?
-Soy yo el
que sigo a la Iglesia. Yo simplemente predico la doctrina social de la Iglesia
a este movimiento. No es un hecho político, es un hecho catequético. Quiero
dejarlo claro esto.
- Santo
Padre. Los periodistas de idioma español le queríamos preguntar si no tiene un
poco de miedo a que usted y sus discursos sean instrumentalizados por
gobiernos, grupos de poder, por los movimientos...
- Un poco
repito lo que he dicho al inicio. Cada palabra, cada frase de un discurso puede
ser instrumentalizada. Es lo que me preguntaba el periodista ecuatoriano. Esa
frase: algunos decían que era pro gobierno, otros contra gobierno. Por eso me
he permitido hablar de la hermenéutica total. Siempre son instrumentalizados.
Algunas
veces hay noticias de que cogen una frase fuera de contexto. No tengo miedo.
Simplemente digo: mirad el contexto y si me equivoco con un poco de vergüenza,
pido perdón y voy adelante.
-Me permita
una pregunta: ¿qué piensa de estas autofotos, selfies, que se hacen en medio a
la misa, que se hacen los jóvenes y los niños con usted?
-Es otra
cultura. Me siento bisabuelo (ríe). Hoy al despedirme un policía grande me dijo
que sí se hacía un selfie. Un hombre de unos 40 años. Le he dicho, pero mira
¿Qué eres, un adolescente? Es otra cultura. Pero la respeto.
-¿Qué
mensaje ha querido dar a la Iglesia latinoamericana en estos días y qué papel
tiene la iglesia latinoamericana, también como señal al mundo?
-La Iglesia
latinoamericana tiene una gran riqueza. Es una Iglesia joven, y esto es
importante. Una Iglesia joven con cierta frescura. También con cierta
informalidad. Y también tiene una teología rica de búsqueda. Yo he querido dar
ánimo a esta Iglesia joven y creo que puede darnos mucho a nosotros.
Digo algo
que me ha impresionado mucho. En los tres países había por todas las calles
grupos de padres, madres, con los niños. Nunca he visto tantos niños. Es una
lección para nosotros, para Europa, donde el descenso en el número de los
nacimientos asusta un poco. También las políticas para ayudar a las familias
numerosas son pocas.
Pienso en
Francia que tiene una buena política para ayudar a las familias numerosas. Creo
que más del 2% de nacimiento. Otros sobre el 0. No todos: en Albania creo que
el nivel de edad es del 45%. En Paraguay el 72-75% de la población tiene menos
de 40 años. Es la riqueza de este pueblo y de esta Iglesia viva. Es una Iglesia
de vida. Esto es importante.
Creo que es
algo que tenemos que aprender y corregir. Porque, por el contrario, si no
vienen los hijos es algo que a mí me toca tanto del descarte. Se descartan los
niños y los ancianos. Todos sabemos de los ancianos.
La falta de
trabajo hace que se descartan los jóvenes. Estos pueblos nuevos con los jóvenes
nos dan tanto. Es una Iglesia con tantos problemas, pero joven, puede ser
también un poco indisciplinada, pero luego se disciplinará, pero nos da mucho
bueno.