UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





jueves, 5 de diciembre de 2013

Lectio Divina : Viernes, 6 de Diciembre, 2013 : Evangelio según San Mateo 9,27-31. (Primera Semana del Tiempo de Adviento - Ciclo A)


Lectio Divina : 
  Viernes, 6 Diciembre, 2013 
(Primera Semana del Tiempo de Adviento - Ciclo A) 
1) Oración inicial
Despierta tu poder y ven, Señor; que tu brazo liberador nos salve de los peligros que nos amenazan a causa de nuestros pecados. Tú, que vives y reinas.
2) Lectura
Del santo Evangelio según Mateo 9,27-31
Cuando Jesús se iba de allí, le siguieron dos ciegos gritando: «¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David!» Y al llegar a casa, se le acercaron los ciegos, y Jesús les dice: «¿Creéis que puedo hacer eso?» Dícenle: «Sí, Señor.» Entonces les tocó los ojos diciendo

: «Hágase en vosotros según vuestra fe.» Y se abrieron sus ojos. Jesús les ordenó severamente: «¡Mirad que nadie lo sepa!» Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron su fama por toda aquella comarca.
Palabra del Señor
Evangelio según San Mateo 9,27-31. 
Cuando Jesús se fue, lo siguieron dos ciegos, gritando: "Ten piedad de nosotros, Hijo de David". Al llegar a la casa, los ciegos se le acercaron y él les preguntó: "¿Creen que yo puedo hacer lo que me piden?". Ellos le respondieron: "Sí, Señor". Jesús les tocó los ojos, diciendo: "Que suceda como ustedes han creído". Y se les abrieron sus ojos. Entonces Jesús los conminó: "¡Cuidado! Que nadie lo sepa". Pero ellos, apenas salieron, difundieron su fama por toda aquella región.
Palabra del Señor 

  Continúa


3) Reflexión
Otra vez, el evangelio de hoy nos pone delante el encuentro de Jesús con la miseria humana. Jesús no se echa atrás, no se esconde. Acoge a las personas y en su acogida entrañable revela el amor de Dios.
• Dos ciegos siguen a Jesús y gritan: “¡Hijo de David, ten compasión de nosotros!”. A Jesús no le gustaba mucho el título de Hijo de David. Critica la enseñanza de los escribas que decían que el Mesías tenía que ser hijo de David: “El mismo David lo llama su Señor: ¿cómo entonces puede ser hijo suyo?” (Mc 12,37).
• Cuando Jesús llega a la casa, pregunta a los ciegos: “¿Creen que yo puedo sanarlos?” Y ellos responden: “Sí, Señor!” Una cosa es tener una correcta doctrina en la cabeza, otra cosa es tener fe en el corazón. La doctrina de los dos ciegos no era muy correcta, ya que llamaban a Jesús, Hijo de David. Pero a Jesús no le importa que le llamen así, a él le importa que tengan fe.
• Entonces les toca los ojos y dice: “Reciban ustedes lo que han creído” Inmediatamente los ojos se abrieron. A pesar de no acertar en la doctrina, los dos ciegos tienen fe. Hoy en día muchas personas están más preocupadas con tener una doctrina que la fe.
• Es bueno que no olvidemos un pequeño detalle de hospitalidad. Jesús llega a casa y los dos ciegos entran ellos también en su casa, como la cosa más normal del mundo. Se sienten ‘en casa’ en la casa de Jesús. Y ¿hoy? Una religiosa decía: “¡Hoy en día la situación del mundo es tal que me siento desconfiada hasta con los pobres!” La situación ha cambiado mucho.
• Jesús pide que no divulguen el milagro. Pero la prohibición no es respetada. Los dos ciegos salen y difunden la Buena Noticia. Anunciar el evangelio, es decir la Buena Noticia, quiere decir compartir con los demás el bien que Dios nos hace en la vida.
4) Para la reflexión personal
• ¿Tengo en mi vida alguna Buena Noticia que compartir con los demás?
• ¿Sobre qué punto insisto más: en una buena doctrina o en la fe?
5) Oración final
Cantaré por siempre el amor de Yahvé,
anunciaré tu lealtad de edad en edad. (Sal 89,1)