Papa Francisco, nacido en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936, ha manifestado en varias
ocasiones su simpatía por San Lorenzo de Almagro, club fundado por el padre Lorenzo Massa en 1908.
Según la prensa deportiva argentina, Francisco lleva en su corazón a San
Lorenzo de Almagro, cuyo centenario se conmemoró con una misa oficiada por él.
En distintos actos recibió camisetas y hasta el carné de
socio del club. Él mismo recordó que su padre fue jugador de
baloncesto en el club Boedo, por lo que frecuentaba las instalaciones del
Cuervo, sobrenombre del San Lorenzo.
Bergoglio llegó a decir en una misa oficiada en
las instalaciones del club que no se perdió partido alguno de San Lorenzo de
la campaña de 1946, cuando jugaban en el equipo Farro, Pontoni y Martino.
El papa acudía al Viejo Gasómetro para acompañar a su padre.
El Padre Lorenzo Massa, fundador de San Lorenzo, eligió los colores azul y rojo al
inspirarse en el manto azulgrana de la Virgen.
"No importamos los colores de otro lado, se los pedimos a la
Virgen. Nunca saquen a María Auxiliadora del club porque es su madre, ya que
San Lorenzo nació en (el Oratorio) San Antonio bajo la protección de la
Virgen", comentó Bergoglio cuando el Ciclón cumplió 100 años de vida, según un
diario deportivo.
El que fue Arzobispo de la Ciudad de Buenos
Aires mostraba
su consternación cada vez que se producía un episodio en los estadios.
El Club Atlético de Almagro publicó un comunicado en
su sitio web felicitando al flamante Papa: "San Lorenzo de
Almagro felicita a su simpatizante y socio, Jorge Bergoglio, designado esta
tarde como nuevo Papa. Su figura sencilla y humilde, su sentido cariño por el
Club y su cercanía al pueblo argentino enorgullece a nuestra Institución".
Francisco I sucede a Benedicto XVI, seguidor
del Bayern de Múnich) y que, a su vez, relevó a Juan Pablo II, que en 1982 recibió el carné de socio número
108.000 del FC Barcelona.
UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL
«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»
Benedicto XVI, 16 septiembre 2005