Siempre hay una
primera vez para la persona que experimenta sentimientos homosexuales. Una
primera vez en la que se siente invadido por una duda, un pensamiento, una
sospecha.
Estas afirmaciones se repiten: “Me invadió el temor, me sentía como paralizado ante lo que podía estar sintiendo, avergonzado, rechazo hacia mí mismo, confusión, algo inconfesable, algo que deseaba olvidar, esconder, no pensar”.Pongámonos en los zapatos de la persona que tiene estos sentimientos y paremos el tiempo. Piensa a lo que te enfrentas: asumir una realidad, entender tu posible identidad y aceptarla, buscar las causas y las consecuencias. Tienes que definirte, pensar en cómo vivirás a partir de ahora si se confirma tu sospecha. Piensas en las personas que te podrían entender, apoyar, no juzgar. ¿Y juzgar por qué? ¿Es que has hecho algo para sentir atracción al mismo sexo?
Esto es solamente un escenario creado para ayudarnos a conocer la situación de una persona que sin buscarlo, se encuentra con una identidad sexual indefinida, cuestionada ante sí mismo.
Estas afirmaciones se repiten: “Me invadió el temor, me sentía como paralizado ante lo que podía estar sintiendo, avergonzado, rechazo hacia mí mismo, confusión, algo inconfesable, algo que deseaba olvidar, esconder, no pensar”.Pongámonos en los zapatos de la persona que tiene estos sentimientos y paremos el tiempo. Piensa a lo que te enfrentas: asumir una realidad, entender tu posible identidad y aceptarla, buscar las causas y las consecuencias. Tienes que definirte, pensar en cómo vivirás a partir de ahora si se confirma tu sospecha. Piensas en las personas que te podrían entender, apoyar, no juzgar. ¿Y juzgar por qué? ¿Es que has hecho algo para sentir atracción al mismo sexo?
Esto es solamente un escenario creado para ayudarnos a conocer la situación de una persona que sin buscarlo, se encuentra con una identidad sexual indefinida, cuestionada ante sí mismo.
Continúa
Sigamos en esta misma
línea, queremos crecer en el conocimiento que es la llave de la comprensión y
de la empatía. Llegar a comprender para borrar el posible prejuicio y evitar
juicios, ampliar el campo de visión para dejar a un lado el rechazo y las
conclusiones precipitadas, esto es ejercita el amor real al ser humano y mover
ese músculo que es el corazón.
Dicho esto, quiero
afirmar que las personas que experimentan atracción al mismo sexono lo
eligen.
Ya he dicho en
anteriores artículos que la persona no nace gay, como bien decía el
psiquiatra Víctor Frankl: “A un hombre se le puede arrebatar todo salvo una
cosa: su última libertad, la de elegir la actitud que ha de adoptar en
cualquier circunstancia, la de escoger su propio camino". Las opciones que
describo a continuación son elecciones que la persona desde el
conocimiento y la libertad sí puede elegir.
Son cuatro opciones
y ninguna de ellas fácil, al menos inicialmente.
La primera más conocida y cada vez más aplaudida y
aceptada es “salir del armario”, desarrollar su
vida en el estilo de vida gay. En su desarrollo y crecimiento personal y profesional llevará consigo las
causas por las que ya inicialmente, le llevaron a sentir atracción al mismo
sexo.
La segunda es la opción del silencio. Vivir sufriendo lo indecible manteniendo los sentimientos en la
intimidad y privacidad. El objetivo suele ser mantener sus principios y
convicciones tratando de ser fiel a sus compromisos adquiridos ya sean estos
personales, familiares o religiosos.
La tercera es la opción del silencio con recaídas. La persona está sola en su lucha
intentando ser fiel, aunque su decisión es la de permanecer “inactivo” vienen
momentos de debilidad y sucumbe. Esto se traduce en división interior,
insatisfacción, sufrimiento.
La cuarta y última opción es en la que me quiero
centrar. Es una opción llena de esperanza no tanto por ser “la salvadora”
si no porque completa la posibilidad de elección: es la opción por el cambio. Es posible cambiar de una orientación homosexual a heterosexual.
Qué triste e injusto
sería que la persona gay o la que vive en su silencio, no supiese que tiene
otra opción, le estaríamos privando de su libertad. Puede optar por el
cambio la persona que ya “ha salido del armario” y la que lleva años viviendo
en silencio, pero que por los motivos que sean quiere libremente dejar atrás su
homosexualidad. Como dijo Marlon Brandon: “yo solía ser homosexual, pero no
funcionó”.
Elegir el cambio
requiere en todos los casos esfuerzo y valentía.
Para algunos será ir contracorriente, romper relaciones queridas pero que no
llenan, para otros será superar miedos o un sentimiento de vergüenza.
Eligiendo el cambio
ganas encontrar tu propia identidad y con ello
paz interior.
Fuente : http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=33063