El segundo día del Sínodo sobre la familia, convocado por el papa Francisco, se ha realizado este martes. Son dos reuniones o congregaciones cada día; ayer lunes se desarrollaron las dos primeras y este martes las dos siguientes.
Entre ayer y hoy más de 70 obispos realizaron sus
intervenciones, cuyos contenidos fueron transmitidos, esta mañana, a los
periodistas en una conferencia realizada en la Sala de Prensa de la Santa Sede.
Presentes el cardenal Vicent Nichols, y el patriaca Boutros
Bechara; el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi y otros dos
portavoces, uno para el idioma inglés, padre Thomas Rosica y otro para el
español, padre Manuel Dorantes, quienes respondieron también a las preguntas de
los periodistas.
Durante la tercera congregación general ha proseguido el
debate siguiendo el orden del Instrumentum Laboris, que hoy indicaba:
"Evangelio de la familia y ley natural" y "La familia y la
vocación de la persona en Cristo".
Los padres sinodales realizaron diversas intervenciones,
indicó el padre Lombardi, comenzando por la necesidad del lenguaje que la
Iglesia tiene que usar para explicar la voluntad de Dios, así como para
incentivar el Evangelio de la familia. Entretanto, los padres sinodales
reiteraron que “no es suficiente cambiar el vocabulario si luego no se consigue
crear un puente de diálogo efectivo con los fieles” .
Se planteó también la necesidad, indicó el portavoz, de
“realizar un camino, gradual, en el que los fieles se acercan al ideal de la
familia y matrimonio cristiano como es indicado en el Magisterio de la
Iglesia”.
Se invitó además a reconocer el apoyo positivo que significa
la experiencia de las personas, así como a fortalecer las etapas de la vida
cristiana, de manera que haya una continuidad y coherencia en el matrimonio y
en la familia.
De manera que el matrimonio “no sólo sea válido, sino
también fructífero, porque hay que transmitir una visión del matrimonio no sólo
como punto de llegada, sino como un camino hacia una meta más alta, un camino
de crecimiento personal”.
El padre Lombardi, añadió que los padres sinodales
indicaron: “Hay que acompañar constantemente a los cónyuges en su itinerario de
vida, a través de una pastoral familiar intensa y vigorosa”. Y si fuera el caso
“sin miedo a que eventualmente disminuya el número de bodas celebradas en la
Iglesia”. Otro padre sinodal habló de la importancia de “verificar que
existan condiciones para el matrimonio, ser exigentes para aceptar a las
parejas que se acercan al matrimonio en la Iglesia”.
Entre las ideas que expusieron los padres sinodales figura
que “la Iglesia debe ofrecer su enseñanza de forma más incisiva, presentando la
doctrina no como una lista de prohibiciones, sino haciéndose más cercana a los
fieles, como hacía Jesús”.
“Debemos enfocar más lo positivo que la prohibición, más la propuesta que la norma. También el valor de la sexualidad dentro del matrimonio”.
“Debemos enfocar más lo positivo que la prohibición, más la propuesta que la norma. También el valor de la sexualidad dentro del matrimonio”.
Muchos dieron ejemplos de pastoral familiar con servicio de
preparación a la familia, o de acompañamiento de las familias en dificultad,
para que no se sientan abandonados. También se habló sobre las situaciones
conflictivas y las repercusiones en la vida familiar, como en el caso de las
migraciones.
En cuanto al acercamiento a la Eucaristía de los divorciados
que se han vuelto a casar, se indicó que la comunión no es el sacramento de los
perfectos, sino de aquellos que están en camino, y sobre este tema se
seguirá profundizando.
Al igual que ayer por la tarde, se ha indicado que es
necesario escuchar las experiencias de las parejas casadas, porque sus luchas y
sus fracasos no pueden ser ignorados; al contrario, pueden ser el fundamento de
una teología real, verdadera.
Otros puntos han sido la importancia de la catequesis para
las familias, especialmente para los niños, y de la oración entre las paredes domésticas
que da lugar a una verdadera y propia generación de la fe, transmitiéndola de
padres a hijos.
Se ha hablado también de otros temas, como los retos de la
familia delante de la revolución informática, de los problemas de los
sacerdotes católicos de rito oriental que son casados y de la asistencia que a
veces necesitan, o del problema de la poligamia en África.
Varias intervenciones en el Sínodo subrayaron la importancia
misionera del evangelio de la familia y manifestaron gratitud por el empeño de
los movimientos.