En la primera congregación general de la III Asamblea
general extraordinaria del Sínodo de los obispos, el papa Francisco invitó a
los participantes a “hablar claro. Nadie diga: 'Esto no se puede decir; que
pensarán de mí, esto o aquello', porque hay que decir todo lo que se siente con
franqueza”. Así como “escuchar con sinceridad”.
El Papa se dirigió a los padres sinodales agradeciéndoles
“de corazón por vuestra atenta y calificada asistencia” y agradeció a todas las
personas que “trabajaron con dedicación, con paciencia y competencia, por
largos meses, leyendo, evaluando, y elaborando los temas, textos y trabajos de
esta Asamblea General Extraordinaria”.
Agradeció también al secretario general, el cardenal Lorenzo
Baldisseri, y a quienes trabajaron les deseó: “¡Que el Señor les recompense!”.
Hizo llegar su agradecimiento además a la jerarquía de la
Iglesia y a los clérigos, religiosos y laicos, “por vuestra presencia y
participación que enriquece los trabajos y el espíritu de colegiado y de
sinodalidad por el bien de la Iglesia y de las familias".
Recordó que fue su deseo, que el espíritu de sinodalidad
tuviera lugar en la elección de los relatores, del secretario general y de los
presidentes delegados. “Los dos primeros -confió el Santo Padre- han sido
elegidos directamente por el Consejo-post sinodal, elegido este a su vez por
los participantes del último sínodo. En cambio como los presidentes delegados
tienen que ser elegidos por el Papa, le pedí al mismo Consejo post sinodal, que
me propusieran nombres y he nombrado a los que el Consejo me ha propuesto”.
Les recordó a los presentes que ellos traen “la voz de las
Iglesias particulares, reunidas a nivel de Iglesias locales mediante las
Conferencias Episcopales”. Añadió que “las Iglesia universal y las Iglesias particulares
son de institución divina”, mientras que “las Iglesias locales, así entendidas
son de institución humana”. Y que ellos, “esta voz la traerán en sinodalidad”.
El Obispo de Roma les advirtió que es “una gran
responsabilidad” la de “traer la realidad y las problemáticas en las Iglesias,
para ayudar a caminar en ese camino que es el Evangelio de la familia”.
Y confió que “después del último Consistorio en febrero de
2014, en el cual se ha hablado de familia, un cardenal me escribió diciendo:
'Qué pena que algunos cardenales no hayan tenido el coraje de decir algunas
cosas por respeto del Papa, considerando que el Papa pensara alguna cosa
diversa”. Y Francisco reiteró: “Esto no va bien, esto no es sinodalidad, porque
hay que decir todo lo que en el Señor se siente que hay que decir, sin respeto
humano, sin timidez, y al mismo tiempo hay que escuchar con humildad y acoger
con corazón abierto lo que dicen los hermanos”, porque “con estas dos actitudes
se ejercita la sinodalidad”.
Y reiteró: “Por ello les pido por favor, estas actitudes de
hermanos en el Señor: hablar con franqueza y escuchar con humildad”. Y concluyó
invitandolos a hablar “con tranquilidad y paz, porque el Sínodo se realiza
siempre cum Petro y sub Petro, y la presencia del Papa es garantía para todos y
custodia de la fe.
“Queridos hermanos -concluyó el Pontífice- colaboremos todos
para que se afirme con clareza la dinámica de la sinodalidad”.