Señor, si sólo me das a elegir
entre ser santo y entre ser santo,
quiero ser olvidado entretanto
y no entre aplausos tener que morir.
Prefiero mil noches velar y sentir
y no que a mis pasos tiendan el manto;
no ser nombrado doctor sacrosanto
sino entre sombras poderte servir.
Que glorifiquen tan sólo tu Nombre,
que no se acuerde de mí ningún hombre,
que no quede mi rastro en el lecho
y de mis obras nadie se asombre.
Quiero por Ti en un cuarto estrecho,
partir solo, silencioso, deshecho.
Padre Bruno A. D'Amario
UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL
«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»
Benedicto XVI, 16 septiembre 2005