UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





miércoles, 19 de marzo de 2014

Audiencia general de Papa Francisco - Miércoles 19 de Marzo 2014: José, con María, colaboradores en la obra de Dios realizada en Jesús.

(RV).- (Con audio) «San José Educador» de Jesús fue el tema de la catequesis del Papa Francisco este 19 de marzo. En la audiencia general del miércoles el Obispo de Roma recordó la importante tarea de José y María, que se preocuparon de que a Jesús no le falte lo necesario para un sano desarrollo físico y psicológico, enseñándole también un trabajo. “Ellos se preocuparon de su crecimiento en sabiduría, el santo temor de Dios.” “Finalmente, el crecimiento en gracia, que siendo obra de Dios, tiene en José y María unos grandes colaboradores, pues ellos fueron para Jesús ejemplo de docilidad a su voluntad, a la acción del Espíritu Santo y de una vida de oración y unión con Dios”, puntualizó Francisco. (RC-RV) 
Resumen de su catequesis y saludo del Papa en nuestro idioma (Audio): RealAudioMP3 
Queridos hermanos y hermanas:
En esta catequesis deseo hablar de san José como educador de Jesús. Efectivamente, nos dice la Escritura que José acompaña el crecimiento de Jesús «en sabiduría, estatura y gracia». Estas tres dimensiones guiarán nuestra reflexión. En primer lugar, José y María se preocupan de que a Jesús no le falte lo necesario para un sano desarrollo físico y psicológico. Lo defienden en los duros días de la huida a Egipto, amenazados por Herodes. Le enseñan también un trabajo, siendo después conocido como el hijo del carpintero. En segundo lugar, José y María se preocupan de su crecimiento en sabiduría, el santo temor de Dios, enseñándole a escuchar las Sagradas Escrituras, llevándolo a la Sinagoga los sábados. Así, a los 12 años, lo encontramos en el templo discutiendo con los doctores. Finalmente, el crecimiento en gracia, que siendo obra de Dios, tiene en José y María unos grandes colaboradores, pues ellos fueron para Jesús ejemplo de docilidad a su voluntad, a la acción del Espíritu Santo y de una vida de oración y unión con Dios. Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, México, Ecuador, Argentina y otros países latinoamericanos. Invito a todos a pedir al Señor, por intercesión de san José, por los padres, los educadores y los sacerdotes, para que, a ejemplo del Santo Patriarca, puedan acompañar el crecimiento de sus hijos y discípulos en sabiduría, estatura y gracia. Muchas gracias. 
Traducción completa del texto de la catequesis del Papa en español 
SAN JOSÉ EDUCADOR 

RealAudioMP3 Queridos hermanos y hermanas, buenos días:
Hoy, 19 de marzo, se celebra la fiesta de San José, Esposo de María y Patrono de la Iglesia Universal. Así que dedicamos esta catequesis a él, que merece toda nuestra gratitud y devoción por como fue capaz de custodiar a la Virgen Santa y al Hijo Jesús. Ser custodio es el sello distintivo de José, es su gran misión, ser custodio. 
Hoy me gustaría retomar el tema de la custodia de acuerdo con una perspectiva particular: la perspectiva de la educación. Echemos un vistazo a José como el modelo del educador, que custodia y acompaña a Jesús en su camino de crecimiento "en sabiduría, edad y gracia", como dice el Evangelio. Él no era el padre de Jesús: el padre de Jesús era Dios, pero él le hacía de papá a Jesús, le hacía de padre para hacerlo crecer. Y ¿cómo lo ha hecho crecer? En sabiduría, edad y gracia. 
Empecemos por la edad, que es la dimensión más natural, el crecimiento físico y psicológico. José, junto con María, se encargaron de Jesús, sobre todo, desde este punto de vista, es decir, lo "criaron", preocupándose de que no le faltara nada de necesario para un desarrollo saludable. No hay que olvidar que el cuidado atento y fiel de la vida del niño también dio lugar a la huida a Egipto, la dura experiencia de vivir como refugiados -José ha sido un refugiado con María y Jesús- para escapar de la amenaza de Herodes. Luego, una vez de vuelta a casa y establecidos en Nazaret, hay todo el largo período de la vida de Jesús en su familia. En aquellos años, José enseñó también a Jesús su trabajo, y Jesús ha aprendido a hacer el trabajo carpintero con su padre José. Así José ha criado a Jesús.
Pasemos a la segunda dimensión de la educación que es la de la "sabiduría. José fue para Jesús ejemplo y maestro de esta sabiduría, que se nutre de la Palabra de Dios. Podemos pensar en cómo José educó al pequeño Jesús a escuchar las Sagradas Escrituras, en especial acompañándole el sábado a la sinagoga de Nazaret. Y José lo acompañaba para que Jesús escuchara la palabra de Dios en la sinagoga.
Y, por último, la dimensión de la "gracia". Dice siempre San Lucas refiriéndose a Jesús: "La gracia de Dios estaba sobre él" (2,40). Aquí, sin duda, la parte reservada a San José es más limitada respecto a los temas de la edad y de la sabiduría. Pero sería un grave error pensar que un padre y una madre no pueden hacer nada para educar a sus hijos a crecer en la gracia de Dios. Crecer en edad, crecer en sabiduría, crecer en gracia. Este es el trabajo que ha hecho José con Jesús: hacerlo crecer, en estas tres dimensiones, ayudarlo a crecer.
Queridos hermanos y hermanas, la misión de San José es sin duda única e irrepetible, porque Jesús es absolutamente único. Y sin embargo, en su custodia a Jesús, educándolo a crecer en edad, sabiduría y gracia, él fue un modelo para todos los educadores, especialmente para cada padre. San José es el modelo del educador y del papá, del padre. Así que encomiendo a su protección a todos los padres, los sacerdotes -que son padres, ¡eh!- y los que tienen un papel educativo en la Iglesia y en la sociedad. 
En modo particular quisiera saludar hoy, en el día del papá, a todos los padres, a todos los papás: ¡los saludo de corazón!
Veamos: ¿hay algunos papás en la plaza? Levanten la mano los papás, pero ¡cuántos papás! ¡Felicidades, felicidades en su día!
Pido para ustedes la gracia de estar siempre muy cerca de sus hijos, dejándolos crecer, pero de estar muy cercanos, ¿eh? Ellos tienen necesidad de ustedes, de su presencia, de su cercanía, de su amor. Sean para ellos como San José: custodios de su crecimiento en edad, sabiduría y gracia. Custodios de su camino, educadores. Y caminen con ellos. Y con esta cercanía serán verdaderos educadores. Gracias por todo lo que hacen por su hijos, ¡gracias! Y a ustedes tantas felicidades y buena fiesta del papá, a todos los papás que están aquí, a todos los papás.
Que San José los bendiga y los acompañe. 
También algunos de nosotros hemos perdido al papá, se ha ido, el Señor lo ha llamado; tantos que están en la plaza no tienen a su papá. Podemos rezar por todos los papás del mundo, para los papás vivos y también por aquellos difuntos y por los nuestros, y podemos hacerlo juntos, cada uno recordando a su papá, si está vivo o está muerto. Y recemos al grande Papá de todos nosotros, el Padre, un Padre nuestro por nuestros papás: Padre nuestro…
¡Y tantas felicidades a los papás!
(Traducción Cecilia Mutual y Eduardo Rubió - RV)