UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





martes, 29 de marzo de 2011

Lectio Divina : Jueves 31 de Marzo : Evangelio según Lucas 11,14-23. : (3ª Semana del Tiempo de Cuaresma - Ciclo A -)

Lectio Divina : 
Jueves, 31 Marzo, 2011
Evangelio según Lucas 11,14-23. 
(3ª Semana del Tiempo de Cuaresma - Ciclo A -)


1) Oración inicial
Te pedimos humildemente, Señor, que, a medida que se acerca la fiesta de nuestra salvación, vaya creciendo en intensidad nuestra entrega para celebrar dignamente el misterio pascual. Por nuestro Señor.


2) Lectura
Evangelio según San Lucas 11,14-23.
Jesús estaba expulsando a un demonio que era mudo. Apenas salió el demonio, el mudo empezó a hablar. La muchedumbre quedó admirada,
pero algunos de ellos decían: "Este expulsa a los demonios por el poder de Belzebul, el Príncipe de los demonios".
Otros, para ponerlo a prueba, exigían de él un signo que viniera del cielo.
Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: "Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra.
Si Satanás lucha contra sí mismo, ¿cómo podrá subsistir su reino? Porque -como ustedes dicen- yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul.
Si yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso, ustedes los tendrán a ellos como jueces.
Pero si yo expulso a los demonios con la fuerza del dedo de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes.
Cuando un hombre fuerte y bien armado hace guardia en su palacio, todas sus posesiones están seguras,
pero si viene otro más fuerte que él y lo domina, le quita el arma en la que confiaba y reparte sus bienes.
El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama. 
Palabra del Señor
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3) Reflexión
● El evangelio de hoy es de Lucas (Lc 11,14-23). El texto paralelo de Marcos (Mc 3,22-27) lo meditamos en enero.
● Lucas 11,14-16: Las diversas reacciones ante la expulsión de un demonio. Jesús había expulsado un demonio que era mudo. La expulsión provocó dos reacciones diferentes. 
Por un lado, la multitud se quedó admirada y maravillada. La multitud acepta Jesús y cree en él. 
Por otro, los que no aceptan a Jesús y no creen en él. De estos últimos algunos decían que Jesús expulsaba a los demonios en nombre de Belcebú, el príncipe de los demonios, y otros querían de él una señal del cielo. Marcos informa que se trataba de escribas venidos de Jerusalén (Mc 3,22), que no concordaban con la libertad de Jesús. Querían defender la Tradición contra las novedades de Jesús.
● Lucas 11,17-22: La respuesta de Jesús se divide en tres partes:
1ª parte: comparación del reino dividido (vv. 17-18ª) Jesús denuncia lo absurdo de la calumnia de los escribas. Decir que él expulsa los demonios con la ayuda del príncipe de los demonios es negar la evidencia. Es lo mismo que decir que el agua está seca, o que el sol es oscuridad. Los doctores de Jerusalén lo calumniaban, porque no sabían explicar los beneficios que Jesús realizaba para la gente. Tenían miedo a perder la lideranza. Se sentían amenazados en su autoridad ante el pueblo.
2ª parte: ¿Por quién los expulsan vuestros hijos? (vv.18b-20) Jesús provoca a los acusadores y pregunta: “Si yo expulso en nombre de Belcebú, ¿en nombre de quién los discípulos de ustedes expulsan los demonios? ¡Contesten y expliquen! Si yo expulso el demonio por el dedo de Dios, ¡es porque llegó el Reino de Dios!”
3ª parte: llegando el más fuerte vence al fuerte (vv.21-22) Jesús compara el demonio con un hombre fuerte. Nadie, a no ser que sea una persona más fuerte, podrá robar en la casa de un hombre fuerte. Jesús es éste más fuerte. Por esto consigue entrar en la casa y agarrar al hombre fuerte. Jesús agarra al hombre fuerte y ahora roba en la casa de éste, es decir, libera a las personas que estaban en el poder del mal. El profeta Isaías había usado la misma comparación para describir la venida del mesías (Is 49,24-25). Por esto Lucas dice que la expulsión del demonio es una señal evidente de que el Reino de Dios ha llegado.
● Lucas 11,23: Quien no está conmigo, está contra mí. Jesús termina su respuesta con esta frase: “El que no está conmigo, está contra mí. El que no recoge conmigo, desparrama”. En otra ocasión, también a propósito de una expulsión del demonio, los discípulos impidieron a un hombre el que usara el nombre de Jesús para expulsar un demonio, ya que no era de su grupo. Y Jesús respondió: “No se lo impidan. Porque el que no está contra ustedes está con ustedes!” (Lc 9,50). Parecen dos frases contradictorias, pero no lo son. La frase del evangelio de hoy está dicha contra los enemigos que tienen preconceptos contra Jesús: El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama”. Preconcepto y no aceptación hacen que el diálogo se vuelva imposible y rompen la unión. La otra frase la pronuncian los discípulos que pensaban tener el monopolio de Jesús: “¡Quién no está contra ustedes está a favor de ustedes!” Mucha gente que no es cristiana práctica el amor, la bondad, la justicia, muchas veces hasta mejor que los cristianos. No podemos excluirlos. Son hermanos y obreros en la construcción del Reino. Nosotros los cristianos no somos dueños de Jesús. Es lo contrario; ¡Jesús es nuestro dueño!

4) Para la reflexión personal
● “Quien no está conmigo, está contra mí. Y quien no recoge conmigo, desparrama” ¿Cómo ocurre esto en mi vida?
● “No se lo impidan. ¡Quien no está contra ustedes está a favor de ustedes!” ¿Cómo esto acontece en mi vida?

5) Oración final
Venid, cantemos gozosos a Yahvé,
aclamemos a la Roca que nos salva;
entremos en su presencia dándole gracias,
aclamándolo con salmos. (Sal 95,1-2)