(RV).- Atentos a la
mundanidad que nos “lleva a la doble vida”. Es la admonición que hizo el Papa
Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la
Casa de Santa Marta. El Pontífice reafirmó que, para custodiar la
identidad cristiana, es necesario ser coherentes y evitar las tentaciones de
una vida mundana.
El anciano Eleazar “no
permite que el espíritu de la mundanidad” lo debilite y prefiere morir, antes
que rendirse a la apostasía del “pensamiento único”. ElPapa Bergoglio se
inspiró en la primera lectura, tomada del segundo librode los Macabeos,
para advertir nuevamente a los cristianos acerca de las tentaciones de la vida
mundana. Eleazar, ya con 90 años, no aceptó comer carne de cerdo como le pedían
también sus “amigos mundanos” preocupados por salvarle la vida. Y observó que
este anciano mantuvo su dignidad “con aquella nobleza” que le venía “de una
vida coherente”, que va al martirio y da testimonio”.
La mundanidad nos aleja de
la coherencia de la vida cristiana
“La mundanidad espiritual
nos aleja de la vida coherente – refirmó el Santo Padre – nos hace
incoherentes”, uno “finge ser así” pero vive “de otra manera”. Y la mundanidad
– añadió – “es difícil conocerla desde el inicio porque es como la carcoma que
lentamente destruye, degrada la tela y después esa tela se vuelve inservible” y
el hombre que “se deja llevar adelante por la mundanidad, pierde su identidad
cristiana”:
“La carcoma de la
mundanidad ha arruinado su identidad cristiana, es incapaz de coherencia. ‘Oh,
yo soy tan católico, Padre, yo voy a Misa todos los domingos, tan católico’. Y
después vas a trabajar, a realizar tu profesión: Pero si tú me compras esto,
hacemos este tráfico de influencias y tú recibes el soborno’. Esta no es
coherencia de vida, ésta es mundanidad, para dar un ejemplo. La mundanidad te
conduce a la doble vida, a la que aparece y a la que es verdadera, y te aleja
de Dios y destruye tu identidad cristiana”.
Pedir al Señor apoyo
contra las tentaciones mundanas
Por esto – prosiguió
explicando el Papa – Jesús es “tan fuerte” cuando pide al Padre que salve a los
discípulos del espíritu mundano, “que destruye la identidad cristiana”. Un
ejemplo de bastión contra este espíritu es precisamente Eleazar que piensa en
los jóvenes que si hubieran cedido al espíritu mundano, se habrían perdido por
su culpa:
“El espíritu cristiano, la
identidad cristiana, jamás es egoísta, siempre trata de cuidar con la propia
coherencia, cuidar, evitar el escándalo, cuidar a los demás, dar un buen
ejemplo. ‘Pero no es fácil, Padre, vivir en este mundo, donde las tentaciones
son tantas, y el truco de la doble vida nos tienta todos los días, no es
fácil’. Para nosotros no sólo no es fácil, es imposible. Sólo Él es capaz de
hacerlo. Y por esto hemos rezado en el Salmo: ‘El Señor me sostiene’. Nuestro
apoyo contra la mundanidad que destruye nuestra identidad cristiana, que nos
lleva a la doble vida, es el Señor”.
Tener el coraje de llevar
adelante la identidad cristiana
El Señor es el único que
puede salvarnos – dijo nuevamente el Santo Padre – y nuestra oración humilde
será: “Señor, soy pecador, verdaderamente, todos lo somos, pero te pido tu
apoyo, dame tu apoyo para que, por una parte, no finja ser cristiano y, por
otra, viva como un pagano, como mundano”:
“Si ustedes tienen hoy un
poco de tiempo, tomen la Biblia, el segundo libro de los Macabeos,
capítulo sexto, y lean esta historia de Eleazar. Les hará bien, les dará valor
para ser ejemplo para todos y también les dará fuerza y apoyo para llevar
adelante la identidad cristiana, sin componendas, sin doble vida”.
(María Fernanda Bernasconi -
RV).