Ciudad del Vaticano, 31 de enero de
2014 (Zenit.org)
En la presentación del Año de la Vida Religiosa que
realizó este viernes por la mañana el cardenal Braz de Aviz, prefecto de la
Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedad de Vida
Apostólica y Mons. José Rodríguez Carballo, secretario de dicha congregación,
respondieron a diversas preguntas de los periodistas presentes en la Sala de
Prensa del Vaticano.
El significado del profundo sentido de renovación
de la vida consagrada que
significará el Año de la Vida Consagrada, como indicado por el cardenal
brasileño poco antes, fue la pregunta de ZENIT en español, a lo que el prelado
indicó "la necesidad de hablar de acuerdo con la cultura actual sin perder
por ello los valores evangélicos".
“Si miramos la Biblia entenderemos que Dios ha hablado
al hombre y a la mujer de cada tiempo con un lenguaje diverso y adaptado al
tiempo. Así ha hablado, a Abraham, a Moisés, a David, y finalmente lo hizo a su
Hijo Jesús, escuchando el tiempo preciso de esa cultura de ese momento”.
Con ese cuadro de fondo precisó: “Sabemos que
estamos viviendo un momento de grandes cambios, no iguales a los de otros
momentos de la historia, pero que van orientando la historia hacia otros
horizontes”. Por ello “la vida consagrada tiene que mirar no solamente a cuanto
ha construido sino también mirar y escuchar a este hombre de hoy y adaptarse,
sin perder por ello los valores evangélicos”.
Recordó que el ideal más grande de esta renovación
fue indicado por el Concilio, si bien aún no fueron actuadas todas las metas y
algunas se están concretizando. Y como profundización teológica y práctica
precisó: “Existen además indicaciones teológicas nuevas, que hoy ayudan mucho”.
Y por ejemplo “delante del fenómeno de la globalización es necesario apuntar a
una espiritualidad de comunión”.
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Las defecciones de vida consagrada y quienes
consideran el Vaticano un punto de crisis, esta fue la pregunta de Cindy Wooden de CNS.
Mons. Carballo respondió indicando que existen
luces y sombras como en todo lo que es humano, “esta memoria no olvidará estas
sombras pero más allá de las sombras, consideramos que el Concilio fue un soplo
del Espíritu Santo y es el punto de partida para una profunda renovación de
vida consagrada y para que esta reafirme su significado evangélico”. Y añadió
que “el Año de la Vida Consagrada reafirmará la plena actualidad del Concilio”.
Sobre la visita a las religiosas de EE.UU precisó que se está trabajando en una
relación final, que pronto será hecha pública, probablemente, antes del Año de
la Vida Consagrada. Y que en cambio el comisariado del encargado papal esto
está prosiguiendo con el obispo de Seattle.
La sinceridad del religioso fue un particular que añadió el prelado,
precisando que “en esta estación en que se publican con gran facilidad los
errores de la Iglesia y de sus miembros”, esta puerta nos puede ayudar a
“reconocer los propios errores, como un principio de sabiduría”. La gente
quiere saber “que no hay dos caras”, y añadió: “Hay que salir de la convicción
de creer que quien es consagrado entra en estado de perfección”, porque “una
madre de familia podría ser más perfecta que un consagrado”.
(31 de enero de 2014) © Innovative Media Inc.
Recordó que el ideal más grande de esta renovación
fue indicado por el Concilio, si bien aún no fueron actuadas todas las metas y
algunas se están concretizando. Y como profundización teológica y práctica
precisó: “Existen además indicaciones teológicas nuevas, que hoy ayudan mucho”.
Y por ejemplo “delante del fenómeno de la globalización es necesario apuntar a
una espiritualidad de comunión”.
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