CIUDAD DEL VATICANO, domingo 8 julio 2012 (ZENIT.org).- Desde el mediodía del martes 3 de julio, el santo padre Benedicto XVi se encuentra en la residencia pontificia de Castel Gandolfo para pasar el periodo de reposo estival.
A las 12 horas de hoy 8 de julio, el papa se asomó al balcón del patio del Palacio Apostólico de Castel Gandolfo y recitó el Ángelus junto a los fieles y peregrinos presentes.
El papa se refirió al evangelio del díaque dio vida a la famosa frase "Nadie es profeta en su patria".
"Este hecho es comprensible --dijo Benedicto XVI--, porque la familiaridad en el plano humano hace que sea difícil ir más allá y abrirse a la dimensión divina. Jesús mismo aplica como ejemplo la experiencia de los profetas de Israel, que en su propia casa habían sido objeto de desprecio, y se identifica con ellos".
"Por tanto, parece que Jesús --como se dice- se de una razónde la mala acogida que encuentra en Nazaret. En cambio, al final de la historia, nos encontramos con una observación que dice todo lo contrario. El evangelista escribe que Jesús 'se maravilló de su falta de fe'".
"¿Cómo es posible que no reconozcan la luz de la Verdad? ¿Por qué no se abren a la bondad de Dios, que quiso compartir nuestra humanidad? De hecho, el hombre Jesús de Nazaret es la transparencia de Dios, en Él Dios permanece plenamente. Y aunque siempre buscamos otros signos, otros milagros, no nos damos cuenta que el Signo real es Él, Dios hecho carne, Él es el milagro más grande del universo: todo el amor de Dios contenido en un corazón humano, en el rostro de un hombre".
"Alguien que ha entendido verdaderamente esta realidad --concluyó el papa- es la Virgen María, feliz porque ha creído. María no se escandalizó de su Hijo: su asombro por Él está lleno de fe, lleno de amor y de alegría, al verlo tan humano y a la vez tan divino. Aprendemos de ella, nuestra Madre en la fe, a reconocer en la humanidad de Cristo la revelación perfecta de Dios".
Se puede leer el texto completo de las palabras del papa en:http://www.zenit.org/article- 42702?l=spanish .
Al término de sus palabras en italiano, Benedicto XVI se dirigió a los distintos grupos lingüísticos en su idioma, haciéndoles una breve síntesis de sus palabras.
A los reunidos de habla hispana les dijo: "Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, y de modo especial a las Siervas de María Ministras de los Enfermos. Nos dice el evangelio de este domingo que Jesús no pudo hacer muchos milagros en su pueblo de Nazaret, extrañándose de su falta de fe. Pidámosle a la Virgen María que interceda por nosotros para que aumente nuestra fe, y sepamos reconocer en la humanidad de Cristo la perfecta revelación de Dios. Muchas gracias y feliz domingo".