"No tengas miedo, solamente ten fe" San Marcos 5,
36
Jesús, tú que animaste a los hombres y mujeres de todos los tiempos a no dejarse dominar por los temores y los miedos, hoy tengo que reconocer delante de Ti que hay momentos en que he sentido mucho miedo y turbación. Momentos que han sido o que aún son desconcertantes y tormentosos.
Por eso hoy te digo:
Jesús, ven a mí en esos momentos en que tengo miedo.
Ven a mí cuando dudo, cuando me atormento por el sufrimiento y la incomprensión.
Ven a mí cuando los temores y los ruidos interiores me afectan y quedo bloqueado, sin fuerzas y sin saber qué hacer.
Ven a mí en los momentos en que me sienta atormentado por la sensación de pérdida y por la tentación de pensar que no estás cerca.
Ven a mí cuando se enferma mi cuerpo, pero también si se enferma mi mente o mi espíritu.
Ven a mí para perdonarme por las veces que he pecado pensando que estabas lejos, que no me amabas o que no te interesaban mis sufrimientos y los de las personas que amo.
Ven a mí, porque yo sin Ti no tengo calma.
Ven a mí, porque sin Ti no encuentro paz en nada.
Ven Señor Jesús, ven pronto a mi vida, a mi alma, a mi espíritu, a mi mente y a mi hogar....Ven y quédate para siempre.
Así sea.
Jesús, tú que animaste a los hombres y mujeres de todos los tiempos a no dejarse dominar por los temores y los miedos, hoy tengo que reconocer delante de Ti que hay momentos en que he sentido mucho miedo y turbación. Momentos que han sido o que aún son desconcertantes y tormentosos.
Por eso hoy te digo:
Jesús, ven a mí en esos momentos en que tengo miedo.
Ven a mí cuando dudo, cuando me atormento por el sufrimiento y la incomprensión.
Ven a mí cuando los temores y los ruidos interiores me afectan y quedo bloqueado, sin fuerzas y sin saber qué hacer.
Ven a mí en los momentos en que me sienta atormentado por la sensación de pérdida y por la tentación de pensar que no estás cerca.
Ven a mí cuando se enferma mi cuerpo, pero también si se enferma mi mente o mi espíritu.
Ven a mí para perdonarme por las veces que he pecado pensando que estabas lejos, que no me amabas o que no te interesaban mis sufrimientos y los de las personas que amo.
Ven a mí, porque yo sin Ti no tengo calma.
Ven a mí, porque sin Ti no encuentro paz en nada.
Ven Señor Jesús, ven pronto a mi vida, a mi alma, a mi espíritu, a mi mente y a mi hogar....Ven y quédate para siempre.
Así sea.