LECTIO DIVINA
DEL EVANGELIO DEL DOMINGO DE LA 17ª SEMANA DEL TIEMPO DURANTE EL AÑO. 26
DE JULIO 2015.
Santos Joaquín y Ana, padres de la Virgen María https://www.youtube.com/watch?v=4Me3mFqsZJA
-
Día de los Abuelos
El método
de la Lectio Divina consiste en la lectura-escucha-meditación -orante de la
Palabra de Dios para encarnarla en la vida diaria.
1°.
ORACIÓN DE PREPARACIÓN:
Señor, te ofrezco sinceramente toda mi vida, para que
sea como esos cinco panes y dos pescados que dieron de comer a tantas personas.
Ilumina esta lectio divina para que, con determinación, no desperdicie tu
gracia, la gratuidad de tu amor.
2°. LECTURA DEL EVANGELIO:
Jesús atravesó el
mar de Galilea, llamado Tiberíades. Lo seguía una gran multitud, al ver los
signos que hacía sanando a los enfermos. Jesús subió a la montaña y se sentó
allí con sus discípulos. Se acercaba la Pascua, la fiesta de los judíos. Al
levantar los ojos, Jesús vio que una gran multitud acudía a él y dijo a Felipe:
“¿Dónde compraremos pan para darles de comer?”. Él decía esto para ponerlo a
prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer. Felipe le respondió: “Doscientos
denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un pedazo de pan”. Uno de
sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: “Aquí hay un niño
que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta
gente?”. Jesús le respondió: “Háganlos sentar”. Había mucho pasto en ese lugar.
Todos se sentaron y eran unos cinco mil hombres. Jesús tomó los panes, dio
gracias y los distribuyó a los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los
pescados, dándoles todo lo que quisieron. Cuando todos quedaron satisfechos,
Jesús dijo a sus discípulos: “Recojan los pedazos que sobran, para que no se
pierda nada”. Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos que
sobraron de los cinco panes de cebada. Al ver el signo que Jesús acababa de
hacer, la gente decía: “Este es, verdaderamente, el Profeta que debe venir al
mundo”. Jesús, sabiendo que querían apoderarse de él para hacerlo rey, se
retiró otra vez solo a la montaña.
Palabra del Señor.
VIDEOS-EVANGELIO:
1. https://www.youtube.com/watch?v=odTXwIXTfIM
2. https://www.youtube.com/watch?v=x_qmaPoViJo
3°.MEDITACIÓN DEL EVANGELIO:
A.
COMENTARIO INTRODUCTORIO
- La multitud seguía a Jesús, se sentían impresionados y tocados por Él; curaba enfermos, se acercaba a los pecadores y a los marginados, abría a todos a la esperanza dándole un sentido nuevo a la vida.
- Jesús se da cuenta que toda esa multitud que lo viene siguiendo no ha comido, y que quizá lleva mucho tiempo sin comer.
- El maestro se decide a intervenir y plantea el problema, quiere probar la fe de sus discípulos y también la de toda la multitud.
- Le pregunta a Felipe: “Dónde“.
- Felipe, le muestra que su pretensión de darle de comer a toda esa multitud es absurda: “Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno coma un poco”.
- El discípulo responde de un modo humano porque doscientos denarios, que son casi el equivalente del salario de un año, “no basta” para alimentar a tanta gente.
- Andrés presenta a un joven que tiene unos pocos panes y peces como un posible camino de solución, que también resulta insuficiente: “¿Pero qué es eso para tantos?”.
- Tenían sólo “cinco panes y dos peces”.
- La desproporción entre los cinco panes y los cinco mil hombres es grandísima.
- La matemática de Dios es distinta a la de los hombres.
- Ahí aparecerá la verdadera enseñanza: Jesús parte de lo poco, que en realidad es suficiente.
- Lo poco que se tenga puede ser mucho según cómo se utilice y se comparta. Esto es lo que Jesús busca: que compartan lo propio.
- A continuación manda que se sienten y se acomoden en grupos, tomó los cinco panes y los dos peces que tenían y pronunció la bendición.
- “La acción de gracias” de Jesús crea la abundancia, pero sin sustituir la colaboración siempre necesaria del hombre.
- Dios multiplica siempre lo que se posee cuando se pone a disposición de todos.
- Dios actúa y pone su parte sólo cuando los hombres hemos hecho lo nuestro.
- No importa que lo que tengamos sea pobre; lo que importa es que sea todo: Jesús hará lo demás.
- La gente comió hasta hartarse y sobró.
- Los doce canastos con las sobras manifiestan que el amor de Dios es total, sin límite, sin medida.
- Dios desborda todos los cálculos humanos; cuando se hace presente, trasciende todas las expectativas, toda lógica, todo esquema mental.
- Él está más allá de toda mezquindad.
- Este milagro se repite en cada Eucaristía.
- Para los discípulos de Jesús, la clave de la solidaridad está en la eucaristía, el misterio y milagro que celebramos ininterrumpidamente.
- No se trata de que Dios multiplique el pan para darnos de comer, Dios mismo se hace pan en Jesús para ser el alimento que sacia el hambre de pan y todas las hambres del hombre.
B.
REFLEXIÓN DEL PAPA FRANCISCO - ÁNGELUS EN LA PLAZA SAN PEDRO DEL DOMINGO 26 DE
JULIO 2015
Queridos
hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El
Evangelio de este domingo (Jn 6, 1-15) presenta el gran signo de la
multiplicación de los panes, en la narración del evangelista Juan. Jesús se
encuentra en la orilla del lago de Galilea, y está rodeado por “una gran
multitud”, atraída por los “signos que hacía curando a los enfermos” (v. 2).
En Él actúa
el poder misericordioso de Dios, que cura todo mal del cuerpo y del espíritu.
Pero Jesús no es un sanador, es también maestro: en efecto sube al monte y se
si sienta, en la típica actitud del maestro cuando enseña: sube sobre aquella
“cátedra” natural creada por su Padre celestial. Llegado a este punto Jesús,
que sabe bien lo que está por hacer, pone a la prueba a sus discípulos.
¿Qué hacer
para dar de comer a toda aquella gente? Felipe, uno de los Doce, hace un rápido
cálculo: organizando una colecta, se podrán recoger, al máximo, doscientos
denarios para comprar el pan que, sin embargo, no alcanzaría para dar de comer
a cinco mil personas.
Los
discípulos razonan en términos de “mercado”, pero Jesús, a la lógica del
comprar, sustituye aquella otra lógica, la lógica del dar. Las dos lógicas,
¿no? La del comprar y la del dar. Y he aquí que Andrés, otro de los Apóstoles,
hermano de Simón Pedro, presenta a un muchacho que pone a disposición todo lo
que tiene: cinco panes y dos pescados; pero ciertamente – dice Andrés – son
nada para aquella gente (Cfr. v. 9).
Pero Jesús
esperaba precisamente esto. Ordena a los discípulos que hagan sentar a la
gente, después tomó aquellos panes y aquellos pescados, dio gracias al Padre y
los distribuyó (Cfr. v. 11). Estos gestos anticipan aquellos de la Última Cena,
que dan al pan de Jesús su significado más verdadero.
El pan de
Dios es Jesús mismo. Tomando la Comunión con Él, recibimos su vida en nosotros
y llegamos a ser hijos del Padre celestial y hermanos entre nosotros. Tomando
la Comunión nos encontramos con Jesús, realmente vivo y resucitado. Participar
en la Eucaristía significa entrar en la lógica de Jesús, la lógica de la
gratuidad, de la participación. Y por más pobres que seamos, todos podemos dar
algo. “Tomar la Comunión” también significa tomar de Cristo la gracia que nos
hace capaces de compartir con los demás lo que somos y lo que tenemos.
La multitud
está sorprendida por el prodigio de la multiplicación de los panes; pero el don
que Jesús ofrece es plenitud de vida para el hombre hambriento. Jesús sacia no
sólo el hambre material, sino aquella más profunda, el hambre de sentido de la
vida, el hambre de Dios.
Frente al
sufrimiento, a la soledad, a la pobreza y a las dificultades de tanta gente,
¿qué podemos hacer nosotros? Lamentarse no resuelve nada, pero podemos ofrecer
lo poco que tenemos. Como aquel muchacho. Ciertamente tenemos alguna hora de
tiempo, algún talento, alguna competencia... ¿Quién de nosotros no tiene sus
“cinco panes y dos pescados”? Todos tenemos.
Si estamos
dispuestos a ponerlos en las manos del Señor, bastarán para que en el mundo
haya un poco más de amor, de paz, de justicia y, sobre todo, de alegría. ¡Cuán
necesaria es la alegría en el mundo! Dios es capaz de multiplicar nuestros
pequeños gestos. Gestos de solidaridad y hacernos partícipes de su don.
Que nuestra
oración sostenga el empeño común para que jamás falte a nadie el Pan del cielo
que da la vida eterna y lo necesario para una vida diga, y para que se afirme
la lógica del compartir y del amor. Que la Virgen María nos acompañe con su
intercesión maternal.
MULTIPLICACIÓN
DE LOS PANES
Tan
sólo cinco panes, tenemos, y dos peces
exclaman los discípulos mientras Jesús observa,
son cinco mil las gentes, hasta más que otras veces.
No importa, que se sienten allí, sobre la hierba;
y ya panes y peces multiplica su arte.
Y son peces y panes lo que se distribuye
para que cada uno saboree su parte,
que el refrigerio al fin en saciedad concluye.
Después que se recogen con prontitud los restos,
en verdad, esparcidos, no parecían tanto;
llenos hasta los bordes se colman doce cestos
y al obrar diligentes al Maestro recuerdan,
que cauto les ha dicho, previsor entretanto:
Recoged los pedazos, cuidad que no se pierdan,
el pan de Dios por siempre será alimento santo.
exclaman los discípulos mientras Jesús observa,
son cinco mil las gentes, hasta más que otras veces.
No importa, que se sienten allí, sobre la hierba;
y ya panes y peces multiplica su arte.
Y son peces y panes lo que se distribuye
para que cada uno saboree su parte,
que el refrigerio al fin en saciedad concluye.
Después que se recogen con prontitud los restos,
en verdad, esparcidos, no parecían tanto;
llenos hasta los bordes se colman doce cestos
y al obrar diligentes al Maestro recuerdan,
que cauto les ha dicho, previsor entretanto:
Recoged los pedazos, cuidad que no se pierdan,
el pan de Dios por siempre será alimento santo.
Marilina
Rébora
6°.
CONSOLACIÓN: Es sentir íntimamente el "gusto" de la Palabra de Dios.
7°.
DISCERNIMIENTO: Pensar y Discernir la Palabra.
¿Doy lo que
me sobra o lo que los demás me piden?
¿Doy
automáticamente o dando me doy?
¿Descubro
el dar como expresión del amor?
8°.
COMPARTIR: Comparto la Palabra.
9°.
DELIBERACIÓN: Tomo una decisión concreta iluminado por la Palabra.
10. ACCIÓN
CONCRETA: Propósito del día.
Ojalá que
nosotros también hoy poner a disposición de nuestro Señor y de nuestros
semejantes "todo" lo que somos y tenemos –aunque objetivamente sea
muy poco– para que Él pueda realizar milagros en nuestra vida, con nosotros, en
nosotros y a través de nosotros.
SANTOS DE
HOY - PIDAMOS LA INTERCESIÓN DE TODOS ELLOS
-Nuestra
Señora de la Fe, Cauchy
-Virgen del Puy
-San Alejandro, Confesor
-San Austindo de Auch, Obispo
-San Benigno de Malcesine, Ermitaño y Confesor
-San Caro de Malcesine, Asceta Ermitaño
-San Doroteo, Mártir
-San Ebrulfo, Abad
-San Erasto de Filipos, Obispo y Mártir del NT
-San Hermolao de Nicomedia, Presbítero y Mártir
-San Hugo, Monje
-San Jacinto de Porto, Mártir
-San Joaquín y Santa Ana, Los padres de la Virgen María (Memoria Litúrgica)
-San Jorge Preca, Presbítero Fundador
-San Olimpio de Roma, Esposo, Padre y Mártir
-Santa Cristina, Mártir
-Santos Mártires de Seúl
-Virgen del Puy
-San Alejandro, Confesor
-San Austindo de Auch, Obispo
-San Benigno de Malcesine, Ermitaño y Confesor
-San Caro de Malcesine, Asceta Ermitaño
-San Doroteo, Mártir
-San Ebrulfo, Abad
-San Erasto de Filipos, Obispo y Mártir del NT
-San Hermolao de Nicomedia, Presbítero y Mártir
-San Hugo, Monje
-San Jacinto de Porto, Mártir
-San Joaquín y Santa Ana, Los padres de la Virgen María (Memoria Litúrgica)
-San Jorge Preca, Presbítero Fundador
-San Olimpio de Roma, Esposo, Padre y Mártir
-Santa Cristina, Mártir
-Santos Mártires de Seúl
San
Cayetano Errico, ruega por nosotros
Oración por
los abuelos
“Señor
Jesús, tú naciste de la Virgen María, hija de San Joaquín y Santa Ana.
Mira con
amor a los abuelos de todo el mundo. ¡Protégelos! Son una fuente de
enriquecimiento para las familias, para la Iglesia y para toda la sociedad.
¡Sosténlos!
Que cuando envejezcan sigan siendo para sus familias pilares fuertes de la fe
evangélica, custodios de los nobles ideales, hogareños, tesoros vivos de
sólidas tradiciones religiosas.
Haz que
sean maestros de sabiduría y valentía, que transmitan a las generaciones
futuras los frutos de su madura experiencia humana y espiritual.
Señor
Jesús, ayuda a las familias y a la sociedad a valorar la presencia y el papel
de los abuelos. Que jamás sean ignorados o excluidos, sino que siempre
encuentren respeto y amor.
Ayúdales a
vivir serenamente y a sentirse acogidos durante todos los años de vida que les
concedas.
Amén.
(Benedicto XVI, Papa Emérito).”