Lectio Divina:
Domingo, 21 Agosto, 2016
La puerta estrecha y
el anuncio de la conversión de los paganos
1. LECTIO
a) Oración inicial:
a) Oración inicial:
Estamos delante de ti, oh Padre, y no sabiendo como dialogar contigo nos ayudamos con las palabras que tu Hijo Jesús ha pronunciado por nosotros. Concédenos escuchar la resonancia comprometedora de esta palabra: “Esforzaos por entrar por la puerta estrecha, porque muchos, os digo, tratarán de entrar y no lo conseguirán”. Es una palabra que dices Tú a cada hombre y mujer que oyen el evangelio de tu Hijo. Concédenos comprenderla. Para poder leer tu Escritura y gustarla, sentirla arder como un fuego dentro de mi, te suplicamos, oh Padre: danos tu Espíritu. Y Tú, María, Madre de la contemplación, que has conservado por tanto tiempo en el corazón las palabras los acontecimientos y los gestos de Jesús, concédenos contemplar la Palabra, escucharla, y dejarla penetrar en el corazón.
b) Lectura del texto: Evangelio según san Lucas 13,22-30.
22 Atravesaba ciudades y pueblos enseñando, mientras caminaba hacia Jerusalén. 23Uno le dijo: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?» Él les dijo: 24 «Luchad por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y no podrán.
25 «Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, os pondréis los que estéis fuera a llamar a la puerta, diciendo: `¡Señor, ábrenos!' Y os responderá: `No sé de dónde sois.' 26 Entonces empezaréis a decir: `Hemos comido y bebido contigo y has enseñado en nuestras plazas'. 27Pero os volverá a decir: `No sé de dónde sois. ¡Retiraos de mí, todos los malhechores!'
28 «Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, mientras a vosotros os echan fuera. 29 Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se pondrán a la mesa en el Reino de Dios.
30 «Pues hay últimos que serán primeros y hay primeros que serán últimos.»
25 «Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, os pondréis los que estéis fuera a llamar a la puerta, diciendo: `¡Señor, ábrenos!' Y os responderá: `No sé de dónde sois.' 26 Entonces empezaréis a decir: `Hemos comido y bebido contigo y has enseñado en nuestras plazas'. 27Pero os volverá a decir: `No sé de dónde sois. ¡Retiraos de mí, todos los malhechores!'
28 «Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, mientras a vosotros os echan fuera. 29 Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se pondrán a la mesa en el Reino de Dios.
30 «Pues hay últimos que serán primeros y hay primeros que serán últimos.»
Palabra del Señor
c) Momentos de silencio orante:
Para ponernos en “religiosa escucha” de la voz de Dios es necesario un clima de silencio, de calma interior. Es necesario crear en el propio corazón “ un rincón tranquilo en el que poder tener un contacto con Dios “ (E. Stein) es poder realizar una comunicación profunda entre tú y la Palabra. Si no estás en silencio delante de Dios, en silencio para interrogar su Rostro, abriréis, sí, los labios, pero para decir nada.
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