UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





jueves, 21 de julio de 2022

10 poderosas armas para luchar contra el Demonio.


A quienes hemos decidido seguir a Cristo, debemos estar siempre preparados para enfrentar los embates del Diablo

Todos los días los cristianos nos enfrentamos a una batalla espiritual. La propia Palabra de Dios nos enseña que nuestra vida en la tierra es un combate constante contra el Maligno, y nos recuerda, a quienes hemos decidido seguir a Cristo, estar siempre preparados para enfrentar los embates del Diablo. Para hacer de esta Cuaresma un verdadero tiempo de conversión, sin ningún tipo de concesión al Demonio, te presentamos estas diez eficaces armas espirituales.

1.- Lleva una vida ordenada
En primer lugar, presta mucha atención a la oración, que es la base de tu vida espiritual. Date un tiempo también para leer la Biblia; te sugerimos leer detenidamente el Evangelio de San Mateo 25,35-40.
Por otra parte, debes estar firmemente arraigado en tu vocación. Podría ser la vida matrimonial, el sacerdocio, la vida consagrada, etc. Pero sea cual sea tu vocación, debes ser fiel en todas las cosas a la llamada que Dios te ha dado.
Finalmente, dedica un tiempo a la Iglesia. Sabemos que no todos hemos sido llamados de tiempo completo al ministerio en la Iglesia, pero todos podemos colaborar de alguna manera, en la medida de nuestras posibilidades.

2.- Rechaza tajantemente la tentación
Un problema en el combate espiritual es la respuesta lenta y débil a la tentación. Pero con la gracia de Dios, puedes fortalecer tu voluntad para rechazar con decisión y firmeza la tentación desde el principio. Por otra parte, a menudo tenemos tentación porque nos colocamos en una situación cercana al pecado. Pero recuerda siempre este proverbio: “El que con fuego juega, tarde o temprano se quema”.

3.- Ubica al enemigo y pide ayuda a Dios
Cuando caemos en la tentación resulta muy útil admitirlo de esta manera: “Estoy siendo tentado por el Diablo, el enemigo de Dios”. Nómbralo y pronuncia oraciones cortas y fervientes para pedir la ayuda del Señor. Algunos ejemplos de estas oraciones cortas, pero poderosas son: “Jesús, yo confío en ti…” “Dulce Corazón de María, sé mi salvación …” “¡Señor, sálvame …” “Señor ven a mi rescate …” y por supuesto, invocar con fe y confianza los santos nombres de Jesús, María y San José.

4.- Combate la desolación
La desolación espiritual se experimenta como oscuridad ante la verdad divina, insensibilidad ante la Palabra, pereza para hacer el bien, lejanía del Señor. Puede tener una fuerza inesperada y tambalear tus buenas intenciones que tenías sólo un día antes. San Ignacio decía que en estado de desolación, es importante: más oración y más meditación, examinar tu conciencia (mira por qué estás en desolación) y finalmente aplicarse alguna penitencia adecuada.

Lectio Divina: Viernes, 22 de julio, 2022: Santa María Magdalena: Evangelio según san Juan 20, 1-3. 11-18.(16ª semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A-)

Lectura del Cantar de los Cantares          3, 1-4a

Así habla la esposa:

En mi lecho, durante la noche, busqué al amado de mi alma. ¡Lo busqué y no lo encontré! Me levantaré y recorreré la ciudad; por las calles y las plazas, buscaré al amado de mi alma. ¡Lo busqué y no lo encontré!

Me encontraron los centinelas que hacen la ronda por la ciudad: «¿Han visto al amado de mi alma?» Apenas los había pasado, encontré al amado de mi alma.

Palabra de Dios.

O bien:

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo

a los cristianos de Corinto 5, 14-17

Hermanos:

El amor de Cristo nos apremia, al considerar que si uno solo murió por todos, entonces todos han muerto. Y él murió por todos, a fin de que los que viven no vivan más para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.

Por eso nosotros, de ahora en adelante, ya no conocemos a nadie con criterios puramente humanos; y si conocimos a Cristo de esa manera, ya no lo conocemos más así.

El que vive en Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo se ha hecho presente.

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9 (R.: 2b)

R.        Mi alma tiene sed de ti, Señor, Dios mío.

Señor, tú eres mi Dios,

yo te busco ardientemente;

mi alma tiene sed de ti,

por ti suspira mi carne

como tierra sedienta, reseca y sin agua.  R.

Sí, yo te contemplé en el Santuario

para ver tu poder y tu gloria.

Porque tu amor vale más que la vida,

mis labios te alabarán.  R.

Así te bendeciré mientras viva

y alzaré mis manos en tu Nombre.

Mi alma quedará saciada

como con un manjar delicioso,

y mi boca te alabará

con júbilo en los labios.  R.

Veo que has sido mi ayuda

y soy feliz a la sombra de tus alas.

Mi alma está unida a ti,

tu mano me sostiene,  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Juan     20, 1-3. 11-18

El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.»

María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús. Ellos le dijeron: «Mujer, ¿por qué lloras?»

María respondió: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.»

Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció.

Jesús le preguntó: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?»

Ella, pensando que era el cuidador de la huerta, le respondió: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo.»

Jesús le dijo: «¡María!»

Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: «¡Raboní!», es decir «¡Maestro!»

Jesús le dijo: «No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: «Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes».»

María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que él le había dicho esas palabras.

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

María de Magdala fue la primera testigo de la resurrección del Señor. Va al sepulcro muy temprano, siente dolor y tristeza y por eso llora. Corrió hacia el sepulcro para terminar los ritos de la sepultura; pero sobre todo quería reencontrarse con lo que estaba aparentemente perdido. Buscaba, aferrada al recuerdo que la mantiene, sentir la presencia de Aquel a quien había amado. La piedra había dicho la última Palabra sellando la puerta del sepulcro, y ahora la encuentra corrida. Se estremece al oír aquella voz familiar y tan querida, y  su corazón, responde con palabras que la razón se niega todavía a pronunciar.

El Espíritu revela el único lugar donde Dios habita para siempre, y donde Dios ha elegido tener su morada: el corazón que ama. Ahí se busca a Dios y ahí se le encuentra.

María Magdalena nos enseña que el amor es el único camino de la fe. La inolvidable aparición de esa mañana nueva, no atiende más que a esta llamada, y la fe está toda ella en esta respuesta.

María se siente transformada por la presencia del Resucitado. Del dolor y del llanto pasa a la alegría. La resurrección debe ser una experiencia que nos transforme, nos haga sentir personas, nos convoque y nos envié a llevar esta buena noticia de vida a todas partes.

Confesar que Él es Señor y Dios, es entrar en comunión con Él, y dejar que la Vida, asuma nuestras muertes, nuestras pequeñas muertes de cada día y la muerte última y definitiva. Muertes que por Él, llevan en sí la semilla de una vida sin fin.

PARA DISCERNIR

¿Cómo es mi experiencia de encuentro con el Resucitado?

¿Experimento que me llama por mi nombre a una vida nueva?

¿Siento el impulso  de anunciar su presencia en medio nuestro?

El exorcismo y los ataques demoniacos extraordinarios (Parte 2)

El exorcismo y los ataques demoniacos ordinarios (Parte 1)

Andrea Bocelli - Gratia Plena

Exorcistas y psiquiatras - Capítulo 4 - EL ESPIRITISMO - Padre Gabriel Amorth

 

El método de la Lectio Divina

El método de la Lectio Divina y sus 10 pasos metodológicos.



 

  EL MÉTODO DE LA LECTIO DIVINA Y SUS 10 PASOS METODOLÓGICOS




La Lectio Divina
La lectio divina indica actualmente una forma tradicional de leer y meditar en la Palabra de Dios. La expresión lectio divina o lectio sacra no significa directamente una lectura cualquiera o un estudio de la Biblia con finalidades científicas, literarias, exegéticas o hermenéuticas, ni tampoco una forma de meditación tradicional, sino más bien una atención particular a la palabra revelada y a aquel que nos habla en ella, el mismo Dios. Su cualificación de «divina" indica que la lectio tiene como objeto la Palabra de Dios y que se hace en la presencia del Dios vivo, bajo la acción de su gracia. Supone una relación con el Padre que nos habla en su Verbo y con el Espíritu que es el maestro y el éxegeta de la Escritura, en comunión con toda la Iglesia.

Sigue...................

La Lectio Divina : la lectura orante del Evangelio del día. Shalom†

Lectio Divina: Jueves, 21 de julio, 2022: Evangelio según san Juan 1,45-51. (16ª semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A-)


Lectura del libro del profeta Jeremías      2, 1-3. 7-8. 12-13

La palabra del Señor llegó a mí en estos términos:

«Ve a gritar a los oídos de Jerusalén: Así habla el Señor: Recuerdo muy bien la fidelidad de tu juventud, el amor de tus desposorios, cuando me seguías por el desierto, por una tierra sin cultivar. Israel era algo sagrado para el Señor, las primicias de su cosecha: todos los que comían de él se hacían culpables, les sobrevenía una desgracia -oráculo del Señor-

Yo los hice entrar en un país de vergeles, para que comieran de sus frutos y sus bienes; pero ustedes entraron y contaminaron mi país e hicieron de mi herencia una abominación. Los sacerdotes no preguntaron: «¿Dónde está el Señor?», los depositarios de la Ley no me conocieron, los pastores se rebelaron contra mí, los profetas profetizaron en nombre de Baal y fueron detrás de los que no sirven de nada.

¡Espántense de esto, cielos, horrorícense y queden paralizados! -oráculo del Señor- . Porque mi pueblo ha cometido dos maldades: me abandonaron a mí, la fuente de agua viva, para cavarse cisternas, cisternas agrietadas, que no retienen el agua.»

Palabra de Dios.

SALMO          Sal 35, 6-7b. 8-9. 10-11 (R.: 10a)

R.        En ti, Señor, está la fuente de la vida.

Tu misericordia, Señor, llega hasta el cielo,

tu fidelidad hasta las nubes.

Tu justicia es como las altas montañas,

tus juicios, como un océano inmenso.  R.

¡Qué inapreciable es tu misericordia, Señor!

Por eso los hombres se refugian

a la sombra de tus alas.

Se sacian con la abundancia de tu casa,

les das de beber del torrente de tus delicias.  R.

En ti está la fuente de la vida,

y por tu luz vemos la luz.

Extiende tu gracia sobre los que te reconocen,

y tu justicia sobre los rectos del corazón.  R.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Mateo   13, 10-17

En aquel tiempo, los discípulos se acercaron y le dijeron: « ¿Por qué les hablas por medio de parábolas?»

El les respondió: «A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no. Porque a quien tiene, se le dará más todavía y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Por eso les hablo por medio de parábolas: porque miran y no ven, oyen y no escuchan ni entienden. Y así se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice:

Por más que oigan, no comprenderán, por más que vean, no conocerán. Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido, tienen tapados sus oídos y han cerrado sus ojos, para que sus ojos no vean, y sus oídos no oigan, y su corazón no comprenda, y no se conviertan, y yo no los cure.

Felices, en cambio, los ojos de ustedes, porque ven; felices sus oídos, porque oyen. Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven, y no lo vieron; oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron.»

Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

Empiezan en este capítulo los primeros oráculos de Jeremías entre los años 627 y 622 a. C., cuando tuvo lugar la reforma deuteronómica de Josías.

Como habíamos leído en Miqueas, ahora en Jeremías aparece una querella judicial de Yahvé contra su pueblo.

Le fue dirigida la palabra del Señor a Jeremías para que vaya y grite a los oídos de Jerusalén que recuerde su cariño juvenil, el amor de su noviazgo; aquel seguimiento por el desierto. Era el tiempo del primer amor, el fervor de los comienzos de Israel.

Tan enorme es lo que va a decir, que Jeremías esta vez, pone como testigos a los cielos, para que oigan su queja.

Yahvé había liberado al pueblo, lo había conducido con cariño inmenso a la tierra prometida. Al principio, Israel en el desierto, respondió amando a Dios con amor de novia y siguiéndolo. Pero al entrar en Canaán, el pueblo, profanó la Alianza; prefirió vivir a su antojo, abandonando al Dios liberador y promotor de la fraternidad humana, para seguir a dioses vanos,  que nada valen, cuyas exigencias son alienantes y apartan de la tarea humana.

Jeremías se atreve a atacar, a todas las categorías de responsables del pueblo. Los primeros acusados fueron los sacerdotes, los doctores de la ley, los pastores y los profetas, que tenían la misión de detectar las exigencias concretas de Yahvé en cada tiempo; pero no han exhortado al pueblo a obrar de acuerdo con el espíritu de la alianza. Cayeron en el peor desatino abandonando al Señor, “fuente de agua viva, y cavando aljibes agrietados, que no retienen el agua”.

El agradecimiento por las obras de Dios, los debía comprometer a obrar de acuerdo a la alianza, trabajando por su propia liberación y la de todos.

***

Los discípulos preguntan a Jesús porque a la gente le habla en parábolas y a ellos no. Jesús responde diciendo que ellos, son de los que han comprendido y asimilado la Palabra, y que los otros aun habiéndola escuchado, no se han dejado transformar por su novedad.

Esta aptitud para comprender la palabra no se trata de un privilegio ‘dado’ a algunos, y ‘negado’ a otros. El comprender o no, es fruto de una apertura de corazón a su palabra, de un camino de conversión, de acercamiento a Jesús, y requiere esfuerzo. No es un simple oír la Palabra y dejar que ésta pase exteriormente sin que toque y cuestione la vida.

Para quien ha hecho un camino serio de apertura y confrontación con la Palabra de Dios, todo lo que sucede es ocasión de crecimiento, por eso está en condiciones de recibir más. Pero para quien no ha recorrido este camino, lo poco que podría tener lo pierde.

La causa de tal cerrazón es el corazón endurecido que no deja penetrar la ‘buena nueva’ de Cristo.

Jesús termina dirigiendo una “alabanza” a quienes estaban junto a Él y declara dichosos sus ojos, porque lo ven, y sus oídos, porque lo oyen.

Con Él llega la plenitud de los tiempos, y esta alabanza también nos alcanza. Si bien no hemos visto a Jesús con nuestros ojos, sí lo hemos conocido y lo conocemos por la fe. No hemos escuchado su voz con nuestros oídos, pero sí hemos escuchado y escuchamos sus palabras. El conocimiento que la fe nos da, aunque no es sensible, es un auténtico conocimiento, nos pone en contacto con la verdad y, por eso, también nos hace felices

Que nuestro trato con Jesús sea tan cercano como el que tenían aquellos discípulos que estaban junto a Él, que lo vieron y oyeron. Estamos realmente en su tiempo, el tiempo de su gracia y salvación, un tiempo que no acaba. La oración y la Eucaristía nos aseguran esta cercanía y nos hacen realmente dichosos al mirarlo con ojos y oídos de fe.

Página oficial de la Asociación Internacional de Exorcistas (AIE)

https://aiepressoffice.com/es/


El Vaticano reconoce jurídicamente y oficialmente la Asociación internacional de exorcistas (AIE)

La Congregación para el Clero, mediante un decreto fechado el 13 de junio 2014, reconoció jurídicamente a la Asociación Internacional de Exorcistas (AIE). Según la información de L’ Osservatore Romano, el dicasterio de la Santa Sede concedió la personaría jurídica de la asociación internacional de fieles con base al canon 322, parágrafo 1 del Codex iuris canonici´, aprobando también sus estatutos. La idea de englobar a los exorcistas en una asociación surgió del célebre exorcista el padre Gabriele Amorth en la década de los 80, con el objetivo de celebrar reuniones en las que compartir experiencias y reflexiones para así poder ayudar de un modo más concreto y eficaz a las personas que recurrían a ellos. Y es que, según indica la nota del L’ Osservatore Romano, en aquel periodo se produjo un incremento de la difusión de las "prácticas ocultas", por lo que un creciente número de fieles reclamaba la ayuda de los exorcistas. Dos años más tarde, en 1993, el padre Amorth y sus colegas italianos participaron en un simposio organizado por el exorcista francés René Chenessau y por el teólogo René Laurentin. L´Osservatore Romano recuerda que la experiencia fue positiva, por lo que se repitió en 1994, encuentro en el que se decidió finalmente dar continuidad a este hecho dotándolo de una estructura organizativa, naciendo así, el 4 de septiembre de 1991, la Asociación Italiana de Exorcistas. El padre Francesco Bamonte, presidente de la AIE desde el año 2012, manifestó al diario Vaticano y a otros medios que la aprobación de la Asociación "es un motivo de alegría, no solo para los asociados, sino para toda la Iglesia". El sacerdote recordó igualmente que Dios constantemente llama a algunos sacerdotes "a este precioso ministerio del exorcismo y de la liberación", con la tarea de "acompañar con humildad, fe y caridad" a aquellas personas que necesitan de una específica atención espiritual". El padre Bamonte manifestó, además, su deseo que otros sacerdotes se den cuenta de esta dramática realidad, en ocasiones ignorada e infravalorada. "El exorcismo es una forma de caridad en beneficio de las personas que sufren; que entra, sin duda, entre las obras de misericordia corporales y espirituales", refirió al sacerdote. Actualmente la Asociación Internacional de Exorcistas cuenta con unos 250 sacerdotes de 30 países que se dedican a esta labor pastoral.

Exorcistas y psiquiatras - Capítulo 3 - LA MAGIA - Padre Gabriel Amorth

lunes, 18 de julio de 2022

Exorcistas y psiquiatras - Capítulo 2 - EL OCULTISMO - Padre Gabriel Amorth


 

Exorcistas y psiquiatras - Capítulo 1 - Los exorcistas en la Iglesia - Padre Gabriel Amorth