UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





jueves, 17 de abril de 2014

JUEVES SANTO: DÍA DEL SACERDOTE


Oración por mis hermanos Sacerdotes en el Jueves Santo.
¡Señor Jesús, hoy es el día de la institución de la Eucaristía y del don del sacerdocio! Señor, ¿cómo podemos agradecerte tanto amor y tanta delicadeza?Nos regalas tu mismo corazón y permites que otros participen de tu misma vida, nos haces tus "clones", representantes Tuyos, Otros Cristos, Tu Misma persona.
¡Que misterios tan grandes! ¡El Rey del Universo se hizo súbdito! El Rey del Universo permite que hombres de barro, débiles y frágiles como nosotros, sean sus representantes sin ningún mérito nuestro, sino como muestra de Su amor infinito y de Su Divina Misericordia.
Señor, ten piedad de nosotros; no nos dejes caer en tentación, haznos partícipes de Tu mismo amor; un amor más blanco que la nieve, un amor totalmente generoso, enséñanos a amar con el alma, no con los sentidos.
En este Jueves Santo, Señor, envía de nuevo Tu Espíritu a renovar a todos nosotros tus sacerdotes. El mundo tiene tanta necesidad de que nosotros seamos llenos de Tus frutos y de Tus dones, dispensadores de Tu amor y de Tu misericordia. Pero nosotros no podemos dar amor si no estamos primero llenos de Tu amor, tan llenos de Tu amor que ningún otro amor podrá dañarnos. Llena nuestros corazones de ese amor, tanto que se nos vea en nuestras caras, que salga por nuestros poros, que lo podamos derramar por dondequiera, Señor.
Esta es mi oración por mi y todos mis hermanos sacerdotes del mundo entero en este día, Señor. Yo sé que mis oraciones no son nada, pero aunados a Tu pasión y muerte son todo, Señor. Escucha por favor mi oración por todos mis amigos sacerdotes, y que ninguno se pierda, Señor por Tu gran Amor y por Tu infinita Misericordia. Así sea.