Pronto celebraremos la Pascua de la Resurrección. La
piedad del pueblo de Cristo creó a través de los siglos hermosas y ricas tradiciones
que nos ayudan a vivir intensamente y paso a paso, los misterios de nuestra fe,
desde la Encarnación de Nuestro Señor hasta su gloriosa Resurrección.
Una de esas tradiciones es la de visitar siete Iglesias el
días Jueves Santo.
¿Como surge esta tradición?
¿Porqué deben ser 7 las Iglesias visitadas?
La noche del Jueves Santo, después de la Ceremonia del
Lavatorio de los pies y de la Conmemoración de la última Cena, al terminar la
misa suele realizarse en todas las iglesias un rito, único en el año: se llevan
en procesión las hostias a una capilla reservada llamada "Monumento",
donde será adorado por los fieles el SANTÍSIMO SACRAMENTO, hasta la media noche
y a veces hasta más tarde...!
El sagrario, que suele ser muy bien adornado, esta vez lo
está modestamente. Y la adoración se hará a la distancia sin que la gente
pueda acercarse, como suele hacerlo. Es la última noche que Jesús pasó en este
mundo.
Los Santos Evangelios nos relatan como Jesús fue apresado,
golpeado, flagelado, coronado de espinas, ridiculizado con falsas adoraciones y
reverencias....
Todo esto, en las más absoluta soledad y abandono, puesto
que el miedo se apoderó de sus discípulos...huyeron...dejándolo sólo...
Los cristianos, desde muy antiguo, gozando de gran piedad,
quisieron imitar los pasos de Jesús en aquella última noche y siguiendo el
relato de la Pasión a través de los Santos Evangelios, considerados en una
lectura de conjunto descubrieron que el Señor había sido llevado a 7 Tribunales
y comparecido en 7 sesiones, entre la noche del Jueves Santo y la mañana del
Viernes Santo, durante las cuales fue muy maltratado y sometido a todo tipo de
ultraje. Entonces, para acompañarlo en este trance que terminó llevándolo
a la muerte, los cristianos van visitando en ese día 7 iglesias para evocar los
7 tribunales que juzgaron a Jesús.
El Evangelio relata también que uno de los discípulos
(Pedro) lo seguía de lejos por temor a ser reconocido y por ende apresado, es
por ello que la adoración en las iglesias se hace desde lejos, sin que se nos
permita acercarnos al sagrario, para poder sentir el sufrimiento de la
distancia, que tan a menudo ponemos nosotros cuando tenemos miedo a
comprometernos con sus enseñanzas.
De ahí la humildad con que esa noche es presentado el
sagrario, ya que aquellos tribunales por los que pasó Jesús no fueron lugares
de honra, sino de humillación y vergüenza.
Ojalá que todos los cristianos que van a peregrinar
visitando las siete iglesias en aquel día de su Pasión, se propongan seguir al
Señor todo el año y toda la vida.