UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





jueves, 10 de septiembre de 2015

Lectio Divina: Jueves, 10 de Septiembre, 2015: Evangelio según san Lucas 6,27-36. (23ª Semana del Tiempo durante el Año - Ciclo B -)

LECTIO DIVINA DEL EVANGELIO DEL LA 23ª SEMANA DEL TIEMPO DURANTE EL AÑO. JUEVES 10 DE SEPTIEMBRE 2015. 
San Nicolás de Tolentino. Abogado de las almas del Purgatorio. https://www.ewtn.com/spanish/Saints/Nicol%C3%A1s_de_Tolentino.htm - https://www.youtube.com/watch?v=5Go5cx-xem4

1°. ORACIÓN DE PREPARACIÓN:
Espíritu Santo, ilumina mi entendimiento, para que al leer y meditar el Evangelio de hoy, sienta la presencia de Dios Padre que se manifiesta a través de tu Palabra. Amén

2°. LECTURA DEL EVANGELIO:
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas. 6, 27-36
Jesús dijo a sus discípulos: Yo les digo a ustedes que me escuchan: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian. Bendigan a los que los maldicen, rueguen por los que los difaman. Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; al que te quite el manto, no le niegues la túnica. Dale a todo el que te pida, y al que tome lo tuyo no se lo reclames. Hagan por los demás lo que quieren que los hombres hagan por ustedes. Si aman a aquéllos que los aman, ¿qué mérito tienen? Porque hasta los pecadores aman a aquéllos que los aman. Si hacen el bien a aquéllos que se lo hacen a ustedes, ¿qué mérito tienen? Eso lo hacen también los pecadores. Y si prestan a aquéllos de quienes esperan recibir, ¿qué mérito tienen? También los pecadores prestan a los pecadores, para recibir de ellos lo mismo. Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada a cambio. Entonces la recompensa de ustedes será grande, y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno con los desagradecidos y los malos. Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso.
Palabra del Señor.

VIDEOS-EVANGELIO:
1. https://www.youtube.com/watch?v=C1czGifr2TQ
2. https://www.youtube.com/watch?v=Gl4_vJQ8fHE
3. https://www.youtube.com/watch?v=r6KYfp2AQtc
(canto sobre el perdón)

3°.MEDITACIÓN DEL EVANGELIO:
A. COMENTARIO INTRODUCTORIO
Este pasaje bíblico se sitúa en el centro mismo del evangelio de Jesús, descubriendo el sentido de Dios y de la vida humana.
Primero, trata del amor a los enemigos y después hace una invitación a no condenar a nadie.
Jesús invita a todos a un amor generoso y universal, a fin de llegar a asemejarnos al Padre del cielo.
Frente a cualquier reduccionismo o ideología, el Evangelio ofrece un claro y desafiante proyecto: “Amar a los enemigos”.
Amar a quien nos odia es la medida del verdadero amor. Porque quién sólo ama a quien le retribuye con los mismos sentimientos, no sobrepasa la medida del amor egoísta. Beneficiar a quien nos causa daño, bendecir al que nos maldice, y ser generosos con los egoístas, invierte la lógica del mundo. Esta manera de actuar no nace de la ingenuidad, sino de la conciencia de que el Hombre Nuevo es superior a cualquier mezquindad.
Jesús no sólo pide que seamos buenos o que mejoremos nuestro modo de ser, nos pide que nos abramos a Dios y cambiemos la mediocridad de nuestro egoísmo por la grandeza de la generosidad.
Dios en Cristo nos hace hermanos y......sólo a un hermano se lo comprende, se lo acepta, se lo soporta, no se lo juzga, no se lo condena, se lo corrige, se lo espera, se lo perdona.

B. REFLEXIÓN DEL PAPA FRANCISCO
"Es darse a sí mismo, dar el corazón, precisamente a los que no nos quieren, que nos hacen mal, a los enemigos. Esta es la novedad del Evangelio. Jesús nos muestra que no hay mérito en amar a quien nos ama, porque eso también lo hacen los pecadores. Los cristianos, sin embargo, estamos llamados a amar a nuestros enemigos. Hacer el bien y prestar sin esperar nada a cambio, sin intereses y la recompensa será grande. El Evangelio es una novedad. Una novedad difícil de llevar adelante. Pero significa ir detrás de Jesús.
Y podríamos decir: ´¡Pero, yo... yo no creo que sea capaz de hacerlo!´ - ´Si no lo crees, es tu problema, pero el camino cristiano es este. Este es el camino que Jesús nos enseña.  ´¿Y qué debo esperar?´ Ir sobre el camino de Jesús, que es la misericordia; ser misericordiosos como el Padre es misericordioso. Solamente con un corazón misericordioso podremos hacer todo aquello que el Señor nos aconseja. Hasta el final. La vida cristiana no es una vida auto referencial; es una vida que sale de sí misma para darse a los otros. Es un don, es amor, y el amor no vuelve sobre sí mismo, no es egoísta: se da". (Cf. Homilía de Papa Francisco,  11 de septiembre de 2014, en Santa Marta).

4°. ORACIÓN: Dialogo con el Divino Maestro

Señor Jesús, hoy te pido la gracia de poder perdonar a todos los que me han ofendido en la vida. Sé que Tú me darás la fuerza para perdonar.
Te doy gracias porque Tú me amas y deseas mi felicidad más que yo mismo/a.
Señor, yo te perdono por todas las veces que pensé que Tú en­viabas la muerte a mi familia y la gente decía que era "la volun­tad de Dios". Si ha habido algún resentimiento subconsciente en mí yo te perdono, Señor.
Yo te perdono también por las dificultades, problemas económi­cos, castigos, ya que pensaba que Tú los enviabas a mí y a mis familiares. Señor, es posible que de niño/a haya guardado estos resentimientos, pero ahora yo te perdono.
Señor me perdono a mí mismo/a por mis pecados, por mis faltas y mis caídas. Por todo lo que es verdaderamente malo en mí, por todo lo que pienso que es malo, me perdono a mí mismo/a. Me perdono por cualquier participación en espiritismo, brujerías, horóscopos, consultas de adivinos y búsquedas de suerte. Por tomar tu Nombre sin necesidad, y por no adorarte como Tú te mereces.
Por haber herido a mis padres, por emborracharme, por dro­garme, por mis pecados contra la pureza, por adulterio, por abor­to, por robar, por mentir, por todo esto me perdono sincera­mente. Gracias, Señor, por tu gracia en este momento.
Yo perdono sinceramente a mi madre, yo le perdono todas las veces que ella me hirió, me causó resentimiento, que se enojó conmigo y todas las veces que ella prefirió a mis hermanos y a mis hermanas en vez de mí. Le perdono las veces que me dijo: "Tonto/a", "feo/a", "estúpido/a", "el/la peor de todos mis hi­jos", y porque dijo que le costé mucho dinero. Por las veces que ella me dijo que no era deseado/a, que vine a este mundo por casualidad, o que no era lo que ella había querido, que fui una equivocación. Yo la perdono de todo corazón.
Yo perdono a mi padre. Yo le perdono por las veces que no me ayudó, por su falta de amor, afecto y atención. Yo lo perdono por su falta de tiempo, y por no estar conmigo dándome su compañía. Yo le perdono sus hábitos de beber, sus discusiones y peleas con mi madre y con mis hermanos. Por sus castigos seve­ros, por abandonarnos, por haberse alejado de casa, por divor­ciarse de mi madre y por las veces que prefirió estar fuera de casa. Yo lo perdono.
Señor, quiero que mi perdón llegue a mis hermanos y hermanas. Perdono a los que me rechazaron, mintieron acerca de mí, que me odiaron y guardaron rencor. A los que me hirieron física y espiritualmente. Aquellos que eran demasiado severos conmigo, me castigaron y que, de alguna manera me hicieron la vida desa­gradable. Yo les perdono.
Señor, perdono a mis amigos y amigas, a los que hablaron mal de mí, que perdieron contacto conmigo, que no me dieron apoyo, que no estuvieron disponibles cuando yo los necesité, a los que les presté dinero y no me lo devolvieron, yo les perdono.
Señor, yo perdono al (a la) que fue mi novio/a. Por su falta de sinceridad, por engañarme, serme infiel, utilizarme, indu­cirme al aborto, hacerme sufrir a mí y a mis familiares, perjudi­carme en mis estudios, humillarme, dejarme por otra persona, alejarme de Ti. Yo le perdono.
Señor, yo perdono a mi esposo/a por sus faltas de amor, afecto, consideración, apoyo, atención, comunicación; por sus faltas, sus caídas, sus debilidades, sus acciones y palabras que me hirie­ron y me molestaron. Yo le perdono.
Señor ayúdame a perdonar a mis suegros, a mis abuelitos y abuelitas y a todos los que hayan interferido con mi vida familiar y hayan sido posesivos en relación a algún aspecto de mi vida. Yo los perdono.
Jesús, ayúdame a perdonar a mis compañeros de trabajo que me desagradan y que me hacen la vida molesta. A aquellos que me recargan de tareas, que me critican, que no cooperan conmigo, y a los que se esfuerzan por quitarme mi trabajo. Yo les perdono.
También perdono a mi Obispo, a mi Párroco, a mi Iglesia, a mi Comunidad: por su falta de apoyo, su mezquindad, su falta de amistad, por no alentarme como debían, por no ser una inspiración para mí, por no ponerme en puestos en los que yo me sentía capacitado/a, por no invitarme a servir en tareas en las que yo creía ser útil y por todas las heridas que me causaron. Yo les perdono.
Señor, perdono a todos los profesionales que de alguna forma me odiaron: doctores, enfermeras, abogados, policías, empleados... Por todo lo que hayan hecho, yo los perdono.
Señor, yo perdono a mi jefe de trabajo por no pagarme lo debido, por no apreciar mi trabajo, por no ser bondadoso y razonable conmigo, por tener mal carácter, ser poco amistoso, por no darme un puesto mejor y no felicitarme en mi trabajo cuando .me lo merecía. Yo lo perdono.
Señor, perdono a mis profesores e instructores, tanto del pasado como del presente. A aquellos que me castigaron, me humillaron, insultaron, fueron injustos conmigo, se burlaron, me dijeron tonto/a, estúpido/a e hicieron que me quedara después de clase. Yo los perdono.
Señor Jesús, yo oro en forma especial para obtener la gracia de perdonar a la persona que más me haya ofendido.
Te pido poder perdonar a quien considero mi peor enemigo, al que me cueste más perdonar o por el que digo que nunca lo per­donaría.
Gracias, Señor, porque me libras del mal y me ayudas a perdonar. Gracias por tu amor y tu paz. Haz que tu Espíritu Santo ilumine todos los rincones de mi mente. Amén.

6°. CONSOLACIÓN: Es sentir íntimamente el "gusto" de la Palabra de Dios.

7°. DISCERNIMIENTO: Pensar y Discernir la Palabra.
¿Expreso mi agradecimiento a Su perdón con mi amor?
¿Perdono con la misma generosidad con que soy perdonado por Dios?
¿Mi amor alcanza hasta el perdón a los enemigos?
¿Qué actitud tengo hacia mis enemigos?
¿Me dejo llevar por sentimientos de rencor y venganza ante las ofensas?

8°. COMPARTIR: Comparto la Palabra.
9°. DELIBERACIÓN: Tomo una decisión concreta iluminado por la Palabra.

10°. ACCIÓN CONCRETA: Propósito del día.
Transformar los problemas y conflictos del día de hoy en oportunidades para crecer en la capacidad de perdonar y en la confianza en la providencia de Dios.

SANTOS DE HOY:
-San Nicolás de Tolentino. Un religioso agustino, 1310.
-Santos Sóstenes y Víctor, mártires, Calcedonia, 302.
-San Agapio, obispo de Novara. s. VI.
-San Teodardo, obispo de Lieja (Bélgica), 668.
-San Hilario, papa, Roma. 465.
-San Salvio, obispo de Albi (Francia), 586.
-Santa Pulqueria, emperatriz, Constantinopla, 454.
-Los Mártires del Japón, 1622.


San Cayetano Errico, ruega por nosotros