UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL
«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»
Benedicto XVI, 16 septiembre 2005
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
9 de julio de 2013.- El Papa Francisco concederá a
los fieles indulgencias especiales con motivo de la
XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, que tendrá
lugar en Río de Janeiro (Brasil) del 22 al 29 de julio
y cuyo tema es “Id y haced discípulos a todas las
naciones” (Mt, 29,19), según informa el decreto
hecho público hoy y firmado por el cardenal Manuel
Monteiro de Castro y por el obispo Krzysztof Nykiel,
respectivamente Penitenciario Mayor y Regente de
la Penitenciaría Apostólica.
Los jóvenes y todos los fieles adecuadamente preparados
obtendrán la indulgencia plenaria, una vez al día y con las
condiciones habituales (confesión sacramental, comunión
eucarística y oración por las intenciones del Papa), aplicable
en sufragio de las almas de los fieles difuntos, si participan
en los ritos y ejercicios píos que tengan lugar en Río de Janeiro.
Los fieles con impedimento legítimo podrán obtener la indulgencia
plenaria si -con las habituales condiciones espirituales,
sacramentales y de oración, con el propósito de sumisión
fiel al Pontífice Romano- participan espiritualmente en las
sacras funciones en los días establecidos mientras éstas
tienen lugar, a través de la televisión y la radio o con los nuevos
medios de comunicación social.
Se concede la indulgencia parcial a los fieles, en cualquier lugar
en el que se encuentren durante dicho encuentro, siempre que
con ánimo contrito recen a Dios, concluyendo con la oración
oficial de la Jornada Mundial de la Juventud e invoquen a la
Bienaventurada Virgen María, Reina de Brasil, bajo el título de
“Nuestra Señora de la Concepción Aparecida”, además de a
los otros patronos e intercesores del mismo encuentro, para
que impulsen a los jóvenes a que se refuercen en la fe y a llevar
una vida santa.
Con el fin de que los fieles sean más fácilmente partícipes de estos
dones, los sacerdotes, legítimamente aprobados para la escucha de
las confesiones sacramentales, con ánimo dispuesto y generoso,
deben aprestarse a recibirlas y proponer a los fieles oraciones
públicas por el buen suceso de la Jornada Mundial de la Juventud.
(VIS)
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