UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





miércoles, 12 de septiembre de 2012

Benedicto XVI en Audiencia General 12/9/2012 : "Mirar la realidad con los ojos de Dios"

Queridos hermanos y hermanas:
La catequesis de hoy está dedicada a la oración en la segunda parte del libro del Apocalipsis, una plegaria que se orienta al mundo entero, pues la Iglesia camina en la historia y forma parte de ella. La asamblea cristiana es invitada a mirar la realidad con los ojos de Dios.

Él es inefable, pero su presencia misteriosa manifiesta su cercanía al hombre, con el que ha establecido su alianza. Su plan es inescrutable para nosotros, pero Cristo, muerto y resucitado, ha iluminado el proyecto de Dios en la historia. Al mostrarnos su victoria sobre los males que el hombre comete y lo afligen, Él nos llama a la esperanza, a no desanimarnos frente al sufrimiento. En nuestra acción de gracias, participamos en la liturgia celeste, donde nuestras oraciones son ofrecidas como incienso de suave olor. Ninguna de ellas se pierde y a ellas responde el Señor haciendo sentir su voz en la tierra. El libro del Apocalipsis, pues, nos llama a reconocer a Cristo que viene y a invocarlo, sintiendo presente su gracia. 

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, México, Nicaragua, El Salvador, Colombia, Venezuela, Chile, Argentina y otros países latinoamericanos. Invito a todos a participar en la Eucaristía, en particular el día del Señor. Así podremos escuchar, dar gracias, contemplar y pedir perdón al Señor, a ejemplo de la asamblea orante del Apocalipsis, que lo alaba en la liturgia celeste. Muchas gracias.

Benedicto XVI