UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





domingo, 16 de octubre de 2011

Lectio Divina : Lunes 17 de Octubre 2011 : Evangelio según San Lucas 12,13-21. : (29ª Semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A -)

 Lectio Divina : 
Lunes, 17 Octubre, 2011
Evangelio según San Lucas 12,13-21. 
(29ª Semana del Tiempo Ordinario - Ciclo A -)
1) Oración inicial
Dios todopoderoso y eterno, te pedimos entregarnos a ti con fidelidad y servirte con sincero corazón. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Evangelio según San Lucas 12,13-21.
Uno de la multitud le dijo: "Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia".
Jesús le respondió: "Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?".
Después les dijo: "Cuídense de toda avaricia, porque aún en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas".
Les dijo entonces una parábola: "Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho,
y se preguntaba a sí mismo: '¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha'.
Después pensó: 'Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes,
y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida'.
Pero Dios le dijo: 'Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?'.
Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios.
Palabra del Señor

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3) Reflexión
● El relato del evangelio de hoy se encuentra sólo en el Evangelio de Lucas y no tiene paralelo en otros evangelios. Forma parte de la descripción del camino de Jesús, desde Galilea hasta Jerusalén (Lc 9,51 a 19,28), en el que Lucas coloca la mayor parte de las informaciones que consigue recoger respecto de Jesús y que no se encuentran en los otros tres evangelios (cf. Lc 1,2-3). El evangelio de hoy nos trae la respuesta de Jesús a la persona que le pidió que mediara en el reparto de una herencia.
● Lucas 12,13: Un pedido para repartir la herencia. "Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia". Hasta hoy, la distribución de la herencia entre los familiares es siempre una cuestión delicada y, muchas veces, ocasiona infinitas discusiones y tensiones. En aquel tiempo, la herencia tenía que ver también con la identidad de las personas (1Re 21,1-3) y con su supervivencia (Núm 27,1-11; 36,1-12). El mayor problema era la distribución de las tierras entre los hijos del fallecido padre. Siendo una familia grande, se corría el peligro de que la herencia se desmenuzara en pequeños pedazos de tierra que no podrían garantizar la supervivencia de todos. Por esto, para evitar la desintegración o pulverización de la herencia y mantener vivo el nombre de familia, el mayor de los hijos recibía el doble de la herencia (Dt 21,17. cf. 2Re 2,11).
● Lucas 12,14-15: Respuesta de Jesús: cuidado con la ganancia. “Jesús respondió: "Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?". En la respuesta de Jesús se ve la conciencia que tenía de su misión. Jesús no se siente enviado por Dios para atender el pedido de arbitrar entre los parientes que se pelean entre sí por el reparto de la herencia. Pero el pedido despierta en él la misión de orientar a las personas, pues: Después les dijo: "Cuídense de toda avaricia, porque aún en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas". Formaba parte de su misión el esclarecer a las personas respecto del sentido de la vida. El valor de una vida no consiste en tener muchas cosas, sino en ser rico para Dios (Lc 12,21). Pues, cuando la ganancia ocupa el corazón, no se llega a repartir la herencia con equidad y con paz.
● Lucas 12,16-19: La parábola que hace pensar en el sentido de la vida. Inmediatamente después Jesús cuenta una parábola para ayudar a las personas a reflexionar sobre el sentido de la vida: ""Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo: '¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha'.El hombre rico está totalmente encerrado en la preocupación de sus bienes que aumentarán de repente por causa de una cosecha abundante. Piensa sólo en acumular para garantizarse una vida despreocupada. Dice: "Después pensó: 'Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida'.
● Lucas 12,20: Primera conclusión de la parábola. Pero Dios le dijo: 'Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?'. La muerte es una llave importante para redescubrir el sentido verdadero de la vida. Relativiza todo, pues muestra lo que perece y lo que permanece. Quien sólo busca tener y olvida el ser pierde todo en la hora de la muerte. Aquí se evidencia un pensamiento muy frecuente en los libros sapienciales: para qué acumular bienes en esta vida, si no sabes dónde poner los bienes que acumulas, ni sabes lo que el heredero va a hacer con aquello que tu le dejas (Ecl 2,12.18-19.21).
● Lucas 12,21: Segunda conclusión de la parábola. Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios”. ¿Cómo volverse rico para Dios? Jesús dio diversas sugerencias y consejos: quien quiere ser el primero, que sea el último (Mt 20,27; Mc 9,35; 10,44); es mejor dar que recibir (At 20,35); el mayor es el menor (Mt 18,4; 23,11; Lc 9,48) guarda su vida aquel que la pierde (Mt 10,39; 16,25; Mc 8,35; Lc 9,24).

4) Para la reflexión personal
● El hombre pide a Jesús que le ayude en el reparto de la herencia. Y tú ¿qué pides a Dios en tus oraciones?
● El consumismo crea necesidades y despierta en nosotros el deseo de acumular. ¿Qué haces tú para no ser víctima de la sociedad de consumo?

5) Oración final
¡Aclama a Yahvé, tierra entera,
servid a Yahvé con alegría,
llegaos a él con júbilo! (Sal 100,1-2)