(RV).- Ayer por la tarde, el Papa Francisco recibió en audiencia privada al Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, y autorizó la promulgación de una serie de Decretos referentes:
- al milagro, atribuido a la intercesión del Venerable Siervo de Dios Pablo VI (Giovanni Battista Montini), Sumo Pontífice; nacido el 26 de septiembre de 1897 en la localidad italiana de Concesio y fallecido el 6 agosto de 1978 en Castel Gandolfo;
- al milagro, atribuido a la intercesión del Venerable Siervo de Dios Luigi Caburlotto, Sacerdote diocesano, Fundador del Instituto de las Hijas de San José; nacido en Venecia el 7 de junio de 1817 y fallecido en esa misma ciudad italiana el 9 de julio de 1897;
- las virtudes heroicas del Siervo de Dios Giacomo Abbondo, Sacerdote diocesano; nacido en Salomino (Italia) el 27 de agosto de 1720 y fallecido en Tronzano (Italia) el 9 de febrero de 1788;
- las virtudes heroicas del Siervo de Dios Giacinto Alegre Pujals, Sacerdote profeso de la Compañía de Jesús; nacido en Terrassa (España) el 24 de diciembre de 1874 y fallecido en Barcelona (España) el 10 de diciembre de 1930;
- las virtudes heroicas de la Venerable Sierva de Dios Carla Barbara Colchen Carré de Malberg, Madre de familia, Fundadora de la Sociedad de las Hijas de San Francisco de Sales; nacida en Metz (Francia) el 8 de abril de 1829 y fallecida en Lorry-les-Metz (Francia) el 28 de enero de1891.
En esta misma audiencia, el Santo Padre autorizó al Dicasterio que comunique que el rito de la beatificación del Venerable Siervo de Dios Pablo VI tendrá lugar en el Vaticano, el próximo 19 de octubre.
(María Fernanda Bernasconi – RV).
UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL
«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»
Benedicto XVI, 16 septiembre 2005