Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.
a) Clave de lectura:
La liturgia de este domingo nos pone delante un texto del Evangelio de Lucas que habla de oración, un tema muy querido para Lucas. Es la segunda vez que este evangelista trae palabras de Jesús para enseñarnos a orar. La primera vez (Lc 11,1-13), introduce el texto del Padre Nuestro y mediante comparaciones y parábolas, nos enseña que debemos orar siempre, sin desfallecer. Ahora, esta segunda vez, (Lc 18,1-4), Lucas recurre de nuevo a parábolas extraídas de la vida de cada día para dar instrucciones sobre la oración: la parábola de la viuda y del juez (18,1-8), del fariseo y del publicano (Lc 18,9-14). Lucas presenta las parábolas de un modo didáctico. Para cada una de ellas, prepara una breve introducción que sirve de clave de lectura. Después viene la parábola, y, finalmente, Jesús mismo aplica la parábola a la vida. El texto de este domingo se limita a la primera parábola de la viuda y del juez (Lc 18,1-9). En el curso de la lectura es bueno prestar atención a cuanto sigue: “¿Cuáles son las actitudes de las personas que aparecen en esta parábola?”
b) Una división del texto para ayudar a leerlo:
b) Una división del texto para ayudar a leerlo:
Lucas 18,1: Una clave que Jesús ofrece para entender la parábola
Lucas 18,2-3: El contraste entre el Juez y la Viuda
Lucas 18 4-5: El cambio del juez y el porqué de tal cambio
Lucas 18, 6-8a: Jesús aplica la Parábola
Lucas 18,8b: Una frase final para provocar
c) El texto:
Lucas 18,2-3: El contraste entre el Juez y la Viuda
Lucas 18 4-5: El cambio del juez y el porqué de tal cambio
Lucas 18, 6-8a: Jesús aplica la Parábola
Lucas 18,8b: Una frase final para provocar
c) El texto:
Evangelio según San Lucas 18, 1-8.
1 Les propuso una parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer: 2 «Había en una ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. 3 Había en aquella misma ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo: `¡Hazme justicia contra mi adversario!' 4 Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí mismo: `Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, 5 como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que deje de una vez de importunarme.'»
6 Dijo, pues, el Señor: «Oíd lo que dice el juez injusto; 7 pues, ¿no hará Dios justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche? ¿Les hará esperar? 8 Os digo que les hará justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?»
6 Dijo, pues, el Señor: «Oíd lo que dice el juez injusto; 7 pues, ¿no hará Dios justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche? ¿Les hará esperar? 8 Os digo que les hará justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?»
Palabra del Señor
Evangelio según San Lucas 18,1-8.
Después Jesús les enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse:
"En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres;
y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: 'Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario'.
Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: 'Yo no temo a Dios ni me importan los hombres,
pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme'".
Y el Señor dijo: "Oigan lo que dijo este juez injusto.
Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, aunque los haga esperar?
Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?".
Palabra del Señor
Versión en Castellano :
Después Jesús les enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse:
"En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres;
y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: 'Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario'.
Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: 'Yo no temo a Dios ni me importan los hombres,
pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme'".
Y el Señor dijo: "Oigan lo que dijo este juez injusto.
Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, aunque los haga esperar?
Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?".
Palabra del Señor
Continúa
3. Un momento de silencio orante
para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.
4. Algunas preguntas
para ayudarnos en la meditación y en la oración.
a) ¿Qué punto de este texto te ha gustado más?
b) ¿Cuáles son las actitudes de la viuda? O ¿qué es lo que más llama la atención de lo que hace y dice?
c) ¿Qué es lo que llama la atención en la actitud y hablar del juez? ¿Por qué?
d) ¿Qué aplicación hace Jesús de la parábola?
e) ¿Qué nos enseña la parábola sobre el modo de ver la vida y las personas?
b) ¿Cuáles son las actitudes de la viuda? O ¿qué es lo que más llama la atención de lo que hace y dice?
c) ¿Qué es lo que llama la atención en la actitud y hablar del juez? ¿Por qué?
d) ¿Qué aplicación hace Jesús de la parábola?
e) ¿Qué nos enseña la parábola sobre el modo de ver la vida y las personas?
5. Una clave de lectura
para profundizar mayormente en el tema
a) El contexto histórico
En el análisis del contexto histórico del Evangelio de Lucas debemos tener siempre en cuenta esta doble dimensión: la época de Jesús después de los años treinta y la época de los destinatarios del Evangelio de los años ochenta. Estas dos épocas influyen, cada una a su modo, en la redacción del texto y deben estar presentes en el esfuerzo que hacemos para descubrir el sentido que las palabras de Jesús tienen hoy para nosotros.
b) El contexto literario:
El contexto literario inmediato nos presenta dos parábolas sobre la oración: orar con insistencia y perseverancia (la viuda y el juez) (Lc 18, 1-8); orar con humildad y realismo (el fariseo y el publicano) (Lc 18, 9-14). A pesar de su diferencia, estas dos parábolas tienen algo en común. Nos enseña que Jesús tenía un modo diverso de ver las cosas de la vida. Jesús descubría una revelación de Dios allí donde todo el mundo descubría algo negativo. Por ejemplo, descubría algo de positivo en el publicano, de quien todos decían; “¡No sabe rezar!” Y en la viuda pobre, de quien se decía: “¡Es tan insistente que importuna incluso al juez!” Jesús vivía tan unido al Padre que todo se transformaba para Él en fuente de oración. Son muchos los modos con los que una persona puede expresarse en la oración. Hay personas que dicen: “ No sé rezar”, pero conversan con Dios todo el día. ¿Conocéis personas así?
c) Comentando el texto:
Lucas 18,1: La clave para entender la parábola
Lucas comienza una parábola con la frase siguiente: “Les propuso una parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer”. La recomendación “orar sin desfallecer” aparece muchas veces en el Nuevo Testamento (1 Tes 5,17; Rom 12,12; Ef 6,8; etc.). Era una de las características de la espiritualidad de las primeras comunidades cristianas. Y también uno de los puntos en los que Lucas insiste mayormente, tanto en el Evangelio como en las Actas. Si os interesa descubrir esta dimensión en los escritos de Lucas, haced un ejercicio: leed el Evangelio y las Actas y anotad los versículos en los que Jesús u otras personas están orando. ¡Os sorprenderíais!
Lucas comienza una parábola con la frase siguiente: “Les propuso una parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer”. La recomendación “orar sin desfallecer” aparece muchas veces en el Nuevo Testamento (1 Tes 5,17; Rom 12,12; Ef 6,8; etc.). Era una de las características de la espiritualidad de las primeras comunidades cristianas. Y también uno de los puntos en los que Lucas insiste mayormente, tanto en el Evangelio como en las Actas. Si os interesa descubrir esta dimensión en los escritos de Lucas, haced un ejercicio: leed el Evangelio y las Actas y anotad los versículos en los que Jesús u otras personas están orando. ¡Os sorprenderíais!
Lucas 18, 2-3: El contraste entre la viuda y el juez
Jesús nos muestra dos personajes de la vida real: un juez sin consideración a Dios ni al prójimo, y una viuda que no desiste en luchar por sus derechos ante el juez. El simple hecho de que Jesús nos muestre estos dos personajes revela que conoce la sociedad de su tiempo. La parábola no sólo presenta a la pobre gente que lucha ante los tribunales para ver reconocido sus derechos, sino deja también entrever el contraste violento entre los grupos sociales. Por un lado, un juez insensible, sin religión. Por otro, la viuda que sabe a qué puerta llamar para obtener lo que le es debido.
Lucas 18, 4-5: El cambio que se da en el juez y el por qué del cambio
Por mucho tiempo, pidiendo la misma cosa cada día, la viuda no obtiene nada del juez inicuo. Finalmente el juez, a pesar de que “no temía Dios ni respetaba a ninguno”, decide atender a la viuda y hacerle justicia. El motivo es: liberarse de las continuas molestias. Motivo para su interés. ¡ Pero la viuda obtiene lo que quería! Es esto un hecho de la vida de cada día, del que Jesús se sirve para enseñarnos a orar.
Lucas 18, 6-8: Una aplicación de la parábola
Jesús aplica la parábola: “Oíd lo que dice el juez injusto; pues ¿no hará Dios justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche? ¿Les hará esperar?” Y añade que Dios hará justicia en breve. Si no fuese Jesús el que nos habla, no tendríamos el valor de comparar a Dios con un juez en la forma de comportarse moralmente. Lo que importa en la comparación es la conducta de la viuda que gracia a su insistencia, obtiene lo que quiere.
Lucas 18,8b: Palabras sobre la fe
Al final, Jesús expresa una duda: “ Pero cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?” ¿Tendremos el valor de esperar, de tener paciencia, aunque Dios tarde en respondernos? Es necesario tener mucha fe para continuar resistiendo y para obrar, a pesar de que no se vean los resultados. Quien espera resultados inmediatos, se dejará vencer por el desaliento. En otros diversos puntos de los salmos se habla de esta resistencia dura y difícil delante de Dios, hasta que Él responda (Sal 71,14; 37,7;69,4; Lm 3,26). Citando el salmo 80, San Pedro dice, que para Dios un día es como mil años (2 Pe 3,8; Sal 90,4).
6. Oración: Salmo 63 (62)
El desiderio de Dios que se muestra en la plegaria
Dios, tú mi Dios, yo te busco,
mi ser tiene sed de ti,
por ti languidece mi cuerpo,
como erial agotado, sin agua.
Así como te veía en el santuario,
contemplando tu fuerza y tu gloria,
-pues tu amor es mejor que la vida,
por eso mis labios te alaban-,
así quiero bendecirte en mi vida,
levantar mis manos en tu nombre;
me saciaré como de grasa y médula,
mis labios te alabarán jubilosos.
mi ser tiene sed de ti,
por ti languidece mi cuerpo,
como erial agotado, sin agua.
Así como te veía en el santuario,
contemplando tu fuerza y tu gloria,
-pues tu amor es mejor que la vida,
por eso mis labios te alaban-,
así quiero bendecirte en mi vida,
levantar mis manos en tu nombre;
me saciaré como de grasa y médula,
mis labios te alabarán jubilosos.
Si acostado me vienes a la mente,
quedo en vela meditando en ti,
porque tú me sirves de auxilio
y exulto a la sombra de tus alas;
mi ser se aprieta contra ti,
tu diestra me sostiene.
quedo en vela meditando en ti,
porque tú me sirves de auxilio
y exulto a la sombra de tus alas;
mi ser se aprieta contra ti,
tu diestra me sostiene.
Mas los que tratan de acabar conmigo,
¡caigan en las honduras de la tierra!
¡Sean pasados a filo de espada,
sirvan de presa a los chacales!
Pero el rey en Dios se alegrará,
el que jura por él se felicitará,
cuando cierren la boca a los mentirosos.
¡caigan en las honduras de la tierra!
¡Sean pasados a filo de espada,
sirvan de presa a los chacales!
Pero el rey en Dios se alegrará,
el que jura por él se felicitará,
cuando cierren la boca a los mentirosos.
7. Oración final
Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén.