UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





domingo, 20 de octubre de 2013

Domingo 20 de Octubre 2013 : Ángelus y palabras sobre la Jornada Misionera Mundial de Papa Francisco

(RV).- (Con audio) RealAudioMP3 A mediodía el Papa Francisco rezó el ángelus con los miles de fieles y peregrinos procedentes de numerosos países que se habían dado cita en la Plaza de San Pedro para escuchar sus palabras y recibir su bendición.
Aludiendo al Evangelio dominical en que Jesús se refiere a la necesidad de rezar siempre, a través de la parábola de la viuda que logra justicia a fuerza de suplicar a un juez deshonesto, el Obispo de Roma explicó el motivo por el cual Dios, que conoce todas nuestras necesidades, quiere que le pidamos con insistencia.
Porque “si se apaga la fe, se apaga la oración” – afirmó el Santo Padre – y nosotros “caminamos en la oscuridad” y “nos perdemos en el camino de la vida”. Mientras Dios nos escucha siempre, y lucha a nuestro lado contra el mal que se encuentra dentro y fuera de nosotros.
(María Fernanda Bernasconi – RV).

Texto completo de la alocución del Papa Francisco antes del rezo a la Madre de Dios:RealAudioMP3 Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
En el Evangelio de hoy Jesús relata una parábola sobre la necesidad de rezar siempre, sin cansarse. La protagonista es una viuda que, a fuerza de suplicar a un juez deshonesto, logra que él le haga justicia. Y Jesús concluye: si la viuda logró convencer a aquel juez, ¿piensan que Dios no nos escuche, si le rezamos con insistencia? La expresión de Jesús es muy fuerte: “¿No hará justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche?” (Lc 18, 7).

Continúa

“¡Clamar día y noche” a Dios! Nos sorprende esta imagen de la oración. Pero preguntémonos: ¿por qué Dios quiere esto? ¿Acaso Él no conoce ya nuestras necesidades? ¿Qué sentido tiene “insistir” con Dios?

Y esta es una buena pregunta, que nos hace profundizar un aspecto muy importante de la fe: Dios nos invita a orar con insistencia, no porque no sabe de qué cosa tenemos necesidad, o porque no nos escucha. Al contrario, Él escucha siempre y conoce todo de nosotros, con amor. En nuestro camino cotidiano, especialmente en las dificultades, en la lucha contra el mal, fuera y dentro de nosotros, el Señor no está lejos, está a nuestro lado; nosotros luchamos junto a Él, y nuestra arma es precisamente la oración, que nos hace sentir su presencia junto a nosotros, su misericordia, también su ayuda. Pero la lucha contra el mal es dura y larga, requiere paciencia y resistencia – como Moisés, que debía tener los brazos alzados para hacer vencer a su pueblo (Cfr. Es 17, 8-13). Y así hay una lucha que llevar adelante cada día; pero Dios es nuestro aliado, la fe en Él es nuestra fuerza, y la oración es la expresión de esta fe. Por eso Jesús nos asegura la victoria, pero al final se pregunta: “Cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?” (Lc 18, 8). Si se apaga la fe, se apaga la oración, y nosotros caminamos en la oscuridad, nos perdemos en el camino de la vida.

Aprendamos, por tanto, de la viuda del Evangelio a rezar siempre, sin cansarnos. ¡Era buena esta viuda, sabía luchar por sus hijos y pienso en tantas mujeres que luchan por su propia familia, que rezan, que no se cansan jamás! Un recuerdo hoy, de todos nosotros, a estas mujeres que con su actitud nos dan un verdadero testimonio de fe, de coraje, de modelos de oración. ¡Un recuerdo a ellas! Rezar siempre, ¡pero no para convencer al Señor a fuerza de palabras! ¡Él sabe mejor que nosotros de qué cosa tenemos necesidad! Más bien la oración perseverante es expresión de la fe en un Dios que nos llama a combatir con Él, cada día, cada momento, para vencer el mal con el bien. RealAudioMP3 


Después del Ángelus
(RV).- RealAudioMP3 Difundir la llama de la fe, que encendió Jesús, en Dios que es Padre, Amor, Misericordia, fue la exhortación del Papa Francisco. Con su profundo agradecimiento a los que rezan y ayudan la obra misionera, en particular, la solicitud del Obispo de Roma para impulsar la difusión del Evangelio, recordó la Jornada Misionera Mundial y alentó a estar cerca de todos los misioneros y las misioneras, que trabajan tanto sin hacer ruido y que dan su vida, como hace unos días sucedió en Nigeria, con el asesinato de la italiana Afra Martinelli. El Santo Padre invitó a aplaudir a esta hermana nuestra, a los numerosos peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro, que respondieron en seguida con un gran aplauso:

¡Queridos hermanos y hermanas!
Hoy es la Jornada Misionera Mundial. ¿Cuál es la misión de la Iglesia? Difundir en todo el mundo la llama de la fe, que Jesús ha encendido en el mundo: la fe en Dios que es Padre, Amor, Misericordia. El método de la misión cristiana no es el hacer proselitismo, sino el compartir la llama que calienta el alma. Agradezco a todos aquellos que, a través de la oración y de la ayuda concreta sostienen la obra misionera, en particular, la solicitud del Obispo de Roma para impulsar la difusión del Evangelio. En esta Jornada estemos cerca de todos los misioneros y las misioneras, que trabajan tanto sin hacer ruido y que dan su vida. Como la italiana Afra Martinelli, que ha trabajado durante muchos años en Nigeria: hace unos días ha sido asesinada, por robo. Todos han llorado, cristianos y musulmanes ¡era muy querida! Ella ha anunciado el Evangelio con su vida, con la obra que ha realizado, un centro de educación. Y de este modo ha difundido la llama de la fe, ¡ha combatido la buena batalla! ¡Pensemos en esta hermana nuestra y saludémosla con un aplauso todos juntos!

(CdM - RV)