Según un nuevo estudio realizado, los pólenes dominantes en el lino de Turín son la imagen de un ritual funerario según los usos de hace 2000 años en Asia Menor
Hace unos días en Valencia se ha celebrado un congreso sobre la Sábana Santa. Nos ha parecido particularmente interesante el trabajo de una estudiosa universitaria, Marzia Boi, investigadora de la Universidad de las Islas Baleares. Boi es una especialista en “palinología”, la ciencia que estudia los pólenes.
Como saben los apasionados del tema, el tejido de la Sábana Santa está recubierto de pólenes; y la ponencia de la investigadora destaca con claridad el hecho de que los pólenes son el testimonio de que la sábana custodiada en Turín tenía una característica bien precisa: era una sábana funeraria, usada según los ritos del área del Medio Oriente hace más de dos milenios. Marzia Boi en su ponencia no lo dice; pero nosotros nos permitimos añadir que esta constatación es un fuerte elemento contra la tesis de la falsificación medieval. De hecho, más bien parece increíble (y constituiría un real milagro científico) la idea de un falsario medieval con conocimientos de los ungüentos y de los aceites usados en los ritos funerarios judíos del siglo I después de Cristo, se pusiera a reconstruir ungüentos y aromas según la disponibilidad y las fórmulas esperando que algún siglo más tarde instrumentos que ni siquiera sabía que llegarían a existir pudieran revelarlo.
Escribe en su informe expuesto en Valencia Marzia Boi: “Los pólenes del Lino Sagrado, que hasta ahora han sido puestos en relación con el origen geográfico de la reliquia, revelan además los aceites y los ungüentos aplicados tanto al cadáver como a la tela. Los descubrimientos añaden un significado etnocultural relacionado con costumbres funerarias muy antiguas. Estas partículas, indestructibles con el pasar del tiempo, retratan un rito funerario de hace 2000 años y gracias a las mismas, se han encontrado las plantes usadas para preparar el cadáver conservado en la tela. Las sustancias oleosas han permitido que sus pólenes, como componentes accidentales, hayan quedado impregnados y escondidos en el tejido de lino, siendo testigos invisibles de un extraordinario acontecimiento histórico”. Según la tradición judía, los cadáveres y lo que les cubría se trataban con aceites y ungüentos perfumados en un rito minucioso.
El estudio de Boi analiza los trabajos publicados sobre los pólenes de la Sábana Santa. Max Frei, el gran estudioso suizo de los pólenes de la Sábana Santa, ha dejado una documentación que constituye un tesoro. Un examen con instrumentos más evolucionados de los que había hace treinta años, ha llevado a la investigadora a corregir algunas identificaciones. Entre ellas, es particularmente importante un descubrimiento: “Puedo ver que el polen de Anémona es en realidad de Pistacia. El polen de Ridolfia lo identifico como una Asterácea de nombre Helichrysum”.
Y hace otro descubrimiento: que el polen hasta ahora identificado como el de “Gundelia Tourneforti” en realidad no lo es. La Gundelia Tourneforti es una de las 23.000 especies de Asteráceas que existen en el mundo que crece en los desiertos montanos de todo el Asia Menor.
En 1999 dos grandes estudiosos judíos , Danin y Baruch en el libro “Flora of the Shroud”, en su revisión del trabajo de Frei confirman que el polen más abundante en el lino era de la especie Gundelia y elaboran la hipótesis de que la corona de espinas estaba hecha con hojas de Gundelia.
Marzia Boi no opina del mismo modo. El examen con el microscopio electrónico de Boi da la respuesta: el polen no es de Ridolfia ni de Gundelia, sino de Helichrysum. Es el polen más abundante (29,1%) seguido por el de Cistaceae (8,2%), el de Apiaceae (4,2%) y el de Pistacia (0,6%). “Todas las plantas mencionadas son de polinización entomófila: sus pólenes se mueven con la ayuda de insectos y no del aire; esto demuestra que ha habido contacto directo o con las plantas o con los productos de uso funerario... la lista de pólenes revela residuos de las plantas más usadas en los antiguos ritos fúnebres. Los pólenes reconocidos dejan claro que el Sacro Lino fue ungido con aceites y ungüentos, así como probablemente el cuerpo que envolvía. De las hojas, la fruta y la corteza del género Pistacia se obtenía un bálsamo usado como ungüento.Pero con el Helichrysum se producía un aceite de óptima calidad, usado para ungir tanto la tela funeraria como el cadáver y protegerlos. “El uso de este aceite en los ritos funerarios antiguos está documentado en varios países desde Arabia hasta Grecia".
Concluye Marzia Boi: “Los pólenes dominantes en la Sábana Santa son la imagen de un rito funerario según los usos de hace 2000 años en Asia Menor. Son los componentes de los ungüentos y los aceites preciosos de la época que han permanecido extraordinariamente encerrados en la tela. Haber identificado correctamente el polen de Helichrysum, erróneamente llamado Gundelia, confirma y da autenticidad a la importante personalidad del cuerpo envuelto en el lino".