UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





viernes, 11 de julio de 2014

Video-Evangelio según San Mateo 10, 24-33. del Sábado 12 de Julio 2014 - 14ª Semana del Tiempo de Ordinaria - Ciclo A -

Evangelio según San Mateo 10,24-33.
Jesús dijo a sus apóstoles: 
"El discípulo no es más que el maestro ni el servidor más que su dueño. 
Al discípulo le basta ser como su maestro y al servidor como su dueño. Si al dueño de casa lo llamaron Belzebul, ¡cuánto más a los de su casa! 
No les teman. No hay nada oculto que no deba ser revelado, y nada secreto que no deba ser conocido. 
Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo en pleno día; y lo que escuchen al oído, proclámenlo desde lo alto de las casas. 
No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquel que puede arrojar el alma y el cuerpo a la Gehena. 
¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del Padre que está en el cielo. 
Ustedes tienen contados todos sus cabellos.
No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros. 
Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo. 
Pero yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquel que reniegue de mí ante los hombres." 
Palabra del Señor

Meditación

«En el evangelio de este domingo encontramos dos invitaciones de Jesús: por una parte, "no teman a los hombres", y por otra "temen" a Dios (cf. Mt 10, 26. 28). Así,nos sentimos estimulados a reflexionar sobre la diferencia que existe entre losmiedos humanos y el temor de Dios. El miedo es una dimensión natural de la vida.
Desde la infancia se experimentan formas de miedo que luego se revelan
imaginarias y desaparecen; sucesivamente emergen otras, que tienen fundamentos precisos en la realidad: estas se deben afrontar y superar con esfuerzo humano y con confianza en Dios. Pero también hay, sobre todo hoy, una forma de miedo más profunda, de tipo existencial, que a veces se transforma en angustia: nace de un sentido de vacío, asociado a cierta cultura impregnada de un nihilismo teórico y
práctico generalizado» (Benedicto XVI, 22 de junio de 2008).


Propósito


Renovar mi fe en el amor de mi Padre Dios en los momentos de miedo y dificultad.