¡Oh   glorioso Taumaturgo y Protector de las almas del purgatorio, San   Nicolás de  Tolentino! Con todo el afecto de mi alma te ruego que   interpongas tu poderosa  intercesión en favor de todas las almas  benditas del Purgatorio, especialmente las de mis familiares,    consiguiendo de la divina  clemencia la condonación de todos sus delitos   y sus penas, para que saliendo de  aquella tenebrosa cárcel de  dolores,  vayan a gozar en el cielo de la visión  beatífica de Dios. Y a  mi, tu  devoto siervo, alcánzame, ¡oh gran santo!, la más  viva  compasión y la  más ardiente caridad hacia aquellas almas queridas.  Amén
 
UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL
«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»
Benedicto XVI, 16 septiembre 2005
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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