UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





jueves, 30 de septiembre de 2010

OCTUBRE, MES DE LAS MISIONES



El mes de Octubre, la Iglesia Católica celebra el Mes de las Misiones, puesto que fue en este mes, que se descubrió el continente Americano, abriendo así una nueva página en la historia de la Evangelización.
Este debe ser considerado en todos los países como el mes de la misión universal. 
Sigue......................
El penúltimo domingo de Octubre, proclamado “Jornada Mundial de las Misiones” constituye el punto culminante. En algunos países, como por ejemplo en la República Argentina,, por ser el tercer domingo de Octubre el Día de la Madre, esta Jornada se anticipa para el 2º domingo. Esta Jornada se celebrará en todas las Iglesias locales como fiesta de la catolicidad y de la solidaridad universal. Este día, los cristianos del mundo entero tomarán conciencia de su responsabilidad común frente a la evangelización del mundo. “Los Obispos y las Conferencias Episcopales elaborarán invocaciones especiales por las misiones, que se añadirán a la oración de los fieles durante la Misa” (Estatutos de las OMP 11, Motu Proprio “Ecclesiae Sanctae” III, 3)
La Jornada Misionera Mundial, orientada a sensibilizar sobre el problema misionero, así como a recoger donativos, es una cita importante en la vida de la Iglesia, porque enseña cómo se ha de dar: en la celebración eucarística, esto es, como ofrenda a Dios, y para todas las misiones del mundo (RM 81).
La finalidad fundamental de esta Jornada es dar a conocer la actividad misional de la Iglesia, en su más amplio sentido, tanto evangelizador como de desarrollo y promoción humana.
El Papa Pío XI fue el gran impulsor del Domund. Electo Papa en 1922, toma un gran cariño a las Misiones, demostrado en la Fiesta de Pentecostés de ese mismo año cuando interrumpió su Homilía, despertando un silencio azaroso; tomó su solideo blanco y lo hizo circular entre los Cardenales, Obispos, Sacerdotes y Fieles en la Basílica de San Pedro de Roma, haciéndose así el mismo recaudador de una colecta en favor de las misiones. A pedido de los miembros de las OMP, Pío XI el 14 de abril de 1926 instituyó la JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES.
Ese día debía ser celebrado en toda la Iglesia católica del mundo, el penúltimo domingo de octubre. (Recordemos que el último domingo era la recién creada Fiesta de Cristo Rey) Así se vinculaba la obra de las misiones con el Reinado de Cristo. Nació así la “Jornada Mundial de las Misiones”, que más tarde recibió el nombre oficial de “Domingo Mundial de las Misiones”, popularizada con el nombre de “DOMUND”.
Sucesor de Pío XI, y gran promotor de la Evangelización de los pueblos, Pablo VI recuerda: “Fue una genial intuición en la vida de la Iglesia, una oportunidad de hacer sentir la vocación misionera de la Iglesia a nuestros hermanos los obispos, al clero, a los religiosos y religiosas y a todos los católicos; una ayuda insustituible a las misiones; un acicate a la fe tanto de las Iglesias de muchos siglos de fundación como de las Iglesias jóvenes, un gran días de la catolicidad”.
“Para que el mes de octubre ofrezca a los cristianos la ocasión de dar una dimensión universal a su colaboración misionera, se invita a los Obispos a que pidan a los responsables de las obras católicas y a los fieles que renuncien a las colectas de carácter particular durante este período” (Estatutos de las OMP 12). Por ello, en todas las parroquias se realiza este día la colecta DOMUND. Los fondos recaudados con ocasión del Domund en todo el mundo, son distribuidos a cuantos misioneros y diócesis situadas en territorios de misión los solicitan. El envío del dinero se realiza directamente desde el país que lo ha recaudado, y la distribución se produce de forma equitativa mediante la aprobación de las ayudas a través de un Consejo Superior de las Obras Misionales Pontificias formado por los Directores Nacionales de todos los países en los que esta Institución está implantada. A pesar del gran esfuerzo económico, las solicitudes de ayuda siguen siendo muy numerosas y cualquier apoyo es poco.