UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





miércoles, 2 de junio de 2010

Lectio Divina : Miércoles 2 de Junio : San Marcos 12, 18-27 (Tiempo Ordinario - Ciclo C )


Lectio Divina : 
Miércoles, 2 Junio, 2010
Tiempo Ordinario
  
1) Oración inicial
Señor, nos acogemos confiadamente a tu providencia, que nunca se equivoca; y te suplicamos que apartes de nosotros todo mal y nos concedas aquellos beneficios que pueden ayudarnos para la vida presente y la futura. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del santo Evangelio según Marcos 12,18-27
Se le acercan unos saduceos, esos que niegan que haya resurrección, y le preguntaban: «Maestro, Moisés nos dejó escrito que si muere el hermano de alguno y deja mujer y no deja hijos, que su hermano tome a la mujer para dar descendencia a su hermano. Eran siete hermanos: el primero tomó mujer, pero murió sin dejar descendencia; también el segundo la tomó y murió sin dejar descendencia; y el tercero lo mismo. Ninguno de los siete dejó descendencia. Después de todos, murió también la mujer. En la resurrección, cuando resuciten, ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete la tuvieron por mujer.»
Jesús les contestó: «¿No estáis en un error precisamente por esto, por no entender las Escrituras ni el poder de Dios? Pues cuando resuciten de entre los muertos, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido, sino que serán como ángeles en los cielos. Y acerca de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en lo de la zarza, cómo Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? No es un Dios de muertos, sino de vivos. Estáis en un gran error.» Sigue......

3) Reflexión
• En el evangelio de hoy sigue el enfrentamiento entre Jesús y las autoridades. Después de los sacerdotes, de los ancianos y de los escribas (Mc 12,1-12) y de los fariseos y herodianos (Mc 12,13-17), ahora aparecen los saduceos que plantean una pregunta sobre la resurrección. Asunto polémico, que enfrentaba a saduceos y fariseos (Mc 12,18-27; cf. At 23,6-1).
• En las comunidades cristianas de los años setenta, época en que Marcos escribe su evangelio, había algunos cristianos que, para no ser perseguidos, trataban de conciliar el proyecto de Jesús con el proyecto del imperio romano. Los otros que resistían al imperio eran perseguidos, acusados e interrogados por las autoridades o por los vecinos que se sentían incómodos por el testimonio de ellos. La descripción de los conflictos de Jesús con las autoridades era una ayuda muy grande para que los cristianos no se dejaran manipular por la ideología del imperio. Leyendo estos episodios de conflicto de Jesús con las autoridades, los cristianos perseguidos se animaban y cobran valor para seguir el camino.
• Marcos 12,18-23. Los Saduceos. Los saduceos era una élite aristocrática de latifundistas y comerciantes. Eran conservadores. No aceptaban la fe en la resurrección. En aquel tiempo esa fe comenzaba a ser valorada por los fariseos y por la piedad popular. Animaba a la resistencia del pueblo contra el dominio tanto de los romanos como de los sacerdotes, de los ancianos y de los saduceos. Para los saduceos, el reino mesiánico estaba ya presente en la situación de bienestar que ellos estaban viviendo. Ellos seguían la así llamada “Teología de la Retribución” que distorsionaba la realidad. Según esta teología, Dios retribuye con riqueza y bienestar a los que observan la ley de Dios, y castiga con sufrimiento y pobreza a los que practican el mal. Así, se entiende por qué los saduceos no querían mudanzas . Querían que la religión permaneciera tal y como era, inmutable, como Dios mismo. Por esto, no aceptaban la fe en la resurrección y en la ayuda de los ángeles, que sostenía la lucha de los que buscaban mudanzas y liberación.
• Marcos 12,19-23. La pregunta de los Saduceos. Llegan hasta Jesús y, para criticar y ridiculizar la fe en la resurrección, cuentan el caso ficticio de aquella mujer que se casó siete veces y, al final, se murió sin tener hijos. La así llamada ley del levirato obligaba a la viuda sin hijos a que se casara con el hermano del marido fallecido. El hijo que naciera de este nuevo casamiento era considerado hijo del marido fallecido. Así, éste tendría una descendencia. Pero en el caso propuesto por los saduceos, la mujer, a pesar de haber tenido siete maridos, se quedó sin marido: Ellos preguntaron a Jesús.:“ En la resurrección, cuando resuciten, ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete la tuvieron por mujer.»" Era para decir que creer en la resurrección llevaría a la persona a que aceptara lo absurdo.
• Marcos 12,24-27: La respuesta de Jesús. Jesús responde duramente. “Estáis en un error precisamente por esto, por no entender la Escritura, ni el poder de Dios!” Jesús explica que la condición de las personas después de la muerte será totalmente diferente de la condición actual. Después de la muerte ya no habrá casamientos, sino que todos seremos como ángeles en el cielo. Los saduceos imaginaban la vida en cielo igual a la vida en la tierra. Al final, Jesús concluye: “Nuestro Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos. Estáis en un gran error!” Los discípulos y las discípulas deben estar en alerta: quien estuviera del lado de estos saduceos estará del lado opuesto de Dios
4) Para la reflexión personal
• ¿Cuál es hoy el sentido de esta frase: “Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos”?
• ¿Creo en la resurrección? ¿Qué significa para mí: “creo en la resurrección de la carne y en la vida eterna”?
5) Oración final
A ti levanto mis ojos,
tú que habitas en el cielo.
Lo mismo que los ojos de los siervos
miran a la mano de sus amos,
lo mismo que los ojos de la sierva
miran a la mano de su señora,
nuestros ojos miran a Yahvé, nuestro Dios,
esperando que se apiade de nosotros. (Sal 123,1-2)