UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL
«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»
Benedicto XVI, 16 septiembre 2005
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
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Audiencia general de Papa Francisco - Miércoles 13 de Noviembre 2013 : “Creo en un solo bautismo para el perdón de los pecados”..
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Audiencia general de Papa Francisco - Miércoles 13 de Noviembre 2013 : “Creo en un solo bautismo para el perdón de los pecados”..
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(RV).- (Con audio) 
¿Quién de ustedes recuerda la fecha de su bautismo?, preguntó Papa Francisco en italiano a los miles de peregrinos reunidos en Plaza de San Pedro y fuera de ella, en la catequesis del miércoles 13 de noviembre, que el Obispo de Roma dedicó a la afirmación de la profesión de fe católica: “Creo en un solo bautismo para el perdón de los pecados”.
El Papa explicó que la misión de la Iglesia es evangelizar y perdonar los pecados a través del sacramento bautismal que se renueva en el sacramento de la penitencia. Y dio como tarea: “Cuando volvamos a casa preguntemos qué día fui bautizado. Es el segundo cumpleaños, el día del nacimiento a la Iglesia”.
El Bautismo es la carta de identidad del cristiano, su acta de nacimiento a la Iglesia y está ligado al perdón de los pecados –expresó el Vicario de Cristo-. El sacramento de la penitencia o confesión, de hecho, es como un segundo bautismo que consolida y renueva el primero. El día de nuestro bautismo es el punto de partida de un camino bellísimo, un camino hacia Dios, un camino de conversión que dura toda la vida y que está continuamente sostenido por el sacramento de la penitencia. Cuando vamos a confesarnos de nuestras debilidades y pecados, vamos a pedir el perdón de Jesús, pero vamos también a renovar el bautismo con este perdón y esto el bello, porque en cada confesión festejamos el día del bautismo. Por esto la confesión no es una sala de tortura sino una fiesta, para tener limpia la vestidura blanca de nuestra dignidad cristiana.
Continúa