UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





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lunes, 25 de mayo de 2015

Lectio Divina (Método en 10 pasos): Martes, 25 de Mayo, 2015: Evangelio según San Marcos. 10, 28-31. : (Fiesta de San Felipe Neri - 8ª Semana del Tiempo Durante el año - Ciclo B -)

LECTIO DIVINA DEL EVANGELIO DE LA 8ª SEMANA DEL TIEMPO DURANTE EL AÑO: MARTES 26 DE MAYO 2015: FIESTA DE SAN FELIPE NERI.

La "Lectio Divina"(Lectura Orante de la Palabra de Dios) es un método para leer, meditar, rezar, actuar y encarnar la Palabra de Dios en la vida diaria. El método consiste en 10 pasos progresivos muy fáciles de realizar y que permiten a cada cristiano entender y realizar la Voluntad de Dios.

1°. PREPARACIÓN:
Señor, gracias por darme la oportunidad de estar contigo en esta Lectio Divina. Aunque en el Evangelio de hoy me prometes retribuirme el ciento por uno, hoy me conformo con poder experimentar tu cercanía para que mi corazón pueda amarte como al único totalmente amable; mi inteligencia pueda creer en Ti como en él único que no engaña y mi libertad pueda elegirte a Ti como lo único que colma mis ansias y anhelos diarias.  Amén

2°. LECTURA DEL EVANGELIO:
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.  10, 28-31
Pedro le dijo a Jesús: “Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido”. Jesús respondió: “Les aseguro que el que haya dejado casa, hermanos y hermanas, madre y padre, hijos o campos por mí y por la Buena Noticia, desde ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres, hijos y campos, en medio de las persecuciones; y en el mundo futuro recibirá la Vida eterna. Muchos de los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros”.
Palabra del Señor.

3°.MEDITACIÓN DEL EVANGELIO:
A. COMENTARIO INTRODUCTORIO
Jesús pide a un joven rico que quería heredar el reino que lo venda todo y lo siga.
El joven rico sin animarse a dar ese paso se aleja triste.
Pedro aprovecha la ocasión para recodarle a Jesús que ellos lo han dejado todo y lo han seguido.
Pedro y los discípulos todavía tienen una idea política del mesianismo de Jesús. No han descubierto todavía lo que les ofrece Jesús y buscan puestos de honor, recompensas humanas, soluciones cuasi mágicas.
La respuesta de Jesús es misteriosa y alentadora: «Recibirá en este tiempo cien veces más y en el futuro, la vida eterna».
No se trata de matemática.
La respuesta habla de una situación de absoluta novedad. Jesús armará en torno a sí una nueva comunidad unida por lazos más fuertes que los de la sangre. Dejamos un hermano para buscar cien.
Al céntuplo que se recibirá de todo Jesús agrega: “con persecuciones”. En ningún momento Jesús asegura el éxito, felicidad humana y aplausos de los hombres. La promesa de la vida eterna viene después.
A la Pascua salvadora se llega por el vía crucis del Viernes Santo. El amor muchas veces supone sacrificio. Requiere esfuerzo y lucha; pero vale la pena. Habrá felicidad, pero será la de aquel que descubre que hay “más alegría en dar que en recibir”. La felicidad será del que se sacrifica por los demás.
La pobreza por el Evangelio no se queda en una simple renuncia a los bienes materiales, ni mucho menos en un existencialismo consistente en darle a los bienes, un fin social.
El modo viejo de vivir marcado por el egoísmo y la seguridad que da la acumulación de bienes, tiene que dar paso a la donación, que lleva a compartir los bienes en solidaridad y comunión.
En el reino todos tendrán que adoptar la actitud de Jesús, la de hacerse “último de todos y servidor de todos”.
En el Reino no valen las posiciones que crean diferencias.
Lo que caracteriza al reino es la gratuidad en la cual no hay precio, pero sí hay valor.
¿Acaso, pregunta una madre cuánto le van a pagar por su trabajo? ¿Pone un amigo precio a la sinceridad? ¿Pasó factura Jesús por su entrega en la cruz? Lo que verdaderamente tiene valor es lo que se gesta desde el amor hecho de justicia, compasión misericordia y servicio.

B. REFLEXIÓN DEL PAPA FRANCISCO.
"El Evangelio de hoy recuerda el pasaje en el que Jesús apenas termina de hablar sobre el peligro de las riquezas, Pedro le pregunta qué recibirán los discípulos que han dejado todo para seguirlo. Jesús es generoso. En verdad, responde que no hay ninguno que haya dejado la familia, la casa, los campos que no reciba ya en este tiempo, cien veces más.
Quizá Pedro piensa que ir detrás de Jesús es una bonita actividad comercial, porque nos hace ganar cien veces más. Pero Jesús añade que junto a esta ganancia habrá persecuciones: como si dijera: ´Sí, vosotros habéis dejado todo y recibiréis aquí, en la tierra, muchas cosas: ¡pero con la persecución!´ Como una ensalada con el aceite de la persecución: ¡siempre!
Esta es la ganancia del cristiano y este es el camino del que quiere ir detrás de Jesús, porque es el camino que Él ha hecho: ¡Él ha sido perseguido! Es el camino del abajamiento. Lo que Pablo dice a los filipenses: Se abajó. Se hizo hombre y se abajó hasta la muerte, y una muerte de cruz. Esta es precisamente la tonalidad de la vida cristiana". (Cf Homilía de Papa Francisco, 4 de marzo de 2014, en Santa Marta).

4°. ORACIÓN: Dialogo con el Divino Maestro

Jesús, amigo y Maestro:
Me siento muy limitado por mis temores y mis ansiedades,
y sin embargo me atrae la libertad que veo en Ti,
la libertad para servir a Dios.
Jesús, ayúdame a descubrir
dónde es que Dios quiere que yo sirva.
Veo muchas cosas negativas e injustas
en el mundo, en mi país, en mi ciudad,
y hasta en mi familia. Pero tengo miedo.
¿Cómo puedo cambiar ciertas cosas?
¿Cómo puedo aprender a confrontar?
Y más importante aún, ¿qué es lo que Dios quiere que yo haga?
Mi querido amigo y Maestro Jesús, cuando Te veo,
quedo impresionado de Tu fuerza y de
la libertad con que sirves a Dios.
Eso me atrae fuertemente.
Quiero aprender a servir a Dios sin la carga de mis temores.
Quiero tener el valor de hablar por quienes necesitan ayuda.
Quiero tener el valor de estar contigo a todo momento,
trabajar como Tú, por la justicia y para llevar la buena nueva a los pobres.
Gracias por compartir Tu vida conmigo.
Siento que se van estrechando los lazos que me unen a Ti
a medida que Te voy conociendo cada día más.
Gracias por invitarme a acompañarte en esta travesía.
Dame el valor que necesito para caminar como Tú.

Amén.


6°. CONSOLACIÓN: Es sentir íntimamente el "gusto" de la Palabra de Dios.

7°. DISCERNIMIENTO: Pensar y Discernir la Palabra.
¿Qué sentido doy a mis renuncias para seguir y servir a Cristo?
¿Tengo yo una actitud meramente negativa?
¿Hago opciones o elecciones que sobrepasan todo precio humano?

8°. COMPARTIR: Comparto la Palabra.

9°. DELIBERACIÓN: Tomo una decisión concreta iluminado por la Palabra.

10. ACCIÓN CONCRETA: Propósito del día.
Hoy, por amor a Dios y a ejemplo de los discípulos de Cristo, “voy a desprenderme” de mi rutina y buscaré de realizar una verdadera obra de caridad.


SANTOS DE HOY - PIDAMOS LA INTERCESIÓN DE TODOS ELLOS

San Felipe Neri, las plumas y las calumnias.
Un día una persona fue a confesarse con San Felipe Neri acusándose de haber hablado mal de algunas personas.
El santo la absolvió, pero le puso como penitencia que fuera a buscar una gallina y volviera de nuevo donde estaba él desplumándo la gallina poco a poco a lo largo del camino. Cuando la persona estuvo de nuevo ante él,  San Felipe le dijo: "Ahora vuelve a casa y recoge una por una todas las plumas que has dejado caer cuando venías hacia aquí". La persona le mostró la imposibilidad de poder eso: el viento las había dispersado. Ahí es donde quería llegar San Felipe. "Ya ves -le dijo- que es imposible recoger las plumas una vez que se las ha llevado el viento, igual que es imposible retirar murmuraciones y calumnias una vez que han salido de la boca".
-San Eleuterio, papa y mártir, Roma, 185.
-San Simitrio y veintidós mártires, Roma, 159.
-San Cuadrato, apologista cristiano, Atenas, s. II.
-San Zacarías, obispo y mártir, Viena (Francia), s. II.
-San Cuadrato, mártir, Africa.
-Santos Felicísimo, Heraclio y Paulino, mártires, Todi (Italia), 303.
-San Prisco, mártir Auxerre, s. III.
-San Agustín, arzobispo de Cantorbery (28 mayo), apóstol de Inglaterra, 608.
-Santa Mariana de Jesús de Paredes y Flors, el lirio de Quito (Ecuador), 1645.
-San Lamberto Peloquin, Provenza, 1154.
-San Alfeo, padre del apóstol Santiago, Cafarnaum, Galilea, s. I.
-San Carpo, Berea, s. I.
-Santa María Magdálema de Pazzis, Florencia. 1566-1607.

-San Prisco, mártir, Auxerre, s. III.

domingo, 24 de mayo de 2015

Lectio Divina (Método en 10 pasos): Lunes, 25 de Mayo, 2015: Evangelio según San Juan 19, 25-27. : (Fiesta de María, Madre de la Iglesia - 8ª Semana del Tiempo Durante el año - Ciclo B -)


LECTIO DIVINA DEL EVANGELIO DE LA SEMANA DEL TIEMPO DURANTE EL AÑO: LUNES 25 DE MAYO 2015: 
FIESTA DE MARÍA MADRE DE LA IGLESIA

La "Lectio Divina"(Lectura Orante de la Palabra de Dios) es un método para leer, meditar, rezar, actuar y encarnar la Palabra de Dios en la vida diaria. El método consiste en 10 pasos progresivos muy fáciles de realizar y que permiten a cada cristiano entender y realizar la Voluntad de Dios.

1°. PREPARACIÓN:
Señor Jesús abre mis ojos y mis oídos a tu palabra.

que lea y escuche yo tu voz y medite tus enseñanzas,

despierta mi alma y mi inteligencia

para que tu palabra penetre en mi corazón
y pueda yo saborearla y comprenderla.

Dame una gran fe en ti
para que tus palabras sean para mí
otras tantas luces que me guíen hacia ti
por el camino de la justicia y de la verdad.

Habla señor que yo te escucho
y deseo poner en práctica tu doctrina,
por que tus palabras son para mí, vida, gozo, paz y felicidad.
Háblame Señor tu eres mi Señor y mi maestro
y no escucharé a nadie sino a ti.
Amén


2°. LECTURA:
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan. 19, 25-27
Junto a la cruz de Jesús, estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: “Mujer, aquí tienes a tu hijo”. Luego dijo al discípulo: “Aquí tienes a tu madre”. Y desde aquella Hora, el discípulo la recibió en su casa.
Palabra del Señor.

A. COMENTARIO INTRODUCTORIO
María es, el primer y principal integrante de la Iglesia, nuestra hermana en la fe, y al mismo tiempo, nuestra Madre.
Siendo Madre de Cristo, es Madre de su cuerpo que es la Iglesia.
El Concilio Vaticano II, nos dice que María es Madre no sólo de Jesús, la Cabeza de la Iglesia, sino también de los miembros del Cuerpo místico de Cristo: «Porque cooperó con su caridad a que los fieles naciesen en su Iglesia» (LG 53). Cooperó en la encarnación y cooperó también en la cruz, en el momento en el que del Corazón traspasado de Cristo nacía la familia de los redimidos: «no sin designio divino, estuvo de pie, se condolió vehementemente con su Unigénito y se asoció maternalmente a su sacrificio, consintiendo amorosamente a la inmolación de la víctima que Ella había engendrado» (LG 58).
Sin negar su sufrimiento, la actitud de la Virgen María no fue la de una madre que se duele ante la muerte de su hijo; fue la actitud de una madre, que aún en medio del dolor, se asocia, se une positivamente al sacrificio, no sólo porque la víctima inmolada era su propio Hijo, sino porque el amor la lleva a volver a dar su sí como lo dio el día de la Encarnación.
María es nuestra Madre porque ha cooperado decisivamente para nuestro nacimiento a la gracia.
Ella no puede dejar de amar con amor maternal a los que están hermanados con su Hijo por la gracia.
La maternidad de María es así para nosotros un puro regalo de Dios.
La vida de María aquí en la tierra fue una vida empapada de Dios, haciéndose: canto de glorificación en el magníficat, petición confiada en las bodas de Caná y espera perseverante con la Iglesia en el cenáculo.
Desde entonces hasta nuestros días es en todo tiempo intercesora para todos los miembros del Cuerpo místico de Cristo: «No dejó en el cielo su oficio salvador, sino que continúa alcanzándonos, por su continua intercesión, los dones de salvación. María hace que la Iglesia se sienta familia(Documento de Puebla 285,287) y hace que el Evangelio se haga más carne entre nosotros (Documento de Puebla 303).
Por su amor maternal cuida de los hermanos de su Hijo que peregrinan y se debaten entre peligros y angustias y luchan contra el pecado hasta que sean llevados a la patria feliz. Por eso la bienaventurada Virgen en la Iglesia es invocada con los títulos de abogada, auxiliadora, socorro, mediadora» (LG 62).
María en el cielo sigue siendo nuestra madre e intercede maternalmente por nosotros.
La intercesión de María es una intervención maternal llena de delicadeza, de finura, de paciencia, de solicitud, de tacto de Madre, que con su intervención múltiple va implorando las gracias indispensables.
Como Madre de Dios, su intercesión es poderosa; como Madre nuestra, su intercesión es segura. María, 
Madre de la Iglesia, ruega por nosotros.

B. REFLEXIÓN DEL PAPA FRANCISCO.
"El Evangelio de hoy nos muestra a María a los pies de la Cruz. Jesús dice a Juan: “He aquí tu madre”. María – afirmó el Papa – “es ungida Madre”:
“Y esta es también nuestra esperanza. Nosotros no somos huérfanos, tenemos Madres: la Madre María. Pero también la Iglesia es Madre y también la Iglesia es ungida Madre cuando recorre el mismo camino de Jesús y de María: el camino de la obediencia, el camino del sufrimiento; y cuando tiene esa actitud de aprender continuamente el camino del Señor. Estas dos mujeres – María y la Iglesia – llevan adelante la esperanza que es Cristo, nos dan a Cristo, generan a Cristo en nosotros. Sin María, no habría existido Jesucristo; sin la Iglesia no podemos ir adelante”.
“Dos mujeres y dos Madres” – prosiguió explicando el Papa Francisco – y junto a ellas nuestra alma, que como decía el monje Isaac, abad de Stella, “es femenina” y se asemeja “a María y a la Iglesia”:
“Hoy, viendo a esta mujer ante la Cruz, firme en seguir a su Hijo en el sufrimiento para aprender la obediencia, al verla vemos a la Iglesia y vemos a nuestra Madre. Y también vemos nuestra pequeña alma que no se perderá jamás, si sigue siendo también una mujer cercana a estas dos grandes mujeres que nos acompañan en la vida: María y la Iglesia. Y así como nuestros Padres del Paraíso salieron con una promesa, hoy nosotros podemos ir adelante con una esperanza: la esperanza que nos da nuestra Madre María, firme ante la Cruz, y nuestra Santa Madre Iglesia jerárquica”. (Papa Francisco, homilía en Casa Santa Marta, 14 de septiembre de 2014).

4°. ORACIÓN: Dialogo con el Divino Maestro

Oración a María Madre de la Iglesia

María, tus hijos llenos de gozo,
Te proclamamos por siempre bienaventurada
Tú aceptaste gozosa la invitación del Padre
para ser la Madre de su Hijo.
Con ello nos invitas a descubrir
la alegría del amor y la obediencia a Dios.
Tú que acompañaste hasta la cruz a tu Hijo,
danos fortaleza ante el dolor
y grandeza de corazón
para amar a quienes nos ofenden.
Tú al unirte a la oración de los discípulos,
esperando el Espíritu Santo,
te convertiste en modelo
de la Iglesia orante y misionera.
Desde tu asunción a los Cielos,
proteges los pasos de quienes peregrinan.
guíanos en la búsqueda
de la justicia, la paz y la fraternidad.
María gracias por tenerte como Madre.
Amén.

5°. CONTEMPLACIÓN: Silencio ante la Palabra.

6°. CONSOLACIÓN: Es sentir íntimamente el "gusto" de la Palabra de Dios.

7°. DISCERNIMIENTO: Pensar y Discernir la Palabra.
¿Mi relación con la Virgen María se limita a simple piedad?
¿Experimento su materna protección?
¿Me confío a su intercesión?

8°. COMPARTIR: Comparto la Palabra.

9°. DELIBERACIÓN: Tomo una decisión concreta iluminado por la Palabra.

10. ACCIÓN CONCRETA: Propósito del día.
Hoy agradeceré a la Virgen María, Madre de la Iglesia y de todos nosotros sus hijos, con una lectura de la Palabra que hable de Ella o/y orando algunas plegarias marianas.

SANTOS DE HOY - PIDAMOS LA INTERCESIÓN DE TODOS ELLOS



-Fiesta de María, Madre de la Iglesia
San Gregorio VII, papa, Salerno, 1085.
-San Urbano, papa y mártir, Roma, 230.
-Santos Pasícrates, Valentín y otros dos mártires, Doróstoro de Misia (Rumania actual).
-San Dionisio, obispo de Milán, desterrado por los arrianos hacia 328.
-San Cenobio, obispo de Florencia, s. V.
-San Aldhelmo (24 marzo), obispo de Sherburn (Inglaterra), 709.
-San León, Troyes (Francia), 550.
-San Genadio (24 mayo), abad de San Pedro de Montes y obispo de. Astorga, 925.

sábado, 24 de mayo de 2014

Lectio Divina: Domingo, 25 de Mayo, 2014: Evangelio según San Juan 14,15-21. : (6° Domingo de Pascua - Ciclo A - )


Lectio Divina: 
  Domingo, 25 Mayo, 2014  
La promesa del envío del Espíritu
Los mandamientos como camino del amor en Cristo



1. Oración inicial¡
Oh Padre!, ya Cristo tu Hijo está orando por nosotros, pero tú concédenos que nuestro corazón se abra a Tí en la plegaria profunda, intensa, verdadera, luminosa, dentro de las pautas de esta tu Palabra, que, para nosotros, es vida. Mándanos el Consolador, el Espíritu de la verdad, para que no sólo more junto a nosotros, sino que entre dentro de nosotros y se quede por siempre en nosotros. Él es el fuego de amor que te une a Jesús, es el beso que incesantemente os intercambiáis; haz que también nosotros, a través de tu Palabra, podamos entrar en este amor y vivir de él. Tocad nuestro espíritu, nuestra mente, y todo nuestro ser, para que podamos acoger los mandamientos, escondidos en estos pocos versículos, conservarlos, o sea, vivirlos en plenitud y en verdad, delante de ti y de nuestros hermanos. Amén.
2. Lectura
a) Para colocar el pasaje en su contexto:
Estos versículos nos conducen al lugar santo donde Jesús ha celebrado la última cena con sus discípulos: lugar de su revelación, de su gloria, de su enseñanza y de su amor. Aquí estamos invitados también nosotros a sentarnos a la mesa con Jesús, a inclinarnos sobre su pecho para recibir su mandamiento y prepararnos, así a entrar también nosotros, con Él, en la pasión y en la resurrección. Después del pasaje 13, 1-30,31, que relata los gestos, las palabras, los sentimientos de Jesús y de los suyos durante la cena pascual, con 13,31 entramos en las palabras del último gran discurso de Jesús, que terminará con la oración sacerdotal del capítulo 17. Aquí estamos, por tanto, todavía en los comienzos; en 14, 1-14 Jesús se había presentado, ofreciéndose como camino al Padre, mientras en estos pocos versículos introduce la promesa del envío del Espíritu Santo, como Consolador, como presencia cierta, pero también la promesa de la venida del Padre y de Él mismo en lo íntimo de los discípulos que, por la fe, creerán en Él y guardarán sus mandamientos.
b) Para ayudar en la lectura del pasaje:
vv. 15-17: Jesús ante todo, dice claramente, delante de sus discípulos, que el amor a Él, si es verdadero amor, lleva infaliblemente a la observancia de los mudamientos. Quiere decirnos, en suma, que si no hay observancia, significa que nosotros no tenemos el amor; élla es una consecuencia esencial, irrenunciable, que nos revela si nos amamos de veras o nos creemos ilusoriamente que amamos. Jesús dice también que el don del Espíritu Santo por parte del Padre es fruto de este amor y de esta observancia, que suscitan la oración de Jesús, gracias a la cual nosotros podemos recibir al Espíritu. Y explica lo que él sea: el Consolador, el Espíritu de la verdad, aquél a quien el mundo no ve, no conoce, pero los discípulos sí, y aquél que mora junto a ellos y que está dentro de ellos.
 
vv.18-20: Jesús promete su venida, su regreso, que está por realizarse en su resurrección; anuncia su desaparición en la pasión, en la muerte, en la sepultura, pero también su reaparición a los discípulos, que lo verán, porque Él es la resurrección y la vida. Y revela su relación con el Padre, dentro de la cuál invita a ellos y también a nosotros; dice, en efecto, que conoceremos, es decir que experimentaremos en lo profundo. Consolación más grande que ésta, no puede ser prometida, de ningún modo, por ninguno al mundo, sino por Jesús.
 
v. 21: Aquí el discurso de Jesús se extiende para todos; pasa del “vosotros” de los discípulos al “quien” de quienquiera que comience a amarlo, a entrar en relación con Él y a seguirlo. Lo que le ha sucedido a los discípulos, a los primeros elegidos, sucederá a todo el que crea en Él. Y aquí Jesús abre para nosotros, para cada uno, su relación de amor con el Padre, porque permaneciendo en Cristo, nosotros somos también conocidos y amados por el Padre. En fin, Jesús promete de nuevo su amor para quien lo ama y la revelación de sí mismo, a saber, una manifestación interrumpida de su amor por nosotros.
c) El texto:
Juan 14,15-21Evangelio según San Juan 14,15-21. :
15 Si me amáis, guardaréis mis mandamientos; 16 y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre, 17 el Espíritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce. Pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros y estará en vosotros. 18 No os dejaré huérfanos: volveré a vosotros. 19 Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero vosotros sí me veréis, porque yo vivo y también vosotros viviréis. 20 Aquel día comprenderéis que yo estoy en mi Padre y vosotros en mí y yo en vosotros. 21 El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él.»
Palabra del Señor
Versión en Castellano:
 Evangelio según San Juan 14,15-21. 
Si ustedes me aman, cumplirán mis mandamientos.
Y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes:
el Espíritu de la Verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Ustedes, en cambio, lo conocen, porque él permanece con ustedes y estará en ustedes.
No los dejaré huérfanos, volveré a ustedes.
Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero ustedes sí me verán, porque yo vivo y también ustedes vivirán.
Aquel día comprenderán que yo estoy en mi Padre, y que ustedes están en mí y yo en ustedes.
El que recibe mis mandamientos y los cumple, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él". 
Palabra del Señor

3. Un momento de silencio orante
para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.
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