UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





viernes, 9 de diciembre de 2011

Lectio Divina : Sábado 10 de Diciembre 2011 : Evangelio según San Mateo 17,10-13. : (2ª Semana del Tiempo de Adviento - Ciclo B -)

  Lectio Divina : 
Sábado, 10 Diciembre, 2011
Evangelio según San Mateo 17,10-13. 
(2ª Semana del Tiempo de Adviento - Ciclo B -) 

1) Oración inicial

Dios todopoderoso: que amanezca en nuestros corazones el resplandor de tu gloria, Cristo, tu Hijo, para que su venida ahuyente las tinieblas del pecado y nos manifieste como hijos de la luz. Por nuestro Señor Jesucristo. Amen.
 
2) Lectura
Evangelio según San Mateo 17,10-13.
Entonces los discípulos le preguntaron: "¿Por qué dicen los escribas que primero debe venir Elías?".
El respondió: "Sí, Elías debe venir a poner en orden todas las cosas;
pero les aseguro que Elías ya ha venido, y no lo han reconocido, sino que hicieron con él lo que quisieron. Y también harán padecer al Hijo del hombre".
Palabra del Señor

  Continúa
3) Reflexión

• Los discípulos acaban de ver a Moisés y a Elías ante Jesús en la transfiguración sobre el monte (Mt 17,3). La gente en general creía que Elías tenía que volver para preparar la llegada del Reino. El profeta Malaquías decía: “Les voy a mandar al profeta Elías antes que llegue el día de Yahvé, que será grande y temible. El reconciliará a los padres con los hijos y a éstos con sus padres, para que cuando yo llegue no tenga que maldecir a este país.” (Ml 3,23-24; cf. Eccl 48,10). Los discípulos quieren saber: "¿Qué significa la enseñanza de los doctores de la Ley, cuando dicen que Elías tiene que venir antes?" Ya que Jesús, el mesías, estaba ya allí, había llegado, y Elías no había llegado aún. ¿Cuál es el valor de esta enseñanza de la vuelta de Elías?”
• Jesús contesta: “Sí, Elías debe venir a poner en orden todas las cosas; pero les aseguro que Elías ya ha venido, y no lo han reconocido, sino que hicieron con él lo que quisieron. Y también harán padecer al Hijo del hombre”. Y entonces los discípulos comprendieron que Jesús se refería a Juan Bautista.
• En esa situación de dominación romana que desintegraba el clan y la convivencia familial, la gente esperaba que Elías volviera para reconstruir las comunidades: reconducir el corazón de los padres hacia los hijos y el corazón de los hijos hacia los padres. Esta era la gran esperanza de la gente. Hoy también, el sistema neoliberal desintegra las familias y promueve la masificación que destruye la vida.
• Reconstruir y rehacer el tejido social y la convivencia comunitaria de las familias es peligroso, porque mima la base del sistema de dominio. Por esto mataron a Juan el Bautista. El tenía un proyecto de reforma de la convivencia humana (cf. Lc 3,7-14). Realizaba la misión de Elías (Lc 1,17). Por esto le mataron.
• Jesús continúa la misma misión que Juan: reconstruir la vida en comunidad. Porque Dios es Padre, y nosotros somos todos hermanos y hermanas. Jesús reúne dos amores: amor hacia Dios y amor hacia el prójimo y le da visibilidad en la nueva forma de convivencia. Por esto, al igual que Juan, le mataron. Por esto, Jesús, el Hijo del Hombre, será condenado a muerte.


4) Para la reflexión personal

• Me pongo en el lugar de los discípulos: ¿la ideología del consumismo tiene poder sobre mí?
• Me pongo en el lugar de Jesús: ¿Tengo fuerza para reaccionar y crear una nueva convivencia humana?

5) Oración final

Que tu mano defienda a tu elegido,
al hombre que para ti fortaleciste.
Ya no volveremos a apartarnos de ti,
nos darás vida e invocaremos tu nombre. (Sal 80,18-19)