UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





viernes, 12 de marzo de 2010

Lectio Divina : Italiano - Espanol - Sabato - Sàbado 13 de Marzo : Evangelio según San Lucas 18,9-14

Lectio: Lucas 18,9-14
Tiempo de Cuaresma

1) Oración inicial

Llenos de alegría, al celebrar un año más la Cuaresma, te pedimos, Señor, vivir los sacramentos pascuales y sentir en nosotros el gozo de su eficacia. Por nuestro Señor...

2) Lectura del Evangelio
Del Evangelio según Lucas 18,9-14

A algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás les dijo esta parábola: «Dos hombres subieron al templo a orar; uno fariseo, otro publicano. El fariseo, de pie, oraba en su interior de esta manera: ¡Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los demás hombres, rapaces, injustos, adúlteros, ni tampoco como este publicano. Ayuno dos veces por semana, doy el diezmo de todas mis ganancias.' En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se atrevía ni a alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ¡Oh Dios! ¡Ten compasión de mí, que soy pecador!' Os digo que éste bajó a su casa justificado y aquél no. Porque todo el que se ensalce será humillado; y el que se humille será ensalzado.»    Sigue....




3) Reflexión

• En el Evangelio de hoy, Jesús cuenta la parábola del fariseo y del publicano para enseñarnos a rezar. Jesús tiene una manera distinta de ver las cosas. Ve algo positivo en el publicano, aunque todo el mundo decía de él: “¡No sabe rezar!” Jesús vivía tan unido al Padre por la oración que todo se convertía para él en expresión de oración.

• La manera de presentar la parábola es muy didáctica. Lucas presenta una breve introducción que sirve de clave de lectura. Luego Jesús cuenta la parábola y al final Jesús aplica la parábola a la vida.

• Lucas 18,9: La introducción. La parábola es presentada por la siguiente frase: "A algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás les dijo esta parábola.” La frase es de Lucas. Se refiere al tiempo de Jesús, pero se refiere también a nuestro tiempo. Hay siempre personas y grupos de personas que se consideran justas y fieles y que desprecian a los demás, considerándolos ignorantes e infieles.

• Lucas 18,10-13: La parábola. Dos hombres van al templo a rezar: un fariseo y un publicano. Según la opinión de la gente de entonces, los publicanos no eran considerados para nada y no podían dirigirse a Dios, porque eran personas impuras. En la parábola, el fariseo agradece a Dios el ser mejor que los demás. Su oración no es que un elogio de sí mismo, una exaltación de sus buenas cualidades y un desprecio para los demás y para el publicano. El publicano ni siquiera levanta los ojos, pero se golpea el pecho diciendo: "¡Dios mío, ten piedad de mí que soy un pecador!" Se pone en su lugar ante Dios.

• Lucas 18,14: La aplicación. Si Jesús hubiera dejado opinar a la gente y decir quién de los dos volvió justificado a su casa, todos hubieran contestado: "¡El fariseo!" Ya que era ésta la opinión común en aquel tiempo. Jesús piensa de manera distinta. Según él, aquel que vuelve a casa justificado, en buenas relaciones con Dios, no es el fariseo, sino el publicano. Jesús da la vuelta al revés. A las autoridades religiosas de la época ciertamente no les gustó la aplicación que él hace de esta parábola.

• Jesús reza. Sobretodo Lucas nos informa de la vida de oración de Jesús. Presenta a Jesús en constante oración. He aquí una lista de textos del evangelio de Lucas, en los que Jesús aparece en oración: Lc 2,46-50; 3,21: 4,1-12; 4,16; 5,16; 6,12; 9,16.18.28; 10,21; 11,1; 22,32; 22,7-14; 22,40-46; 23,34; 23,46; 24,30. Leyendo el evangelio de Lucas, es posible encontrar otros textos que hablan de la oración de Jesús. Jesús vivía en contacto con el Padre. La respiración de su vida era hacer la voluntad del Padre (Jn 5,19). Jesús rezaba mucho e insistía, para que la gente y sus discípulos hiciesen lo mismo, ya que en el contacto con Dios nace la verdad y la persona se encuentra consigo misma, en toda su realidad y humildad. En Jesús, la oración está íntimamente enlazada con los hechos concretos de la vida y con las decisiones que tenía que tomar. Para poder ser fiel al proyecto del Padre, trataba de permanecer a solas con El para escucharle. Jesús rezaba los Salmos. Como cualquier otro judío piadoso, los conocía de memoria. Jesús compuso su propio salmo. Es el Padre Nuestro. Su vida era una oración permanente: "¡Yo no puedo hacer nada por mi cuenta!" (Jn 5,19.30). Se aplica a él lo que dice el Salmo: "¡Me acusan, mientras yo rezo!" (Sal 109,4).

4) Para la reflexión personal
• Mirando de cerca esta parábola, ¿yo soy como el fariseo o como el publicano?
• Hay personas que dicen que no saben rezar, pero hablan todo el tiempo con Dios. ¿Conoces a personas así?

5) Oración final
Piedad de mí, oh Dios, por tu bondad,
por tu inmensa ternura borra mi delito,
lávame a fondo de mi culpa,
purifícame de mi pecado. (Sal 51)


Lectio Divina : San Luca 18, 9-14
Tempo di Quaresima


1) Preghiera
O Dio, nostro Padre,
che nella celebrazione della Quaresima
ci fai pregustare la gioia della Pasqua,
donaci di approfondire e vivere
i misteri della redenzione
per godere la pienezza dei suoi frutti.
Per il nostro Signore Gesù Cristo...

2) Lettura
Dal Vangelo secondo Luca 18,9-14
In quel tempo, Gesù disse questa parabola per alcuni che presumevano di esser giusti e disprezzavano gli altri: “Due uomini salirono al tempio a pregare: uno era fariseo e l’altro pubblicano.
Il fariseo, stando in piedi, pregava così tra sé: O Dio, ti ringrazio che non sono come gli altri uomini, ladri, ingiusti, adulteri, e neppure come questo pubblicano. Digiuno due volte la settimana e pago le decime di quanto possiedo.
Il pubblicano invece, fermatosi a distanza, non osava nemmeno alzare gli occhi al cielo, ma si batteva il petto dicendo: O Dio, abbi pietà di me peccatore.
Io vi dico: questi tornò a casa sua giustificato, a differenza dell’altro, perché chi si esalta sarà umiliato e chi si
umilia sarà esaltato”.

3) Riflessione
• Nel Vangelo di oggi, Gesù racconta la parabola del fariseo e del pubblicano per insegnarci a pregare. Gesù ha un modo diverso di vedere le cose. Lui vedeva qualcosa di positivo nel pubblicano, di cui tutti dicevano: “Non sa pregare!” Gesù viveva così unito al Padre per mezzo della preghiera, che tutto diventava per lui espressione di preghiera.
• Il modo di presentare la parabola è molto didattico. Luca dà una breve introduzione che serve da chiave di lettura. Poi Gesù racconta la parabola ed alla fine Gesù stesso applica la parabola alla vita.
• Luca 18,9: L’introduzione. La parabola viene presentata dalla frase seguente: "Gesù disse questa parabola per alcuni che presumevano di esser giusti e disprezzavano gli altri!" La frase è di Luca. Si riferisce al tempo di Gesù. Ma si riferisce anche al nostro tempo. Ci sono sempre persone e gruppi di persone che si considerano giusti e fedeli e che disprezzano gli altri, considerandoli ignoranti ed infedeli.
• Luca 18,10-13: La parabola. Due uomini vanno al tempio a pregare: un fariseo ed un pubblicano. Secondo l’opinione della gente d’allora, i pubblicani non erano assolutamente considerati e non potevano rivolgersi a Dio, perché erano persone impure. Nella parabola, il fariseo ringrazia Dio perché è migliore degli altri. La sua preghiera non è altro che un elogio di se stesso, un’ esaltazione delle sue buone qualità ed un disprezzo per gli altri e per il pubblicano. Il pubblicano non alza neanche gli occhi, ma si batte il petto dicendo: "Dio mio, abbi pietà di me che sono un peccatore!" Si mette a posto suo davanti a Dio.
• Luca 18,14: L’applicazione. Se Gesù avesse lasciato esprimere la sua opinione per dire chi dei due ritornò giustificato verso casa, tutti avrebbero risposto: "Il fariseo!" Poiché era questa l’opinione comune a quel tempo. Gesù pensa in modo diverso. Per lui, chi ritorna giustificato a casa, in buoni rapporti con Dio, non è il fariseo, bensì il pubblicano. Gesù gira tutto al rovescio. Alle autorità religiose dell’epoca certamente non è piaciuta l’applicazione che lui fa di questa parabola.
• Gesù prega. Soprattutto Luca ci informa sulla vita della preghiera di Gesù. Presenta Gesù in preghiera costante. Ecco un elenco di testi del vangelo di Luca, in cui Gesù appare in preghiera: Lc 2,46-50; 3,21: 4,1-12; 4,16; 5,16; 6,12; 9,16.18.28; 10,21; 11,1; 22,32; 22,7-14; 22,40-46; 23,34; 23,46; 24,30. Leggendo il vangelo di Luca, tu potrai trovare altri testi che parlano della preghiera di Gesù. Gesù viveva in contatto con il Padre. La respirazione della sua vita era fare la volontà del Padre (Gv 5,19). Gesù pregava molto ed insisteva, affinché la gente ed i suoi discepoli facessero lo stesso, poiché nel contatto con Dio nasce la verità e la persona si incontra con se stessa, in tutta la sua realtà ed umiltà. In Gesù, la preghiera era intimamente legata ai fatti concreti della vita ed alle decisioni che doveva prendere. Per poter essere fedele al progetto del Padre, cercava di rimanere da solo con Lui per ascoltarlo. Gesù pregava i Salmi. Come qualsiasi altro giudeo pio, li conosceva a memoria. Gesù giunse a comporre il suo proprio salmo. E’ il Padre Nostro. La sua vita era una preghiera permanente: "Non può fare nulla se non ciò che vede fare dal Padre!" (Gv 5,19.30). A lui si applica ciò che dice il Salmo: "Io sono in preghiera!" (Sal 109,4).

4) Per un confronto personale
• Guardandomi allo specchio di questa parabola, io sono come il fariseo o come il pubblicano?
• Ci sono persone che dicono che non sanno pregare, ma parlano tutto il tempo con Dio. Tu conosci persone così?

5) Preghiera finale
Pietà di me, o Dio, secondo la tua misericordia;
nella tua grande bontà cancella il mio peccato.
Lavami da tutte le mie colpe,
mondami dal mio peccato. (Sal 50)