UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





jueves, 5 de mayo de 2011

Lectio Divina : Viernes 6 de Mayo : Evangelio según Juan 6,1-15. : (Viernes de la II Semana de Pascua - Ciclo A)

Lectio Divina : 
Viernes, 6 Mayo, 2011
Evangelio según Juan 6,1-15. 
(Viernes de la II Semana de Pascua - Ciclo A)
1) Oración inicial
Oh Dios!, que, para librarnos del poder del enemigo, quisiste que tu Hijo muriera en la cruz; concédenos alcanzar la gracia de la resurrección. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 6,1-15.
Jesús atravesó el mar de Galilea, llamado Tiberíades. Lo seguía una gran multitud, al ver los signos que hacía sanando a los enfermos. Jesús subió a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Se acercaba la Pascua, la fiesta de los judíos. Al levantar los ojos, Jesús vio que una gran multitud acudía a él y dijo a Felipe: "¿Dónde compraremos pan para darles de comer?". Él decía esto para ponerlo a prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer. Felipe le respondió: "Doscientos denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un pedazo de pan". Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: "Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?". Jesús le respondió: "Háganlos sentar". Había mucho pasto en ese lugar. Todos se sentaron y eran uno cinco mil hombres. Jesús tomó los panes, dio gracias y los distribuyó a los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados, dándoles todo lo que quisieron. Cuando todos quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos: "Recojan los pedazos que sobran, para que no se pierda nada". Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada. Al ver el signo que Jesús acababa de hacer, la gente decía: "Éste es, verdaderamente, el Profeta que debe venir al mundo". Jesús, sabiendo que querían apoderarse de él para hacerlo rey, se retiró otra vez solo a la montaña.
Palabra del Señor.
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3) Reflexión
• Hoy empieza la lectura del capítulo 6 del evangelio de Juan que trae dos señales o milagros:  
la multiplicación de los panes (Jn 6,1-15) y 
Jesús que camina sobre las aguas (Jn 6,16-21).  
Inmediatamente después, aparece el largo diálogo sobre el Pan de Vida (Jn 6,22-71). Juan sitúa el hecho cerca de la fiesta de Pascua (Jn 6,4). El enfoque central es la confrontación entre la antigua Pascua del Éxodo y la nueva Pascua que se realiza en Jesús. El diálogo sobre el pan de vida aclarará la nueva Pascua que se realiza en Jesús.
• Juan 6,1-4: La situación. En la antigua pascua, el pueblo atravesó el Mar Rojo. En la nueva pascua, Jesús atraviesa el Mar de Galilea. Una gran multitud siguió a Moisés. Una gran multitud siguió a Jesús en este nuevo éxodo. En el primer éxodo, Moisés subió a la montaña. Jesús, el nuevo Moisés, también sube a la montaña. El pueblo seguía Moisés que realizó señales. El pueblo sigue a Jesús porque había visto las señales que él realizaba para los enfermos.
• Juan 6,5-7: Jesús y Felipe. Viendo a la multitud, Jesús confronta a los discípulos con el hambre de la gente y pregunta a Felipe: "¿Dónde compraremos pan para darles de comer?". En el primer éxodo, Moisés había obtenido alimento para el pueblo hambriento. Jesús, el nuevo Moisés, hará lo mismo. Pero Felipe, en vez de mirar la situación a la luz de la Escritura, miraba la situación con los ojos del sistema y respondió: Doscientos denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un pedazo de pan".  Un denario era el salario mínimo de un día. Felipe constata el problema y reconoce su total incapacidad para resolverlo. Se queja, pero no presenta ninguna solución.
• Juan 6,8-9: Andrés y el muchacho. Andrés, en vez de quejarse, busca soluciones. Encuentra a un muchacho con cinco panes y dos peces. Cinco panes de cebada y dos peces eran el sustento diario del pobre. El muchacho entrega su alimento. Hubiera podido decir: "Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?". En vez de esto, ¡tuvo el valor de entregar los cinco panes y los dos peces para alimentar a 5000 personas (Jn 6,10)! ¡Quien hace esto o es loco o tiene mucha fe, pensando que, por amor a Jesús, todos se disponen a compartir su comida como hizo el muchacho!
• Juan 6,10-11: La multiplicación. Jesús pide que la gente se recueste por tierra. En seguida, multiplica el sustento, la ración del pobre. El texto dice: "Jesús tomó los panes, dio gracias y los distribuyó a los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados, dándoles todo lo que quisieron". Con esta frase, escrita en el año 100 después de Cristo, Juan evoca el gesto de la Ultima Cena (1Cor 11,23-24). La Eucaristía, cuando se celebra como es debido, llevará a compartir como hizo el muchacho, y a entregar el propio sustento para ser compartido.
• Juan 6,12-13: Sobraron doce canastos. El número doce evoca la totalidad de la gente con sus doce tribus. Juan no informa si sobraron peces. Lo que le interesa es evocar el pan como símbolo de la Eucaristía. El evangelio de Juan no tiene la descripción de la Cena Eucarística, pero describe la multiplicación de los panes como símbolo de lo que debe acontecer en las comunidades a través de la celebración de la Cena Eucarística. Si entre los pueblos cristianos hubiese un verdadero compartir, habría comida abundante para todos y sobrarían doce canastas ¡para mucha más gente!
• Juan 6,14-15: Quieren hacerlo rey. La gente interpreta el gesto de Jesús diciendo: "Éste es, verdaderamente, el Profeta que debe venir al mundo". La intuición de la gente es correcta. De hecho, Jesús es el nuevo Moisés, el Mesías, aquel que el pueblo estaba esperando (Dt 18,15-19). Pero esta intuición estaba siendo desviada por la ideología de la época que quería un gran rey que fuera fuerte y dominador. Por esto, viendo la señal, ¡el pueblo proclamaba a Jesús como Mesías y avanza para hacerle rey! Jesús percibiendo lo que iba a acontecer, se refugia sólo en la montaña. Y así no acepta ser mesías y espera el momento oportuno para ayudar a la gente a dar un paso.
4) Para la reflexión personal
• Ante el problema del hambre en el mundo, ¿tú actúas como Felipe o como el muchacho?
• La gente quería un mesías que fuera rey fuerte y poderoso. Hoy, muchos van detrás de líderes populistas. ¿Qué nos tiene que decir sobre esto el evangelio de hoy?
5) Oración final
Yahvé es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
Yahvé, el refugio de mi vida,
¿ante quién temblaré? (Sal 27,1)