“Queridos hijos! Mi Corazón Inmaculado sangra al mirarlos a
ustedes en el pecado y en hábitos pecaminosos. Los estoy llamando: regresen a
Dios y a la oración para que sean felices en la Tierra. Dios los llama a través
de mí para que sus corazones sean esperanza y alegría para todos los que están
lejos. Que mi llamado sea un bálsamo para el alma y el corazón a fin de que
glorifiquen a Dios Creador, que los ama y los llama a la eternidad. Hijitos, la
vida es breve, aprovechen este tiempo para hacer el bien. Gracias por haber
respondido a mi llamado".